Ayer fue un día en el que los actores principales de la política argentina hablaron todos. Habló el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires, en su homilía frente a macri y la plana mayor del gobierno. Sus palabras no le deben haber caído bien al jefe de estado: "No hay motivos para hacer fiesta patria cuando buena parte de nuestro pueblo no se siente invitado, porque no posee igualdad de oportunidades y carece de lo necesario para una vida digna”. Quizás la dureza de esas palabras dichas en el sermón oficial deben haber producido un obnubilamiento momentáneo en macri, o tal vez solo se trata de otro episodio en la saga de sus papelones protocolares, pero se lo notó algo desorientado a la hora de persignarse:
Una que sepamos más o menos:
macri no para de producir gags protocolares, quizás siguiendo el consejo de su asesor ecuatoriano: para lograr un gran rebote en las redes sociales hasta es lícito pasar por pelotudo. Es una de las cosas que mejor le salen.
La perturbación por la homilía de Poli le debe haber durado un rato, porque después cruzó hacia la Casa Rosada para dar un discurso a chicos de escuelas primarias y un centenar de jubilados y ahí lanzó una admonición que sonó un poco fuera de contexto. Dijo: "Hace casi dos años decidimos un cambio, que tiene que ver con ejercer nuestra propia libertad. Y que tampoco la política, o algunos de la política, o de la dirigencia, empresarios, sindicalistas, los jueces, se crean dueños de decirnos lo que tenemos que hacer, eso no es así". ¿Qué habrán pensado los jubilados y los chicos que fueron a comer el tradicional locro del 25 de mayo esa advertencia algo desarticulada?
Bueno, el sonido que capta el celular que lo viene siguiendo en los últimos días no es muy nítido y tampoco puede apreciarse el contexto de su auditorio pero, por lo que llega a entenderse, critica al gobierno.
Sergio Massa, duro contra la ex presidente: “Si Cristina vuelve a aparecer, vamos a volver a frenarla”. https://t.co/Pxl1wQZ4kC— Radio Mitre (@radiomitre) 26 de mayo de 2017
Por otro lado, en Direct TV Arena se lanzó un nuevo espacio político, Un País, encabezado por Sergio Massa y Margarita Stolbizer. El espacio está integrado por democristianos, el grupo Libres del Sur, radicales y macristas decepcionados, Felipe Solá, el bloguero Omar Bojos y la familia Galmarini, entre otros.
En el acto, Un País definió que disputará el electorado anticristinista con el macrismo y con el movimiento Evítala: "Si Cristina vuelve a aparecer, vamos a volver a frenarla" dijo el líder de Morón.
También el ex embajador en EEUU Martín Lousteau tuvo su locro, en el que anunció que no lo dejan participar en las PASO cambiemistas y por lo tanto va a competir en octubre contra la dirigente macrista Elisa Carrió. Asistieron al locro el secretario de Hacienda de la UBA Emiliano Yacobitti, Coti Nosiglia y el hijo de Alfonsín.
Otro alto dignatario eclesiástico, Monseñor Héctor Aguer, arzobispo de La Plata, después de su Tedeum respaldó ante los periodistas la tesis negacionista de Lopérfido, al desdeñar como "número mágico" la cifra de 30 mil desaparecidos. También apoyó el fallo de la Corte que reduce la pena del criminal de Lesa Humanidad Luis Muiña e hizo un llamado a la reconciliación nacional.
Pero en este jueves hiperpolitizado quien ocupó el centro absoluto de la escena fue Cristina Kirchner, en la entrevista que dio a los periodistas de C5N. Dijo lo que muchos estábamos esperando: "Si tengo que ser candidata, lo soy. Yo siento la responsabilidad de ponerle limites a este Gobierno, pero si encuentran otro candidato puede asegurar el triunfo, bienvenido sea".
Sobre la nociva política del gobierno macrista, Cristina dijo: "Yo creo que habrá que revisar la deuda. El Gobierno ya se endeudó el doble de lo que se endeudó la dictadura: estamos endeudados en 97 mil millones de dólares, y no son dólares que entraron para obra pública, sino para financiar la bicicleta financiera, el déficit, la fuga y la timba financiera. Temo que la deuda externa sea el gran karma del futuro".
Estas declaraciones no equivalen a un lanzamiento de su candidatura, pero es una movida muy fuerte que obligará a asumir definiciones inmediatas en el peronismo bonaerense. Todo el espectro filomacrista -incluso el movimiento Evítala- está alentando a Florencio Randazzo para que trate de dividir al peronismo en la provincia que definirá el resultado político de las elecciones de este año. Todos recordamos la desastrosa conducta de Randazzo en el breve período en que tuvo la oportunidad de competir en la interna presidencial de 2015. Esto explica las expectativas del universo oficialista para meter una cuña en la interna peronista bonaerense. Los que decidirán ahora son los dirigentes peronistas si quieren ganarle las elecciones a Cambiemos o apuestan por dividir el campo nacional y popular.
La centralidad política de Cristina fue ratificada ayer por la extraordinaria atención que concitó su aparición televisiva. No recuerdo en las últimas décadas que algún ex-presidente, a un año y medio de haber terminado su mandato, tenga la relevancia que ella mantiene, a pesar de la continua campaña en contra de los medios del régimen. Una muy buena reseña de la entrevista la pueden leer en la página de Radio Gráfica, acá.
Es Cristina y los demás.
Es Cristina y los demás.
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