El ridículo título de este post repite el de una nota del portal de La Nación:
¿Qué pelotudez es esa? ¿Desde cuándo la presidenta de la nación tendría que dedicarse a comentar la agenda periodística de los portales de noticias? ¿Y por qué debería hablar alguna vez de un caso policial? De un caso que, para colmo, acaba de producirse y sobre el que no se tiene ninguna certeza. De hecho, durante 24 horas los medios trataron de presentar el asesinato de la chica como un caso de inseguridad, se habló hasta el cansancio de una "violación seguida de muerte", violación que la autopsia finalmente no certificó. Un giro de las últimas horas parece apuntar hacia los allegados de la chica asesinada.
Parece que la familia es una institución muy insegura porque un porcentaje importante de los homicidios son cometidos por familiares de las víctimas. Pero, claro, eso no es lo que los lectores de La Nación quieren leer. Quieren rasgarse las vestiduras gritando que "cuando nuestros hijos salen de casa no sabemos si vuelven vivos y la presidenta no hace nada". Cuando muchas veces el máximo peligro está en la propia casa.
No importa.Esto mismo que acabo de escribir está totalmente de más, la presidenta no tendría ni que rozarlo con media palabra, no es su función. Como fuera, ella no tiene nada que comentar de un caso así, ni ahora que está en plena investigación ni cuando sea cosa juzgada. Pero hay una premisa que subyace en el título de La Nación: que los medios son portavoces de lo que le interesa a "la gente". Y que una lider política como la presidenta debería acatar ese orden de prioridades.
En una línea argumental distinta pero no tanto, hace poco Lucas Carrasco comentaba alarmado que la presidenta no decía nada sobre las "denuncias de corrupción de Lanata". Se supone que Cristina debería responderle al showman de los domingos. Y no. Lanata es un payaso, sus denuncias un mamarracho y Cristina no tiene que avenirse a participar de ese show decadente.
¿Quiénes se creen que son los periodistas? (¿Hay algo menos importante que la tapa de los diarios? Sí: los blogs (ampliaremos). ¿Hay algo que importe menos que los blogs? Sí: twitter). Los multimedios transforman en noticia de tapa del diario del lunes los puntos de rating, como si por ahí pasara la legitimidad del poder, como sí el rating, los hashtags, los TT y las mentions fueran instancias de una nueva legitimidad. Parecen desconocer que el rating responde a la lógica zappinera de la tele, que no instaura ningún lazo político como no sea el de la telepolítica, más tele y menos política. De los 20 puntos de Lanata, 10 puntos, un millón de personas, lo están viendo para detestarlo, para burlarse de sus ridiculeces e impugnar la endeblez de sus operaciones. Los hashtags que Lanata impone desde la pantalla oligopólica de Cablevisión (oligopolio concedido por Néstor, eso sí) en unas horas son desplazados por otros como
¿Por qué la política debería subordinarse a este dominio tan volátil? Gabriel Medina me comenta: "Es que la derecha tiene mas rating que votos, es la vuelta de la telepolitica, pero como farsa!". Cierto, lo curioso es que festejen los puntos de rating como si fueran votos. Y que algunos compañeros lo crean así. La telepolítica puede convocar durante algunas horas a una masa de televidentes ofuscados, pero los telvidentes son animales primarios que responden a estímulos conductistas.
Habría que notar que un televidente, un votante y un militante son cosas distintas. No miden igual.
6 comentarios:
buen post.
para las mujeres, el mayor peligro suele estar en sus propias casas.
lei la misma nota , tuve la misma reaccion
primeras cosas primero, en Hiroshima había mucha gente con gripe.
¿de que hablamos?
tampoco habló del descenso de independiente
Y lo peor es que debería hablar de eso sólo porque la chica era de Palermo (que es el motivo por el cual generó tanta preocupación en las almas sensibles).
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