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sábado, 15 de mayo de 2021

Si tú no crees en tu pueblo, si no amas ni esperas ni sufres ni gozas con tu pueblo, no alcanzarás a traducirlo nunca: Atahualpa, Sofía Viola, L-Gante

En qué otro cielo se alínean las estrellas
   


El sábado pasado hicimos nuestra columna en Patologías Culturales con Maxi Diomedi (FM La Tribu, 88,7, sábados a las 18) y Maxi me pidió que habláramos de L-Gante. Él había leído el par de posts que le dedicamos en La otra. 

Antes de que saliera mi parte al aire Maxi le hizo una increíble entrevista a la gran Sofía Viola que recomiendo con exaltación y premura. En un momento Sofía dice: “Yo soy consciente del poder de la palabra, de que la palabra es transformadora en una sociedad. Yo no me puedo apartar en esta vida de esto que elegí. Es una responsabilidad. Lo dijo Atahualpa Yupanqui en 'Destino del canto': esta antorcha no es mía, es de la tierra que me ha señalado para mi sacrificio y no para mi vanidad. Más allá de lo que yo pueda sentir como individuo ante cualquier adversidad, no puedo apartarme de esto”. Hablan durante una hora y la entrevista es una bomba que pueden escuchar y leer en este link: SOFÍA VIOLA | El destino del canto.


Escuchando la cita que hace Sofía, me fui a buscar el poema de Atahualpa:

En Patologías y en La otra es un designio de Dios el recorrer los contornos de lo popular. En la entrevista Sofía habla de su fascinación por el backstage de la tele, que conoció de adolescente. Su vocación por el show, más allá del recato del cantautor del indie en el que a ella se la suele ubicar, la lleva a querer ser una diva del teatro de revistas: "Yo flasheo con ser una vedette. La vedette canta, baila, actúa... eso es más integral. La parte de ser cantautora me aburre un poco. Y me empiezo a poner las pestañas, un pelo postizo, me empiezo a montar, como dice Moria, me monto, ¿eh?, soy travesti, me encanta. Antes lo veía como '¡oh, qué exagerada!'. Pero ahora estoy también inspirada por el mundo queer, el mundo marica, siento que repercute en mi feminidad de decir 'sí, ok, ahora brillos y pestañas y peluca...'. Y después, que yo haya elegido el under, también se me dio de esa manera, porque en el mundo televisivo tenés que quedarte, mirá a los que hacen televisión, son esclavos de esa imagen y a mí eso no me representa. Yo quiero ser una diva del under (se ríe a carcajadas) que tenga mucho tiempo para dormir la siesta y tocar canciones".

Si siguen con atención la trayectoria del proyectil que sale de la foto de Spinetta, va por Atahualpa y su destino del canto, pasa por la vocación de vedette de Sofía, todo esto no puede conducir a otro lugar más que a L-Gante. En qué otro cielo se alínean estas estrellas. L-Gante ya es una especialidad de la casa, no porque acá curtamos todo el día el villarrap del muchacho de los trescientos millones de escuchas, sino porque en él encontramos algo que tiene que ver con el tiempo. Hay artistas en potencia por todas partes y hay oportunidades que se pueden abrir en cuanto se dan ciertas condiciones políticas como las que se dieron en la primera década de este siglo en Argentina. Tiene que ver con la micro-política familiar también, porque los mismos adultos ilustrados que aplauden las políticas inclusivas se enojan  cuando sus hijos escuchan a L-Gante. Yo comparto estos posts en Facebook, en la página "Yo leía Expreso Imaginario" o en "Argenprog" y sale la abominación. Meto un dedo en la llaga: al padre le da por las pelotas que el hijo escuche "esa mierda" y le acerca un disco de Zappa para que el pibe sepa lo que es la música. 

Un reputado crítico asocia el estallido artístico de L-Gante a la disolución social de los 90 y no se le da ni ahí por revisar el calendario, porque no le dan los números. Si hubiera nacido en los 90, L-Gante tendría 31 años, pero tiene 21 y cuando tenía 12 fue el gobierno de Cristina el que repartió las netbooks. Conectar igualdad, no disolución social. Si al pibe la cana lo hubiera masacrado a tiros en una calle de tierra del tercer cordón, por ahí estos viejos pondrían una foto en su Facebook, pero el chico está vivo y hace la música que escuchan sus hijos y eso les da rabia. L-Gante como todo poeta amasa la lengua y el habla y los críticos más entrenados en las progresiones armónicas de Spinetta se desorientan cuando escuchan que la poesía puede hacerse diferente en otros barrios. Escuchen la charla con Maxi:

 

Yo tengo un interés verdaderamente epistemológico por esto. Digo: qué fundamenta la escucha del crítico que se perturba tanto ante la persistencia de la cumbia atravesada por los modos del hip hop en las nuevas generaciones. Qué pasa con los melómanos incapaces de escuchar su propia escucha. Capaz el rock ya fue, hubo un tiempo en que fue hermoso y fue libre de verdad. Pero la necesidad humana de habitar poéticamente el mundo hoy suena de otras maneras.

 

1 comentario:

guillermo dijo...

Buen programa, me hubiera encantado estar ahí, en esa ciudad done L-gante copa a muchos pendejos y enoja a sus progres padres. Pero tuveclacsuerte de escucharlos, lejos y cerca.