Un relato de la revista Maten al Mensajero
Su director, Santiago Kahn, estuvo el domingo pasado en La otra.-radio y nuestra conversación con él se puede escuchar acá.
Un ejemplo de las narrativas que profiere la revista Maten al mensajero:
Su director, Santiago Kahn, escribe un folletín por entregas llamado "Silvia". Relata un caso real de la historia argentina reciente. Silvia Suppo, de la ciudad de Rafaela, testigo del juicio contra el ex juez federal Víctor Brusa. Un hito en las investigaciones de los crímenes del terrorismo de estado durante la dictadura, que lleva a prisión por primera vez a un juez federal por delitos de lesa humanidad. En 1977 Silvia, siendo adolescente, había sido secuestrada por las fuerzas de la represión. Violada y embarazada durante el cautiverio, los captores le provocaron un aborto “para subsanar el error”. Su caso sirvió para establecer en la justicia argentina la figura de la violación sistemática como forma de tortura. En una sociedad ultra-conservadora, en medio de una región próspera por el cultivo de soja, poner en el banquillo la complicidad civil y judicial con el terrorismo de estado habrá despertado resquemores entre las "fuerzas vivas" de Rafaela. Como fuera, en 2010, Silvia, que había sobrevivido a la dictadura, fue asesinada en la calle, y con demasiado apuro se trató de presentar su asesinato como un caso de "inseguridad". Pero resulta que ella, antes de su muerte, había recibido muchas amenazas a causa de sus testimonios y de su militancia contra la impunidad. Por eso es que sus familiares, acompañados por los organismos de derechos humanos, sospechan que se trata de un asesinato político. En plena democracia una rémora de las fuerzas complotadas en favor de la dictadura. Santiago Kahn va a Rafaela a investigar el caso y lo está relatando por entregas, retomando el modelo la escritura narrativa de no-ficción de Rodolfo Walsh.
El cuidado por la materia y la forma va a contramano de las formas más rutinarias del periodismo acual. Será por eso que, aun cuando sus textos e historietas muestran las marcas fuertes de lo real, Maten al Mensajero se piensa a sí misma como una revista literaria y no periodística.
Maten al mensajero: es una revista independiente que ya tiene dos números en la calle, una apuesta editorial muy fuerte por varios motivos. Ya es un desafío sacar una revista de papel en plena galaxia Zukerberg. Y Maten al mensajero hace gala de una intransigencia conceptual, nadando contra la corriente: revista literaria, de textos inéditos, historietas, fotografías con vocación narrativa. Una vuelta a géneros en desuso: el folletín, las aguafuertes, las viñetas. Incluso las tapas van contando una historia sin palabras que contínúa de un número al otro: de Pablo Vigo, un dibujo de líneas claras, simples, elegantes. Como es claro y elegante el diseño de toda la revista. Un objeto mirable, tocable, acariciable, incluso olible. Maten al mensajero tiene una prestancia que nuestro prejuicio asocia a revistas ultraprofesionales, aunque eso no sea cierto, porque las revistas profesionales suelen subordinar sus preceptos estéticos y éticos a las reglas comerciales, mientras la belleza de Maten al mensajero se puede sostener, curiosamente, porque se trata de una revista amateur, analógica, corazonada, terminada a mano, tracción a sangre. Cuando uno ve lo bien pensada y lo bien hecha que está la revista, dan ganas de que esta empresa, con toda su osadía, prospere, dan ganas de ver materializados los muchos números por venir, que los folletines avancen, que las tapas cuenten el paso siguiente.
De Maten al Mensajero hablamos con su director, Santiago Kahn, el domingo pasado en La otra.-radio. Se puede escuchar acá.
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