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lunes, 29 de febrero de 2016

Escrache: Una cosa es macri caminando por Davos, otra es que se exponga a argentinos cada vez más furiosos



La realidad tiene una característica que no es buena ni mala: es inexorable. Se cuela por la menor hendija, así se hayan tomado todas las precauciones para generar un globo de silencio. Este globo lo producen los medios corporativos que forman parte del gobierno macrista, que laboriosamente intentan aislar a la población televidente de las cosas que pasan, apelando a una alegría maníaca (a propósito, este mecanismo está muy bien filmado en Mi gran noche, divertida película de Alex de la Iglesia).

No hace falta que yo explique el hermetismo del anillo que rodea al régimen macrista: basta con prender la tele tóxica para darse cuenta de la acotadísima agenda que protege el proceso de ajuste de sus "daños colaterales".

Lo que tiene de bueno la realidad es que igual se mete como el agua. A menos de 100 días. Una cosa son los memes oficiales de Antonia y la Señora del Trabajo Esclavo y otra el contacto con el pueblo, esa palabra desterrada por los post históricos.

El agua que se filtra entre las hendijas es esta: macri ya no puede andar por la calle sin ser escrahado. Le pasó hace poco en el recorrido de la línea Roca, le volvió a pasar al ser recibido por manifestantes que en Italia repudiaron su presencia y su régimen de hambre y represión.

Le volvió a pasar hoy al ir a Lanús a inaugurar el ciclo lectivo. En la puerta de la escuela un grupo de manifestantes dijeron lo que muchos venimos diciendo desde el principio, con macri aumenta el hambre, la desocupación y hay presos políticos y listas negras. En menos de 100 días la conflictividad social aumentó significativamente, a pesar de la protección del sistema desinformativo.

La conflictivad va a aumentar previsiblemente, por obra de los damnificados del plan. Habrá más tarifazos, más inflación, más despidos, más aumentos en la canasta básica. Y habrá más gente con bronca y desocupados con tiempo para rasgar el velo de la mentira.

A macri pronto se le va a hacer difícil andar expuesto por el mundo real. Aconsejamos a su gabinete de imagen que vaya pensando en alternativas. Si quieren tener imágenes en contextos bucólicos, se puede recrear en un set con césped sintético y árboles escenográficos. Se les pueden pedir algunos pobres Urtubey. El tiene territorios en los que pueden hacer castings y muchos morochos que se van a quedar sin trabajo.

Mañana en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso van a necesitar un cordón de voluntarios PRO (a los radicales les va a ser difícil movilizar). Pero la Plaza Congreso es inmensa, solo Cristina logró llenarla. Tiempo para intentar otra cosa no hay. Así que recomiendo a los directores de cámaras que trasmitan el acto con planos bien cerrados de la Plaza, en los que se concentren, con la ayuda de lentes teleobjetivos, señoras y señores que hagan algún gesto de apoyo al oficialismo. Eso sí: fíjense que ni se filtre ninguna pancarta de repudio a macri.

A medida que los meses avancen esa labor se pondrá más difícil, una cosa es untar al cenador Peceto o al diputado Bozzo. Otra más difícil va a ser aislar al jefe del ejecutivo del contacto con un número creciente de desocupados. Incluso algunos votantes defraudados.

Una cosa es macri paseando por Davos. Más difícil será exponerlo a las calles argentinas.