todos estamos igual

viernes, 31 de agosto de 2018

Vivir alegremente contra un estado hostil












Muchos de ellos no son kirchneristas pero crecieron en una época de ampliación de derechos y de conquista del espacio público, así que experimentan por primera vez lo que significa vivir contra un estado hostil. Para un régimen que desecha las formas clásicas de la política esta base resistente expresa una paradoja: el marcospeñismo apostó todo su esfuerzo y su presupuesto en la manipulación de las redes sociales pero solo logra movilizar un rato a ancianos de clase media alta vulnerables a la acción psicológica y con reflejos políticos primarios. A los jóvenes que este jueves llenaron las calles -con encuentros que se replicaron en distintas partes del país- el neoliberalismo no tiene ninguna propuesta que ofrecerles. Son los sujetos políticos del siglo xxi y su presencia hace salir a la luz la vieja opresión retrógrada detrás de la fachada neoliberal. Un ejército de trolls no puede atenuar esta colisión. La energía de estos chicos se contagia a otros sectores dañados por el régimen. Cada uno de los que ayer marcharon son trasmisores lúcidos y entusiastas de la resistencia al ajuste y la militancia es su estilo de vida. La diversidad de identidades políticas hace más difícil cualquier intento de neutralizarlos. Esta movilización está cargada de futuro.

Masiva marcha de Congreso a Plaza de Mayo en defensa de la Universidad Pública.

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La marcha del arcoiris

Multitudinaria marcha en defensa de la universidad pública y contra el macrismo



La extraordinaria marcha de ayer en defensa de la universidad pública logró hacer converger una serie de sentidos que exceden el reclamo salarial de los docentes, incluso el de una protesta por el ahogo presupuestario. Por una contingencia cronológica, el extendido plan de lucha de gremios docentes y organizaciones estudiantiles juntó a una muchedumbre que cruzó la ciudad en medio de una tarde invernal despiadada, justo en medio de una corrida cambiaria histórica, resultado de torpezas elementales que el macrismo cometió en los últimos días. La pasmosa escalada del dolar, que promete más penurias para los sectores populares, recalentamiento de la inflación en combinación mortal con la creciente recesión, corte de la cadena de pagos, amargos reproches de los directivos del FMI al que el gobierno le entregó la soberanía económica, lo que se pagará con la exigencia de ajustes más drásticos que los que hasta ahora se proyectaban, tiene además un efecto político sobre la sociedad argentina, muy sensible a las devaluaciones. macri terminó de mostrar una incapacidad perfecta para disciplinar a los sectores con los que quiso mostrarse amigable. Junto con la devaluación histórica del peso asistimos a una degradación terminal de la autoridad de un tipo que ahora tiene que aguantar larguísimos 15 meses y medio en su cargo. 



Esta semana se produjo un blanqueo: macri no goza de confianza ni siquiera entre los beneficiarios directos de sus políticas antipopulares. Ser dañino para la vida del pueblo y estar políticamente débil es la peor combinación posible. Esto empeora cuando su debilidad queda desnuda: es lo que pasa estos días. Todo el esfuerzo que el sistema de comunicación oficial puso para instalar operaciones que taparan la malaria creciente se disiparon abruptamente. Aun con el aparato propagandístico de las mayores corporaciones del país y el manejo exhaustivo de las redes sociales, el encono social ya es inocultable. En la calle se percibe un clima de hostilidad hacia el presidente como pocas veces en la historia argentina contemporánea. El contraste con la negación maníaca de la realidad que imponen los grandes medios es cada vez más agudo. La crisis de autoridad de macri no va a tardar en traducirse en una crisis de credibilidad del aparato que hasta ahora dibujó la figura de un estadista sobre alguien que es apenas un vividor desagraciado y bruto. El poder de los medios también se licua si la imagen que se muestra difiere de la realidad de manera tan evidente. Puede que algunos de esos medios empiecen a desprotegerlo en busca de un reemplazante.


Pero la marcha universitaria de ayer tiene virtudes propias que exceden la debacle oficialista. Los cientos de miles que se movilizaron desafiando el frío y la lluvia eran en su mayoría jóvenes politizados en un sentido nuevo: viven con naturalidad la conjunción entre lo político y lo personal. Había ayer a la tarde muchas chicas que hace pocas semanas hicieron sus primeras experiencias de movilización por la legalización del aborto. Es notorio para quien se haya movilizado en las últimas décadas que la presencia femenina se viene acentuando de manera sostenida. Y la marcha de ayer muestra que las banderas del feminismo convergen con una idea más integral de la emancipación. 

Otro rasgo que distingue a esta marcha de las de otras épocas es su tranversalidad social: los pibes no proceden solo de la clase ilustrada porteña. No había solamente estudiantes de la UBA o de las casas de estudio tradicionales. La matrícula estudiantil se hizo más popular en los años de apertura de nuevas universidades "en todas partes" -como desprecia macri. Ayer marcharon chicos del conurbano y de otras provincias a la par de estudiantes de perfil más clásico. 


Esta condición múltiple -juvenil, popular, feminista, politizada- es la perfecta antítesis de todo lo que el macrismo encarna o, para decirlo al revés, la condensación de todo lo que el macrismo quiere borrar de la sociedad argentina. Nadie más que el propio régimen ayudó a consolidar este conglomerado social. Especialmente macri y vidal dijeron las frases más ofensivas contra estos pibes que ayer convirtieron ese desprecio en alegría militante. Esta ruptura es irreversible. Muchos de ellos no son kirchneristas pero crecieron en una época de ampliación de derechos y de conquista del espacio público, así que experimentan por primera vez lo que significa vivir contra un estado hostil. Para un régimen que desecha las formas clásicas de la política esta base resistente expresa una paradoja: el marcospeñismo apostó todo su esfuerzo y su presupuesto en la manipulación de las redes sociales pero solo logra movilizar un rato a ancianos de clase media alta vulnerables a la acción psicológica y con reflejos políticos primarios. A los jóvenes que este jueves llenaron las calles -con encuentros que se replicaron en distintos partes del país- el neoliberalismo no tiene ninguna propuesta que ofrecerles. Son los sujetos políticos del siglo xxi y su presencia hace salir a la luz la vieja opresión retrógrada detrás de la fachada neoliberal. Un ejército de trolls no puede atenuar esta colisión. La energía de estos chicos se contagia a otros sectores dañados por el régimen. Cada uno de los que ayer marcharon son trasmisores lúcidos y entusiastas de la resistencia al ajuste y la militancia es su estilo de vida. La diversidad de identidades políticas hace más difícil cualquier intento de neutralizarlos. Esta movilización está cargada de futuro.


En un momento de la tarde la lluvia paró, las nubes se abrieron y apareció el arcoiris que cobijaba a la multitud, logrando una metáfora perfecta. La fecha de la movilización se fijó por la dinámica del conflicto universitario, pero cayó justo en el pico de impopularidad del macrismo. Contra la inhóspita meteorología, muchos ciudadanos hartos del gobierno pudieron canalizar su bronca sumándose a la marcha, desbordando los subtes que llegaban al punto de encuentro cantando con muchas ganas "Mauricio Macri la puta que te parió...". TN, que empieza a alejarse del gobierno declinante, le dedicó a la marcha una cobertura más amigable que a las anteriores movidas opositoras. 

A la noche se multiplicaron en distintos lugares del país los cacerolazos que prefieren las personas más despolitizadas.








jueves, 30 de agosto de 2018

¿Cambio de elenco?



La marcha nacional en defensa de la universidad pública va a canalizar hoy una protesta multitudinaria contra el desastre macrista

El macrismo viene cayendo en picada libre sin obstáculos. No hay operaciones mediáticas ni judiciales que puedan tapar su mezcla letal de ineptitud, codicia para sus negocios particulares y servilismo ante el poder financiero internacional. Las políticas de ajuste que el neoliberalismo intenta aplicar en Argentina son malas, pero la torpeza política con que el macrismo las implementó aceleraron la crisis de una manera sorprendente para todos. 

Gran parte de los gobernadores y senadores del PJ, el massismo, el radicalismo y el Triunvigato de la CGT cedieron un tiempo precioso para que el macrismo causara daños que va a llevar muchísimo tiempo revertir. A pesar de los colaboracionistas y cobardes, la resistencia popular en las calles no dio ni un solo día de tregua y creció en forma exponencial en los últimos meses. 

Uno de los claros objetivos a destruir por este régimen es la educación pública y más precisamente la universidad y la investigación científica. Desde antes de asumir, macri manifestó su aversión hacia la universidad pública y la propia gobernadora Vidal se sinceró hace pocos meses para que su desprecio clasista quedara registrado para la posteridad.







Desde hace semanas, cuando se hizo evidente la desfinanciación que el gobierno está empezando a implementar y proyecta profundizar el año que viene, la comunidad universitaria empezó a articular una fuerte resistencia, con planes de lucha que hoy desembocan en una gran marcha nacional en defensa de la universidad pública.

Ya hay unas cuantas facultades tomadas en todo el país, preparándose para una movilización que promete ser multitudinaria. Pero es esperable que muchos otros sectores sociales se sumen hoy a la lucha de estudiantes, docentes e investigadores. De esta manera, la comunidad universitaria nacional puede lograr hoy una jornada histórica que se ponga al frente del tremendo descontento social que se percibe en las calles.

Hasta el momento, se encuentran tomadas las facultades de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER); las carreras de Sociales, Exactas, Arquitectura y Artes Visuales de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ); colegios preuniversitarios de la Universidad Nacional del Sur (UNS); rectorados de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) y de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN). En Córdoba, la Facultad de Arquitectura y la de Ciencias Sociales en Villa María. En la UBA, la Facultad de Filosofía y Letras, entre otras. También hacen estado de vigilia en espera de la marcha los estudiantes de los colegios Nacional Buenos Aires y Carlos Pellegrini, dependientes de la UBA. Y se produjeron asambleas en numerosas facultades del país para prepararse para la gran marcha de hoy.











#universidadesenpeligro
#parodocente

 Puan - UBA

Ciencias Sociales - UBA

Medicina - UBA

Rectorado de la Universidad Nacional de Salta

Rosario. Monumento a la Bandera

Rosario, Facultad de Humanidades

UNA, CABA

miércoles, 29 de agosto de 2018

Crisis democrática en Argentina: "Macri ha decidido no tomar medidas contra la crisis, sino contra la oposición"


En la tarde del sábado 25 de agosto un conjunto de docentes, investigadores y militantes, trabajadores y trabajadoras de la cultura y la educación de distintas zonas del país (Buenos Aires, CABA, Córdoba, Neuquén, Santa Fé, Santiago del Estero, San Juan, entre otras), se reunieron en la Librería Caburé de la Ciudad de Buenos Aires para presentar este documento sobre la coyuntura política:

Definición de Agosto
Crisis democrática en Argentina

I

La economía está en crisis, la salud está en crisis, la educación está en crisis, el trabajo está en crisis: la democracia está en crisis. Como trabajadoras y trabajadores de la educación y la cultura observamos con preocupación y alarma esta situación y la utilización de resortes estatales para atacar conquistas y derechos democráticos elementales, así como el recrudecimiento de la persecución política contra opositores que viene llevando adelante el Gobierno de Mauricio Macri.

El ajuste dictado por el FMI y el capital financiero no ha hecho más que acentuar una tendencia generalizada, arrastrando a vastas capas de la sociedad a una situación en la que el empobrecimiento general amenaza aún más la precaria paz social. Esa tendencia que condujo a la crisis, es preciso subrayar, no es obvia ni natural, sino que es producto de las decisiones políticas tomadas por el actual gobierno. Se extiende así la sospecha de que el macrismo y todo lo que él expresa carece de Patria, o de alguna noción cierta de bien común que vaya más allá del enriquecimiento de una minoría favorecida. Sólo eso explica la liviandad con la que llevaron al país a una situación de altísima vulnerabilidad económica, cuando es más que sabido que las élites de las principales potencias del mundo –que ellos admiran– exigen estas políticas para los países periféricos, pero las evitan en sus propios Estados.

Es en estas condiciones que Macri ha decidido no tomar medidas contra la crisis, sino contra la oposición. Optando siempre por la fuerza y el chantaje contra la razón y la sensibilidad, haciendo de la provocación una política, y en alianza con las fuerzas más oscuras de los poderes mediáticos y judiciales, Cambiemos opera para encerrar dirigentes sociales y políticos e intervenir partidos opositores, al tiempo que multa sindicatos y persigue manifestaciones disidentes con una saña y una belicosidad que no se habían visto desde la recuperación democrática en 1983. Este uso de la sanción judicial puede generar un punto de no retorno en la democracia argentina. Si esta máquina punitiva triunfa le dará forma a una herramienta política “legal” de supresión y domesticación de la oposición que disolverá los principios básicos de la independencia de poderes y la construcción plural de la sociedad. Una democracia no puede durar con este tipo de herramientas políticas. El gobierno que las crea se verá pronto obligado a defender su monopolio, inventando otros atajos y mecanismos institucionales que pondrán en serio riesgo la vida democrática. Ese es el peligro que abre la construcción mediático-judicial del linchamiento de toda práctica social, cultural y política que no responda a los mandatos gubernamentales. Peligro que se incrementa con el decreto que autoriza a las FFAA a volver a ocuparse de asuntos de seguridad interior y le da un carácter aún más siniestro a aquella belicosidad, en tanto lesiona acuerdos mínimos de la convivencia legal que tan trabajosamente se construyeron durante los primeros años de la postdictadura.

En este sentido, enumerar algunos de los hitos de la progresiva degradación del Estado de Derecho a la que asistimos en los últimos dos años y medio es inevitable: desde la prisión ilegal de Milagro Sala y todas las vejaciones que aún sufre, pasando por la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado, el asesinato por la espalda de Rafael Nahuel, los casos de gatillo fácil que se repiten a la vez que se consagra la doctrina Chocobar, la represión a la protesta social que empieza a instalarse como paisaje “normal”, hasta el encarcelamiento injustificado y circense de referentes opositores, en el que no sienta jurisprudencia el derecho sino la venganza. En esta larga y no exhaustiva serie, el último episodio es el intento manifiesto de proscribir y encarcelar a Cristina Fernández de Kirchner, figura central de la oposición, que tiene la adhesión militante de una parte muy importante de la sociedad, y que ha denunciado tanto el empeoramiento de las condiciones de vida de la población como la subordinación de importantes sectores de la política institucional al gobierno de los grupos concentrados. Tal como hicieron con Lula en Brasil y como quieren hacer con Correa en Ecuador, se agitan “causas de corrupción” que privilegian el impacto mediático sobre las pruebas y transgreden toda garantía procesal: así, la derecha y las clases dominantes se proponen dejar sin expresión electoral a millones de argentinos y argentinas, y a la vez disciplinar las disidencias más activas del colectivo social. Si Cristina Kirchner es impedida de participar en condiciones legítimas, democráticas y transparentes, Argentina se habrá convertido en lo que ya fue durante buena parte del siglo XX: una ex-democracia con mayorías populares proscriptas.

Por eso no hay que engañarse: la persecución apunta a los líderes, pero también a las organizaciones y los ciudadanos. Las universidades e institutos de formación docente protestan por las condiciones de enseñanza y reciben recortes presupuestarios, avasallamiento institucional y amedrentamiento policial; un multitudinario movimiento feminista reclama por la legalización del aborto y su presentación amplia y transversal es denegada por los votos de un grupo de senadores y senadoras; los gremios piden paritarias y son multados con montos millonarios por el Ministerio de Trabajo; los sectores de la economía popular reclaman por los trabajadores desocupados y precarizados mientras no deja de subir la carestía de vida; los hospitales públicos carecen de insumos y de la cantidad de profesionales necesarios para la adecuada atención de la población; la ciencia argentina es rematada por falta del financiamiento prometido; las escuelas públicas son abandonadas y se derrumban, igual que los comercios y la producción industrial. Sólo crecen la inflación, los tarifazos, la desesperación del pueblo y la falsa moralina de las élites, que se sienten más allá de toda ley porque tienen decenas de jueces adictos y más allá de toda crisis porque acuñan sus ganancias en moneda extranjera, y que escriben el presente más oscuro porque aplican la mano dura de los medios concentrados.

II

Esto que describimos debería entenderse también como una advertencia. Desoír las protestas sociales, negarles incluso la mera existencia desde la alianza –estrecha como pocas veces– entre un gobierno y los grandes medios de comunicación; tratar como trasnochados o delincuentes a quienes nos oponemos a un modelo que condena a generaciones a un endeudamiento que ya es una nueva prisión; todo esto asegura más y más desgarramientos en nuestro país que, irremediablemente, se encamina a un proceso de encendidas luchas sociales y políticas. Lo que siembran hoy en su afán de venganza, tarde o temprano se volverá contra ellos.

Por eso llamamos a todos los actores con incidencia en la vida pública argentina a sostener la democracia en su más amplio sentido, con vistas a proyectar un futuro común. La democracia es creación de libertades, de derechos y garantías individuales y colectivas –fundamentalmente– para la expresión del disenso y la manifestación de posicionamientos antagónicos, junto con el sostenimiento de condiciones equitativas de disputa electoral para todos y todas. Exigimos, entonces, restablecer el pleno funcionamiento del Estado de Derecho y el fin de la persecución a opositores y opositoras del campo político y social. Es mucho lo que se pierde si gana el autoritarismo persecutorio, la estigmatización y el odio. Pero, además, responder a la crisis actual con ajuste, denegación del otro y violencias de todo tipo es ahondar las injusticias y ocultar las verdaderas causas de nuestros problemas. Entendemos que profundizar la democracia como forma de elección libre e invención de condiciones de vida cada vez más justas para las mayorías es el único camino ante la crisis: esta es la enseñanza más convincente que nos ha dado la historia argentina.

Facundo Abalo / Sebastián Amarilla / Jens Andermann / Claudia Bacci / Julia Barba / Emilio Bernini / Emmanuel Biset / Pablo Bruzzone / Mario Cámara / Virginia Cano / Darío Capelli / Diego Caramés / Mariana Casullo Amado / Gisela Catanzaro / Juan Ciucci / María Rita Ciucci / Irene Cosoy / Américo Cristófalo / Gabriel D’Iorio / Esteban Dipaola / Carlos Echeverría / Ximena Espeche / Matías Farías / Roque Farrán / Alejandro Fernández Mouján / Mariana Gainza / Evelyn Galiazo / Germán Gallino / Luis García / Francisco García Laval / Juan Garrido / Luciano Guiñazú / Gabriel Giorgi / Mara Glozman / Florencia Gomez / Horacio González / Adriana Habra / María Habra / José Hage / Ezequiel Ipar / Roberto Jacoby / Oscar Jalil / Alejandro Kaufman / Violeta Kesselman / Guillermo Korn / Mariana Lewkowicz / María Pia López / Diego Makedonsky / Nelson Mallach / Julián Manacorda / Elena Mancinelli / Marcela Martínez / Ana Mazzoni / Gustavo Míguez / Mauro Miletti / Rodrigo Mirto / Mariano Molina / Carla Muccillo / Luciano Nosetto / Pablo Pineau / Carolina Ramallo / Alejandro Ravazzani / Eduardo Rinesi / Matías Rodeiro / Cinthia Rogovsky / Natalia Romé / Julia Rosemberg / María José Rossi / Sebastián Russo / Lisandro Sague / Damián Selci / Matías Soich / Jaime Sorín / Oscar Steimberg / Natalia Taccetta / Leandro Tartaglia / Diego Tatián / Javier Trímboli / Florencia Ubertalli / Gustavo Varela / Esteban Vergalito / Nicolás Vilela / Fabio Wasserman / y siguen las firmas…

NOTA DE EL EDITOR DE LA OTRA:
Mandé mi adhesión a este documento. (Oscar Alberto Cuervo)

El mail de contacto -para adhesiones y comentarios- es:crisisdemocraticaenargentina@gmail.com

martes, 28 de agosto de 2018

¿Qué es el error si no hay verdad?

La previa de las conversaciones sobre verdad e interpretación la hicimos junto a Aída Dinerstein el domingo a la medianoche en La otra.-radio, que se puede escuchar clickeando acá 


por Oscar Cuervo - Imágenes: escena de la niebla en Amarcord de Federico Fellini

I

- A los que nos preguntan por las conversaciones sobre verdad e interpretación que empezamos el sábado próximo -digo-, se me ocurre decirles esto: como Aída (Dinerstein) y yo hicimos caminos distintos, Aída trabaja en psicoanálisis y lo que yo sé de psicoanálisis es lo que sabe cualquier porteño, porque Buenos Aires es una de las ciudades más psicoanalíticas del mundo, y de Lacan, que es uno de los autores sobre los que Aída trabaja, sé poco y nada, y a la vez, Aída de filosofía...

- Toco de oído -acota Aída-. No solo por lo que estudié en la facultad sino que Lacan te obliga a transitar por la filosofía, porque trabaja todo el tiempo con y contra la filosofía, pero con la filosofía... De Platón en adelante.

- ...eso implica que nosotros mismos estamos obligados a encontrar un lenguaje abierto...

- Exacto.

- ...porque si nos cerramos sobre nuestras propias disciplinas, yo no entendería lo tuyo y vos no entenderías lo que digo yo. Entonces estamos obligados a hablar de una manera más abierta, así que nadie se sienta excluido.

- Hay que decir respecto de eso que -dice Aída- mi posición en el psicoanálisis, no solo la mía sino la de muchos, es que el psicoanálisis en nuestro país se habla en castellano. Tratamos de no abundar en tecnicismos innecesarios, porque la materia de nuestro trabajo es el habla y el decir de nuestros analizantes. Y nuestros analizantes hablan castellano.

- Entiendo a qué te referís, porque hay una jerga específica de los estudios psicoanalíticos y lacanianos que muchas veces se hace muy esotérica.

- Yo -Aída- lo llamo la vulgata. Hablan en jerga.

- Vos estás en contra de esa manera de hablar -yo digo-, porque el habla es el habla cotidiana.

- Estoy en contra de los slogans psicoanalíticos -dice Aída-, que me parece que son productos de una distorsión del psicoanálisis, porque el psicoanálisis, si se trata de algo, es de hacerse preguntas. Un psicoanalista ya fallecido, muy amigo, querido amigo, Roberto Harari, hablaba de la psitacosis. Era un neologismo,  una mezcla, hablaba de la enfermedad de los loros y también de la cita. Es hablar como loros, repetir fórmulas que a uno le lleva 20 años entender. De todos modos hay que decir que no es fácil hacer pasar los conceptos psicoanalíticos a un público no advertido. Y no me refiero solamente a la lectura de los textos, sino a la experiencia personal del análisis, del haber trabajado en un análisis y haber hecho la experiencia personal de la existencia del incosciente. Ahí hay una cierta dificultad que es inherente al campo.

- El psicoanálisis -arriesgo- tiene un espacio no sé si decir privilegiado, que es el ámbito donde se hace el análisis, y después están las intervenciones en la cultura y que también son muy relevantes, ya están en Freud esas dos cosas.

- Freud estuvo todo el tiempo interesado por las cuestiones de la cultura, del primero al último día. Freud ganó el premio Goethe, por su escritura. Escribe maravillosamente bien Freud. Parece fácil, pero no lo es tanto.

- Cuando hace un rato dijiste "el psicoanálisis, si se trata de algo, es de hacerse preguntas", bueno, ahí me sentía muy identificado con lo que yo pienso que es la filosofía. Y también la lucha contra las frases hechas y las citas, el repetir sin saber bien qué se está diciendo.

- Yo tengo una amiga filósofa que a veces la escucho hablar y cuando termina de hablar le digo: "¿pero vos sos filósofa o psicoanalista?".

- Porque lo que define a la filosofía como tal es esa vocación por preguntar.... (y sigue).


II

[Y acoto ahora que estoy transcribiendo parte de esta conversación que tuvimos con Aída Dinerstein en la madrugada del domingo al lunes en La otra.-radio: el punto de inicio de la filosofía es un mundo en el que prevalece el engaño, la mentira, el riesgo de engañarse a sí mismo, como decía Sócrates allá en el comienzo de la filosofía, hace 2500 años: el mayor riesgo es el de vivir engañándose. La pregunta por la verdad surge no por una simple curiosidad intelectual, sino porque Sócrates se mueve por las calles de Atenas donde la moneda corriente, como todavía para nosotros, es la mentira. La verdad como lo preguntado en la pregunta, no como definición, no como enunciado, sino como lo que necesito precisamente porque es un bien raro ante el predominio de la mentira. De ahí que es conveniente situar la práctica filosófica (la filosofía no es teoría sino como producto de un extravío, mucho más originariamente es un hacer que un contemplar) lindando entre lo personal y lo político. La pregunta por la verdad siempre asalta a alguien singular, no supone ningún concepto universal sino más bien un deseo y antes un malestar: porque en la ciudad se miente, es preciso preguntar por la verdad. Cuando en la post-dictadura porteña prende tanto esa lectura nietzscheana semi-mala que dice "no hay verdad, todo es interpretación" y esa frase se impone como un lugar común de la clase medio ilustrada post-dictatorial, quizás como producto de su derrota política y cultural, "no hay verdad, todo es interpretación" es el dogma de una clase derrotada que renuncia a diferenciar entre la mentira y la verdad. "Todo es interpretación" tiene éxito porque ya no hace falta defender la palabra con el cuero, se trata de tolerar la indiferencia, total, todo es interpretación. No hay diferencia: como no hay verdad, todo es indiferente. "La verdad es un error útil" tiene en los 80 tanto éxito en la ilustración media porteña como antes lo habrá tenido "la religión es el opio de los pueblos". En la post-dictadura se impone una especie de "la verdad es el opio de los pueblos", como ala izquierda del neoliberalismo -porque no hay nada más neoliberal que el pensamiento débil que no se molesta por cuestionar la relación de fuerzas con la coartada de que nada es verdad- nos entregamos a vivir entre errores útiles. Aunque sea inoportuno preguntar útiles para quién. Porque cuando todos los errores son útiles para el mismo sector de la sociedad, cuando ganan siempre los mismos, entonces estos errores están esperando ser interrumpidos por alguna verdad. El precio que se paga por repetir eso de que la verdad es un error útil es no captar el embrollo semántico de esta frase: ¿qué es el error si no hay verdad?].

Mientras me dejo llevar por este serie de pensamientos trazo un camino posible para mi propia intervención en la inminente conversación sobre verdad e interpretación. Si filosofía y psicoanálisis se cruzan en una vocación por la pregunta, mantienen sus diferencias en otros aspectos. Y mi aporte a estas conversaciones vendrá por el lado de la dimensión política y a la vez personal de la pregunta filosófica. Y Aída Dinerstein dirá lo que diga desde su trabajo con el psicoanálisis.

La conversación radial en la madrugada del domingo al lunes solo fue la previa de lo que va a empezar cabalmente este sábado a las 18:00 hs. en Red Colegiales, Álvarez Thomas 1093. En este post transcribí apenas un fragmento de esa previa, cuya versión íntegra se puede escuchar en el audio que se descarga clickeando acá. También hubo canciones, versiones y otras yerba mates. La seguimos el sábado en persona.


Conversaciones sobre verdad e interpretación. Entre Aída Dinerstein (Psicoanálisis) y Oscar Cuervo (Filosofía). Sábados de septiembre a las 18:00 en Red Colegiales, Alvarez Thomas 1093.

Informes e Inscripción: redcolegiales@gmail.com - Facebook: Red Colegiales. Evento de Facebook acá.

Teléfonos: 15-58207923 o 15-65085618

Quienes quieran asistir pueden presentarse también el mismo sábado un rato antes de las 18:00, cuando empieza la conversación.

lunes, 27 de agosto de 2018

Telefascismo: cuando la cámara es el arma del Poder que apunta al pueblo

¿Cómo es eso de que no hay verdad y todo es interpretación?


"Mentirosos de mierda" le dice el pibe desarmado a la brigada de artillería mediática que con sus puestas en escena incesantes intoxican las mentes de toda la población. Nunca como ahora la tecnología de la comunicación mostró su cara fiera de arma de guerra apuntando contra el pueblo inerme. "¿Y ustedes qué quieren defender? ¿qué están defendiendo? ¿defienden a los ricos? Hacen puro circo, hacen pura historieta...". Y la cámara lo apunta con el obvio fin de escracharlo ante millones de telvidentes estupefactos que resbalan en sus sillones babosos. 



El video lleva el sello de La Nación +, TN y Radio Mitre, lo que denomina a la alianza fascista  desde la cual esta perspectiva prepotente intimida a todo el que se le resista. 

"Mentirosos de mierda" dice el pibe y habla por muchos de nosotros contra cuyas miradas esta puesta en escena es disparada. En una asombrosa inversión de roles la buchona de la dictadura mediática le dice al pibe desarmado: "Escuchame una cosa, a ver, ¿ustedes no son policías? ¿quién sos vos?". La pregunta de la buchona, típica de la policía, se denuncia a sí misma. "¿Quién sos vos" es pregunta de cana. Y le apunta con la cámara y el micrófono. 

"La oscuridad me dicen" responde el pibe y le arranca la cabeza al micrófono con el que la agente del Poder le está apuntando. No encuentro un ejemplo más contundente de la tensión que en estos días vivimos entre postverdad y verdad. ¿Así que todo es interpretación? ¡No digás!

Los periodistas son la policía de hoy y al final del video el logo de Mitre (que es La Nación y Clarín al mismo tiempo) nos recuerda la continuidad histórica de las fuerzas de ocupación del poder central en la Patagonia, como en la "Conquista del Desierto". El Poder ordena "¡Compartilo!".

Decido compartirlo, asumiendo la orden del fascismo mediático con voluntad paradójica. La intención de la yuta mediática es propiciar la persecución del pibe desarmado, expuesto, a pesar de la inversión del relato que intenta la voz del régimen. "Nos agredieron" miente la yuta, como si no fuera ella la que porta los ojos y la voz del Poder agresor. El simple gesto del pibe, tirar el micrófono al río, es una muestra de la pelea que estamos dando cada día en el territorio, inmediatamente capturado por la pantalla como mandato de Orden, en contra nuestra... 

Todo espectador es un cobarde o un traidor.

domingo, 26 de agosto de 2018

La verdad es el error sin el cual... ¿cómo era?

Sábados: 1, 15, 22 y 29 de Septiembre a las 18:00 hs - Red Colegiales - Alvarez Thomas 1093


La pregunta por lo que es la verdad atraviesa todas las épocas de la filosofía y atraviesa también a la civilización occidental. Nietzsche, que desarrolló un agudo sentido de la historia de la civilización occidental y, finalmente, de su propio lugar en esa historia, no pudo resistirse a la insistencia de la verdad y adoptó frente a esa insistencia un temperamento bélico. Ese temperamento quizás diga más de su posición de pensamiento que cualquier fragmento extraído del flujo de sus textos.

Un fragmento póstumo escrito por Nietzsche en 1885:

"Este mundo es voluntad de poder y nada más. Y nosotros y ustedes somos voluntad de poder y nada más".

Esta tesis se inscribe en una larguísima tradición, a la que Nietzsche se suma. La que pregunta: ¿Hay un sentido que comprenda la realidad que nos rodea, incluidos en esa realidad nosotros mismos? Pregunta que rigió más de 2000 años de metafísica (meta-física, en términos griegos: más allá de la realidad física, un sentido que rige al conjunto de lo que es). El sentido que rige la totalidad real no puede ser una parte de esa totalidad, ni siquiera un ente supremo (es decir: Dios), sino el criterio que la delimita, el vector que la rige. ¿Cuál es la verdad de la realidad? Diversos filósofos responden a esta pregunta de distintas maneras. Para Platón, es la Idea, el mundo ideal. Para Aristóteles, la finalidad de las cosas, su para qué. Para la escolástica medieval, la creación divina. Para Descartes y para Kant, el Yo. Para Hume, las impresiones sensibles de "nuestra" experiencia. Para Spinoza, la naturaleza como Dios, de la que cada cosa es una afección. Para Hegel, el despliegue total de la historia y su reunificación en el Espíritu Absoluto.

Nietzsche no es ajeno a esta tradición y vuelve a hacerse esta pregunta. Y la responde diciendo: lo que rige todas las cosas, la verdad de la realidad, es voluntad de poder. Al dar esta respuesta, cree abolir la metafísica dando fin a la vigencia de los ideales metafísicos, esos que desde Platón o una cierta interpretación de la cristiandad ponen a la verdad más allá de este mundo, en un cielo ideal. Para Nietzsche, la dirección brota desde este mismo mundo y es la voluntad de poder. 

Todo lo que existe quiere poder y más poder. Es posible que al asumir esta posición, Nietzsche, contra lo que él mismo cree, no supere sino consuma la orientación de dos milenios de metafísica. Por su fidelidad a la pregunta que dirigió esta tradición y porque responde con una inversión: quiere dar vuelta el valor del mundo que la metafísica concibió. Nietzsche lleva a cabo su "transvaloración de los valores". una inversión que, al poner patas para arriba lo que hasta ahora se creyó, se santificó y se impuso como verdad, quedaría ligada a esa misma valoración que ahora se pretende invertir. En lugar de terminar con el proyecto que guió a la civilización europea desde sus inicios, Nietzsche lo consuma. Ahora la metafísica puede disolverse, porque el mundo de la voluntad de poder, todo él, es metafísico. Una vez que se logra reducir la verdad a voluntad de poder, toda doctrina metafísica es superflua, porque la metafísica tomó el mando de las cosas.

Si es así, ya no haya nada que desvelar, sino que solo encargarse de que todo se mantenga funcionando. Todo es manipulación técnica, incluso los cuerpos, incluso los pensamientos. Pero ese puede ser el máximo peligro: que todo funcione, de modo que ya no sea necesario quitar ningún velo. El sentido de la técnica que impera en el globo terráqueo es poder más, no reconocer ningún límite, ni siquiera el límite de la integridad de las personas, ni siquiera el límite de la finitud. Todo lo que la técnica pueda hacer hay que hacerlo. Nietzsche dice: "El encanto que lucha por nosotros, el ojo de Venus que cautiva y enceguece hasta a nuestros enemigos, es la magia del extremo, la seducción que ejerce todo extremo: nosotros, inmoralistas, somos los extremos".

¿No es el modelo nietzscheano de verdad el que hoy domina el mundo?

Conversaciones sobre verdad e interpretación. Entre Aída Dinerstein (Psicoanálisis) y Oscar Cuervo (Filosofía). Informes e Inscripción:
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sábado, 25 de agosto de 2018

Cristina es perseguida porque es la única que no le garantiza al establishment la continuidad de sus intereses

"El neoliberalismo es incompatible con el estado de derecho y la democracia". Análisis político de Artemio López para Radio Gráfica


El pseudo-juez Bonadío sale al rescate de la debacle macrista mediante una feroz persecución a la  única líder que no garantiza la continuidad del régimen neoliberal. Esta es la clave política del desmesurado activismo de estos tribunales que arrasan con el estado de derecho en Argentina: el kirchnerismo es la única oposición real, algo que este régimen de espanto no está dispuesto a admitir.

Así lo explicaba ayer a la tarde Artemio López, en conversación con el periodista Gabriel Fernández en los Especiales de la Gráfica:

"Las circunstancias comienzan a perfilar a Cristina como una figura insustituible -decía ayer Artemio López-. Siempre lo fue, pero ahora lo es cada vez más. Y lo es a medida que se acrecienta la persecución, ya que claramente hoy es víctima de una persecución judicial y mediática como nunca antes. Ella siempre estuvo sometida a operaciones judiciales y mediáticas, pero esta es la más profunda. ¿Qué observa el establishment  local e internacional? Que por primera vez desde la recuperación democrática la oposición, encabezada por Cristina Kirchner, no les garantiza la continuidad de sus intereses. Lo que propone Cristina ya no es una alternancia de gobierno, es una modificación en el régimen de acumulación y eso no están dispuestos a tolerarlo. Por eso esta persecución puntual sobre la figura de la principal opositora. 

"Néstor los tomó sorprendidos, nadie se imaginaba lo que efectivamente iba a hacer Néstor Kirchner y luego profundizó Cristina. Desde el 83 hasta 2003 las alternancias habían sido más o menos diversas en matices, pero garantizaban la continuidad de sus intereses. Alfonsín con el Plan Austral, que era de corte neoliberal pleno, alternaba con Menem que garantizaba la continuidad, después vino De La Rúa... No había ninguna disputa por el formato del régimen. Ahora tienen a una opositora que, además de disputarles el gobierno, les disputa el régimen y eso es lo que no pueden tolerar los sectores del establishment. Ese es el motivo de tanta saña. 

"El neoliberalismo gobierna Argentina desde el 76 hasta 2003 casi sin solución de continuidad, salvo la etapa Grispun, que fue una ventana de oportunidad que rápidamente se clausuró en los inicios de la recuperación democrática. Bueno, sabemos las tropelías que cometen en el campo económico: desde los 6 puntos de pobreza que dejó Perón en los 70, en 2003 recibimos el país con 54. Néstor asumió con 54 puntos de pobreza y 30 puntos de indigencia. Perón lo había dejado con 2 puntos de indigencia, 3 puntos de desempleo y los neoliberales en 2003 dejaron el desempleo en 24%. Esto de ahora es lo mismo pero peor y en corto tiempo. Esta es la peor transferencia de ingresos desde la recuperación democrática. 

"En cuanto a la vigencia del estado de derecho, la única que puede garantizar el estado de derecho en Argentina por el lugar que ocupa en el diseño institucional es Cristina. El neoliberalismo no garantiza ni siquiera el estado de derecho, ni la democracia. Fijate las restricciones a las libertades y las garantías individuales que existen. Fijate lo que está pasando institucionalmente -le dice Artemio a Gabriel Fernández-. Olvidate de la cuestión económica, que es directamente una tropelía tras otra. Institucionalmente Argentina ha retrocedido a niveles que creíamos haber superado desde el 83. Es insólito lo que está pasando en términos institucionales. El neoliberalismo es incompatible con el estado de derecho y la democracia y esto está patentizado de una manera contundente: presos políticos, muertos con severas sospechas y en algunos casos certezas de que fueron muertos por el aparato represivo del estado. Y ahora lo que faltaba, una persecución nunca vista sobre la principal líder opositora. El neoliberalismo es precivilizatorio. No se puede sostener una civilización ordenada en función del estado de derecho y con garantías democráticas bajo el régimen neoliberal" -concluye Artemio para Radio Gráfica.

viernes, 24 de agosto de 2018

Ruidos programados

por Santiago Segura para La otra.-radio. Se escucha clikeando acá.


Nos armé una serie de ruidos programados
voy a reproducirlos para dormir callados
nueve horas de lluvia y pasto.

Quiero ser quien cuide de nuestros silencios
ya sabemos convertir nuestras células en truenos
y la lluvia como un cruel cencerro.

Parecernos a lo nuevo que ocurra
parecernos a las plantas y su escucha.
Creo que cuando hablamos algo falla,
nos parecemos a lo mismo que nos saca.

Me paralizo como un lago que hace años vive en invierno
y tu silueta del otro lado hace las muecas que fui grabando.
No te escucho.



Ya subí el programa del domingo pasado dividido en partes temáticas. Pero hay otra manera de atravesarlo: Santiago Segura vino, como lo hace cada tantos domingos, con su marroquinería llena de música, mayormente novísima. Aparte de la bonita canción de Mariana Michi que encabeza el post (una gran revelación para mí) y de Sol Bassa (otra), también conocimos a Los Andes (no son del rock mendocino, a pesar del nombre), Altertango (estos sí son mendocinos, revelación algo tardía para mí, ya que los muchachos vienen tocando hace años; en el tema que pasamos, ft. Juan Saiegh, Bruno Beguerie y Alejandro Guyot), A la vera, Lucía (banda cordobesa nuevita nuevita) y Sucesores de la Bestia (rosarinos). Como sucede con lo que trae Santiago, gran parte de esto quedará en los anaqueles ocultos en un hueco de una pared subterránea de La otra.

jueves, 23 de agosto de 2018

La chica desconocida

(Jean Pierre y Luc Dardenne, Bélgica, 2016) - Última película del ciclo Cuerpos Capturados - Este sábado a las 19:30 en Ayacucho 483




La cosa es así: los Dardenne sostienen que el cine es una tarea de visibilización de un estado del mundo que pocos quieren ver. Cuando llegaron con La promesa, El hijo, Rosetta, lo inesperado era que apareciera una Europa brutal, racista, neoliberal, despiadada. En sus películas no buscan víctimas porque, sobre ese fondo opresivo, su cámara aguarda el surgimiento de una conciencia, es decir, un acontecimiento finalmente feliz. No necesitan recurrir a una pedagogía, porque confían en que una vez que se llega a ese instante crucial, es posible que el espectador continúe la línea de puntos. Lo que está fuera de campo también existe. De ahí esos finales cortantes. Ya está, ya viste todo lo indispensable, ahora seguí vos. No hay ingenio narrativo en sus planteos, ni avidez por las novedades: ellos capturaron el problema de la relación del cine con lo real (o fueron capturados por él). No con el lugar común del montaje prohibido ni con las temáticas sociales. Lo real en los Dardenne es un asunto temporal: el instante.




Se puede filmar el peso infinito de un instante. Hay instantes en los que alguien llama, pide, ofrece. Esos instantes son filmados con la inestabilidad con la que la mirada se acomoda ante algo con lo que no contaba. La cámara de los Dardenne muestran conductas, pero no son conductistas ni entomólogos: no filman de arriba ni de lejos, sino desde cerca y un poco atrás de sus personajes. No organizan la escena según un esquema de estímulo y respuesta, sino que buscan el borde riesgoso de la indecisión, la posibilidad de estar atentos a esos instantes cruciales o de estar distraídos. La posibilidad de atender o no un detalle crucial, una señal es, además, un riesgo común a personajes y espectadores. Unos y otros pueden distraerse o presenciarlo.  Si pensamos sus películas en términos de un instante crucial, nos acercamos al núcleo de su posición artística. Es un instante crucial el que organiza todos sus rasgos estilísticos: cámara en mano, largos planos secuencias, narración lineal en presente continuo, elipsis de efectos drásticos, puntos de ataque y de cierre secos, cortes directos, ninguna música, diálogos parcos, redundancia mínima posible. Los Dardenne se aferraron a ese mástil y no lo sueltan.




Toda la trama de La chica sin nombre está construida en base a este dilema: me llaman: ¿escucho o no la llamada? Responder a una llamada del celular, escuchar el timbre, la intriga avanza entre indicios materiales, pero no filman cosas, ni personas como si fueran cosas. Filman encrucijadas. Trabajan desde un gesto físico que denota el arrojo de sus personajes. En películas anteriores: un pibe que siempre esta escapándose, salta los muros, se cae, se levanta (El chico de la bicicleta), una chica que empuja puertas, arremete y cae, pide que la dejen entrar, se aturde y de pronto ve y escucha (Rosetta) , un hombre y un chico que cargan un peso existencial que los abruma, tambalean, caen juntos (El hijo), un muchacho distraído cuya mirada todavía no ha descubierto a su hijo (El niño), un chico que hace una promesa sin haberlo pensarlo demasiado y luego a partir de ella descubre la opresión física a la que su padre lo somete (La promesa). Y en La chica sin nombre, una médica joven a la que siempre le está sonando el timbre o el teléfono, responde o no, atiende a sus pacientes, mira el fondo de sus ojos, los toca, los escucha, repasa con su memoria sus propias distracciones. Siempre se trata de cuerpos que se debaten con fuerzas que los capturan. En esa desnuda materialidad opera una fuerza invisible. 




La obsesión de la médica Jenny Davin (gran actuación de Adèle Haenel) es hacer un buen diagnóstico, esa es la enseñanza que quiere trasmitirle a Julien, el muchacho residente que la secunda en una sala de atención primaria de un barrio pobre. Ella se lo trasmite con tanta vehemencia que termina por ahuyentarlo. En una misma encrucijada ella se distrae, deja de prestar atención a un timbre que toca una chica que pide socorro, urgida por una cuestión de vida o muerte. El planteo que ella asume no se agota en una culpa lacerante por no haber atendido en el momento preciso, sino que advierte en que ahora es el instante en que puede todavía encontrar al otro. Jenny no cree, no quiere ni podría ser la heroína que repare ella sola el desgarro del mundo, pero sabe que escuchar esas llamadas cambian su posición ante el mundo. El conflicto de Jenny empieza a partir del instante en que advierte que en un instante anterior estuvo desatenta. La desatención, tratándose de una médica, condensa varias acepciones. Como agente de la salud pública, ella está siempre ante la posibilidad de atender o no. Durante la película la vemos tomar tres decisiones. Son tres propósitos políticos en un sistema social que se rige por actitudes contrarias: la indiferencia, el olvido, la desatención, el cuidado egoísta.




El título La chica desconocida se refiere tanto a la chica que pedía auxilio como a la propia Jenny, en la medida en que ella va a irse decidiendo, porque no está terminada. Como médica Jenny revisa el cuerpo de sus pacientes, presta atención a los síntomas, pero también revisa sus propias decisiones. En las revisaciones médicas, Jenny lee en los síntomas que le brindan los cuerpos de sus pacientes las claves para entender la trama oculta del mundo. La materialidad de esta práctica se abre hacia el fuera de campo. Como descifradora de síntomas involuntarios, Jenny excede su rol de médica para alcanzar una capacidad no solo detectivesca, sino también de hechicera. Su mirada penetrante lleva a hablar a los otros. Hay una escena memorable cuando el personaje interpretado por Jérémy Renier  le ruega que deje de mirarlo para poder seguir hablando. En la fragilidad de ese pedido se manifiesta el terrible poder de la mirada de Jenny.




Lo que los Dardenne nunca olvidan, lo que no es conveniente olvidar ante sus películas, es que ellos conceden ese mismo poder al espectador. He aquí una política de autores.