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viernes, 31 de agosto de 2018

La marcha del arcoiris

Multitudinaria marcha en defensa de la universidad pública y contra el macrismo



La extraordinaria marcha de ayer en defensa de la universidad pública logró hacer converger una serie de sentidos que exceden el reclamo salarial de los docentes, incluso el de una protesta por el ahogo presupuestario. Por una contingencia cronológica, el extendido plan de lucha de gremios docentes y organizaciones estudiantiles juntó a una muchedumbre que cruzó la ciudad en medio de una tarde invernal despiadada, justo en medio de una corrida cambiaria histórica, resultado de torpezas elementales que el macrismo cometió en los últimos días. La pasmosa escalada del dolar, que promete más penurias para los sectores populares, recalentamiento de la inflación en combinación mortal con la creciente recesión, corte de la cadena de pagos, amargos reproches de los directivos del FMI al que el gobierno le entregó la soberanía económica, lo que se pagará con la exigencia de ajustes más drásticos que los que hasta ahora se proyectaban, tiene además un efecto político sobre la sociedad argentina, muy sensible a las devaluaciones. macri terminó de mostrar una incapacidad perfecta para disciplinar a los sectores con los que quiso mostrarse amigable. Junto con la devaluación histórica del peso asistimos a una degradación terminal de la autoridad de un tipo que ahora tiene que aguantar larguísimos 15 meses y medio en su cargo. 



Esta semana se produjo un blanqueo: macri no goza de confianza ni siquiera entre los beneficiarios directos de sus políticas antipopulares. Ser dañino para la vida del pueblo y estar políticamente débil es la peor combinación posible. Esto empeora cuando su debilidad queda desnuda: es lo que pasa estos días. Todo el esfuerzo que el sistema de comunicación oficial puso para instalar operaciones que taparan la malaria creciente se disiparon abruptamente. Aun con el aparato propagandístico de las mayores corporaciones del país y el manejo exhaustivo de las redes sociales, el encono social ya es inocultable. En la calle se percibe un clima de hostilidad hacia el presidente como pocas veces en la historia argentina contemporánea. El contraste con la negación maníaca de la realidad que imponen los grandes medios es cada vez más agudo. La crisis de autoridad de macri no va a tardar en traducirse en una crisis de credibilidad del aparato que hasta ahora dibujó la figura de un estadista sobre alguien que es apenas un vividor desagraciado y bruto. El poder de los medios también se licua si la imagen que se muestra difiere de la realidad de manera tan evidente. Puede que algunos de esos medios empiecen a desprotegerlo en busca de un reemplazante.


Pero la marcha universitaria de ayer tiene virtudes propias que exceden la debacle oficialista. Los cientos de miles que se movilizaron desafiando el frío y la lluvia eran en su mayoría jóvenes politizados en un sentido nuevo: viven con naturalidad la conjunción entre lo político y lo personal. Había ayer a la tarde muchas chicas que hace pocas semanas hicieron sus primeras experiencias de movilización por la legalización del aborto. Es notorio para quien se haya movilizado en las últimas décadas que la presencia femenina se viene acentuando de manera sostenida. Y la marcha de ayer muestra que las banderas del feminismo convergen con una idea más integral de la emancipación. 

Otro rasgo que distingue a esta marcha de las de otras épocas es su tranversalidad social: los pibes no proceden solo de la clase ilustrada porteña. No había solamente estudiantes de la UBA o de las casas de estudio tradicionales. La matrícula estudiantil se hizo más popular en los años de apertura de nuevas universidades "en todas partes" -como desprecia macri. Ayer marcharon chicos del conurbano y de otras provincias a la par de estudiantes de perfil más clásico. 


Esta condición múltiple -juvenil, popular, feminista, politizada- es la perfecta antítesis de todo lo que el macrismo encarna o, para decirlo al revés, la condensación de todo lo que el macrismo quiere borrar de la sociedad argentina. Nadie más que el propio régimen ayudó a consolidar este conglomerado social. Especialmente macri y vidal dijeron las frases más ofensivas contra estos pibes que ayer convirtieron ese desprecio en alegría militante. Esta ruptura es irreversible. Muchos de ellos no son kirchneristas pero crecieron en una época de ampliación de derechos y de conquista del espacio público, así que experimentan por primera vez lo que significa vivir contra un estado hostil. Para un régimen que desecha las formas clásicas de la política esta base resistente expresa una paradoja: el marcospeñismo apostó todo su esfuerzo y su presupuesto en la manipulación de las redes sociales pero solo logra movilizar un rato a ancianos de clase media alta vulnerables a la acción psicológica y con reflejos políticos primarios. A los jóvenes que este jueves llenaron las calles -con encuentros que se replicaron en distintos partes del país- el neoliberalismo no tiene ninguna propuesta que ofrecerles. Son los sujetos políticos del siglo xxi y su presencia hace salir a la luz la vieja opresión retrógrada detrás de la fachada neoliberal. Un ejército de trolls no puede atenuar esta colisión. La energía de estos chicos se contagia a otros sectores dañados por el régimen. Cada uno de los que ayer marcharon son trasmisores lúcidos y entusiastas de la resistencia al ajuste y la militancia es su estilo de vida. La diversidad de identidades políticas hace más difícil cualquier intento de neutralizarlos. Esta movilización está cargada de futuro.


En un momento de la tarde la lluvia paró, las nubes se abrieron y apareció el arcoiris que cobijaba a la multitud, logrando una metáfora perfecta. La fecha de la movilización se fijó por la dinámica del conflicto universitario, pero cayó justo en el pico de impopularidad del macrismo. Contra la inhóspita meteorología, muchos ciudadanos hartos del gobierno pudieron canalizar su bronca sumándose a la marcha, desbordando los subtes que llegaban al punto de encuentro cantando con muchas ganas "Mauricio Macri la puta que te parió...". TN, que empieza a alejarse del gobierno declinante, le dedicó a la marcha una cobertura más amigable que a las anteriores movidas opositoras. 

A la noche se multiplicaron en distintos lugares del país los cacerolazos que prefieren las personas más despolitizadas.