Por Martha Silva
Hemos visto En la ciudad de Sylvia, primera parte del díptico de José Luis Guerín (la otra es Unas fotos en la ciudad de Sylvia). Parece ser que este es el orden adecuado para verlas. También se presenta en el BAFICI el cuaderno de notas Algunos paseos por la ciudad de Sylvia de Carlos Losilla y Jaime Pena, que es una suerte de desagravio hacia Guerín por el "desprecio institucional", que mereció en España este díptico.
En el libro se incluyen varios ensayos escritos por críticos reconocidos, como David Bordwell y Miguel Marías, entre otros. Según dice Lee Marshall en uno de los capítulos esta historia de Sylvie -o con Sylvie- parte de un encuentro real que Guerín tuvo con una joven en 1980 en el bar Les aviateurs de Strasburgo. Volvió allí y nunca la encontró. Es lo mejor que pudo haber sucedido, porque de haberla encontrado no hubiera sido la misma Sylvie. La realidad nunca se compadece con la visión romática, idealizada, que guardamos en el recuerdo.
Más allá de las referencias a Hitchcock, Bresson, Rohmer y otros ídolos del cine -que lo son también de Guerín-, más allá de las invocaciones a Petrarca y su amada Laura, estamos ante una Sylvia que nunca aparece, situada en el lugar del misterio.
1 comentario:
Gracias por tu reseña, Martha. Espero conseguir entradas (no la había seleccionado), porque la belleza de esos rostros es impactante...Y la trama que describís: el deseo que busca, el objeto que se desvanece...me resulta interesante.
Saludos.
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