lunes, 12 de abril de 2010

Bafici y las otras



por Lilián Cámera

The Girl, de Fredrik Edfeldt

Una sorpresa grata esta conmovedora película, como la que en su momento tuve con Criaturas de la Noche ; no por casualidad tienen el mismo director de fotografía: Hoyte van Hoytema.

El cine sueco vuelve a regalarnos otra de sus niñas entrañables, de solo 10 años, encarnada por Blanca Engstöm y de la que nunca sabremos el nombre. Ambientada en un entorno rural, la película nos lleva a vivir con ella un particular verano del 81 y nos hace compartir las vicisitudes que atraviesa al quedarse sola en su casa. Harta de que se inviertan los papeles, elabora un ingenioso plan para sacarse de encima a una tía borracha y depresiva encargada de cuidarla. El espacio de libertad que se abre inesperadamente le otorga una independencia inusitada para su edad, sensaciones nuevas y la pesada carga de lidiar sin filtros con el mundo de los adultos. Su mirada todo el tiempo tropieza con los secretos, la hipocresía y hasta lo cómico de ciertas situaciones de los que, supuestamente, tienen el “control” de sus actos. A la manera de los cuentos, nos deslizaremos junto a la protagonista por un tobogán que fluctúa entre la sonrisa y lo ominoso.

Pero lo mejor de la película es el acercamiento hacia Ola, un niño de la misma edad, número puesto como perdedor, delgaducho, feísimo según las ocasionales (y despiadadas) amiguitas, y que sin embargo es el único en entender el verdadero universo de esta niña. Con esas ingratas vacilaciones que nos depara esa frontera imprecisa entre infancia y pubertad, la niña construye con Ola un dulce afecto, que no excluye cierta cuota de crueldad (hay una escena impagable entre los cuatro niños de la historia) el miedo y la culpa. Será difícil no recordar por mucho tiempo el rostro de Blanca Engstöm, los nostálgicos días de un verano donde el paraíso estaba casi ahí nomás, al alcance de la mano.



Anne Perry Interiors, de Dana Linkiewicz

Quien haya visto Criaturas Celestiales, la inquietante historia de Juliet Hulme y Pauline Parker filmada por Peter Jackson, quizás se sorprenda al saber que el personaje que encarnaba Kate Winslet es nada menos que la escritora de best sellers Anne Perry, la dama de las novelas policiales góticas. Uno de los secretos mejor guardados hasta que apareció este film y se dieron a conocer los verdaderos nombres de las protagonistas de un crimen, que en su momento conmovió a Nueva Zelanda.

Una cámara sigue todo el tiempo a Perry por su casa, en medio de la melancólica campiña escocesa y lejos de las miradas indiscretas. Sabremos de sus hábitos de escritura, de su pequeño entorno protector, esa “isla de seguridad” creada para cubrir el horror de lo sucedido cuando sólo tenía 15 años y su relación derivara en el asesinato de la madre de Parker, ejecutado por las dos. Es la primera vez que Perry se decide a enfrentar el tema y mostrarnos las marcas que el suceso dejó en ella y en su familia. La contraposición de los discursos de cada uno de los integrantes de su acotado y confortable mundo no deja de subrayar el peso demoledor que tuvo la imposición forzada del silencio. Y nos hace ver cómo, pese al intento de olvido, el perdón mediado a través de la observancia estricta de la religión y el éxito en la profesión no bastaron para alejar el estigma de una reclusión que continúa y que la obligará a ser Otra.

Se trata de poder decir, la experta constructora de relatos no puede con su relato personal. Dueña de una autoexigencia feroz, Anne Perry nunca se casó ni formó pareja, escribe incansablemente, a mano, con una letra que a veces ella misma no puede descifrar.



Vincere, de Marco Bellocchio

Con todas las funciones agotadas, esta película generó una gran expectativa. El último estreno de Bellocchio en el país (La Nodriza) tiene casi una década. El argumento gira en torno a un personaje casi desconocido: Ilda Dalser, la primera mujer de Benito Mussolini, con la que tiene un hijo, silenciada y recluída en diferentes manicomios durante el tiempo en que el fascismo asciende y gobierna Italia.

Grandiosa, monumental, con el barroquismo de una puesta en escena operística, y la yuxtaposición de imágenes de archivo trabajadas con eslóganes partidarios, concluye una apuesta que no logra sostenerse en los 128 minutos de duración y se torna pesada y melodramática. Bellocchio hace de Ida una heroína trágica a la manera de las divas del cine mudo. A través de una situación íntima, nos habla del germen del fascismo, pero sobre todo, del manejo de la imagen y sus intrincadas maniobras. La exaltación de una visión de la historia en los noticiarios de la época no deja de remitirnos a la actualidad. El Mussolini verdadero, que aparece investido de una voluntad férrea e inamovible, es contrapuesto a la caricatura final de su hijo, repitiendo sus discursos y en medio del paroxismo de la locura.

Vincere tiene una muy buena primera hora pero luego lamentablemente decae. A contramano de muchos que la definen como una de las mejores películas del festival, no llegó a conformarme.

4 comentarios:

bahia ruge dijo...

Un aporte para el interior donde solo llega el cine taquillero.
los invitamos a visitarnos en nuestro nuevo blog www.bahiaruge201o.blogspot.com

L. F. dijo...

che. recomiendo "disorder" y "prisoners of ground".
y en menor medida o mejor dicho: en igual medida "trash humblers "(o algo asi) de harmonie Korine, pero con la advertencia de que es una pelicula que puede causar profundo rechazo (la mitad de la sala se fué)

Unknown dijo...

Vincere la quería ver, me gusta el director. Quizás hubiera valido la pena solamente por la primera hora, por lo que decís.
Yo por ahora vengo bastante bien con mi selección, o sea, de todas las películas rescato algo. Igual, por supuesto que algunas me resultaron mucho más interesantes.
La que más me hizo pensar quizás sea Ruhr y la que más me conmovió La notte quando... sobre el asesinato de Pasolini. Me impactó mucho ver la ropa que tenía puesta cuando murió, esos objetos hoy inanimados pero que en el pasado cobraron vida por quien los llevaba puesto. O sea: había una vida, una vida que finalizó bruscamente. Esa ropa es como un testigo. Me causó mucha tristeza.
Un beso.

mge dijo...

Es cierto... The Girl, cuyo título original es Flickan, va a quedar en mi retina y en mi memoria por mucho tiempo. Es sorpresivo saber que cuento con el mismo director de fotografía que Criatura de la Noche, pero tiene sentido porque ambas son increíbles.

De lo mejorcito que vi en este BAFICI, sin dudas.

La palabra de verificación es "verso", pero lo digo en serio, eh.