Nenúfares (Claude Monet, 1916-1919)
por Liliana Piñeiro
Sentada en medio de una sala del Museo de L’ Orangerie, en el Jardín de las Tullerías de París, me pregunto qué significa pintar al ritmo de la claridad.
Monet parece responderme, haciendo nacer sus Nenúfares de un agua nueva. Bajo la luz, todo contorno se vuelve desvarío: hay duplicaciones, variaciones, reflejos inciertos que inauguran para el ojo una desconocida libertad. Otro mundo es posible desde la sensualidad del plano. En los grandes murales el estanque se vuelve rumoroso y el color palpita, es una cosa viva que arrasa al yo, desmintiendo la superficie.
5 comentarios:
Todas tus palabras me remiten a es fondo mismo del mundo que parece vibrar dionisíacamente, embriaguez de los sentidos en esos nenúfares "de un agua nueva"
bellísimo!
Buenísimo...!
Bueno, Monet provoca esto...y mucho más.
Gracias!
Que placer para los sentidos!!
Gracias Lili
Esa importancia que le da a las flores flotando en el estanque.
Una comunicación rumorosa!
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