miércoles, 20 de mayo de 2009
Truchos
por Oscar A. Cuervo
La diputada Silvana Giudici es una notoria lobbysta de los multimedios a quien el diario Clarín le otorga un espacio preferencial, toda vez que ella dice lo que Clarín necesita. Ella preside la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados e integra la alianza panradical comandada por Elisa Carrió. Carrió salió hace unas semanas a declarar su amor incondicional a "los grandes grupos económicos" que se oponen a la sanción de una nueva ley de medios. Al lado de Carrió estaba sentada Giudici, quien desplegó su batería argumental en favor del mantenimiento de la actual concentración de medios. Ese acto, en el que Carrió declaró su amor por los grandes grupos económicos y Giudici interpretó el guión escrito por Clarín, se realizó en la fundación Hanna Arendt, dirigida por la doctora en filosofía Diana Maffía.
Hace pocos días, Giudici volvió a hacer méritos con esos grandes grupos que su jefa política ama. Resulta que el titular del Comfer Gabriel Mariotto contó en una entrevista radial que cuando era joven, en los años 80, tuvo una radio "trucha". Así es como se llamaban a las FMs comunitarias que pulularon en los primeros años de la democracia. Estas radios crecieron al margen de la legalidad, puesto que la ley imperante en ese entonces, y aún hoy, es una regulación obsoleta promulgada durante la dictadura. Dijo Mariotto: "Con mucha ingenuidad, nos presentábamos en los juzgados y decíamos: 'Nosotros tenemos una radio trucha. Va a venir una orden de allanamiento. ¿Ustedes no pueden decirnos cuándo va a llegar esa orden así nosotros sacamos los equipos por la medianera?'. Los tipos se sorprendían… Así hicimos muchas resistencias".
Uno de los déficits de estos 25 años de democracia es que el país aún no tenga una legislación de medios acorde con los impresionantes avances tecnológicos de las últimas décadas y siga vigente una ley pergeñada en tiempos de Videla, Massera y Agosti.
Giudici salió inmediatamente al cruce de Mariotto, comparándolo con un delincuente por haber tenido su radio "trucha" en aquellos tiempos. Con una grosería intelectual que no resulta sorprendente en dirigentes de su procedencia, Giudici lanzó estos agravios: "Que el funcionario que promueve una Ley que se supone que es para mejorar las condiciones de radiodifusión se burle del tema es una situación delicada (...) entonces, ¿el policía debe ser ladrón antes, o el secretario de lucha contra el narcotráfico debe haber sido dealer en su juventud?”. Para Giudici, las radios comunitarias que ampliaron el espectro comunicacional en los últimos 20 años son comparables a los narcotraficantes.
Ernesto Lamas, coordinador para América Latina de AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias) le respondió a la lobbysta de Clarín en estos términos: “la diputada no tiene mucha idea del tema que le toca en la Cámara. Habría que informarle que la Declaración Universal por los derechos humanos tiene un artículo 19 donde está expresado el derecho a la comunicación. Dicho artículo dice que ‘todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión'”.
"Luego de la recuperación de la democracia -prosigue Lamas-, fueron muchos los ciudadanos que crearon medios de comunicación para hacer uso de ese derecho. Si hubiesen esperado a que exista una ley que los ampare, aun estarían en silencio. Existen muchas radios comunitarias que cumplen un papel fundamental en la comunicación ciudadana, que transmiten desde hace más de 20 años y aun no tienen un permiso que las reconozca. Son legítimas pero no legales”.
“Comparar a los radiodifusores comunitarios con narcotraficantes es de una bajeza singular –continúa Lamas- La diputada no tiene idea del reconocimiento que estas radios -que algunos llaman truchas- tienen en sus comunidades y el trabajo social que han realizado durante todos estos años”.
El coordinador de AMARC concluyó: “tenemos esperanzas en este proyecto de ley que se está discutiendo en los foros y esperamos que pronto sea tratado por el Congreso de la Nación, ojalá con menos superficialidad que la que expresa la diputada”.
Cuando Carrió y Giudici lanzaron sus loas a los grandes grupos económicos propietarios de los pools mediáticos en el Instituto Hanna Arendt, le envié un cuestionario a la directora de ese instituto. Porque Diana Maffía había estado pocos días antes en La otra.-radio y reiteradas veces manifestó su aprecio por el pluralismo y su respeto a la diversidad, así que me resultaba curioso cómo se podía compatibilizar su posición con el amor que Carrió y Giudici manifestaron a los pools mediáticos en el ámbito académico que Maffía dirige. Mi mensaje a Maffía decía así:
"Diana:
me gustaría invitarte a que manifiestes públicamente tu posición, a través de nuestro programa radial, revista y blog, acerca de una cuestión de candente actualidad, como es el proyecto de ley de medios de difusión audiovisual, teniendo en cuenta que:
1) la base de este proyecto son los 21 puntos elaborados hace unos años por la Coalición por una Radiodifusión Democrática, integrada por numerosas oraganizaciones vinculadas al quehacer comunicacional, entre las que se encuentran organizaciones no gubernamentales, radios comunitarias, entidades como AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias) , FMs comunitarias como La Tribu, representaciones sindicales como la CTA y CGT, investigadores y docentes especializados en temas de comunicación de la UBA, Universidad de Rosario, La Plata, etc. Que no se trata, por ende, de un proyecto improvisado de apuro por el poder ejecutivo, sino que es fruto de años de debates y militancia en pos de la democratización de la comunicación en nuestra sociedad.
2) que dicho proyecto no ha sido enviado como una imposición al bloque de legisladores oficialistas del congreso nacional para ser aprobado a libro cerrado, sino que está en un período de debate en que diversos sectores de la comunidad pueden promover cambios, aclarar algunos puntos confusos o modificar lo problemático que pudiera contener este borrador.
3) que se trata de un proyecto de ley comentado (algo raro en la legislación argentina), en el que los artículos propuestos incluyen argumentaciones que aclaran su sentido, así como legislación comparada de diversos países como EEUU, Canadá y países europeos.
4) que el espíritu de la ley parece apuntar a una desconcentración de medios y a abrir el espectro comunicacional mucho más allá de la habitual dicotomía entre medios privados con fines comerciales y medios estatales pro-gubernamnetales. Que el proyecto propone una tripartición del espacio aéreo disponible, tomando como premisa que el éter es patrimonio de la humanidad y no la propiedad privada de algunos pocos poderosos y que, por lo tanto, se legisla para distribuir este espacio aéreo en tres tercios equivalentes entre
a) entidades públicas (gobiernos provinciales, canales a cargo de legistlaturas provinciales y municipales, Universidades);
b) empresas privadas (canales cuyas licencias serían otorogadas a empresas con fines de lucro); y
c) entidades civiles no gubernamentales sin fines de lucro (sindicatos, clubes, ONGs).
Que, de aprobarse esta ley, este rerparto en tres tercios equivalentes se haría por primera vez en nuestra historia, dando lugar a una pluralidad de voces desconocida hasta el presente.
5) que la autoridad de control que remplazaría al COMFER estaría integrada por la representación de mayorías y minorías parlamentarias, y que todos los miembros de la misma sin excepción deben ser aprobados por una comisión bicameral. Que esta representación parlamentaria de mayorías y minorías nunca antes se ha aplicado en Argentina.
6) que algunas normas restrictivas en el otorgamiemto de las licencias están dirigidas a evitar que muy pocas empresas concentren una cantidad excesiva de licencias, que quienes poseen las licencias de los canales de aire no puedan aspirar a poseer también empresas de distribución de señales de cable, que una empresa no pueda poseer en una zona de influencia más de tres licencias, siempre que estas licencias corrrespondan a diferentes tipos de medios (por ejemplo, estaría prohibido contar con tres FM en una misma zona), Que una empresa no pueda disponer en el territorio del país más que de 10 licencias en total (siempre que no se concentren en una misma zona de influencia).
7) que las telefónicas podrían ingresar en el negocio de las distribuidoras de señales por cable siempre que resignen el 50 % del mercado telefónico que dichas empresas tienen asignadas, tratando compensar de este modo una concentración de recursos, a la vez que el proyecto se propone reglamentar la capacidad (que la tecnología de comunicaciones ya tiene) de trasmitir señales de cable, internet y telefónía por una misma conexión.
8) que todas estas ideas pueden ser debatidas con la libre participación de los ciudadanos y que sería la oportunidad para que una norma que se propone democratizar el sistema de comunicaciones en Argentina pudiera encontrar a sectores políticos diversos, a menudo enfrentados, no obstante unidos en el objetivo de profundizar el derecho humano a la información.
7) que este debate encuentra un serio escollo en el hecho de que precisamente los medios más concentrados verán afectados sus privilegios y, por lo tanto, como se vio en las últimas semanas, tienden a retacear o distorsionar el contenido del proyecto. Que estos multimedios que hoy acaparan un gran porcentaje del mercado de comunicaciones pretenden instalar la idea de que se trata de un ataque del gobierno a la libertad de prensa, sin permitirle a los ciudadanos formarse su propia opinión acerca de algo de lo que no se informa con precisión.
8) que la jefa de la Colaición Cívica, Elisa Carrió, y el presidente del radicalismo, Gerardo Morales, dieron hace poco una conferencia de prensa en la que hicieron una lectura del proyecto en términos de kirchnerismo y antikirchnerismo; que en esta conferencia se distorsionó gravemente la información, al atribuir al proyecto el objetivo (falso) de que el actual COMFER siga siendo la autoridad de control de las comunicaciones, cuando en realidad lo que el proyecto está proponiendo es la formación de la ya aludida comisión formada por mayorías y minorías parlamentarias. Que Carrió llegó a decir que ella estaba orgullosa de defender a los grandes grupos económicos de la comunicación siempre que sea para oponerse a los Kirchner, con lo cual se aseguró una difusión inmediata e intensiva en esos multimedios cuyos intereses se ven afectados por el proyecto, sometiendo a los televidentes, oyentes y lectores de estos grandes grupos a no poder conocer bien este debate tan importante para el modelo de democracia que el país se dará en las próximas décadas.
9) que dicha conferencia fue realizada en el Instituto Hanna Arendt, que vos dirigís, lo que podría interpretarse como un aval implícito tuyo a las posiciones en favor de los grandes grupos económicos que manejan los emporios comunicacionales de Argentina; y que este aval implícito se pondría en contradicción con tus posiciones públicas en favor de una democratización de nuestras prácticas sociales; que con tu aval implícito aparecerías obstaculizando la emergencia de la pluralidad de voces en el espacio comunicacional.
Por todo ello, te agradecería enormemente que explicites tu posición al respecto.
Sin otro particular, te agradezco desde ya tu atención
Oscar Cuervo"
Una semana después, cuando Maffía aún no había respondido a mis preguntas, y esperando que lo hiciera, reproduje mi cuestionario en este blog, aclarando que Maffía no lo había respondido aún. Al día siguiente (30 de marzo del corriente año), la jefa de prensa de Maffía, con gran celeridad, me envió este mensaje:
"Diana estuvo muy ocupada la semana pasada y de viaje con lo que no pudo ver en profundidad tu extenso cuestionario. Yo iba a contestarte esta semana. Pero veo que a tu blog subiste que la opinión de Diana es su silencio y no es así. Te pido que reveas esas expresiones, sobre todo, porque siempre respondió amablemente a tus requisitorias y hasta fue a un programa tuyo a la madrugada de un domingo".
Mi respuesta a la jefa de prensa de Maffía fue la siguiente:
"Estimada:
en la nota del blog yo menciono la participación de Diana en nuestro programa. Por otro lado, sólo señalo que le envié el cuestionario y que por el momento no respondió, pero que quizá lo haga en los próximos días. Así que no digo nada distinto de lo que vos decís, por lo cual no veo qué expresión yo tendría que rever.
En el cuerpo mismo del cuestionario yo incluyo como posibilidad que, si Maffía no expresaba su punto de vista al respecto, esto podría ser intepretado como un aval a los dichos de Carrió, toda vez que la conferencia de prensa se hizo en el Instituto Hanna Arendt. Por eso le digo a Maffía que me gustaría conocer su posición de un modo más explícito, para despejar las diversas interpretaciones de su posición, Yo no digo que la opinión de Diana sea el silencio.
saludos
Oscar Cuervo"
Finalmente el 4 de abril me llegó la respuesta de Diana Maffía, que decía así:
"Este mensaje me quedó en una cosa rara que pusieron en mi computadora, llamada "junk e-mail" que selecciona como quiere y saca de la bandeja los mails que me llegan. Estuve en Córdoba, y al volver me dijeron que habías mandado este cuestionario. Si no es urgente puedo responderlo, pero me tendrás que dar unos días porque tengo muchísimo trabajo y son muchas preguntas. ¿Te parece bien?
Un abrazo
diana"
A lo que yo respondí:
"Diana:
por supuesto, cuando lo tengas me lo mandás y lo publicamos.
un abrazo
Oscar"
Aún no recibí la respuesta de Diana Maffía a mis preguntas.
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6 comentarios:
Me gustaría escuchar a muchos políticos debatiendo, punto por punto, esta ley.
pero hay un silencio de radio, de TV, de todo, en fin...
Oscar, la verdad que la chicana de Giudici por la radio de Mariotto es una tremenda pavada. Si lo quieren correr con ese argumento, van mal. Un tema como la nueva ley merece un nivel de debate mas elevado, me parece.
Por otro lado, no se si me corresponde opinar al respecto, pero me parece que tu trato hacia Maffia no ha sido el mejor en este caso: se te va la mano cuando la llamas a responder so pena de que su silencio sea interpretado como consentimiento a lo que dice Carrió (Te falto ponerle un plazo para notificarte de la respuesta y parece una Carta Documento de intimación...) Ademas, no se hasta donde puede ser ético publicar el diálogo off the record sobre sus excusas... no se... no lo tomes a mal, pero me parece que no estuviste bien con ella. Saludos
Esto lo escribio mi amigo tato, para compartir
Vergüenza perdida
Les pido un favor, denme una manito. Sucede que yo no sé defender, soy regular para atacar y muy empeñoso en el arte afectivo de cuidar y con diferentes resultados. Pero mi defensa es como la de Independiente.
Este lunes le pegaron a un amigo, lo acorralaron con artes mañosos y lo hicieron muñeco de reproches, críticas y agravios, con fundamentos llenos de prejuicios, con la insidia que aceita hoy a la mayoría de los medios de comunicación, especialmente los medios concentrados.
Y la verdad no sé como hacer para presentar una defensa, solo se me ocurren puñetazos al viento. Porque la desvergüenza es inasible y por lo tanto intangible y entonces no se le puede atinar un ataque. Los empleados de Hadad, por ejemplo, señores de diferentes profesiones, de intelectualidad mediocre, de afectaciones falsas y de moral difusa, se escurren en la viscosidad de su propia indecencia cuando uno pretende tomarlos.
La señora Giudici, diputada nacional, como otra muestra, pobre mujer que transita la irresponsabilidad política con la misma inercia que la expone en el caso “Cromagnon” en calidad de desvaída silueta tanto como la punta de lanza legislativa contra la ley de democratización de la palabra pública, laborando aquí a favor de los monopolios. En ambos casos un personaje de medianía absoluta, si es que vale el contrasentido.
El constitucionalista Gregorio Badeni, sosten legal de ADEPA, núcleo reaccionario con formato de organización de prensa, histórico colaboracionista de los golpes militares y defensor a ultranza de la institucionalidad legal de la dictadura en materia de medios, defensor de Antonio Buzzi y de Edgardo Patti, tanto como del orden legal impuesto por la 22285.
Y el “Grupo” que se expone como pista de despegue de estos obuses, con el candor y la inocencia de las madamas, como si se estuviese hablando de un asunto que no lo involucra como factotum y actor principal de los intereses en juego.
Entre todos se han escandalizado públicamente porque un joven militante, intelectual, académico, realizador cinematográfico, amante del tango y del box, peronista cultural y buena persona, relató en el relax de una entrevista que fue, a los 22 años, gerenciador de una radio “trucha”.
El pecado pasó de venial a mortal por decisión de oportunidad y no hay Dios consultado.
Durante más de veinte años los argentinos hicimos crecer un sistema mediático alterno y en contradicción con las malformaciones que la década de los noventa producía fuera de políticas concentradoras y privatizadoras. La palabra pública, igual que los ferrocarriles, las aerolíneas, el gas, la minería y los teléfonos, se enajenaba de su raíz original. Muchos, por aprovechamiento tecnológico, le pusimos el pecho a esa corriente, y construimos un espacio alternativo al hoyo simbólico que se tragaba todo. Lo hicimos con riesgo y con amor, como todas las cosas que tienen bondad de origen. Mientras dábamos esa batalla, los gendarmes del silencio nos denunciaban y perseguían blandiendo nada más y nada menos que la ley de la dictadura, un agravio adicional en medio de la democracia sangradamente recuperada.
Éramos radios truchas.
Ahora, veinte años después, la misma descarada reacción, el mismo oprobioso estigma, pretende pringar la voluntad política de los hombres que empujan la creación de un marco legal de la democracia para la comunicación audiovisual, una ley construida y consensuada, en recabo de la experiencia internacional con vistas a reinstaurar la cuestión de la comunicación en el seno de la cultura.
Es demasiada infamia a la que no se puede devolverle solo silencio,
Una mano entonces les pido, yo que no sé defender, para darle amparo a una vocación legítima y a una necesidad fundante para el orden institucional de la Argentina.
No dejemos sin censura social y sin respuesta a semejante mendacidad.
Ley de medios ya. Tratamiento parlamentario ya. Hablemos para recuperar la voz.
César:
nada de lo que publico en este post hace quedar mal a Diana Maffía.
Cuando me dice que mi mensaje fue a parar al spam no es algo que mancille su honorabilidad ni nada que se le pueda cuestionar. Es un gesto de simpatía y amabilidad de parte de ella.
Yo le ruego que haga pública su opinión sobre un tema de enorme trascendencia, ante todo ejerciendo mi derecho de ciudadano hacia una legisladora de mi ciudad. Me interesa saber qué piensa sobre la legislación de medios. Además como colega, creo que Maffía es una persona altamente calificada para pensar el poder que se juega en esta legislación.
Yo espero que ella se pronuncie porque la escuché decir cosas en favor de la democratización de las prácticas sociales y no veo cómo los medios de comunicación puedan quedar afuera de la agenda política de una democracia del siglo XXI.
No creo perjudicarla pidiéndole reiteradamente su opinión. Incluso pronunciándose en favor de la actuación pública de Carrió y Giudici podría aportar buenos argumentos que no hicieran aparecer a la Coalición Cívica como un grupo de lobbystas de los multimedios.
Creo que sí se perjudicaría si no llegara a pronunciarse al respecto.
Por eso la invito a manifestarse sobre el tema.
Hoy Clarinete ataca de nuevo y dice que el gobierno lleva gastados 15 millones de pesos en promocionar el proyecto de la nueva ley y dicen que Mariotto todavía tenía la radio "comunitaria" cuando era subsec.de medios de albistur en 2007, algo prohibido por la normativa. Se me ocurre dos cosas: que 15 millones todavía es poco y debe gastarse mas y que Clarin en su momento seguramente no denunció lo que ahora publica porque vivia en esa epoca su dorado idilio con los K.
César:
Clarin está nervioso, fuera de joda. Ahora dicen que agita el fantasma del colectivismo, que si gana Kirchner el 29 se viene el comunismo. El problema es que con el poder de Clarín, las máscaras de látex de Tinelli y las ideas publicitarias de Durán Barba aún no se gobierna la Argentina. El país que quiere Clarín finalmente es inviable. Es raro que ellos que han sido tan astutos para persistir durante décadas esten perdiendo la chaveta.
Eso o yo estoy loco.
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