Primera parte de La otra.-radio, para escuchar clickeando acá
Todas las semanas en la sociedad argentina ocurren varios sobresaltos que nos dan la sensación de un ajetreo constante al cabo del cual cada vez estamos muy parecidos a la vez anterior. Lo que nos lleva a pensar que esta hiperactividad puede que se trate de un movimiento falso por el que transcurre o permanece un empate histórico entre fuerzas antagónicas que cada sacudón no logra alterar.
Es difícil en tiempo real, mientras está sucediendo, cuando acaba de suceder, saber reconocer que estamos asistiendo a un hito histórico. Pero esta vez, este fin de semana, el sobresalto pareció más grande cuando el sábado Cristina nos madrugó con su anuncio por todos inesperado del lanzamiento de la fórmula Fernández- Fernández, solo que ella es la que aparece en segundo lugar.
Primero, todos sabíamos que algún momento ella tenía que definir por si o por no su candidatura, aunque los que se la saben todas descontaban que, siempre idéntica a sí misma, Cristina iba a dar a conocer su decisión a ultima hora, al borde del vencimiento de los plazos, como una forma de, según ellos, mostrar su egocentrismo y su usual desdén hacia los otros. Nadie esperaba que ella adelantara su decisión en varias semanas y menos aún que su planteo dejara a todos anonadados durante varias horas antes de reacomodarse con una frase de sus repertorios conocidos. Nadie esperaba que su anuncio dejara espacio para ser interpretado a la vez como un renunciamiento ("Cristina se bajó") y como un lanzamiento ("es candidata a vice"). Es el tipo de actos que despiertan amor en sus seguidores y odio en sus contrincantes. Ella puede y otros no. Después aparece Duhalde a decir que es un error solo comparable al cajón de Herminio o Julio Barbaro a declarar que pensaba votarla pero ahora no. Es su manera de reclamar un espacio a la sombra de ella.
Después vienen los expertos a explicar todos los detalles en los que ella se equivoca, a pesar de que con sus inteligencias no logran reducirla a un elemento residual del pasado, como hace más de diez años están intentando. ¿Por qué ella puede y los otros no? sería una pregunta que no sabemos responder, entra en la zona de eso incalculable que tiene la política
Lo cierto es que fue un sacudón inesperado para todos, con mezclas de algarabía, desencantos prematuros, desorientación y tentación a sobre-interpretar una jugada cuyo alcance preciso necesita del tiempo para decantar.
Cristina movió y hasta los que se las saben todas tuvieron que reconocer al menos que es fiel a sí misma en eso de jugar con la sorpresa y lograr sorprender, manteniendo así su centralidad. Después del shock, proliferan interpretaciones disímiles: va por todo, arrugó, todo sigue igual, está varios pasos adelante de todos, no está todo dicho, esto ya se sabía, tomó la decisión desesperada por las circunstancias, hace rato lo venía madurando, yo sabía, nunca se me ocurrió, siempre fiel a sí misma, no puede evitar tener a todos en vilo son solo algunas que todos leímos o escuchamos.
Este grado de expectativa se lo proponen todos los políticos ambiciosos, solo que sus vacilaciones o su estudiado secretismo por lo general no mueve el amperímetro. Véase el caso Lavagna. Para envidia de los coacheados, de los rosqueros, de los que creen ver bajo el agua,f ueron varias las ocasiones en los últimos años en los que una decisión de ella alteró el tablero. ¿Cuántos, incluso entre los que hoy la siguen, declararon en algún momento que ella ya era el pasado y sin embargo sigue colocados varios pasos atrás de ella?
El anuncio de este sábado, postulándose como vice de Alberto, se coloca entre las decisiones de consecuencias más incalculables, hasta para ella misma. Cuando alguien de la política se decide a pegar un giro que resulta tan inesperado por todos, hay ciertas variables que nadie, ni su principal responsable, puede prever.
Pero en estas horas después del shock algunos resultados -en La otra.-radio tenemos la ventaja de salir al aire cuando el domingo terminó y el lunes empieza, por lo cual ya escuchamos todas las interpretaciones y no pretendemos agregar algo más de todo lo que se dijo-, pueden considerarse no ya como predicciones audaces sino como certezas corroboradas: una serie numerosa de gobernadores a los que hasta hace poco se ubicaba como parte del "peronismo racional" o "alternativa federal" saludaron la decisión y varios de ellos ya se alinearon con la iniciativa que ella largó. Y además, domingo a última hora de la noche, sabemos que en La Pampa se verifica el primer resultado electoral posterior a su movida: la novena derrota consecutiva del oficialismo, una victoria rotunda del peronismo unido, que para colmo incluye al kirchnerismo y a un peronista tradicional como Carlos Verna, un ejemplo nítido del tipo de construcción que ella está proponiendo. Verna es un peronista tradicional, el gobernador saliente que nunca tuvo una relación fluida con el kirchnerismo. Precisamente él le pone la certeza más precisa a todas las conjeturas de estos dos días de sobresaltos:
“Me llamó Cristina y me felicitó y felicitó al pueblo”, dijo Verna. “Es la octava provincia donde el peronismo unido prácticamente arrasa en los votos. Lo que tratamos es que se replique a nivel nacional: que se arme un frente que agrupe a todos los que no están de acuerdo al modelo neoconservador de Macri. En ese frente deberían estar todos los peronistas. Si se ponen de acuerdo, como sucedió en La Pampa, habría una candidatura única. Y si no se ponen de acuerdo, están las elecciones primarias. Pero los peronistas deberían estar en todos en el mismo espacio. El buscar la separación, implica ir a favor del Gobierno”.
No creo que alguien pueda decirlo mejor.
En la primera parte del programa de anoche hablamos del fin de semana del sobresalto y de qué estábamos haciendo cuando nos enteramos. Pueden escucharlo clickeando acá.
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