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jueves, 18 de septiembre de 2008

Sangre




Tristán, apodo del caricaturista José María Guinzo, realiza la siguiente ilustración en 1943, época en la cual ya comienza a dedicar el talento de sus trazos al "Caudillo de la Segunda Tiranía". El siglo que ha pasado no ha alterado la figura de la sangre -que sigue bien fresca- para representar la imagen de Rosas. La Tiranía y la Libertad se edita en "estos tiempos [Buenos Aires, 1943] de hondos problemas nacionales e internacionales [para la] defensa de la más pura argentinidad". Nuevamente la sangre para representar a la Barbarie que deslustra el divino celeste de la Civilización.

En la contratapa de la obra una sola frase se lee centrada sobre un fondo blanco: "UN PUEBLO IGNORANTE ELEGIRÁ SIEMPRE A ROZAS: HAY QUE EDUCAR AL SOBERANO. Sarmiento".

Para la tapa de esta recopilación de textos en la cual el sujeto aludido puede ser tantas veces confundido, el busto delineado de Rosas es el significante que lo marca como la misma mancha de sangre espantosamente (des)cargda sobre la bandera argentina. La figura literaria sobre la imagen es determinante y concluyente, o del lado de la libertad de las ideas, de la Civilización, o del lado del Tirano, de la bestia, de los monstruos.

Si el Buenos Aires de Rosas ha sido invadido por la cultura de la barbarie de la campaña, para los nuevos proscriptos del discurso del siglo XX la ciudad es asaltada por el aluvión zoológico de la periferia arriada por la mano de Perón -flamante símbolo de la Barbarie- obreros industriales que, como aquellos nuevos actores políticos del rosismo e igualmente desconsiderados por los partidos políticos mayoritarios, ingresan en la actividad de la política de la mano del monstruo.

En este contexto; Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, heredarán La Refalosa de Hilario Ascasubi y El Matadero de Echeverría y lo resignifican para, justamente, La fiesta del monstruo con la intención de contar la barbarie tal como sus maestros lo habían diseñado y enseñado: por la sangre.

(...) La nueva generación de agentes guardianes de los valores del discurso político de la civilización usan con maestría, un siglo después, el arsenal heredado por los padres fundadores para aplicarlo -muchas veces desde Montevideo mismo y en soportes alternativos similares a los primeros- a su propia figura simbólica y paradigma de la barbarie de su historia contemporánea, su propio engendro histórico.

Pero estas últimas representaciones encuentran entonces una sangre culturalmente más rica que aquella manipulada por los antirrosistas. No solamente el fluido continúa cargado con los valores culturales universales del siglo XIX, sino que se ha enriquecido con el entramado cultural bonaerense construido y disparado por aquellos individuos sobre Rosas.

La figura de la sangre ha representado -y representa- un nodo muy complejo donde convergen estructuras nuevas y viejas, locales y universales. Su dinámica presencia en los discursos políticos polarizantes revela cómo el recurso se activa en las soflamas de los campeones de los valores de la buena naturaleza de las costumbres y las cosas -frente a circunstancias conducidas por sujetos políticos asociados a gobiernos personalistas y dictatoriales -como una metáfora radical a la cual acude la Civilización cuando necesita enseñar a -con, y por medio de- su Barbarie.

* Fragmento del libro BARBARIE Y CIVILIZACIÓN. Sangre, monstruos y vampiros durante el segundo gobierno de Rosas (Marea, Buenos Aires, 2008) escrito por el historiador, músico y poeta Gabo Ferro.

Este domingo a la medianoche en La otra .- radio (FM La Tribu, 88.7, www.fmlatribu.com, conversaremos con Gabo de su libro y de su nuevo CD, Amar, temer, partir.

3 comentarios:

El Mate Tuerto dijo...

Qué Bueno! Gabo me parece el cantautor más interesante de la nueva escena "songwriter" argentina. No sabía que también se dedicaba a la reflexión teórica.

Aparte de "la fiesta del monstruo" recomiendo otro libro (y a mi entender mucho mejor) que trata desde la literatura la relación entre el peronismo y lo monstruoso. Es El Caos de J.R. Willcock.
Saludos
Ariel

Oscar Cuervo dijo...

Hola, Ariel, ¿Willcock es Roberto Wilcock, el amigo de Pasolini?
No tenía el dato de que hubiera escrito sobre la relación entre el peronismo y lo monstruoso, pero Pasolini tiene un libro de ensayos titulado Il caos, cuyo título puede haberse inspirado en Wilcock??? De ahí podrían desencadenarse una serie de asociaciones más o menos libres entre Pasolini y el peronismo. Siempre me despertó curiosidad pensar qué habría dicho Pasolini del peronismo, un tema que rozamos hace poco cuando hicimos el concurso ¿Quién lo dijo? con esa frase de Sebreli que muchos atribuyeron erradamente a Pasolini.
Pero ¿Pasolini no podría haberla dicho realmente?

El Mate Tuerto dijo...

Hola Oscar, Muchas gracias ayer por la mención en la charla con Gabo! Willcock es Juan Rodolfo, pero seguro que apuntamos al mismo. Los cuentos de El Caos fueron escritos en castellano y el libro es el último que Willcock publicó en ese idioma antes de pasarse al italiano, en el que escribiría el grueso de su obra en prosa. De todas formas hubo una edición incompleta y previa en italiano que llevó el mismo nombre, Pasolini podría haberlo tomado de ahí.
Con respecto al vínculo entre lo monstruoso y el peronismo Willcock lo utiliza en los cuentos de este libro en forma similar a como lo hizo todo el grupo Sur, del que era parte (como puntualizó ayer Gabo)aunque no lo tenían en alta estima (en los diarios de Bioy cuenta que lo tomaban para la chacota) y se dice también que Willcock se fue del país (y del idioma) para despegarse de la insoportable sombra de Borges.
Lo mostruoso, por otra parte, se independizará en JRW del uso político hasta convertirse en una de las claves de su obra (de hecho años después escribiría "El libro de los monstruos"9.
Abrazo
Ariel