Este domingo nos visitó Alvaro Urrutia, poeta, maestro rural, que vive entre Bahía Blanca y Villalonga, un pueblo del extremo sudoeste de Buenos Aires, ahí donde de la provincia panzona cuelga una puntita y la pampa se vuelve patagonia. Urrutia escribió épicas bastardas, en las que se plantea preguntas en direcciones varias. Poeta de la escucha, él cuestiona la exclusividad de una primera persona replegada en la privacidad de la pequeña voz poética y le abre el juego a una segunda y a terceras personas. Se ha dedicado a escuchar unas voces que vienen de otras partes, no en sentido metafísico, quiero decir: migrantes. Trabajadores rurales que llegaron desde el noroeste a cosechar cebollas y alteraron entonces sus vidas y también el habla del espacio al que llegaron. Trabajan ahí y es difícil que alguien quiera detenerse a escuchar sus historias. Urrutia se acercó a escucharlos, a dejarse hablar por ellas y ellos, a traer sus voces a un ámbito donde no suenan: a la poesía. Hay una poesía posible en los desarraigos y hay voces que cuentan no solo sus historias personales, sino también las torsiones del habla, una oportunidad para el oficio del poetizar. ¿Por qué esas voces de los migrantes no las escuchamos? ¿Por qué va a ser la poesía un privilegio del que se levantó un poquito de la tierra y llegó a un cenáculo? ¿Qué misterio habla en la lengua de los desoídos?
alquilaron una piecita en luro
ahí salimos a hacer changas a las cuadrillas
a las cuatro o cinco de la mañana salen los colectivos
salís a la esquina nomás ahí te preguntan si querés ir
te dicen precio y vos te subís
el cuadrillero arregla con los dueños de los campos
y se hace cargo de la gente
te lleva y te hace trabajar
ahí no hay diferencia entre hombre y mujer
el que va se hace su cantidad
(épicas bastardas, "Poema de Nelly", I, fragmento)
Si la poesía es poner a obrar el habla, ¿por qué no hacerlo desde la escucha desde los desoídos?
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es salirse de acá
para volver al mundo vivo
y poder caminar
a mi paso fatal
te muestra crudo a tu cautivo
Y estalla tu volcán
no te podés mirar
y estalla tu volcán
contra mi libertad.
La densidad y el espesor del audio que atraviesa el disco de Gabo Ferro y Sergio Ch, Historias de Pescadores y Ladrones en La Pampa Argentina parece responder a un clima de época. Cuando se lo va escuchando es difícil caer en la cuenta de que fue grabado por dos cantantes con sus guitarras criollas y nada más. No es precisamente un disco folk, como sería de prever con semejantes premisas. El audio abre más bien un espacio pampa legendario, no un territorio bucólico. El principal acierto de estos dos músicos que se juntan en una encrucijada donde el diablo podría estar esperándolos estriba en ser capaces de generar con pocos elementos un paisaje hondo y oscuro, rural y nocturno. El sonido cruza el stoner y la llanura árida, un cielo alto y una tierra áspera. Las voces de Gabo y Ch, tan distintas, lo habitan, lo narran, lo arrasan de alientos urbanos, celestiales, oníricos. Gabo hace con su voz cada vez más magia. Se endurece, se ablanda, se licúa y se fuga hacia el horizonte. La voz de Ch es más ruda, como si un extraviado del conurbano hubiera ido a parar a un campo desconocido, arrastrando una historia brava en la garganta ardida. En La otra.-radio del domingo pasado los escuchamos.
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En el programa también estuvo Rosa Castagna y por partida doble: como una experta de la obra de Gabo Ferro, al que escucha y piensa. Pero Rosa también es médica, forma parte de la Sociedad Argentina de Medicina (SAM) y junto con otros colegas está involucrada en promover la legalización del aborto y exponer la necesidad de que esta cuestión sea pensada como un asunto de salud pública (ver acá la posición de un grupo de médicos de SAM). La media sanción se logró gracias a la histórica movilización de los pañuelos verdes, hace un par de semanas. Ahora debe pasar por el filtro del senado, donde otras trampas la aguardan, digitadas por una notoria operadora antiabortista como Gabriela Michetti, que empezó a intentar maniobras dilatorias. Otra vez la movilización de las mujeres convocan hoy a un Pañuelazo frente al Congreso mientras el tema esté siendo tratado en las comisiones del senado. Los pañuelos verdes se movilizan mientras las trampas de los pasillos legislativos intentarán pasar desapercibidas entre la histeria mundialista. Este es el gobierno de las cortinas de humo, de las trampas continuas. Pero hasta ahora muchas de esas trampas fueron desbaratadas por la movilización popular. Esto pasó en el tremendo paro general de ayer y vuelve a pasar en el Pañuelazo de hoy.
El programa se descarga acá.
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