He sido blanco de tu fuego cruzado
tú, bala perdida, atravesaste mi costado
mi cuerpo entero de lado a lado
mis ojos con los tuyos se encontraron.
Gente, madera, alcohol y azulejos
y tú mirándome desde lejos
como un troglodita dentro de su caverna
tú mirabas mis piernas.
Dos semanas juntos
ya has sacado la artillería pesada
y han llovido amor, risas, caricias, besos,
y aviones no tripulados dispuestos
a cargar sobre mi reino
y a cortar los frágiles hilos que lo tenían sujeto.
Dijiste: ven princesa, ven deprisa,
voy a darte sexo y amor del que envicia.
ven, princesa, ven deprisa,
voy a darte sexo y amor del que envicia.
No tengo una idea clara de las cosas, dijo ella,
pero no voy a privarme de este manjar que tengo delante
así que abrió la boca grande, grande, grande, grande, grande, muy grande,
se puso un mundo por montera y salió por la puerta grande.
La tierra es un lugar mejor
con un poco de tu compañía
tus besos, tus manos, tu cuerpo
aliviaron lo que me dolía.
Has abierto mi cuerpo en canal
has dejado que entre el aire que tanto deseaba
la tierra es un lugar mejor
por que tú llevas espada.
Dijiste: ven princesa, ven deprisa
voy a darte sexo y amor del que envicia
ven, princesa, ven deprisa
voy a darte sexo y amor.
Te encontré
dijiste te encontré,
y comencé a ponerme en pie
te encontré
dijiste te encontré
y yo pensé para mí: te encontré.
Te miré, de nuevo te miré,
y encontré tus ojos atravesándome.
te encontré
dijiste te encontré,
y me deje caer dentro de tu red.
Dijiste, ven princesa, ven deprisa
voy a darte sexo y amor del que envicia
Ven, princesa, ven deprisa
voy a darte sexo y amor del que envicia.
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