Entonces, al comenzar el nuevo siglo, Gus Van Sant filma Gerry. Dos tipos jóvenes (Damon y Affleck) se "pierden" en medio de un paisaje desértico. Y la cámara de Van Sant nos invita a perdernos con ellos. Perdernos, perder al espectador adiestrado por el código lógico narrativo que ha acabado por ahogar nuestra experiencia. Mientras el relato se imponga, la mirada se ahoga. Nada de psicología: la cámara de Van Sant se abstiene de inmiscuirse en la psicología de los personajes. El recurso a la palabra es tan severamente acotado que los personajes se llaman "Gerry" el uno al otro. No se nos induce a reconstruir los motivos de los personajes, sino a observarlos desplazarse por un espacio concreto. La duración de los planos está determinada no por el ritmo de nuestra lectura (el tiempo que nos llevaría, por ejemplo, "leer" que a Gerry 1 o a Gerry 2 les pasa tal o cual cosa), sino por los espacios que tienen que atravesar.
El paisaje de pronto vacío empieza a ofrecer a la mirada sus ínfimas variaciones, su altura y profundidad, la velocidad de las nubes y la quietud de la montaña. Varias veces la irrupción de las figuras humanas produce un cambio súbito de nuestra percepción de los tamaños: lo que parecía una piedrita era en realidad una roca inmensa: entonces nos "vemos" viendo el espacio, preguntándonos por la naturaleza de nuestro ver. La inmersión en ese espacio es tan envolvente que la voz interior del espectador se acalla y nos entregamos a una contemplación extática. La musicalidad del movimiento aplaca nuestras ansias narrativas.
¿Quiénes son estos dos muchachos? ¿Qué buscan? ¿Qué sucede entre ellos? ¿Se aman? ¿Se odian? Sus conversaciones hablan de cosas que ellos saben pero cuyo sentido último se nos escapa: es que no hablan para nosotros, sino entre ellos. Entonces, escucharlos es parecido a escuchar el silencio que a menudo se impone, o el rumor de la naturaleza. La melancólica música de Arvo Pärt sólo aparece cuando nos hemos habituado al silencio, nunca para comentar el sentido moral de la fábula. Silencio, vacío, demora, distancia, extravío, extrañeza: son todas variaciones del alejar y des-alejar en los que el cine exhibe sus posibilidades. No se trata de que Van Sant haya abolido totalmente la narración, sino que la ha puesto en cuestión con las armas del cine. No es que el cine recién haya empezado: es que muta ante nuestros ojos.
OSCAR ALBERTO CUERVO
7 comentarios:
Es un film del 2002 si no me equivoco, ¿no? Indudablemente un cine de tiempo, de duración, contrario al de la imagen-acción hollywoodense, contrario al código de representación institucional. No la vi, pero ese travelling circular completo de 360°, me parece, no sólo tendría que ver con el entorno desértico, digamos, con un paisaje despojado (pero paradojalmente denso, intenso, rídigo y flotante a la vez), sino con un estado subjetivo instalado en la intemperie. Esa relación de los dos Gerries de la cual no sabemos mucho (o nada) que está en ese estado como de indeterminación creo es lo que sabe mostrar Van Sant: precisamente esos estados de indeterminación (estados de intemperie) en las relaciones humanas. Por eso también está ese gran plano general donde el cuerpo de Affleck está ahí vulnerable en ese espacio que le es hostil.
Quise decir "rígido"...
donde esta la nota Johnny canta sobre la de cronenberg? no la encontrè
Isabelina
les dejo una nota muy interesante de Mariana Enriquez:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-2337-2005-06-29.html
besos. julieta.
yo no vi la peli, pero en el travelling de 360 grados, el otro personaje no aparece. podría ser que los dos personajes fueran uno en verdad?
me encantó... quiero verla!
Anónimo:
andá para atras, retrocede varios casilleros clickeando en "Entradas antiguas", o si no, clickeá en "Categorías" sobre "Tim Burton"
saludos
lo mejor es hacer clic sobre el triangulito que dice "febrero" y ahí se despliegan todas las entradas de ese mes. luego hay que hacer clic sobre la entrada que se desea ver.
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