todos estamos igual

martes, 30 de junio de 2020

EL PROFES1ON4L

El filmador filmado
Una de las mejores películas de Martin Farina y el retrato definitivo de Raul Perrone: hoy 22hs por Canal Encuentro


EL PROFES1ON4L es la película más libre y feliz de Martín Farina, creo, de una elegancia formal carente de todo cálculo, una apuesta al realismo en la que la precisión de su punto de vista resuelve de manera sencilla un asunto muy complejo. 

Se dice que la especialidad de Farina es el retrato cinematográfico y no está mal dicho, porque consiguió retratos muy precisos de personas tan distintas como Esther Díaz (en Mujer Nómade), Mariano, el fabricante de ladrillos (El hombre de Paso Piedra), y también retratos conjuntos, como los jugadores de Platense en su concentración (en Fulboy) o los chicos de una escuela secundaria reunidos para decidir a cuál de sus compañeros elegirán para llevarlo al viaje de fin de curso sin que pague (en El liberado). Su especialidad parece ser acercarse a la verdad íntima de sus retratados mientras ellos se desenvuelven en tareas específicas. En sus películas no vale lo que ellos digan o lo que otros digan sobre ellos, sino lo que la cámara logra capturar incluso a pesar de ellos. 

Pero siempre hay algo más en el cine de Farina. El problema decisivo del retratista es la posición en la que él se coloca para ver un aspecto del retratado que de otra forma no se vería, la precisión para ubicarse en el espacio desde el cual se capta un gesto, un temblor, el momento en el que un cuerpo vacila y un alma emerge. En Fulboy, está claro que el centro del conflicto de la película es cómo penetrar en la intimidad de un plantel de futbolistas, una zona de difícil acceso para el que no es del palo. En Mujer Nómade, Farina mismo declaró su propósito de filmar la manera en que un cuerpo es atravesado por la filosofía; así logró destituir el dispositivo teatral de la profesora Esther Díaz para convertirla en carne enteramente cinematográfica.

El retrato cinematográfico lucha siempre contra este problema: ¿cómo puedo entrometerme yo en el espacio del retratado, con qué autoridad? ¿A qué distancia tengo que poner la cámara para que en un instante destelle la verdad de su cuerpo y mi presencia no arruine la revelación? Se trata de una dialéctica siempre inestable entre el rostro y el marco de la pantalla. Es decir: al retratar al otro arriesgo mi posición, en el sentido más concretamente espacial, para filmarlo. Al retratar al otro, doy a ver mi propia mirada


Este problema nunca puede hacerse más patente que cuando el retratado mismo es un cineasta y es filmado en el momento en el que él filma. Y el cineasta retratado en EL PROFES1ON4L no es cualquier cineasta, es uno que vive filmando sin parar, vive para filmar, desprovisto de casi cualquier recurso que no sea su propia ansiedad por filmar. El retratado es Raúl Perrone, el Perro, que en momentos de zozobra trata de convencer a su equipo de colaboradores, totalmente anonadados, a la vez que trata de convencerse a sí mismo, de que él es un profesional. ¿Qué cosa es ser un profesional del cine en la mente de Perrone? No se trata de ninguna investidura exterior. Para una mirada desorientada, en medio del caos que él mismo se encarga de agudizar alrededor suyo, podría parecer que el viaje en el que se embarcó y en el que arrastra a toda su tripulación no va a llegar a buen puerto. El hecho de que un personaje abra una puerta y se encuentre con otro al que tiene que abrazar parece una proeza imposible de filmar: el Perro, como un aprendiz de brujo, está a punto de fracasar en el intento de que los entes del universo le obedezcan para plasmar la mirada que lo persigue. Revisa sus propias anotaciones y parecen despistarlo más que ordenar su tarea. Un personaje tiene que pasar corriendo y tropezarse con un cadáver, pero el ritmo justo que el plano requiere, el encuadre desde el cual ese movimiento pueda integrarse a otros en medio de una película amenazan con no adaptarse a sus posibilidades. 

EL PROFES1ON4L es una gran comedia, por momentos desopilante, porque nos hacer creer que este hombre que se empeña en dar indicaciones desconcertantes a un grupo de no profesionales no será capaz de rescatar una sola imagen buena en toda una jornada agotadora. Y, sin embargo, spoiler alert, Farina se encargará de mostrarnos al final la belleza inapelable de las imágenes que Perrone logra arrancar con furia a ese caos indócil. 


EL PROFES1ON4L es la mirada cinematográfica de Farina hacia la mirada cinematográfica de Perrone, dos directores de procedimientos totalmente distintos. Porque Farina logra meterse en la filmación de Perrone y filmarlo filmando. Farina tiene que proceder con extrema cautela en medio del caos que Perrone necesita crear para crear. Cuando Perrone intenta arrastrar a Farina al clima de zozobra que impera en el rodaje, Farina responde con elegancia exótica. 

Perrone filma Cumparsita, una película sobre campesinos rusos oprimidos que quieren rebelarse, y la filma en un caluroso galpón de Ituzaingó envuelto en un paño verde. La filma con habitantes de Ituzaingó, con caras de Ituzaingó, que no tienen memoria emotiva de haber vivido la estepa rusa y no se rebelan ante el poder despótico del director. ¿Qué puede salir mal? Todo, según la impotencia que Perrone no se cansa de vociferar, dado que nadie entiende lo que él les indica. Nada, cuando vemos el magnífico resultado de esos planos paridos con dolor. Sale todo más que bien. El contraste entre el barco a punto de naufragar que Farina tripula junto a otros marinos mareados, comandados por el desbordado Capitán Perrone, y la majestad con que se mueve la nave de Cumparsita terminada es infinito. Farina filma en colores de comedia el universo de tragedia en blanco y negro que Perrone se propone desplegar. 

Un solo plano secuencia registra el trayecto en remís en el que Perrone y Farina se trasladan desde el taller del cineasta hacia un bar de la estación Ituzaingó, durante el cual el primero parece abrirse a confesar su credo cinematográfico. Con notable originalidad, Farina manipula este plano para hacer funcionar en reversa la dirección de la imagen contra la del sonido, en un típico procedimiento perroneano. Solo en esta secuencia pareciera que Perrone tomó el comando de edición de la película de Farina. En medio de una película dedicada a registrar el espacio real de una ficción, Farina aplica por única vez un procedimiento anti-realista: una secuencia que muta hacia el género fantástico.


Al principio de EL PROFES1ON4L, la película se encarga de hacernos oír cómo dos cineastas tan radicalmente diferentes en sus procedimientos y en sus resultados comparten una inesperada camaradería. Los dos solos en el taller de Perrone se entregan a jugar con la cámara y unos animalitos de plástico, mientras conversan despreocupados, como verdaderos compinches. Vemos los juguetes filmados y oímos que los cineastas se divierten jugando. Hay cierta erótica en el clima de relax con que dos hombres grandes juegan como chicos. ¿Quién dirige esta escena?

domingo, 28 de junio de 2020

Nuestro negacionismo

La deuda sagrada




"Nosotros nos educamos sobre un negacionismo de la segregación de los pueblos originarios, de los indígenas, de los negros, de los morochos, de los sectores populares que no son los blancos descendientes de europeos. Nos educamos sobre un negacionismo de lo que se les ha hecho, de lo que se les hace, de lo que sigue ocurriendo. Creo que ese drama es hora de que lo rediscutamos. Entonces un día ocurre una experiencia. De repente un grupo de indios hacen algo. Hacen algo porque se les deja hacer eso. Hay una situación que también es de buena conciencia, la buena conciencia movimientista, populista, peronista. Y es bueno que hagan eso, el lado mejor de todo esto que estamos discutiendo ocurre de ese modo. Pero en el mismo momento en que ese proceso se da se gesta también la destrucción de ese proceso. Esa destructividad hacia el movimiento empoderado de los pueblos, de los indígenas, de los humildes los acosa desde el primer instante y los obliga a replegarse, a estar a la defensiva, en un estado permanente de tensión, de descalificación y de alienación. Todo el trayecto de la Tupac Amaru en Jujuy estuvo conviviendo con el rechazo permanente. Qué desgracia los grupos políticos rivales, competidores o compañeros que no lo han podido pensar. Y tampoco se les puede reprochar eso porque también forman parte de los subuygados, de las víctimas. Es decir, toda lucha emancipatoria es taambién una tensión que se produce entre los propios actores de la emancipación. En las velocidades y los caminos divergentes, las tensiones porque uno está mejor que el otro, porque uno recibió algo que el otro no recibió. Esas son cosas que también tienen que ser pensadas, no pueden ser pensadas por el discurso político, son tabúes, que no hay que mencionarlas y que el enemigo sí sabe usufructuar, sabe cómo incentivar, cómo manipular, lo sabe todo el tiempo, desde el primer momento" comienza diciendo Alejandro Kaufman en "El drama de la Tupac" capítulo V de unta serie de documentales cortos producidos por Mariano Gerbino para el sitio web Sangrre que aquí pueden verse:

Cap. I



Cap. II



Cap. III



Cap. IV



Capítulo V



Experiencias emancipatorias vs. negacionismo. 
La Tupac Amaru y la violencia manipulatoria sobre lo popular. 
Colonialismo y subyugación: elementos latentes. 
Milagro Sala: no fue magia.
Una conversación en proceso con Alejandro Kaufman.

Voz en off: Alejandro Kaufman
Fotografías: Silvana Lanchez
Música: Gustavo Santaolalla
Entrevista: Karina Arellano
Grabación voces: Alejandro Soler, Manuel Soler
Posproducción de sonido: Hernán Espejo
Producción: Mariano Gerbino
Fuente: Sangrre - Sitio web, ensayo antifascista.

martes, 23 de junio de 2020

Locos sueltos, conspiraciones, Covid-19 y 5G

ES Fotografía

por Lidia Ferrari

En Argentina se reunieron quienes, de vez en cuando, dejan de ser sólo “loquitos sueltos” para amucharse un rato. La fortuna es que siempre son pocos. Esas pocas ‘almas’ se reúnen con consignas que parecen ratificar la extinción de la lógica en las mentes humanas. Parece una empresa imposible comprenderlos, aunque algunas categorías freudianas ayudarían. El problema se presenta cuando salimos de la singularidad de esas ‘almitas’ capturadas en las redes discursivas de ‘vanguardia’ e intentamos pensar dónde se originan tan delirantes aseveraciones que usufructúan del Covid-19 para crecer. No son sólo unos locos sueltos argentinos. Para analizar cierta coherencia que tiene ese discurso en su incoherencia me remito a una nota de un periodista canadiense que, parece, está teniendo algunos problemas por vincularse con antisemitas y despotricar contra antifascistas y marxistas. Pero no importa el autor, porque su texto es uno más de los que circulan imponiéndose entre las almas simples en el intento de instaurar un determinado sentido común.

La traducción del título francés sería La gran mascarada universal y establece una relación entre el dispositivo de vigilancia de "el ojo que ve todo" de Jeremy Bentham con el "ojo de Sauron" del Señor de los Anillos. Después de hacer evidente el control y vigilancia extraordinarios en que vivimos nos dice: “El Señor Oscuro se puede comparar ventajosamente con Georges Soros, ya que de Sauron a Soros hay mucho más que una simple anamorfosis en juego. De hecho, estos dos potentados comparten un solo apetito por el control de las almas. La destrucción de las fronteras y las identidades que representan para Soros una verdadera búsqueda iniciática...”.

Dirá que “los grandes directores del circo universal han creado una especie de teatro de sombras a partir de esta "pandemia" de coronavirus que, según ellos, representa una oportunidad de oro para organizar la gran Guerra de todos contra todos. Por lo tanto, confiando en el efecto del miedo y el seguimiento de las multitudes para asignar un lugar a miles de millones de personas desorientadas, los grandes directores acaban de confiscar el espacio público de manera definitiva”.

Nos advierte que nos han convertido en números. Cita a The Matrix, la sociedad distópica, la inteligencia artificial que pronto escribirá por nosotros, habla de los protohumanos, el neohumano, denuncia los delirios distópicos que están remodelando el material humano “al servicio de los grandes directores de la comedia globalista Divina de hoy”, menciona a Silicon Valley, no deja ningún punto sin denunciar. Nos dice que “privados de la escritura y el discurso liberador, perderemos incluso la capacidad primaria de pensar si persistimos en consentir lo impensable”. Denuncia las posibilidades de manipulación que ofrece la tecnología actual y consolida un discurso contestatario del orden mundial, difícil de rebatir. Hasta menciona al pobre Guy Debord, al decir que se cumplieron sus profecías de la sociedad del espectáculo.

Su descripción crítica de la dominación neoliberal y de una realidad global no son demasiado diversas de las que han sido puestas en discusión hace bastante tiempo, pero...

Pero sigue diciendo: “La búsqueda desenfrenada de la imposición de una vacuna universal nos recuerda la obsesión del Señor Oscuro con este Anillo Único de poder ilimitado. La vacuna, a través de la inyección de nanopartículas apropiadas, permitirá el uso de la tecnología de antena 5G para rastrear los números humanos y, por lo tanto, Lord Soros podrá neutralizar a los individuos "no conformes". Describirá cómo seremos neutralizados y sujetos a una remodelación de la personalidad y los afectos, y cómo, quienes se atrevan “a criticar al Orden Universal organizado por los nuevos directores de la Divina Comedia posmoderna”, serán neutralizados con software para esclavizarnos, de la mano de Bill Gates.

Al leer este fragmento pueden pasar dos cosas, que una explote en carcajadas o que una se lo tome en serio. Lo que sigue nos dirige hacia la seriedad de la cuestión.

Nos dice que “La prisión panóptica universal está a punto de completarse”, para luego agregar que “las estrategias de confinamiento practicadas por los directores de escena han permitido recuperar los últimos bastiones de resistencia a esta dictadura virtual”. Es esta frase la que resignifica toda la parafernalia previa. Nos dirá que la única resistencia al Orden neoliberal que todavía existía fue sometida merced a las estrategias de confinamiento. En conclusión, todos sus argumentos tenían como objetivo minar esas estrategias. Tenemos a la derecha argentina, italiana, española acusando de dictaduras a gobiernos que pretenden cuidar a su población y, no casualmente, gobiernos que intentan introducir algún pero, alguna coma, al guión neoliberal. Entonces, el discurso que denuncia un orden mundial que nos quiere esclavos, se asocia, se pega, se agarra al confinamiento de la pandemia y a la vacuna para espantarnos sobre estas operaciones de cuidado y, como telón de fondo, ese objeto fantasmático del 5G. Aquí todo el edificio narrativo se viene abajo, si lo sabemos leer. Toda su artillería narrativa se dedica a advertirnos que el confinamiento y la vacuna contra el Covid-19 son para instalarnos un microchip operado por tecnología 5G. Aunque parezca delirante, he escuchado versiones libres de este argumento mucho más estrafalarias, y dichas por personas que juzgaba sensatas.

Las variedades locales y singulares en que son acogidos estos discursos pretendidamente hegemónicos, lo hacen con equívocos, con derrapes de ‘teléfono descompuesto’, como es inevitable que ocurra.

Surge la pregunta sobre cuáles son las usinas donde se elaboran estas ideas y cuáles son sus razones. No sabemos responderla. Lo que sí podemos hacer es analizar su texto. Dentro del fárrago de contenido mezclado casi azarosamente, se pueden leer algunas premisas que funcionan como texto inmóvil. Algo así como un plato que luego será modificado a piacere de acuerdo con los gustos del cocinero, pero en el que no pueden faltar dos ingredientes esenciales: el Covid-19 (con su vacuna) y la tecnología 5G. Por ejemplo, en el Obelisco, al texto del periodista canadiense se le infiltró la defensa de la propiedad privada de Vicentin, y así el sabor argentino del plato está garantizado. ¿Por qué Covid-19 y 5G serían los ingredientes esenciales, los que no pueden faltar del plato? Eso permanece como el tema central para indagar.

Pero es claro que esta coctelería fatal (incluyendo furcios y delirios locales) interpela siempre, o casi siempre, ideologías de derecha. El tinte paranoico de la construcción es perfectamente congruente con nuestra época. Pero, sobre todo, con ciertas estrategias narrativas de dominación que quieren hacer pasar un discurso con apariencias de revolucionario y contestatario del statu quo para imponer propuestas y relatos conservadores, reaccionarios y de derecha. El título del texto y su contenido pretende descifrar la gran mascarada universal que nos conduce a la esclavización con un virus, un barbijo, una vacuna y un 5G. Es, como hemos visto en tantas oportunidades, una mascarada que pretende presentar un espíritu rebelde para consolidar posiciones reaccionarias.

https://lesakerfrancophone.fr/la-grande-mascarade-universelle

miércoles, 17 de junio de 2020

Algunas cosas van a volver




La pandemia cambiará muchas cosas que aún no sabemos bien. Yo por ejemplo extraño ir al cine, pero no sabemos cuándo se podrá volver ni cómo. Falta saber más para eso. En la historia algunas cosas han ido desapareciendo y otras nuevas aparecieron. En otras épocas, la gente se encontraba en el ágora, o en la iglesia, en los salones literarios, en la riña de gallos o en los clubes barriales. Algunas cosas van a volver, otras no. Pero una sola vida humana tiene un valor absoluto, en la memoria de una sola persona se guarda un montón de historias y emociones que se pierden cuando se muere antes de tiempo, por un contagio accidental (también todos nos morimos al final). Es decir, si logramos llegar la mayor cantidad de personas vivas, después veremos qué cosas reconstruimos. Quizás también empecemos a revalorizar los encuentros en espacios reales y dejar de vivir en las redes sociales, cosa que empezó a ocurrir antes de la pandemia y la cuarentena.

martes, 16 de junio de 2020

Te miro a los ojos y no sé qué hay ahí



¿Quién sos?
¿A dónde vas?
¿Cuál es tu nombre?
¿Por qué no te mostrás como sos?

Te miro a los ojos y no sé qué hay ahí
Me envenenás con esa larga mirada vacía
Te vestís como ella y ella camina en tus palabras
Fruncís el ceño y después sonreís

¿Sos mi amigo?
¿Sos mi enemigo?
¿Podemos fingir que vivimos en armonía?

Venís de la manera más extraña
La copiás con las palabras que decís
Necesito a esa chica como la noche necesita al día
No necesito que te metas en mi camino.

Vacancia.



El 19 de junio Neil Young va a publicar su disco solista Homegrown, grabado hace 46 años e inédito hasta hoy.

Con la colaboración de Levon Helm, Karl T Himmel, Emmylou Harris y Robbie Robertson, el disco se grabó entre 1974 y 1975, analógicamente, al uso de aquellos años.

Neil explica ahora: "Es un disco lleno de amor perdido y exploraciones. Una grabación que ha estado oculta durante décadas. Demasiado personal y reveladora para exponerse en la frescura de aquellos tiempos". Lo hizo después de una ruptura amorosa y por esa razón no fue capaz de publicarlo en ese entonces.

Proveniente de otra era, tiene un audio afín a cualquiera de los discos grabados por Neil en los últimos años. Lo que habla de la vigencia de su estilo genuino, más allá de todas las onditas que fueron y vinieron a lo largo de nuestra vida.

sábado, 13 de junio de 2020

Pandemónium

Notas sobre el desastre: el nuevo libro de Jorge Alemán

por Lidia Ferrari

Jorge Alemán en su último libro Pandemónium. Notas sobre el desastre reflexiona, entre otras interesantes cuestiones, sobre el declive de la autoridad simbólica. Este es el nombre que permite situar las condiciones y legalidades necesariamente compartidas para vivir en sociedad. Es necesario pensar la función de autoridad simbólica para entender, como plantea Wittgenstein, dónde se afirman esas proposiciones que deben quedar al margen de la duda, para que se pueda dudar; los puntos de orientación de nuestra experiencia, aún la más incierta y errática. 

Alemán plantea en el libro la ausencia de líderes políticos u organizaciones internacionales a la altura del desafío para la salida de la pandemia. Esta caída de la autoridad simbólica está estrictamente ligada con la maquinaria corporativa financiera internacional que funciona en automático. La pregunta es si no será allí, en los pliegues o fisuras de la relación entre la caída de una autoridad simbólica y la homogeneidad del neoliberalismo, que puede acontecer alguna contingencia política. La homogeneidad neoliberal no puede ser pensada como totalidad lograda sino a riesgo de eliminar la idea de la política, y también de las nociones de lo contingente y de la heterogeneidad radical. La pregunta es si no será posible pensar que esos dos rasgos de la actualidad (declinación de la autoridad simbólica y homogeneidad neoliberal) pueden catapultar no sólo a derechas y neofascismos varios, sino también la emergencia de una heterogeneidad radical, del lado populista de la razón, que se manifiesta en los feminismos, en las sacudidas de movimientos populares como el del actual anti racismo. 

El duelo por la figura de la autoridad simbólica podría posibilitar la emergencia de movimientos que no pueden ser apropiados ni por la maquinaria neoliberal ni por una dirección política al modo del siglo XX. Esto abriría paso a la emergencia de movimientos de los cuales no podemos calcular sus maneras ni sus consecuencias pero que, sin duda, podrían marcar una diferencia. Las actuales e inciertas circunstancias pueden ser el suelo sobre el cual proliferen las confusionales y estrafalarias teorías complotistas pero también podrían fecundar movimientos de signo popular de resistencia al orden neoliberal, de una manera más ligada a esa estructura casi caótica en la cual vivimos.

miércoles, 10 de junio de 2020

CABA: ciudad de los cabezas de termo


Supongo que todos habrán notado que el macrismo gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde 2007, nada menos. Ciudad presuntuosa, racista, ignorante, impiadosa, cruel. Abigarrada, atropellada, prejuiciosa, estéril, parásita de la riqueza nacional, tilinga, sobrevalorada, compadrita, cobarde, vocinglera, vanidosa, cualunquista, gorila, frívola, manipulable, insolidaria.

No es para nada casual que el macrismo se haya afincado como una garrapata en esta comunidad con un grado de imbéciles muy superior al promedio nacional. macri llegó a la presidencia de la nación bancado por las corporaciones mediáticas, el poder tribunal, el dispositivo financiero global, los fondos buitres. Duró un período en ese cargo y dejó el país hecho un estropicio. El conjunto de los argentinos tardó apenas un período en percatarse del fiasco: bastó verlo gobernar, aguantarse el tiempo que se le había concedido y salió expelido por el voto. Ningún presidente de esta nación, ni siquiera alguno de este continente pudo aspirar a la reelección y fracasó en el intento. Salvo macri. El conjunto de los argentinos notó rápido su error.

Solo CABA, la ciudad de Buenos Aires, autodenominada vanidosamente la Reina del Plata, viene eligiendo con persistencia al macrismo desde 2007, lo que demuestra su estulticia tenaz. No debe ser casual. El macrismo se enquistó en este terreno porque los porteños son los analfabetos políticos de la Argentina. Es también una cuestión estructural: la oligarquía local diseñó este país para que acá se enquistaran los peores y se reprodujeran a lo largo de los años. Hay un grave error en considerar a la Ciudad de Buenos Aires como el corazón cultural del país. Es la sede de los peores. No es casual tampoco que, con el presupuesto económico más elevado y sin recursos naturales propios, su composición social tiende a producir una comunidad de cretinos.

Quizá para que el país despegue de su postración va a ser necesario trasladar la Capital a otra región.

La verdad es que ser porteño es para mí un motivo de vergüenza. 

viernes, 5 de junio de 2020

Conversación entre César González y Marco Berger sobre "El cazador"





El cineasta, ensayista y poeta César González hace Tierra en trance todos los martes a las 20 hs. en Radio Provincia, La 1270, La Radio De Buenos Aires. El pasado l 2 de junio César entrevistó a Marco Berger, el director de la película El cazador, que está exhibiéndose por estos días en CINE.AR PLAY.

Berger tiene una filmografía prolífica, desde su ópera prima Plan B (2009) hasta la reciente El cazador, que fue seguida minuciosamente por este blog, como pueden constatar revisando este tag. Particularmente creo que con sus dos últimos largos, Un rubio y la ya mencionada El cazador, llegó a una notable madurez artística (clickeen sobre los dos títulos para leer mis análisis sobre ambas). De la nueva, escribí hace poco:

Hay una posición artística que Marco Berger no abandonó: él sabe el lugar desde el que le gusta espiar una determinada escena y en su mirada manifiesta el deseo y el miedo que le proporciona ese saber. No es tan difícil: si uno quiere espiar, vacila entre la calentura y el miedo. Eso ya estaba magníficamente condensado en el momento culminante del cortometraje Platero (2011, que se puede ver online acá), un prodigio del grotesco familiar argentino en formato breve. Ahora en El cazador el cineasta ya está en pleno dominio de su oficio como para pensarse a sí mismo y reduplicar su atención. Ezequiel (un notable Juan Pablo Cestaro) es un chico que está aprendiendo a soltar su deseo, más allá de las seguridades de pertenecer a una "buena familia". El impulso es el típico de todo adolescente: cómo escaparse de la vigilancia familiar. Ezequiel está tentado y eso se nota en la increíble energía de su mirada, angelical y casi demoníaca. No es raro que la cámara de Berger esta vez se muestre más interesada en demorarse en la forma de mirar de Ezequiel antes que en su bulto. El director parece haber conquistado una nueva conciencia sobre el peso de la mirada y toda la película se orienta por ese vector. Como el cazador cazado es una fórmula a la que Berger ya recurrió en varias oportunidades, acá el muchacho al que le gusta mirar para escaparse de los lugares que le asignan va a ser objeto en tres oportunidades de miradas que escapan a su control: otras miradas van a capturarlo. Tres es el número clave de El cazador: a lo largo de su desarrollo van a ir configurándose diversos triángulos en los que siempre Ezequiel es uno de sus vértices. Los otros dos siempre irán rotando. Invariablemente el deseo y el miedo impulsarán cada plano hacia el siguiente. En estos zigzagueos va a haber lugar para el flirt, para el fisgoneo en los baños, para los intentos fallidos, para el aprendizaje del levante y la sorpresa de ser levantado. Por primera vez en la filmografía de Berger estas situaciones de seducción homoerótica van a ser perturbadas por la presencia de un tercero que espía, como si recién ahora se permitiera hacer en la trama un lugar para el voyeur. Es decir: el cineasta. Es decir: el espectador. (Completo acá)


González también está pasando por un período particularmente agraciado de su obra, que llegó a su punto culminante hasta el momento con la excepcional Lluvia de Jaulas (se ve on demand acá y mi comentario se lee acá). Con motivo de su estreno, yo escribí:

En Lluvia de jaulas asistimos a un retrato colectivo centrado en el sector de la población más frágil y lesionado por la tremenda violencia de clase del régimen actual. Los chicos de los barrios pobres cuyos cuerpos, voces e historias aparecen en la película son el blanco de un genocidio silencioso, por la obstinación del resto de la sociedad en no escuchar ni ver. Con un material dramático tan potente se podrían ensayar construcciones estilísticas de lo más variadas. César González opta aquí por un tono elegíaco que no ahorra mostrar la dureza de las vidas retratadas ni la violencia social consentida por acción o por omisión.

Con prescindencia de todos los apuntes anteriores, en los que quise fundamentar el carácter distintivo del cine de González y específicamente de esta película, Lluvia de jaulas nos regala algunas de las secuencias más hermosas, tiernas y vitales de personajes con un desamparo existencial que no tiene raíces metafísicas sino económicas y políticas, es decir: cuya responsabilidad se extiende sobre todo el cuerpo social. Ninguna otra película argentina mostró así la catástrofe argentina en curso, en su verdad y en su inquietante belleza. (Completo acá)


Como puede desprenderse de ambos fragmentos, lo que encuentro en común en estos dos cineastas, por otra parte tan diversos, es que los dos inauguran miradas que con anterioridad el cine argentino no había explorado. En ambos casos resalto que no se trata simplemente de "temáticas" -la vida en las villas o la homosexualidad, según cada caso- sino de miradas, algo tan esencial para detenerse a pensar qué es el cine. Porque si algo caracteriza al cine como un experiencia insustituible es su exploración de la mirada como tal: ¿qué significa mirar? ¿que perspectiva singular abre cada mirada?  Un autor inaugura una forma de mirar que el cine conocido no había conquistado todavía. Esto pone al cine más allá del cepo estético o temático. Es un tema que desborda las posibilidades epistemológicas de la crítica cinematográfica, que suele detenerse en los aspectos puramente estéticos de las películas; eso en el mejor de los casos, cuando no caen en el simple relato del argumento o una deshilachada enumeración de la eficiencia técnica de los diversos rubros (fotografía, actuaciones, guión, vestuario, ambientación) o, peor todavía, en la información de los números de la taquilla de una película. 

La pregunta por la mirada a la que cada película responde a su manera no puede reducirse a un asunto temático o meramente formal: es un problema de carácter filosófico y político. Ahora que ya no se puede abarcar el ser del cine según su soporte (del celuloide al digital), ni según el ámbito de su recepción (de las grandes salas, los palacios plebeyos de Cozarinsky, hasta las películas vistas a través de un celular o un Home Theater), lo que siempre queda pendiente es la indagación de la mirada. El cine, bien pensado, es capaz de hacernos ver nuestro modo de mirar y hace aparecer lo extraño en los hábitos ordinarios.Lo que tanto Berger como González aportan para el actual cine argentino son sus miradas inaugurales, fundadas en sus puntos de vista singulares, excluidas hasta ellos. Son las que pueden remover y cuestionar la normalización del plano cinematográfico y de nuestra propia forma de mirar.

martes, 2 de junio de 2020

PROFECÍAS. El catalán Albert Plá tuvo la visión: los Estados Unidos arderían a partir de un pucho sin apagar







Por Juan José Salinas
(Publicado originalmente en Pájaro Rojo)

Viví en Cataluñá desde fines de 1976 hasta abril de 1984. Por entonces Albert Plá no era conocido o al menos yo no lo conocía. Me llega hoy un guatsap del profesor Oscar Cuervo, hombre verdaderamente culto, que entre sus múltiples ocupaciones edita La Otra. Dice Oscar:

La canción de Bob Dylan «Murder most foul» salió el 20 de marzo y simulando una vuelta hacia el asesinato de Kennedy anticipó la degradación norteamericana antes de que todo esto explotara. No digo que cae el capitalismo, pero USA cae como «faro del mundo libre». Se han degradado bajo cualquier parámetro civilizatorio. El escándalo no es Trump, ni los 100 mil muertos ni las revueltas en Minneapolis ni el toque de queda, sino que el establishment haya permitido que todo se degrade hasta este punto. Trump es emergente de una decadencia cultural terminal, consentida por todo el sistema. La única forma de reivindicarse seria el impeachment, pero ni los demócratas se muestran capaces de marcar una posición distinta. No son mejores que una republiqueta bananera y están a la altura de lo que pasa en Brasil con Bolsonaro. En el mundo el capitalismo puede sostenerse y empeorar, pero ya no pueden sostener un relato de superioridad civilizatoria. Son un país de mamarracho con un poder destructivo peligroso y una sociedad ignorante y brutal. Hollywood durante el siglo 20 vendió una mentira que tuvo mucha eficicacia propagandística. Pero ya no lo pueden disimular. Coppola lo había mostrado en Apocalipse Now y le cancelaron su carrera. De Niro lo anda gritando sin éxito. Dylan lo cantó en el momento en que la debacle se iniciaba. El resto de la sociedad no tiene estatura moral ni intelectual como para mostrar una reserva de dignidad. El siglo XXI va a ser bravo porque la caída va a ser estruendosa y por ahora no hay una salida digna por ningún lado. Ni Europa ni Rusia ni China pueden postularse como modelo alternativo porque no les da el piné. El siglo XXI va a ser una guerra entre malos y peores. Lo contó Albert Plá en La colilla (abajo va la letra en la vera castilla).




La colilla (el Pucho)


Era una camioneta repleta
de espaldas mojadas yendo a la frontera
buscando la Meca, buscando la happy,
buscando Miami, la vida light.

Les esperaban los federales,
licenciados en humanidades.
Vaya coraje, muerte al mestizaje,
ni el general Custer fue tan salvaje.
Los quiero a todos, vivos o muertos!
gritó el sargento a la caza del indio.
Doy diez mil pesos a quien me traiga
la cabellera del más mestizo.

Y una cabeza cayó en la arena.
Ay, en la arena cayó una cabeza
de Carlos Cuesta, último descendiente
de Moctezuma, un jefazo azteca.
Ay, su cabeza cayó en la arena.
Ay, en la arena cayó la cabeza
de Carlos Cuesta y ya estaba muerta
pero iba fumando, rodando y fumando.

Y el cigarrito cayó de sus labios.
Sería por miedo que seguía huyendo.
Siguió rodando y sin darse cuenta
cruzó la frontera y se puso a salvo.

¡Welcome to the United States of America!
¡Santa Bárbara, bendita,
protege a esta pobre colillita
que echa, que echa, que echa humo!

Y esta es la historia de un cigarrito
o mejor dicho de la colilla
de un cigarrito que fue rodando
desde Laredo hasta Washington.
Pa la colilla la chispa de la vida,
no es la Coca Cola, es la gasolina.
A ver, ¿qué es lo que pasa si una colilla
se cuela en una gasolinera?
¿qué es lo que pasa si una colilla
se cuela en una gasolinera?
Pues, que hace ¡pum!

La explosión se oyó en todo Tejas.
Era el comienzo de una gran gesta
pues una chispa pilló una tubería
de esas subterráneas, de gas homicida
que explotó bajo una refinería
de esas petrolíferas nuclearizadas.
Y también gracias a la policía
y al supercuerpo de los bomberos
se extendió el fuego de pozo en pozo
desde El Paso hasta San Antonio.

Dicen que el petróleo es superinflamable,
así que Tejas voló por los aires,
era la hoguera de las vanidades,
era el infierno de los cobardes.

Con tanta industria y tanta cañería
tanto cableado, tan bien comunicado
fue muy sencillo pa la colilla
sembrar de fuego todo el estado.
Y una central nuclear por aquí
y un arsenal militar por allá
y en un plif plaf de aquí para allá
Santa Bárbara qué barbaridad!

Y el fuego seguía, seguía, seguía
Alabama, Missouri,
Lousiana, Georgia,
y lo peor es que nadie sabía
qué pasaría llegando a Florida.
Pues que en una milésima de centésima
explotó esa base de la marina
de esas que fabricaban yo qué sé porquería
atómica, química o radioactiva.

A tomar por culo toda Florida!
las dos Carolinas, la pobre Virginia
y en el oeste llegan las noticias
que el fuego seguía, seguía, seguía.
El fuego se iba de New Laredo
cruzando el desierto por el gaseducto
y en California fue recibido
con artificios y pirotecnia.

Y la cabeza de Carlos Cuesta
seguía muerta tirada en la arena
pero su cigarro estaba triunfando
se estaba cumpliendo el sueño americano.
En San Francisco era la sensación
taba de moda en toda la nación
entró en San Diego por la puerta grande
la costa oeste estaba a sus pies.
Muchos efectos especiales
pa quemar todo Silicon Valley
llegó a Los Angeles, viva el buen cine!
Se quema la industria de Hollywood.

Luego la colilla se fue pa Las vegas
surfeando el desierto
y tirada en la acera había otra colilla
le prendió fuego: juega conmigo
apuesto al rojo a que lo quemo todo.

Así que todos los cigarritos
tirados, pisados, los más oprimidos
se hicieron todos del sindicato
¡había nacido la mafia del fuego!

Mientras en algún estado sureño
un montón de puros habanos
sembraba el caos dando por culo
a los Malboros americanos.
Era la orgía de las colillas
era la fiesta de Halloween
operación galimatías,
arriba, arriba, y arriba iré!

Les habla el presidente
de los Estados Unidos de América:
Nuestro país está siendo atacado
pero tranquilos que desde el gobierno
lo tenemos todo controlado.

Y una mierda, todo controlado,
todo se estaba yendo al carajo,
ni el séptimo de caballería
pudo evitar tal carnicería.
Mientras que Kansas ya no existía
de Colorado no quedó ni rastros
Amarillo estaba al rojo vivo
y Dallas y Phoenix ardían y ardían.

El fuego ardía como el Jack Daniels
y era más tóxico que el Mc Donalds.
Qué mal que huele cuando se quema
una bandera con tanta estrella.

Y se nos quema el salvaje oeste
qué mal, qué peste, qué mala suerte!
Arde Wyoming, arde Oregon
arde Wisconsin, arde Washington
Es una super-super-producción,
mega espectáculo televisivo
con muchos extras, muy bien dirigido
¡muy aplaudido en el resto del mundo!
(No, no, no, no, no, no, no, no!)

Es una cosa muy rara, muy rara
declaraba la Nasa: no sé lo que pasa
y en el Pentágono ya preparaban
cuáles serían las represalias.
Si en el país de las maravillas
todo se quema mucho más a prisa
sin FBI ni marines ni CIA
todo a la mierda, justicia divina.

Es la venganza de Moctezuma,
va por Chile, por Guatemala,
por Argentina, por Nicaragua,
así se queman las dictaduras.

Houston, tenemos un problema…
Houston, tenemos un problema..
que es que estoy que hecho humo…

Sta. Bárbara baila que baila
de su mirada tan inmaculada
lanzaba rayos, lanzaba truenos
sobre la tierra norteamericana.
Era todo como Disneylandia
mucha fantasía muy bien animada
cuándo mas arriba se sube en la cima
mas duro seguro será la caída.

Porque luego vinieron las plagas
y salieron las ratas buscando carne humana
y la lluvia ácida abrasaba Wisconsin
toda Minneapolis e Indianápolis.

¿A qué no saben dónde estaba escondido
el famosísimo botón rojo?
estaba sumergido, muy bien protegido
bajo del lago de Michigan.
Solo tenia que haber explotado
en caso que el país hubiera sido atacado
pero hubo un fallo, el botón se apretó
y el holocausto se desencadenó.

Adiós Chicago, adiós Detroit!
adiós Boston, adiós cowboy’s!
Se nos quema la gran Babylón
la colilla por fin llegaba a New York.

Y entró en Manhattan, a la Gran Manzana
¿me la como asada o me la como guisada?
y es que la colilla era muy sibarita
una gran amante de la buena cocina.
Y es que la colilla ya no sabía
si estaba huyendo de la policía
o simplemente se divertía
pero ella seguía, seguía, seguía.

Cojió una barquita, llegó a la playa
se montó a una madera, me voy pa España
la Madre Patria…

(Quisiera dar muchos más detalles
pero es que nadie ya cubría el desastre.
Sin CNN, sin BBC, sin Francis Ford
sin Macintosh y sin TV
¿qué voy a hacer? ¿qué será de mí?)