todos estamos igual

miércoles, 17 de febrero de 2010

Cinco días sin Nora



por Martha Silva

(Advertencia: se revelan detalles importantes de la trama)

Fernando Luján -el excelente protagonista de El Coronel no tiene quién le escriba, dirigida por Arturo Ripstein- encarna en este film de la debutante Mariana Chenillo, a José, el ex marido de Nora, quien tiene sus razones para suponer que el suicidio que ella planeó minuciosamente, ha estado dirigido con exclusividad a él, con el fin de seguir fastidiándolo y manipulándolo desde el más allá.

Algo de esto parecen contar las imágenes que surgen detrás de los títulos, que van narrando con todo el despliegue de la vajilla para las grandes ocasiones de qué modo preparó Nora la comida familiar que se tendrá que realizar después de su entierro. La comida rigurosamente señalizada da cuenta de que se está en vísperas de la festividad del Pesaj, fecha que Laura eligió con un feriado de por medio para su este suicidio.

El hecho de que la muerte no haya sido natural traerá aparejado una serie de obstáculos para la concreción del entierro. Todo transcurrirá con una demora de cinco días y no será un rápido trámite, como hubiera deseado el viudo, que dista de ser un judío ortodoxo. Lo que es indudable -y Nora lo habrá calculado también- es que José tendrá tiempo para repasar su vida junto a ella. Cartas y fotos que ofician de disparador no faltan.

Algo que no sabremos si fue premeditado es que José se encuentre debajo de la cama la prueba incontrastable de la infidelidad de Nora mientras estaban conviviendo y nada menos que con alguien muy cercano a la familia. El adulterio de una madre de familia es algo que suele descolocar: recordamos la conmoción de los hijos de Meryl Streep en Los puentes de Madison.

Cinco días sin Nora es una sátira sobre las convenciones familiares y los dogmas religiosos, tanto judíos como católicos. El suicida no tiene dónde caerse muerto, al menos en México y siendo judío. Los distintos personajes -encarnados por actores excelentes- dialogan en torno a los ritos religiosos y sociales.

Son varias las líneas argumentales que se despliegan en esta comedia negra mexicana, realizada con eficacia asombrosa, pese a evidentes limitaciones de producción. Todo con una habilidad formal destacable tratándose de una opera prima, que obtuvo el Astor de Oro a la mejor película, máximo galardón de la 24a. edición del Festival de Mar del Plata.

4 comentarios:

musidora dijo...

pésima película, no la recomiendo para nada
tiene un nivel de sexismo sorprendente para esta época

No para de repetir "chistes" como:

"Marido: Quiero un ataud para mi mujer.
Empleada: Qué, ha muerto?
Marido: No, la vamos a enterrar viva"

Todas las mujeres que retrata este director son pelotudas o manipuladoras

es muy ofensiva

martha dijo...

mUSIDORA:

sUPONGO que has querido decir "machista " y no sexista.
Gracias por hacerme notar que olvidé señalar otra virtud más del film. El esclarecimiento sobre los prejuicios machistas que aun perduran en la sociedad mejicana.
La protagonista del film ha sido manipuladora, es cierto y se buscó un amante como un desafío, pero el machismo del marido, es señalado por la directora, sin que conlleve una aprobación, muy por el contrario.
Ahora, si la sociedad mexicana riene resabio de estos fenómenos, que eran evidentes en el cine de los 45, que llegaba aquí ( mujer bellísima y mala vs machote, con la excepción del cine de Buñuel) no resulta eficaz el enojo con una realidad social y alguien que lo retrata. Más fructífero es tratar de entender un tipo de cine que desde el humor negro, sigue tratando de esclarecer temas sociales conflictivos. No vale de nada enojarse con quien retrata la realidad. Es equivalente a matar al cartero ( Miguel Strogoff)

liliana dijo...

Bueno, más que enojarse con el tema de la película, habría que ver los porcedimientos cinematográficos con los cuales se trata...

Una buena reseña, Martha
saludos

martha dijo...

Gracias Lili.

Martha