todos estamos igual

viernes, 30 de agosto de 2019

Pulsiones nocturnas

Una revista de cine por radio, para escuchar clickeando acá 


¿Una revista de cine llamada Pulsión? Eso ya da para pensar.

El domingo pasado en La otra.-radio conversamos con dos de sus editores: Agustín Lostra y Pablo Ceccarelli y la conversación empezó por ahí, por la pulsión. Ya desde el título, no agarran para el lado más obvio de las referencias cinéfilas. La pulsión es algo más amplio, más abierto que la cinefilia. Contra ese sinsentido propagado por los cinéfilos de que el cine es algo más grande que la vida.

Nos dice Agustín: "A mí 'cinefilia' ya es una palabra que me molesta, me connota a la persona que consume cine casi de una manera drogadicta y su mundo se reduce a eso. Como querer capturar todo a través del cine y nada más".

Pablo Ceccarelli agrega: "La idea de pulsión se vincula también a la tensión, a la idea de tensar ciertos polos. Provenimos de un grupo que se junta en la Universidad de La Plata, pero intentamos escaparnos de las formas de la escritura académica, y también nos resulta problemática la idea de un cine más grande que la vida o por fuera del mundo, porque el cine y el mundo están irremediablemente uno conectado con el otro. No porque creamos que el cine esté solo para hablar de la coyuntura y podamos escapar de las discusiones acerca de las formas y del lenguaje, al contrario. Pero el cine está inevitablemente atravesado por el mundo y el mundo está hoy atravesado por el cine y el audiovisual".

- En Pulsión esquivan el dilema -falso, digo- entre producir una escritura académica o practicar el culto sectario de la cinefilia. Releo sus notas y veo un trabajo atento sobre el propio acto de escritura. En cada texto encuentro un preguntarse y responder de distintos modos los cruces entre la experiencia del cine, de la escritura y la conversación.

- Exactamente -nos dice Agustín-. No acepto la idea de que el texto sea algo subsidiario. En este número 10 le contesto al colega Eduardo Savino de la revista Caligari, que había dicho: «El crítico de cine, ante todo, es un cinéfilo. De forma subsidiaria es un escritor». Yo no siento que mi escritura sea una posición subsidiaria respecto de la cinefilia. Escribir es hacer obra y también es un trabajo sobre el tiempo y el lenguaje. Intentamos que nuestra escritura no quede atada a las películas sino que tenga su propia valía.

Agustín escribió en el número 10 un texto titulado "Amarres. Andamios. Abismos":

«Yo no quiero ser nada de forma subsidiaria. El crítico de cine para mí es ante todo una espectadora con avidez de apalabrar, con deseo de enfrentarse cuerpo a cuerpo con las imágenes en la potencia de su lengua y su palabra. Es una realizadora de lenguaje, de palabras. En el mejor de los casos, también es una realizadora de imágenes y sonidos. No subsidia nada, hace forma».

El texto, una especie de ensayo poético, empieza diciendo:

«Es en la radio. En vivo.

«A: Es que con la prosa soy bruto. No me conmueve. Solo tengo ojos para la poesía».

Sin embargo, el propio texto no descansa sobre la tranquilidad de haber encontrado en la poesía un género que lo cobije y así van apareciendo una cadena de voces que discrepan o vacilan:

«Si la vida no es una aventura, una exploración delirada, donde libros y películas transcurren junto a obras de teatro, performances, amantes, danza, levantadas con mate y Eduardo Mateo, entonces para qué. Ampliar el horizonte, salir del consumo irrestricto de películas como un bien absoluto, de la glotonería cinéfila. El vaivén como guía, el entrecruce de experiencias. Prefiero la insistencia particular, la relectura, la mística y el arriesgar retóricas tajantes para que me devoren mis compañeros, producir tela para cortar».

Tela para cortar nos dejó nuestra conversación radial con ellos. En el mismo número de Pulsión hay varios textos dedicados a la película de Franco Palazzo La distancia: «Todas las distancias. La distancia». Varios autores que discuten, rescatan, objetan, se entusiasman o se permiten dudar sobre la película. El que cierra la serie se llama «Pensamientos nocturnos (por Whatsapp)» y está estructurado como una serie de ideas que rondan en la cabeza de Ceccarelli a altas horas de la madrugada, una vez que parece que los integrantes de la revista ya lo dijeron todo sobre la película. Los primeros cuatro mensajes, emitidos sucesivamente a las 3:47, a las 3:49, a las 3:57 y a las 4:10, aparecen eliminados -Pablo nos confiesa que últimamente tiene problemas con el sueño-. Recién a las 4:15 se decide a dejar uno:

«Hola chicxs. ¿Cómo les va? Perdón por escribirles a esta hora tan tarde. Y también por la lista enorme de "mensajes eliminados". Había hecho este audio cuatro veces pero nunca estaba del todo convencido y el insomnio me jugó una mala pasada. Me costaba mucho poder armar algo coherente que no reitere todas las cosas que ya escribieron y con las cuales coincido bastante.
«También me pasa que La distancia, contrariamente a su título, es una película muy cercana (por lo temático, por lo geográfico, por los responsables de su producción, porque suena Isla Mujeres y eso me condiciona de cierta forma a la hora de analizarla».

Pablo nos aclara que Isla Mujeres es una banda integradas por cuatro chicas de La Plata, dos de ellas son protagonistas de la película y «Pensamientos Nocturnos» es un tema de Peces Raros, otra banda de La Plata.




Pablo y Agustín nos cuentan que en La Plata hay encuentros, cruces, roces, caricias, entre las bandas musicales y los cineastas. Sin haber visto la película La distancia ni saber darle la razón a ninguno, puedo respirar a través de estos textos algo del aroma y de la luz -que imagino no sé por qué melancólica- de esos paisajes.

En el programa hablamos también de una película que varios de los presentes acabábamos de ver y, para variar, no estábamos del todo de acuerdo. No salió de la conversación algo así como un dictamen que absolviera o condenara Once upon a time in Hollywood, la última de Tarantino. Pero Agustín, que no la vio pero tuvo que escucharse todos nuestros spoilers, nos dijo que después de la charla quedó con ganas de verla.

El programa lo escuchan acá.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Había leído esto hace un tiempo y poco después dejé de escribir en Caligari, así que nunca pude responder.
No sé si Agustín lo leerá, pero si el autor del blog quiere hacerle llegar el mensaje, genial.
Cuando dije que la escritura de/sobre cine era subsidiaria, me refería a que era subsidiaria de la experiencia de la cinefilia, no de la realización audiovisual. Lo digo en el mismo sentido en el que, habitualmente, se dice que la escritura literaria es subsidiaria de la experiencia de lectura. Muchos grandes autores coinciden en ese punto: "soy más lector que escritor", y es lógico que así sea, porque la lectura antecede y alimenta la escritura. Lo mismo pasa con la experiencia del espectador audiovisual. Si no ve películas, ¿de qué podría escribir el crítico? Podemos coincidir, al menos, en el aspecto cronológico de la cuestión.
Un abrazo al autor del blog y a Agustín. Gracias por este intercambio.

cuadernoexpandido dijo...

Hola Eduardo! Qué bueno que pudiste leerlo y comentarlo y responderme. Oscar me escribió para avisarme y aquí estoy contestando la contestación.
Cuando lancé la polémica en el artículo, pensando como suele pasar que no hay gran difusión de lo que uno dice, fantaseaba de todas maneras con que lo leas y me contestes.
Entiendo tu idea de que la escritura es subsidiaria de la cinefilia... a mí quizás me sigue molestando el término 'subsidiario', pero entiendo a dónde vas. Creo que me defino mucho por la escritura, en mi caso, y la defiendo mucho en el campo de la crítica como un lugar de producción, me cuesta la idea de que esté al servicio de lo otro. Prefiero que se saquen chispas. Quizás sea también que no me defino como cinéfilo y entonces también ese término me cuesta. Te agradezco de todas maneras y es claro el paralelismo que haces con la escritura/lectura. Me alegró la contestación y el agite mutuo en la conversa.
Abrazo!

Eduardo Savino dijo...

Sí, entiendo y también estoy de acuerdo en eso: es un ida y vuelta entre producción crítica y producción artística (de hecho, eso era básicamente el grupo Cahiers, que es de lo que hablaba el ensayo del que salió esa cita). Quizás lo digo desde un lugar de humildad un poquito exagerada porque yo también soy escritor. Y siento que hay algo de la producción propia que siempre está en deuda con lo que leí (o vi). Sigámosla cuando quieras! Abrazo.
(Yo también comenté acá en el blog pensando que no te iba a llegar, así que me alegró volver y ver tu respuesta, jaja.)