Hoy me cruzo con mi amigo V. C., jugoso documentalista.
Resulta que está haciendo una investigación en pequeño e histórico club de boxeo de la zona de Almagro.
Va el viernes pasado al club, a entrevistarse con uno de los entrenadores, en vistas al trabajo que está desarrollando, que espera pueda dar lugar a un documental.
“¿Viste quien está ahi?” -le dice el entrenador.
“¿Dónde?” -pregunta V.C.
El entrenador le señala en dirección a un costado del cuadrilátero. Sentada en una silla, una viejita (segun palabras de V.C.) descansaba luego de una sesión de guantes.
Mi amigo V.C. da la vuelta por el lado contrario del ring, para tener mejor angulo de visión, y no lo puede creer. Es Bob Dylan.
“Viste?” -dice el entrenador- “ayer tambien vino y estuvo tirando guantes con dos de los muchachos”.
“¿Pero vos sos bolú?” -le dice V.C.- “¡cómo no me avisaste, así traía la cámara!”
“Estás loco” -le dice el entrenador- “me pagó 100 pesos. ¡A un cliente asi lo tengo que cuidar!”
PABLO RATTO
5 comentarios:
"Sentada en una silla, una viejita"; me hizo reir muchoa la descripcion.
Bueno, che!
Cien pesos son cien pesos.
¿vos me estás hablando en serio?
Estrictamente cierto: el hombre està a la altura de la leyenda. Ya sabìamos que la vez anterior llegò a Obras caminando y pasò entre el pùblico sin que lo reconocieran. Tambièn que habìa estado haciendo guantes en un gimnasio de Mèxico, semanas atràs.
Y sì: es Dylan, por eso sigue siendo el artista que es a sus 66 años. Lo que vemos arriba del escenario corresponde a lo que èl es.
¿la viejita sentada era Dylan o un personaje secundario?
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