Bluesky
Al actuar como jefa de La Cámpora en detrimento de los intereses populares @cristinafkirchner.bsky.social se arriesga a devaluar su legado. En Rosario se la vio aislada, simulando liderar a una totalidad que no está, ansiosa por revalidar una relevancia que ni siquera debería estar en discusión.
— Oscar Cuervo (@oscaracuervo.bsky.social) 24 de noviembre de 2024, 3:45
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martes, 13 de abril de 2010
Bafici maravilla
por oac
Segunda gran sorpresa de esta edición del Bafici.
Mientras aún nos reponemos de Morrer como um homen, aparece La pivellina, una extraordinaria película co-dirigida por Tizza Covi y Rainer Frimmel. El pre-texto (y aquí la palabra se aplica a la perfección) es a la vez tan pequeño que hasta da pudor enunciarlo. Una veterana mujer de pelo rojo busca a alguien en medio de un parque y se encuentra con una nenita de dos años. No se sabe quién la dejó ahí ni por cuánto tiempo. La mujer pelirroja es artista de circo y lleva a la nena a vivir a su casa rodante. Un perro, un adolescente huérfano, el marido de la mujer (payaso del circo) y algunas otras personas: eso es todo.
O mejor dicho: eso es nada de lo que propicia esta experiencia fílmica prodigiosa. Es nada, porque el cine no está hecho de sinopsis verbales, sino del fluir de una experiencia que apenas puede denominarse narrativa. La sustancia cinematográfica se desencadena no cuando se concibe un guión y se lo "pone en escena", sino cuando la cámara nos hace abrir los ojos ante la maravilla de un encuentro. Nunca antes una película parecería haber logrado captar el encanto subyugante de la niñez, la gracia melancólica de los momentos cotidianos, la verdad de un amor que no puede ser representado sino que transcurre ante la cámara. Imposible guionar o poner en escena. ¿Tenía que pasar más de un siglo de cine para que el milagro pudiera ser filmado? ¿Era necesario que el cine se liberara de la opresión novelesca para que actos tan sencillos y bellos encontraran lugar en la pantalla?
Permítanme decirles que los que vayan a ver La pivellina difícilmente puedan olvidar su maravilla.
Mientras tanto, les recomiendo que no se pierdan el jocundo y cachondo "Platero" de Marco Berger, incluído en el largometraje Cinco; así como que traten de disfrutar la confirmación de las maestrías de Sokurov (Reading Book of Blockade) y Eyal Sivan (Jaffa, the orange clockwork). Y quiero avisarles que en las próximas horas voy a escribir sobre la película que debería haber abierto esta edición del Bafici y de la que lamentablemente fue la que lo abrió.
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3 comentarios:
That´s all también es extraordinaria. La recomiendo fervientemente.
Oh! habrá que verla, te dije que los niños están arrasando en este Bafici, "el encanto subyugante de la niñez, la gracia melancólica de los momentos cotidianos, la verdad de un amor que no puede ser representado sino que transcurre ante la cámara"
algo de lo que ocurre también en The Girl.
Lilián
La de Sokurov debe estar zar-pada!
Habrá que verla.
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