Ayer, mientras transcurría el funeral de Santiago, en Bariloche se vivió otra jornada de violenta represión estatal. La Prefectura asesinó al joven mapuche Rafael Nahuel en la zona de Mascardi. La bala disparada por agentes de Prefectura que mató a Nahuel ingresó por un glúteo y salió por el torax. Es decir: el muchacho fue asesinado de espaldas. Los medios oficiales, con una resonancia siniestra de las épocas del terror de estado, hablan de otro muerto "en un enfrentamiento".
ATE de El Bolsón informó que luego de la brutal represión y el asesinato de Nahuel, fue detenido por la Gendarmería el Secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) Seccional Andina Sur (El Bolsón), Javier Milani, y su esposa la trabajadora estatal Florencia Placidi, desconociéndose hasta el momento en que comisaria o centro de detención fueron alojados.
La cacería, por lo visto, no se limita a perseguir a integrantes de la comunidad mapuche sino a instalar en la zona un estado represivo que anule las garantías constitucionales y permita desatar la persecución de fuerzas opositoras. Como ya se hizo en enero de 2016 en Jujuy, el estado de derecho se va cayendo a pedazos en diversos puntos del territorio argentino.
"Luego del fusilamiento de un manifestante, la violación de los Derechos Humanos no encuentra límites en nuestra provincia en este momento. Están deteniendo a todos los militantes sin motivo alguno, incluido nuestro Secretario General de la Seccional El Bolsón y su familia. Tenemos otro dirigente desaparecido en los montes. Vamos a viajar de inmediato al lugar y lanzar medidas de fuerza en todo el Estado", indicó Rodolfo Aguiar, Secretario General de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la CTA Autónoma de Río Negro.
En realidad, los testigos del asesinato de Rafael Nahuel detenidos son dos: Los jóvenes Fausto Jones Huala y Lautaro Alejandro Gonzalez están detenidos e incomunicados por orden del juez Gustavo Villanueva en la delegación de la PSA de Bariloche. Es imprescindible visibilizar esta situación ya que en la noche de ayer el Juez Villanueva negó la detención y manifestó que no había ningún detenido. No se sabe en carácter de qué se encuentran privados de su libertad.
La zona está militarizada, llena de retenes de gendarmería y policías.
¿A partir de cuántos muertos y secuestros el patrón asesino del estado se torna sistemático?
Después de conocidos los resultados de la autopsia de Santiago Maldonado, en los mismos días en los que sus restos mortales son velados y sepultados en 25 de Mayo, mientras la prensa oficialista pretende dar por cerrada la investigación de su muerte en medio de la violenta represión de Gendarmería en agosto instalando que Santiago simplemente "se ahogó", desconociendo que la muerte ocurrió en el contexto de un operativo de represión ilegal, se produce esta nueva escalada de violencia en el sur argentino.
No creo que sea casual: el régimen elige así reafirmar la política represiva que empujó a la muerte de Santiago. Es su manera de "celebrar" la autopsia y reforzar la persecución racista. Como durante el terrorismo estatal de los 70, la prensa del régimen hace pasar estos asesinatos como "enfrentamientos", acentuando las continuidades de las políitcas represivas y la decisión de hacer escalar el conflicto. La fuerza política que ganó las elecciones con el slogan "unir a los Argentinos" parece haber definido su "otro" a extirpar del cuerpo social: los mapuches, cuya persecución racial se agudizó de modo alarmante en los últimos meses.
Como dice el informe del CELS respecto de las conclusiones provisorias en la investigación por la muerte de Maldonado:
"El Poder Ejecutivo y el Poder Judicial de la provincia de Chubut fueron los primeros en identificar a la Pu Lof con el grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) que utiliza la acción directa como forma de protesta y en referirse a ellos como “terroristas”, calificación que implica sostener que son una amenaza seria para el Estado argentino y para sus habitantes. Esta caracterización desproporcionada del conflicto busca justificar respuestas estatales represivas y acciones de inteligencia ilegal.
"En 2016, el gobierno nacional promovió este enfoque que coloca el conflicto mapuche como una amenaza a la seguridad nacional. En mayo de ese año, Gendarmería Nacional (GN) y el Grupo Especial de Operaciones de Chubut allanaron el territorio de la Pu Lof con autos particulares sin identificación y efectivos encapuchados. En enero de 2017, se produjeron tres operativos violentos, uno de GN y dos de la policía provincial; tres personas fueron heridas de gravedad.
"El 31 de julio de 2017, Pablo Noceti, jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, reunió en Bariloche a los ministros de seguridad de Chubut y Río Negro y a los jefes de las fuerzas provinciales y federales para “coordinar acciones de defensa” ante posibles “ataques” del RAM. Les ordenó utilizar los supuestos de flagrancia -es decir, intervenir sin orden judicial- para detener a integrantes de las comunidades mapuches. Un día antes del operativo que desembocó en la muerte de Santiago Maldonado, Noceti declaró a Radio Nacional Esquel que los mapuches querían “generar caos y desorden y temor en la población” y que tendrían relaciones con “extremistas kurdos”. Estas afirmaciones responden al enfoque del gobierno nacional que considera que el narcotráfico y el terrorismo son parte de lo que internacionalmente se considera el “paradigma de las nuevas amenazas”, sin explicar cuál es la actividad terrorista concreta".
Parece claro entonces que hay una decisión estatal de optar por la vía violenta en la resolución de un conflicto ancestral que el estado argentino debería resolver de modo pacífico y político. En cambio, con el apoyo sistemático de la prensa oficialista, se intenta reinstalar le hipótesis de la "amenaza interior" que justifique un estado represivo que sea consentido por una parte de la población. Extraño este fomento del "nacionalismo" antimapuche por parte de un gobierno entreguista de la soberanía política y la independencia económica en favor de las potencias trasnacionales.
Ayer, una testigo del clima que se vive en la zona del conflicto relataba su experiencia persona:
"Recién llego del Hospital de Bariloche, desde las 5 de la tarde estamos acompañando a mujeres mapuche con sus chicos y miembros de distintas comunidades que quieren saber quién de los suyos fue asesinado o herido en la represión -cacería en el Lago Mascardi. Hace 5 horas que nadie les informa nada. Las mujeres corren atrás de las ambulancias que llegan a la guardia para saber si traen a sus heridos. Abogadas defensoras de derechos humanos interpusieron Habeas Corpus preventivo. La Cámara de Comercio local celebró la represión. Hubo gente celebrando en la ciudad que asesinaron a un indio. Hay gente en la ciudad que "quiere bala". Ví a mujeres mapuche llorando, angustiadas, sufriendo. Las ví cortando la calle y haciendo fuego en la puerta de Parques Nacionales. Las ví correr de la policía y bajar hacia a Catedral. Ví como dos hombres de casi dos metros fueron a pegar a mujeres mapuche y a sus hijos pequeños que habían interrumpido una misa para denunciar que estaban asesinando a su gente. Ví a dos jóvenes que fueron a impedir que eso ocurriera. Una mujer le pegó a un niño mapuche en la catedral. Lo vi llorar y a su madre, preguntar quién lo había hecho, sin que nadie respondiera. Escuché a los fieles decir que si estaban matando mapuche "algo habrán hecho". 5 horas esperando que alguna autoridad local, provincial, nacional informara qué estaba pasando en el Lago Mascardi. La ciudad se llenó de policías, la ruta camino a El Bolsón estuvo horas cortada, no dejaron pasar a organismos de DDHH que iban al lugar donde se estaba produciendo la represión cacería. Hace un rato ordenaron allanamientos en el km 7, donde vive una mujer de la comunidad, sus lamienes pedían urgente abogados y abogadas que las acompañen.
Me vine a casa a escribir estas líneas, algunas personas y organizaciones esperaban en el hospital novedades. La espera y el silencio una crueldad infinita."
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