Emilio Bernini en La otra.-radio, presenta el nuevo número de Kilómetro 111, una audición para escuchar clickeando acá
El domingo vino Emilio Bernini, de Kilómetro 111, a La otra.-radio.
Una constante de los 15 números que la revista Kilómetro 111 lleva editados hasta ahora es la de pensar el cine contemporáneo, o de pensar lo contemporáneo en el cine. En el número doble aparecido recientemente el eje temático lleva por título "Salir del cine" y trata un aspecto de la contemporaneidad audiovisual: el pasaje del cine a otras modalidades, especialmente el caso de la instalación. "Instalación cinematográfica o instalación video -nos dice Emilio Bernini-, dos modos propiamente contemporáneos de mutación de lo cinematográfico hacia otro espacio, otra arquitectura, lo cual implica también una mutación del espectador". Ante la instalación, ya no se trata del espectador de la sala a oscuras, en silencio e inmovilizado frente a la pantalla inmensa. Esto implica transformaciones muy profundas, no solo estéticas sino también pensadas en términos ideológicos por los propios instaladores, según la tesis que Bernini se propone indagar en esta edición de la revista. No es que el cine vaya a parar a la instalación, sino que también puede salir hacia allí y... ¿entrar al museo?
El origen de este número, dice Bernini, tiene que ver con la instalación que hizo Albertina Carri en el Parque de la Memoria hace ya varios años, Operación fracaso y el sonido recobrado, una de cuyas salas se llamó "Investigación del cuatrerismo". De esa experiencia instalativa Carri hizo después su película Cuatreros -que bastante perplejidad provocó en los críticos conservadores- de modo que hubo una salida del cine y también un regreso a él. "Lo que motivó el número -dice Bernini- es esa instalación, que me generaba preguntas acerca de por qué una cineasta, que es lo que Carri había sido hasta ese momento, pasa a la instalación para hacer una variación de ciertas cuestiones que habían quedado pendientes desde su película Los rubios". En nuestra conversación radial recordamos que otros cineastas también hicieron este pasaje hacia la instalación (Apichatpong, Kiarostami, Serra, Farocki, Akerman...).
En la madrugada del lunes hablamos de estas mutaciones producidas en la producción audiovisual contemporánea, propiciadas por los desarrollos tecnológicos que desde hace algunas décadas fueron desplazando el modelo cinéfilo de vincularse con la pantalla cinematográfica: la aparición del vhs primero, la circulación audiovisual a través de internet, en los monitores de las computadoras o en los celulares. Estos desplazamientos nos llevan a preguntarnos otra vez qué es el cine, poniendo en vilo las respuestas cobijadas por la costumbre.
Se me ocurre que estas tensiones por las cuales el cine es renuente a dejarse apresar en un ámbito y un hábito determinados han sido una constante desde que el cine existe: nunca estuvo dentro suyo, siempre estuvo saliendo de sí. El modelo cinéfilo, quizás, es una construcción discursiva que quiso aquietar lo que nunca reposó sobre sí mismo. "Un invento sin porvenir", decían los hermanos Lumiere, un espectáculo de feria, ilusionismo, intento fallido de salirse del mundo (¿dónde más vas a ir?), de recogerse en la oscuridad de los templos paganos o en palacios plebeyos, o de jibarizarse en la pequeñez cúbica del aparato ubicado en el medio del living pequeño burgués, activismo clandestino en épocas dictatoriales en las que ir a ver una película militante significaba arriesgar la vida o la libertad ambulatoria. ¿Dónde está el cine, si siempre estuvo saliendo de sí mismo, si el fuera de campo es precisamente esa ausencia que lo determina?
En la conversación radial hablamos de las proyecciones clandestinas de La hora de los hornos en la época que los proyectos revolucionarios querían expandir el proceso emancipador, cuando todo espectador era un traidor. Hablamos de las performances, voluntarias o no, que provocan los planteos estéticos radicales de cineastas como Raya Martin o Albert Serra. Hablamos del malestar que mueve de distintos modos la obra de dos cineastas, muy distintos por otra parte, como Albertina Carri o Nicolás Prividera, cuando cada uno a su manera se vieron movidos a salir de la posición cinéfila, salirse del cine sin dejarlo del todo. Y de las dificultades que tiene la crítica que todavía se mueve dentro del paradigma cinéfilo para seguir estos movimientos de salidas, de vueltas y revueltas.
Hablamos también de otras cosas, mientras escuchamos canciones grabadas en celulares o bajadas de internet. Esta parte de la audición la pueden escuchar clickeando acá, porque tanto La otra como Kilómetro 111 también salen del papel, andan por el aire, cuelgan de la nube y te comen la oreja.
Hay otra parte de la audición que subo después.
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