lunes, 4 de mayo de 2009
MARFICI: descubriendo Invasión
por Oscar A. Cuervo
Parece curioso que uno tenga que venir al MARFICI para "descubrir" una obra maestra que ya ha visto varias veces y que goza de un enorme prestigio crítico. Pero creo que finalmente eso es lo que son las verdaderas obras maestras: films que vuelven a verse por primera vez cada vez que se los ve. La película de Hugo Santiago ha ido recibiendo distintas lecturas a lo largo de las décadas que nos separan de su estreno, allá por fines de los 60. Todo el mundo sabe que la idea argumental fue concebida por Borges y Bioy y el guión fue trabajado por Borges con su director. Eso sólo bastaría para que Invasión merezca periódicas revisiones. Pero lo que importa es que Santiago es un cineasta excepcional, con destellos de genialidad. Porque en principio Borges y Bioy tenían un talento probado en sus obras literarias pero no necesariamente eso se podría transferir a un argumento cinematográfico. Y aún si eso sucediera, si el argumento fuera potencialmente interesante, un cineasta inepto podría haberlo desbaratado.
Y bien: el mérito mayor de Invasión no es su fuente argumental, sino su prodigiosa cinematografía. El film de Santiago cultiva un estilo seco, con actuaciones en un tono menor (Santiago había sido poco antes asistente de Robert Bresson, nada menos), un montaje conciso, una fotografía oscura (extraordinario Ricardo Aranovich). Pero continuamente estalla en pequeños toques líricos que se integran perfectamente al desarrollo dramático y van elevando su potencia poética.
Una intepretación prospectiva ha permitido tomar la invasión que sufre la ciudad de Aquilea (una Buenos Aires transfigurada, de-construida y vuelta a armar en un nivel metafísico) por parte de bandas de sórdidos burócratas vestidos de gris, como una profecía de la dictadura militar. Imprevistamente, Borges y Bioy, en esta intepretación, estarían resaltando el heroísmo de una resistencia armada ante los opresores. Es posible vincular esta distopía con otra temible anticipación a la dictadura: El eternauta de Oesterheld, con sus Ellos, su resistencia criolla y su topografìa inequívocamente porteña. Pero este paralelismo no debe exagerarse.
Hay algo del lenguaje del comic en la concepción cinematográfica de Santiago, pero también hay mucho cine de gangsters, western y un aire de modernidad muy sesentista, la inocultable presencia de Bresson y quizá también el Godard de Alphhaville. Y está la épica valerosa de los cuchilleros borgeanos, su cadencia milonguera. Pero lo que en esta nueva visión del film más me impresionó es su postmodernismo avant la lettre, su lectura irónica de géneros preexistentes, una dimensión donde conviven y se infectan mutuamente la cultura "alta" y la "baja". Lo que aparece ahora es un constante humor de understatements, sutilmente oculto debajo de su superficie oscura.
¿Es Invasión un film político? Todo film lo es. Y difícilmente podría no serlo dado que se cuenta la historia de una ciudad asediada y de la resistencia que se organiza alrededor del personaje de don Porfirio. Lo que sería forzado es vincular este asunto con la resistencia armada a las dictaduras militares argentinas. Si es posible una lectura así, supongo que se trata de un efecto involuntario del argumento pergeñado por Borges y Bioy. Quizá la relectura que hizo años después Santiago en Las veredas de Saturno facilite esa intepretación. Pero la resistencia de Invasión tiene rasgos de un criollismo aristocrático que no se aviene a una traducción lineal a la historia argentina contemporánea. Digamos que la genialidad de esta película puede disfrutarse plenanamente sin esa referencia a la Historia.
También se señaló últimamente la filiación que guarda con Invasión el film de Alejo Moguilansky ganador del último Bafici, Castro. Es evidente que su director ha querido hacer una relectura contemporánea, juvenil, diurna y cómica del film de Santiago. De todos modos, sería preferible no mencionar muchas veces Invasión cuando se habla de Castro. Es muy grande, infinita, la distancia entre el genio y el ingenio.
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15 comentarios:
Había escuchado comentarios elogiosos de esta película pero nunca la ví.
Y después de esta reseña...ojalá, Oscar, la puedas programar para la segunda parte del ciclo de cine.
(Veo que los aires marplatenses te han inspirado...muy buen texto, con remate irónico, pero...después de la "lecura" y el afrancesamiento de "Borgtes"...un corrector ahí!)
Saludos!
Por supuesto Oscar! Me arriesgo a decir que es la mejor película argentina de todos los tiempos El amigo Cozarinsky dice en " Borges y el cine" que esta película expone una acción cuyos motivos permanecen encubiertos.
cLARO, NADIE SABE MUCHO QUE ESTÁ PASANDO ALLÍ PERO TE CAPTA COMPLETAMENTE.
Yo la veo cada tanto - está en mi video preferido- y siempre termino llena de admiración por su perfección. Tiene un valor agregado, histórico: te encontrás con todo el mundo. Desde Leal Rey, haciendo de decorador y el papel de MOON, HASTA hEDDY cRILLA COMO LA VIEJITA QUE BARRE EL PISO...
pARA LOS NO SEGUIDORES DE TEATRO ACLARO QUE LEAL REY PROTAGONIZO LA PRIMERA VERSIÓN DE ESPERANDO A GODOT EN LA ARGENTINA, QUE POR SUPUESTO TUVE EL GUSTO DE VER.
y ESA CIUDAD SIN NINGÚN CARTEL, MISTERIOSA, Y QUE JAMAS SE FILMÓ EN LA ARGENTINA. nO SE PUEDE CREER.
Santiago ES INSÓLITO, VI DOS PELÍCULAS MÁS DE ÉL, CREO.
hAY QUE LEER el cine de hugo santiago DE dAVID oUBIÑA, que se vendió en un Bafici.
Martha
Cine&Politica, lindo temita ¿no?...
Buen viaje y trae alfajores.
..Invasion es hipnótica. Mi dvd está casi rayado. Me hubiera gustado pasearme un rato por MDQ este año. De la edición anterior del Marfici, la retro de Kowalski y, en cuanto a lo nacional, la de las bandas tributo -que también pasaron en el Bafici- fueron lo mejor.
eso eso Oscar!!! Programala para el ciclo de cine así la vemos!!!!!
PD: me anoto a la hora de recibir alfajores.
El Marfici va calentando motores. No puedo comentar las películas en competencia que estoy evaluando.
Mientras tanto, escribo textos como este, lleno de disparates ortográficos y frases truncas (ya corregidas, gracias a la advertencia de Liliana).
Cine y política, nunca hablamos de otra cosa.
saludos
(llevaré un caracol tornasolado de recuerdo).
Con ruidito a mar?
No, este tiene un ringtone de Miranda.
¿Es la guitarra de Lolo?
PREFIERO UN ALFAJOR hAVANNA ,QUE SALGA ALMENDRADO CON CHOCOLATE BLANCO. mARTHA
No, Martha. este año no hubo canje con Havanna, caracoles!
Ví "Invasión" por vez primera en el Marfici días pasados. Tenía noción de esta película de Muchnik pues había escuchado algunos comentarios. Es para mí, una película de análisis por los metacontenidos, es decir, la curiosidad de quienes intervinieron en su guión, el rol de algunos actores, como el de la protagonista, y algunos otros mas que solo sirven para quedarse a un café después de hora previa lectura de un manual de instrucción sobre "Invasión". Pero lo sustancial, el efecto de experimentar su exhibición termina siendo un bodrio. La ví con melancolía y resignación.
Alejandro:
Borges quizá te diría que la dejes, que esa película no era para vos.
Para mí volver a verla después de muchos años, ahora en una buena copia, fue una gran alegría. No me hizo falta ningún manual y las referencias históricas acerca de los "metacontenidos" pasaron a un segundo o tercer plano, ante la vitalidad de una película de una belleza insuperable.
saludos
Oscar:
Gracias por tu respuesta, pero no pongas a Borges como escudo, pues él no ha visto la película, no sé si por fortuna o por ceguera. Además, dudo que Borges pueda responder con algo así. Considero que las obras son para todos, para todos los que se interesen, no son productos para elites. Que opine diferente no me excluye como receptor de una obra. Pero en este caso, y es mi opinión, y no una bula o sentencia, "Invasión" es una película ingenua, incluso en le época en que se estrenó. Torre Nilsson ya había retratado esos climas 10 años antes y había policiales en los 50 mucho mejor llevados.
Lo que percibo, es que en el cine también existen ritos paganos y a sus dioses hay que adorarlos según sus dogmas, dogmas que como sabemos, no admiten réplicas.
Alejandro:
- no pongo a Borges como escudo, cito una frase que él le decía a sus alumnos, Decía textualmente:
"Y siendo profesor he aconsejado a mis estudiantes, si un libro los aburre dejenlo, no lo lean porque es famoso, no lean un libro porque es moderno, no lo lean porque es antiguo, si un libro es tedioso para ustedes dejenlo, aunque ese libro sea El paraíso perdido (para mí no es tedioso), o El Quijote (para mí tampoco es tedioso), pero si un libro es tedioso para ustedes no lo lean, ese libro no ha sido escrito para ustedes. La lectura ha de ser una forma de la felicidad. De modo que yo aconsejaría, a esos posibles lectores de mi testamento (que no pienso escribir), yo les aconsejaría que leyeran mucho, que no se dejaran asustar por la reputación de los autores. Que leyeran buscando la felicidad personal, un goce personal, es el único modo de leer. Sino caemos en las tristezas, en las bibliografías... de las citas, de fulano, luego un paréntesis, luego dos flechas separadas por un guión, luego por ejemplo una lista de libros de críticos que han escrito sobre ese autor y todo eso es una desdicha. Yo nunca les dí bibliografía a mis alumnos. Les dije no... no lean nada de lo que está escrito sobre fulano de tal. Shakespeare no leyó una línea escrita sobre él y escribió la obra de Shakespeare. Lean los textos de Shakespeare, si Shakespeare les interesa, muy bien. Si Shakespeare les resulta tedioso dejenlo".
Creo que notarás que el espíritu de la frase es lo más lejano de un elitismo. Yo creo que el vínculo que establecemos con las obras es muy parecido al que tenemos con las personas, algunas nos caen bien, a veces nos enamoramos a primera vista, a veces las necesitamos a pesar de llevarnos pésimo y otras nos resultan totalmente indiferentes. Ese vínculo tiene que ver con las dos partes involucradas, que pueden ser maravillosas cada uno por su lado pero no pueden encontrarse.
Me parece que el que no admite réplicas sos vos, ya que suponés que la admiración que otros le dedican a un film como Invasión se debe a motivos subalternos y que en cambio vos sí podés afirmar que la película es un bodrio por los motivos que suponés correctos y que excluyen la posibilidad de que otros valoren el film por motivos legítimos.
¿Quién sería el dogmático?
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