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miércoles, 25 de octubre de 2017

Jorge Macri destruye el Area Natural Yrigoyen


por Tomás Botet

Hay un lugar que llamamos humildemente el Yrigoyen porque “el ranchito” le quedaba muy chico. El Yrigoyen es el último pulmón verde de Vicente López. Once hectáreas. No sabemos si es el nombre final que le queremos dar a este lugar. Un lugar que descubrimos con amigos e hicimos algo inaudito. Algo fuera del condicionamiento habitual en que transcurre la vida cotidiana. Hicimos algo por placer, algo que se hace grande por compartirlo. Un espacio donde trabajar, no solo uno sino hombro a hombro con el otro. No dejó de crecer. Entiendo que esté, que ya estuvo, que ya estaba en peligro.

Nosotros estábamos dedicados a la organización del lugar, no solo a la organización física de los espacios, sino también al vínculo con distintas organizaciones. El compromiso tejió un red afectiva. Estábamos organizados en asambleas semanales, a veces de a dos por semana, porque el clima era árido y no podíamos dejar las cosas en suspenso. No pudimos, ni quisimos que quedara en suspenso cualquier posibilidad de riesgo de un lugar que queremos tanto.



Ese riesgo se expuso de manera clara cuando un policía se presentó en el lugar. Cuando lo filmaron, se ofendió, manifestó su enojo con soberbia armada y luego utilizó la palabra “desmontar”. Ese día estábamos en una asamblea, alrededor del fuego, como todos los viernes, viendo cómo construir la comunidad, con la comunidad.

Ellos utilizaron la palabra “desmontar” con un operativo enorme contra unos un grupo de 30 personas que se rehusaron a abandonar el espacio, a dejar de defenderlo. Sabemos lo que pasa. Cerca de ahí, en toda la costa del Vial Costero, tras varios años de activismo, desmontaron a un grupo que estaba al tanto de las consecuencias ambientales que genera desmontar tanto territorio, que no toleraban lo que se escondía tras la desidia, por hacer un paseo de la costa. Algunos de esos activistas hoy están entre nosotros.

La policía no opera bien, eso también es algo sabido. En el arroyo Raggio, también cerca, del otro borde del Vial Costero, mientras las máquinas se adentraban en la tala, fueron enfrentados por quienes defienden el lugar. Eran varios defendiendo y varios operando ilegalmente: los que defendían les pidieron papeles a los policías y no los tenían. Un policía expuso que estaban haciendo un "paseo de la costa". Sin consideración ambiental, bajo la jurisdicción de Jorge Macri. Lo que decimos no es menor. Una semana tantearon con tirar escombros ilegales en la entrada del Yrigoyen. Lo hicieron durante algunos días por la mañana, hasta que descubrimos sus horarios y varios nos organizamos para hablar con alguna autoridad. Hablamos con el capataz de la obra, le advertimos que estaban tirando escombros ilegales en un lugar público. Estaban rehaciendo las cañerías para los edificios altos que coparon los costados del río después que hicieran el Vial Costero. No pretendemos deducir que para eso fue hecho el Vial Costero, pero el territorio fue poblado, fomentando el turismo, “justificada” la acción. Tenían un proyecto de parquizar toda la costa, hasta Tigre. Eso lo impedimos.

17 de mayo: El municipio sigue haciendo obras sobre el Arroyo Yrigoyen sin consultar a l@s vecin@s, destruyendo con topadoras el espacio verde.

Después de eso, hubo días en que avanzaron igual con los escombros, ilegalmente. Tuvimos que encontrar la manera de hablar con los esquivos representes de la comunidad. Los que afirman que quieren una comunidad “verde”. Un hombre llegó a nosotros y no se presentó hasta la mitad de la asamblea. Ya estábamos al tanto de que venía de parte del gobierno. Que nos quería sacar información. En cambio se encontró con un grupo de vecinos organizados, una comida compartida y buenas discusiones.

Antes de que este proyecto estuviera de pie había gente viviendo en los alrededores, la policía justificó su entrada por eso. Fue una pregunta recurrente de ellos, su necesidad de no afirmar la buena disposición de los miembros de la comunidad activa en este proyecto.

Tenemos vínculo con el COA (Club de Observadores de Aves), otra agrupación que defiende el territorio. Ellos avistan aves, descubrieron 158 especies y una que está en extinción. Valoramos, a pesar de nuestras diferencias, el apoyo que ellos dan al lugar, el cariño con que lo ven.



No nos parece un dato menor la fauna. Insistimos con que no es un lugar que algunos llamaran “recreativo”. Defendemos el lugar, volvimos a insertar carteles que no solo sacó la policía. Lo limpiamos del pésimo estado en que se encontraba. Atestado de basura, sectores intencionalmente ensuciados para que no se visiten. De las personas que se quedaban a vivir no queda ninguna. Se fueron yendo a medida que el espacio se poblaba, también se fueron por acción de la policía. Hablamos bien con algunos, algunos solo venían a limpiar su ropa, por necesidad, pero ya no vienen, el espacio está habitado, están de acuerdo en que sea defendido.

Queremos mencionar todas las eventualidades que atravesó el lugar. Como el mes de los incendios. Hubo un mes en que hubo tres incendios bastante seguidos uno del otro. Uno de un lado del camino, por donde se entra al sector de fogón principal. El camino atajó la propagación del fuego. Después hubo un incendio justo del otro lado de ese camino. Ambos en la entrada, visibles. Puedo hablar de esto porque en el segundo incendio yo estaba ahí. Estábamos con algunos de los chicos en el fogón principal cuando uno advierte humo, algo sorprendido. Corrimos hacia el sector y descubrimos que se propagaba el fuego. Las chicas se quedaron ahí llamando a los bomberos, mientras buscábamos bidones de agua, recuerdo sudar entre las cortaderas incendiadas, tirando casi sin efecto bidones de agua en un fuego que tardó dos camiones de bomberos en apagarse. Cuando llegó la policía, yo estaba sentado en el camino sufriendo, conmovido por lo que pasaba, sintiendo compasión por lo que pasaba a la tierra. La policía vino y usó la frase habitual de esos momento: “¿Vos vivís acá?”. No le demandé sensibilidad pero tampoco me enrosqué en su inoperancia. Como hay una sola entrada posible, les preguntamos por la filmación de la cámara de seguridad. Tenían el horario exacto de quién pasó por ahí y no nos lo dieron, tampoco lo investigaron. Incendios primero de un lado, luego del otro, lo vivimos desde cerca y eso fortaleció nuestro lazo afectivo con el lugar. Hasta las personas que no lo conocían pudieron apreciar las hojas verdes surgiendo de las cortaderas sobre quemadas, aplacadas por la ola del incendio.


El municipio no deja pasar a l@svecin@s al área natural Yrigoyen. 
Policías sin identificación y que no nos dicen quién dio la orden.

Hoy día estamos vinculados con el Centro de Actividades Educativas Camino (CAEC), varios compañeros trabajan allí. Hay un proyecto de huerta concretado, una huerta hecha y activa. Por un camino de atrás llegás al CAEC, hay chicos con síndrome y podemos decir que el Yrigoyen les hace bien. Realmente les hace bien tener un espacio fuera del contexto que hasta las masas padecen. Hay otros proyectos en pie ahí, la vinculación es activa por los compañeros que trabajan allí, hay buena predisposición para actividades, visitas guiadas a colegios o grupos scouts.

Hicimos varios festivales. Les dijimos a los vecinos que había un lugar hermoso y que lo podían conocer. El primer festival fue exitoso. Radio abierta en la entrada, plantaciones de árboles nativos, estábamos entre el arte y el rito. Expusimos una huerta, las casas en los árboles, los territorios bien delimitados y dispuestos a ser transitados. Hubo paseos guiados, música, limpieza de la costa. Cavábamos grupalmente agujeros para los árboles, fue algo hermoso compartir eso, afectaciones sinceras en algo simple como plantar árboles. Nos potenciamos mucho. Fue propulsor del segundo festival que vino meses después. El primero cerró con murgas, vimos brillar los ojos de los chicos y también los de los adultos. Al final del primero cercaron la entrada con rejas.


Tras haber avanzado tanto, haber peleado tanto por la organización del Yrigoyen  teniendo el proyecto legal hecho, nos encontramos, tras una tarde tranquila, con la represión policial. Nos sacaron a la fuerza el 15/10/2017. No hubo resistencia física de nuestra parte. Tenemos videos que exponen toda la situación, estarán circulando en los medios que sean más efectivos para la defensa del lugar (ver la página Todxs por el Yrigoyen en facebook). La policía, como decíamos, entró y saco a la fuerza a varias personas, incluyendo la utilización de gas pimienta. Nos prohibieron momentariamente la entrada, porque no se puede impedir legalmente la entrada al Yrigoyen . Ahora convocamos a los vecinos para dar visibilidad a lo que está sucediendo en el lugar. Tenemos un proyecto legal y no solo peleamos por hacerlo reserva natural, ya es un lugar cuidado que demanda sus derechos en contra de consecuencias ambientales claras.

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