La hazaña suprema que un hombre puede realizar es sin duda alguna la del amor al prójimo, por muy ridícula, humillante e inoportuna que esta hazaña pueda antojársele al mundo. Después de todo, lo supremo tampoco ha sido nunca algo que se adecuara muy bien a las circunstancias de la vida en el mundo, sino que siempre será algo que al mismo tiempo es muy poco y demasiado.
Søren Kierkegaard (5 de mayo de 1813 - 11 noviembre de 1855)
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