El desaire

Por Oscar A. Cuervo

Los animadores de los grandes medios (Nelson, el doctor Mariano, Víctor Hugo, Ernesto TN, Joaquín, Mirtha, Quintín) se comportan cada vez más como una mezcla de predicadores electrónicos y operadores políticos: mediadores entre la Gente y los Candidatos. El tema excluyente de estos días de entusiasta postkirchnerismo es la necesidad de unir a la oposición. Quien más dócilmente se ha adecuado a ese reclamo de los animadores es Lilita: de ser la iracunda bautista que clamaba sola en el desierto, vestida con harapos y comiendo raíces (bueno, es una metáfora), ahora es una amable madraza dispuesta a contener a todo el arco opositor debajo de sus amplísimas faldas. “La gente me pide que yo una a la oposición y yo los A-M-O a todos. El límite es Duhalde” dice ahora (hace semanas el límite eran los viejos partidos radical y peronista, Cobos o Macri o el PJ, pero ahora también ama a Reutemann, Cobos, Morales, Moreau, Michetti, Mauricio, y pronto quizá ame también a Chiche y su esposo). Lilita es el invitado infalible en las sitcoms de Nelson, Mirtha, Joaquín y hasta la señora Flavia y su esposo la llaman “la Gorda”, pero con cariño, eh?

Los animadores han abandonado el humilde rol de interpretar lo que pasa y, de acuerdo con los desafíos del nuevo siglo, se han decidido “fuertemente” (qué lindo adverbio) a transformar la realidad. (Tesis XI)

La base teórica, por llamarla de alguna manera, sobre la que cristalizan el aserto de “Lo Que Quiere La Gente” es una especulación según la cual en las elecciones de octubre el kirchnerismo puede oscilar entre un piso de 30 % de los votos y un techo de 37%, lo cual significa que hay un resto de casi 70 % o más (la Gente Propiamente Dicha) que clama por el fin del kirchnerismo a como dé lugar. Y bien, ¿qué esperan estos buenos opositores para unirse y desalojar cuanto antes al matrimonio que ha instaurado el totalitarismo en este hermoso país con los cuatro climas? (aquí ensayo una modulación que mezcla a Mirtha con Quintín).

A los Candidatos de la Oposición nada los alegra más que ser invitados a estos talk-shows y que los llamen por su nombre de pila: Mauricio, Felipe, Lilita, Gabriela, etc.. Se sabe que una regla de oro de los talk shows es que la gente se llama por su nombre de pila (gracias, Marcelo, el gusto es mío, Nelson, por supuesto, Mirtha, a sus órdenes, Mariano). Obedientes, se han lanzado con entusiasmo a toda clase de alquimias: Cleto se reúne con los radicales y los socialistas pero le hace un guiño a Mauricio y tiende puentes con Felipe, Felipe y Mauricio se miran con cariño y vacilan un rato en incluir a De Narváez en su cama, Duhalde y Barrionuevo invitan al asado a De la Sota y Rodriguez Saa y sueñan con lograr que Mauricio, Felipe y el colorado se sumen al quincho, Cobos quiere a sus ex-correligionarios, los que lo expulsaron sub specie aeternitatis pero ahora lo reciben con los brazos abiertos, Lilita llena de besos a López Murphy y depone viejos enconos con el radicalismo residual, aunque aún odia un poco a Moreau y Storani y recela de Cleto aunque puede ser que también lo quiera un poquito. La cuestión es consolidar ese 70 o más % de los votos, que sería el inolvidable titular del lunes siguiente en las tapas del gran diario argentino y de la tribuna de doctrina. La cuestión de qué proyecto político habría ganado en ese caso la dejamos para otra oportunidad, porque el tiempo en TV es tirano.

Estas elecciones de octubre son, sobre todo, la plataforma de los presidenciables 2011, lo que complica un poco las cosas: pongamos por caso: la Gorda (dicho con cariño, como lo dice Flavia) quiere ser la Madre de esta Nueva Argentina que derramará felicidad por los cuatro costados, una vez desalojado el matrimonio totalitario. Pero el dilema es: para estar mejor posicionado en la carrera del 2011, ¿conviene aparecer en la foto de los ganadores de la tapa del lunes siguiente o preservarse para la Batalla Madre? Mauricio, por ejemplo, no será candidato a nada, porque él sabe que nada hay más importante que exhibir gestión. Pero además, Mauricio tiene cerca suyo a una de las pocas figuras con el triunfo asegurado en octubre: Gabriela Michetti, en Capital, les gana a todos los otros juntos. Además a Gabriela la Gente la quiere (la propia Lilita la A-M-A), con el mismo amor con que la gente sólo se permite amar a Cleto (muy arriba en las encuestas del cariño).

(Uno podría preguntarse: ¿por qué la Gente ama a Cleto y Gabriela? La respuesta es sencilla, Gabriela es amable a pesar de la desgracia que tuvo o quizás por esa desgracia, y Cleto es un tipo taann tranquilo y la Gente ahora quiere tranquilidad y nada de rencor. Las ideas políticas de Gabriela y de Cleto por hoy se las debo, porque si no el post se va a hacer muy largo).

El problema para la señora excedida de peso (como la llama respetuosamente Hugo Moyano) es que, si quiere ser presidenciable, debería exhibir en octubre algún triunfo categórico en al menos un distrito importante. En Chaco se han olvidado un poco de ella, o sólo recuerdan su rol como fiscal de la dictadura. En Santa Fe (esa provinicia tan llena de Campo y todos sabemos que Lilita A-M-A al Campo) la cosa es complicada, porque está Reutemann (a quien Lili le tiene cariño) y Binner (que decididamente no la quiere a Lili): Santa Fé es una zona complicada. Está Tierra del Fuego y allí el Ari es poder (pero también está sufriendo el desgaste del poder), pero el Ari de Tierra del Fuego es poco confiable para la Gorda, a veces se le retoba y vota en favor de los proyectos presentados por la Banda de Ladrones.

En el lugar del país en el que la señora excedida de peso tiene buena ponderación es en Capital. Pero hete aquí que en Capital la Gente A-M-A a Gabriela por los motivos antedichos. O sea: la Gorda no tiene chances de convencer al electorado porteño que deje de votar a la Querida Gabriela para que vote a su ahijado Prat Gay (un joven brillante, la Nueva Política). A la Gorda esta falta de espacio la tiene un poco apretada. Cómo hacer para salir en la foto del lunes. Entonces ella ha registrado los amables retos de Mirtha Legrand y de Flavia que le trasmitieron la voluntad de la Gente para que la oposición se una; Lilita ofreció a Prat Gay como integrante de la lista de Gabriela, en el puesto que la gente del Pro disponga, cosa de salir diciendo: ¡ganamos en Capital con el 55 %! Primero Lilita había dicho que a Gabriela la amaba pero que el límite era Mauricio (parte de la Matriz de la Corrupción en la versión 2007 de la Gorda). Pero como esta dosis de buena onda no sería suficiente para hacerse confiable a la gente de Pro, Lilita entendió el mandato de las señoras Tinayre y Antín y en los últimos días ha dicho que ella y Mauricio se deben un café, para mirarse a los ojos y abrir los corazones.

Lo gracioso es la forma en que respondió Mauricio: Yo me siento a hablar con gente a la que conozco, pero ¿quién es Carrió? No la conozco. ¿Qué gestión puede exhibir? Ella ha hecho carrera con denuncias que no llegan a nada, yo en cambio estoy en la Gestión, que es lo que la Gente quiere. Lilita ha quedado duramente desairada.

Uno podría decir que el desaire es un notición para los diarios del sábado o del domingo (tan entregados que están a sopesar todas las variantes de la alquimia electoral). Título de tapa de Clarín de acá a la China: Macri desairó a Carrió. Bueno, en la tapa no estuvo, ni el sábado ni el domingo. ¿En páginas interiores? A ver, página 3 no, página 5 no, en la 11 no, en la 46 tampoco, en Clarín del Amanecer no dice nada al respecto... ¡para Clarín el desaire de Mauricio a Lilita no fue noticia! Un toque de atención para los problemas argentinos.