Kierkegaard / Deleuze: Repetición / Diferencia. Seminario filosófico a cargo de Esther Díaz y Oscar Cuervo. Comienza hoy 7 de octubre y sigue durante los sábados de este mes a las 17:00 hs en Red Colegiales, Alvarez Thomas 1093. Los que todavía no estén inscriptos, lleguen una hora antes para anotarse
Todo se resume en la potencia. Cuando Kierkegaard habla de la repetición como de la segunda potencia de la conciencia, 'segunda' no significa una segunda vez, sino el infinito que se dice de una sola vez, la eternidad que se dice en un instante, el inconsciente que se dice de la conciencia, la potencia 'n'. Y cuando Nietzsche presenta el eterno retorno como la expresión inmediata de voluntad de poder, esta voluntad de poder no significa en absoluto 'querer el poder', sino, por el contrario, sea lo que fuere lo querido, llevarlo a la 'enésima' potencia, es decir, extraer de ello la forma superior, gracias a la operación selectiva del pensamiento en el eterno retorno, gracias a la singularidad de la repetición en el eterno retorno mismo. Forma superior de todo lo que es: he aquí la identidad inmediata del eterno retorno y el superhombre.
No sugerimos semejanza alguna entre el Dionisos de Nietzsche y el Dios de Kierkegaard. Por el contrario, suponemos, creemos que la diferencia es infranqueable. Pero entonces, más aún: ¿de dónde viene la coincidencia sobre el tema de la repetición, sobre ese objetivo fundamental, aun cuando ese objetivo sea concebido en forma diversa? Kierkegaard y Nietzsche son los que aportan a la filosofía nuevos medios de expresión. Ahora bien, lo que está en tela de juicio en toda su obra es el movimiento. Le reprochan a Hegel que permanezca en el falso movimiento, en el movimiento lógico-abstracto, es decir, en la ‘mediación’. Quieren poner a la metafísica en movimiento, en actividad; quieren hacerla pasar al acto, y a los actos inmediatos… Se trata de convertir al movimiento mismo en una obra, sin interposición; se trata de sustituir por signos directos las representaciones mediatas; de inventar vibraciones, rotaciones, torbellinos, gravitaciones, danzas o saltos que alcancen directamente al espíritu.
Todo se resume en la potencia. Cuando Kierkegaard habla de la repetición como de la segunda potencia de la conciencia, 'segunda' no significa una segunda vez, sino el infinito que se dice de una sola vez, la eternidad que se dice en un instante, el inconsciente que se dice de la conciencia, la potencia 'n'. Y cuando Nietzsche presenta el eterno retorno como la expresión inmediata de voluntad de poder, esta voluntad de poder no significa en absoluto 'querer el poder', sino, por el contrario, sea lo que fuere lo querido, llevarlo a la 'enésima' potencia, es decir, extraer de ello la forma superior, gracias a la operación selectiva del pensamiento en el eterno retorno, gracias a la singularidad de la repetición en el eterno retorno mismo. Forma superior de todo lo que es: he aquí la identidad inmediata del eterno retorno y el superhombre.
No sugerimos semejanza alguna entre el Dionisos de Nietzsche y el Dios de Kierkegaard. Por el contrario, suponemos, creemos que la diferencia es infranqueable. Pero entonces, más aún: ¿de dónde viene la coincidencia sobre el tema de la repetición, sobre ese objetivo fundamental, aun cuando ese objetivo sea concebido en forma diversa? Kierkegaard y Nietzsche son los que aportan a la filosofía nuevos medios de expresión. Ahora bien, lo que está en tela de juicio en toda su obra es el movimiento. Le reprochan a Hegel que permanezca en el falso movimiento, en el movimiento lógico-abstracto, es decir, en la ‘mediación’. Quieren poner a la metafísica en movimiento, en actividad; quieren hacerla pasar al acto, y a los actos inmediatos… Se trata de convertir al movimiento mismo en una obra, sin interposición; se trata de sustituir por signos directos las representaciones mediatas; de inventar vibraciones, rotaciones, torbellinos, gravitaciones, danzas o saltos que alcancen directamente al espíritu.
Gilles Deleuze, Diferencia y repetición
[Este post no tiene el propósito de una afirmación. Kierkegaard, Nietzsche, Deleuze y, claro, Hegel; o, por qué no, Marx se chocan en una encrucijada que no es precisamente la que ellos han elegido para dar sus respectivas peleas. Ellos se cruzan en nuestras lecturas. Nos hablan de hoy y nos hablan a nosotros, no precisamente porque se lo propongan, ni porque lo hayan logrado sin quererlo, sino porque no nos queda otro modo de leerlos: por eso nos juntamos a partir de hoy y durante 4 tardes de sábado a pensar en estos cruces. Diferencia y repetición (y negación y mediación e historia y tiempo y verdad y conciencia y representación y obra y amor y destino y libertad e instante). Junto a Esther Díaz y Oscar Cuervo, 7, 14, 21 y 28 de octubre de 2017 a las 17:00 hs en Red Colegiales, Alvarez Thomas 1093. Atención: los que hoy vayan sin haberse inscripto, lleguen a las 16:00 para inscribirse, porque el curso empieza con puntualidad].
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