todos estamos igual

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Decisión política: esta hora tan exigente para todos

La otra.-radio, con Hugo Presman y Diego Skliar, para escuchar clickeando aca


El domingo pasado estuvimos hablando en La otra.-radio del momento político especialísimo que se atravesamos, con el fin del mandato de Cristina y la sorpresa dramática de una segunda vuelta con final abierto, con un candidato de derecha pura y dura como Macri, y otro que recién ahora está ordenando su frente interno, para presentarse como la clara alternativa  que desde el peronismo puede frenar un avance brutal de la derecha. Nosotros en el staff de La otra tenemos matices diferenciados, aunque finalmente coincidimos en votar a Scioli en segunda vuelta. E invitamos a dos periodistas muy inteligentes, Hugo Presman, co-conductor del programa El Tren, de Radio Cooperativa, lunes a viernes a las 19:00 , con una posición de izquierda que ha apoyado al gobierno kirchnerista haciéndole serias críticas; y también con Diego Skliar, conductor de La Mar en Coche, que sale al aire de lunes a viernes a las 10:00 en La Tribu, y desde la izquierda plantea serias reservas al modelo productivo extractivista / desarrollista que ha sostenido el kirchnerismo. De manera que desde posiciones no del todo enfrentadas pero tampoco idénticas estuvimos planteando preguntas y definiciones sobre esta hora tan exigente para todos. Lo que transcribo aquí es una parte menor de un debate más extenso y complejo, que pueden escuchar entero clickeando acá.

Oscar Cuervo: Estamos en un período inquietante por lo breve, porque llega hasta el 22. Yo tengo conciencia de que ahí no termina nada sino que la cosa sigue, sea como fuera que termine esa elección. Pero este período está cargado de dramatismo por qué uno tiene que pensar si hasta el 22 puede hacer algo para dirigir el rumbo que va a tomar la historia argentina en los próximos años.

Willy Villalobos: A mí me sorprende el nivel de discusión política que se ve en la calle, en el tren, en el subte. Y me parece que esa es la respuesta a una situación inesperada por todo el mundo, en cuanto hubo una manifestación popular que dejó sorprendido incluso a los que mejoraron su cantidad de votos, que es la derecha más trágica. Sucede a veces que hay un cachetazo producto de una manifestación política inesperada por parte del conjunto, que produce mucha discusión, que es muy saludable, y que de esta discusión se configure el "nosotros". Porque después desmenuzando, vos decís que va a haber represión, gane quien gane, que es posible que haya ajuste, gane quien gane. Ahora eso es un buen punto de inicio para una discusión. Quizá en otro momento la urgencia no daba para tanto, yo creo que ahora de mi parte hay una necesidad de captura del voto a voto a Scioli, porque me parece que no es lo mismo uno que el otro y no es lo mismo el futuro que se puede dar según quién gane.

Diego: En estos días, argumentos y motivos antimacristas tengo un montón, y me parece que eso es lo que hay que poner en juego, pensar qué significa el macrismo en la ciudad, del mismo modo que sabemos cuáles son las líneas estratégicas de Alfonso Prat Gay, seguramente ministro de economía en caso de que gane Macri. Yo no tengo nada para decir acerca de Scioli, en lo personal me encuentro ante ese problema, no tengo ningún motivo para acompañar a Scioli ni al gabinete que nombró. Cuando las cosas se ponen en términos personales, se pone bien difícil la cosa. En ese sentido me pareció muy rico el desafío que planteó Oscar en los días anteriores a la primera vuelta, al anunciar que dejaba en blanco esa parte presidencial de la boleta. Es muy rico el desafío de pensamiento, más allá de lo que le puede haber parecido a sus amigos, abre ahí una discusión que está buenísima, que tiene que ver con cuáles son nuestras preguntas y no la pregunta sobre encolumnarse ciegamente detrás de eso que encarna Scioli y el equipo que parece que va a armar.

Oscar: Es una pelea que percibí en mí, que me inclinó la balanza pocos días antes de la primera vuelta, lo cual me da cierta tranquilidad después, porque también me dan bronca los que patean al caído, que les ven todos los defectos a los candidatos una vez que perdieron. Yo percibía eso y sentí que tenía que decirlo. A su vez, como soy porteño, conozco a Macri. En esto los porteños tenemos una responsabilidad adicional porque fuimos gobernados 8 años por Macri, o sea que no es una incógnita para nosotros. Y ahora el otro motivo que para mí es decisivo, es que, más allá de Scioli, que es una persona que no me despierta simpatía, en segunda vuelta voy a votar a Scioli, porque voy a ponerme del lado de la coalición social que va a votar a Scioli, una coalición que tiene una historia argentina y ahí está la reserva que nos queda para resistir a ese ajuste del que Diego hablaba recién, cualquiera que sea el resultado.

Diego: ¿No hay una pregunta inmediatamente posterior a esa de decir "voy a acompañar a esa coalición", que es cómo voy a condicionar en esa coalición?

Oscar: Sí, por supuesto. Esa es mi posición actual. Yo soy alguien que votó en blanco para presidente en la primera vuelta y que vota a Scioli como freno a Macri, con todas las alertas puestas por los motivos que me llevaron a votar en blanco en la primera vuelta.

Hugo Presman: Hoy estaba escribiendo la próxima nota, en la que digo que uno tiene que plantearse lo que va a hacer. Yo voto a Scioli. Pero no voy  negar todo lo que dije en este tiempo, yo fui muy crítico de Scioli, más aún, nunca pensé que podía llegar a votarlo. Teniendo en cuenta que uno de sus méritos es la lealtad a cada uno de los gobiernos de los que formó parte, que son antagónicos entre ellos, es como una especie de recipiente en el que se coloca la posición ideológica del gobierno que integra. Y ahora su discurso kirchnerista está muy acentuado. Y creo que eso fue uno de los errores cometidos en la campaña. Creo que la planificación original era hacer ultrakirchnerismo hasta las PASO y hacer después un discurso más amplio, a los efectos de ir hacia los sectores a los que el kirchnerismo no llega. Como desde la Casa Rosada y también desde la Cámpora le hicieron una marcación hombre a hombre, él no ha podido despegarse de eso, es más, acentuó el kirchnerismo. Y eso hizo que no pudiera aumentar el porcentaje que obtuvo. De manera que en estos 20 días me parece que los ejes de campaña deben ser muy amplios, no se puede ganar meramente con los propios, menos llegar a un 50%. Hay un 30% del electorado que es fluctuante, que no es kirchnerista ni es furiosamente antikirchnerista, ni es macrista ni es antimacrista. Según la circunstancia pueden votar a uno o a otro. Por eso es tan voluble el electorado argentino. Ese sector se aleja del kirchnerismo por motivos que nosotros desechamos. No nos molesta la cantidad de cadenas nacionales, ni el dedito levantado de Cristina, ni los malos tratos que son reales, el kirchnerismo es brutal en esa relación, ni la falta de reuniones de gabinete, ni la falta de conferencias de prensa. Además, no estaría mintiendo Scioli, porque es muy posible que por las características personales que todas esas cosas no las haga. Todo eso que él puede cumplir a ese sector fluctuante le llega. No es bajar ninguna bandera decir esto. Y además para no irritar a los sectores más duros del kirchnerismo puede decir que cada presidente tiene su impronta. Y tenés una apertura hacia un sector que con las banderas tradicionales del kirchnerismo no llegás, porque está enojado.

Oscar: Diego, ¿tu vínculo con tus oyentes te exige en estas semanas declarar qué pensás votar, te permite pensar en voz alta? ¿cómo estás llevando este tránsito?

Diego: Van muy pocos días del domingo de las elecciones, ese groggy que sentimos un poco todos hizo que la semana anterior fuera muy rara, pero sí hay una exigencia de debate real y profundo, puede ser que con el correr de los días eso vaya tomando la forma de un pronunciamiento más directo, en el cual no tenemos nada que decir. Me parece que la decisión privada de las personas, de qué terminan resolviendo el 22 adentro del cuarto oscuro, comunicar eso no es el rol de un programa de radio. No creo que tengamos que dar una respuesta ni tampoco subestimar lo que va a hacer la gente en función de la información y las miradas que vaya recolectando.

Oscar: Decir lo que hagan los oyentes no, pero decir lo que vos vas a hacer, ¿sí o no?

Diego: Si a alguien le importa, sí, tal vez no sea el aire el lugar donde enunciar eso. Puede ser que la urgencia nos haga charlar entre nosotros lo que hay que hacer el 22. Ahora inmediatamente o en simultáneo hay que empezar a discutir lo que vendrá. Y lo que vendrá es cómo vamos a detener la maquinaria desarrollista que es el gran consenso de esta época. Esa es una pregunta que a mí me interesa ¿Hay un consenso desarrollista, gane quien gane? Los tres candidatos que llegaron a la final plantearon un mismo modelo de matriz productiva, en el fondo. Después, los matices no son menores y uno puede cambiar una decisión, eso está claro, pero esa pregunta tiene que estar presente ya mismo, si ese desarrollismo que nadie critica es un tema de discusión o no. Si el agua contaminada es algo que solo le importa a alguien que vive cerca de la Barrick Gold o ese agua contaminada es algo que finalmente terminamos sudando nosotros. Para mí esas preguntas hay que hacerlas en simultáneo con la pregunta urgente.

Oscar: En la campaña los tres candidatos esgrimieron esa palabra, desarrollismo, pero es una palabra sumamente vaga. Yo creo que es una palabra que merece ser desmontada y pensada. No es lo mismo si se trata de la preservación del empleo, de la protección del mercado interno, del trabajo, de paritarias libres, de esa base que te permite sostener un desarrollo industrial necesario para cualquier proyecto de pleno empleo.

Diego: Pero ahí cabe una segunda pregunta: por el boom del precio de las comodities durante todos estos años, con el boom de la soja, el fracking, etc., con la liquidez que lograste con ese tipo de industria ¿vas a seguir inyectando un boom de consumo en vidas individuales, que después terminan votando a la derecha? ¿o esa renta que extrajiste de manera muy discutible la vas a invertir en bien común? A mí me parece muy bien que se haya inyectado el consumo en sectores que no estaban pudiendo acceder, no hay duda de que cuando alguien no tiene para comer está bueno que coma, ahora ¿la política va a seguir siendo la inyección directa al bolsillo individual generando vidas bobas?

Hugo: El tema del deshilachamiento de la unidad latinoamericana es muy doloroso. Sin una unidad latinoamericana, las suertes individuales están selladas. Y junto con esto surge el Tratado del Pacífico, que es el ALCA entrando en forma individual por la vía del Pacífico. Estamos a pocos días del 10 aniversario del NO al ALCA, que yo no tengo ninguna duda de que los estudiantes dentro de 70 u 80 años tomarán como un hito histórico fundamental. Ahí el papel que jugaron Kirchner, Chávez y Lula fue realmente notable. Pero lo cierto es que la situación ha cambiado. EEUU empieza a recobrar su interés y su fuerza en América Latina en el mismo momento en que los gobiernos más interesantes que se han dado en América Latina sufren serios problemas. Y con relación a algunos de los sectores de la izquierda, vemos que Patria Grande llama a votar a Scioli, no sucede lo mismo con Libres de Sur, si uno toma a Victoria Donda, que dice que va a votar en blanco. Y en ese aspecto sería interesante dirigirse al progresismo, palabra que a mí en líneas generales me cae mal. Un progresista, para usar una metáfora futbolística, es un tipo que desde la tribuna dice que todos los goles que se erran en la cancha él los hace. Ahora cuando baja a la cancha, ahí empieza a decir "bueno, no me dejan, ponen pierna dura, el referí está comprado, etc.". Ahora tengo otro ejemplo para este caso, que sería que los progresistas son los que llevan el paraguas en días de sol y cuando llueve, casualmente están sin el paraguas, pero no solo eso, sino que salen a defender a los fabricantes del paraguas y no a los usuarios del paraguas. Ese es el voto en blanco de Victoria Donda o el voto a favor de Macri de Margarita Stolbizer, que vota a Macri desde el progresismo.

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