todos estamos igual

jueves, 23 de septiembre de 2010

El hombre de al lado




por Martha Silva

Otra película de la dupla que constituyen Mariano Cohn y Gastón Duprat, de quienes vimos El artista, cuyo comentario puede consultarse acá.

En El hombre de al lado siguen en cierto modo retratando el mundillo de las artes plásticas, en especial en las escenas de los amigos de Leonardo, el exquisito diseñador de mobiliario de lujo encarnado en forma eficaz nada menos que por el dramaturgo Rafael Spregelburd.

En un comienzo, ante la entrevista frustrada con una periodista a la que sólo parece interesarle destacar el costado exitista de la actividad de Leonardo, parece que la narración fuera a proseguir criticando lo mismo que el film anterior. Pero en realidad buscan el modo de confrontar el personaje de Leonardo con un vecino que aparecerá constantemente sin ser llamado, tornándose cada vez más persecutorio. El vecino se llama Víctor – Daniel Aráoz, en brillante labor- y sencillamente comienza a cavar una pared en medio de la noche para abrir una ventana que dará al patio de la residencia de Sergio.

Conviene aclarar que la casa que habita Leonardo no es otra que la majestuosa Casa Curutchet, una vivienda de características insólitas que edificara el gran arquitecto Le Corbusier en La Plata, la única construída por él en Latinoamérica. Es decisivo para la película haber podido disponer de este edificio, que intensifica la sensación de intrusión en un ámbito casi sagrado, donde el silencio es altamente valorado.

En medio de la noche hace su aparición el hombre de al lado, pretendiendo abrir una rústica ventana que dé a esta mansión histórica, e interrumpiendo así la privacidad de esta familia aparentemente armónica. En este ámbito comenzará una batalla sórdida, cotidiana, que dificultará al diseñador proseguir con su trabajo, para el cual tiene fecha de entrega.

Lo más convincente que alega el vecino, siempre aclarando que él no es “ningún psicópata” es: “quiero un poquito de ese sol que vos no usás”, párrafo cuyo alcance hay que anlizrar La acción prosigue día a día- algunas escenas se extienden demasiado- mientras se producen una serie de metamorfosis que harán que el diseñador muestre actitudes cobardes, egoístas, fabuladoras, y prepotentes. No es un ser preparado para tolerar la más mínima confrontación: ya se encuentra muy debilitado.
En medio de esa tensión permanente solo diremos que nos ronda el fantasma del Hanecke de Caché...

10 comentarios:

Pablo Taskar dijo...

Formal y argumentalmente sutil, excepto la típica escena tantas veces vista del padre intentando "comunicarse" con la hija adolescente siempre refugiada en sus auriculares.

Maloperobueno dijo...

Vi la pelicula y me gusto. Aunque quiza le falte un poco de ritmo y ese silencio que es verdadero, a veces juegue en contra.
Hay todo un tema cuando se filma en una obra de arte como la casa de Le Corbusier, todo lo demas queda un poco chico o secundario, me paso lo mismo con el Gugelgheim de Bilbao, el edificio supera a cualquier muestra que pueda tener el museo.
El fina es medio choto, pero la peli esta bien

Liliana dijo...

Martha: ese fantasma de Caché...significa que pierde en la comparación?

Dan ganas de verla, aunque sea para conocer la Casa Curutchet, y esa sensación de intrusión que tan bien definís.

saludos!

Martha dijo...

PABLOT: sI, NO SE SI SE HA FILMADO TANTO PERO LA ESCENA ES FRECUENTE EN LOS ADOLESCENTES , RESPECTO DE SUS PADRES. hA SIDO MÁS CERRADA ANTES, CUANDO SE LO DICE A LA MUCHACHA. ÁHI HAY ALGO QUE DEBE TENER QUE VER CON LO QUE EL PADRE OCULTA RESPECTO A LAS MUJERES-----.
MALOPEROBUENO: A MÍ ME PARECIÓ BIEN EL FINAL, SINIESTRO Y DESCONCERTANTE, PARA LO QUE ESPERE YO CLARO. mEJOR NO HABLARLO TANTO PORQUE QUIZÁS OTRO NO LA VIO.-------
lILI: y...CUALQUIERA PIERDE EN LA COMPARACION CON ESA PELICULA QUE A MÍ EN ESE MOMENTO ME PERTURBO.Aclaro que todo Hanecken no me gusta.- La cinta blanca, no.Y no creo que gustar sea lo que el busque a través de su cine.Comparo SOLO eso de que algo tremendo va a pasar en cualquier momento. Y me quedé pensando en el sol que quería este personaje y que piensa que se lo han dado con la invitación al baile.

humano, demasiado humano dijo...

Valoro las críticas sobre la película y el post de Martha pero me permito disentir en algunos aspectos. Primero: a juzgar por algunas ideas celebratorias rondando en varios sitios (aprovecho a escribir ahora en este, a propósito de la reseña publicada), les debe haber resultado más que fácil distinguir los perfiles de los personajes y eso obedece, a mi criterio, a la pobreza misma con que se construyen los mismos en esta historia llena de lugares comunes y subrayados más que obvios. No hay margen para ningún tipo de ambigüedad y aquellos signos que pretenden ser descifrados como supuestos “símbolos” caen en una invitación a leerlos desde un simplismo apabullante: la sirvienta con la remera de Kiss, el albañil con la tapa de Oktubre de Los redondos y los chorros con la camiseta de Messi (sin contar el cuadro pop del Che en la pieza de la nena que escucha su música aislada).
Con respecto al registro actoral,que varios destacan, me parece por lo menos rebatible: Aráoz no sale de su perfil televisivo y Spregelburd pide encarecidamente que lo reconozcan dentro de ese horizonte actoral de gran parte del “nuevo cine argentino” con esos registros de tono monocorde, de pose canchera y de porteñismo abrumante.
La historia no cierra y cae en un recurrente clisché de “eliminemos” a los molestos, a aquellos que no pueden sobrevivir en este fantástico mundo burgués que, pese a la incomunicación familiar, sigue disfrutando de sus bienes materiales.
Agrego como espantosos y llenos de esnobismo esos encuadres horribles que denotan la omnipresencia de la dupla que dirige y el refrito de referencias indies que van desde los hermanos Coen hasta resabios de lo peor de "eso" llamado “nueva comedia americana”, que alguna revista quiso instalar. Y pensar que se citan nombres como los de Hitchcock y Polanski! Saludos. Guillermo

Anónimo dijo...

No he visto aún la película
(estoy demasiado ocupado en la revisión de todos los Fellinis en el San Martín, y viendo algunas obras de teatro, esa joyita puiguiana que es "Nada del amor me produce envidia" la de Loza-Lerman que semicomenté el otro día y a la que más adelante le dedicaré un post entero ; "Bestia de Bestias" un intenso monólogo protagonizado por Sebastian Iglesias con dramaturgia y direccion de Gustavo Listas,em el tratro Anfitrion, too intenso para mi gusto- pero le tenía idea al duo de Cohen Duprat. No solo por ser los autores de aquel engendro bizarro que fue Televison Abierta, o ese otro otro engendro de la bizarrez canchera que era Cupido. O por dirigir EL Amante Cine en Tv (que me parece esteticamente feo, pobre y malo, más alla de los aciertos o desaciertos de las criticas alli vertidas). Había visto algo de ellos hecho en su etapa de video experimental que me parecía más interesante. Hasta que se estrenó "Yo presidente" , que me parecio tan canchera y CQCera como cualquier programa basado en la Superioridad del Editor. Una película que me hace hacer sentir piedad por De la Rua!!!!!Por Dios!!! El duo me era bastante insoportable en sus intervenciones publicas, sus afirmaciones en reportajes, etc.
Por eso, y pese a las varias recomendaciones de gente de mi confianza estética que había recibido e incluso leído, como la publicada en este blog en su momento dejé pasar El Artista; a la que intuía una obra que seguramente se burlaría del medio plástico contemporáneo ( donde hay mucha tela facil de cortar) de un modo cool, y con cómplices del mismo medio.
Craso error: Pese a todos los antecedentes del caso, hace una semana vi El Artista,que hace poco salió en DVD, obra que me parece mucho más reflexiva, profunda, irónica, y hasta desconcertante en su abrir constante de preguntas,en más de un aspecto.
Ahora les abro un voto de confianza e iré a ver en cuanto pueda El hombre de al lado. Algunos me dicen que el final es dicutible... NO ME LO CUENTEN LO QUIERO VER y depues discutimos!
saludos
Alejandro Ricagno

Martha dijo...

Veo que hay gente que se enoja, se enoja, mucho. Habría que emplear aquellafrase de Hitch con respecto a Ingrid Bergman a la que le daban ataques de furia en las filmaciones porque no le gustaba su forma de trabajar, aunque iba por la tercera película juntos:
"Ingrid, no es más que una película" No es raro tanto enojo. Más cuando la tal Ingrid, tenía más de un motivo de amargura.Ese mecanismo tiene un nombre: se llama desplazamiento.

Martha dijo...

Ah!
No conozco a nadie de la película, pero sé que Duprat tiene un hermano que es curador de muestras pictóricas. Le gustó ese ambiente, lo conoce, a nadie se le había ocurrido. Y?
Daniel Araoz es un excelente actor aquí y en la China, como diría kARTUM y es este un rol que exigía cierta contención, que sus directores supieron darle.Chau!

Luis Enrique Arias dijo...

El otro día vi esta película, me gustó mucho, luego hago un comentario mas elaborado, aportando alguna visión particular sobre este film.

Pero, de momento, diré que, si bien es cierto que hay ciertos lugares comunes, creo que los mismos están el el film de modo muy "natural", a que me refiero? a que no están para "simplificar" o siendo buscados de modo premeditado una y otra vez.

Creo que tiene que ver con que, en nuestra realidad cotidiana, esos lugares comunes están ahí, existen, me animo a decir (y jugando a ser "filósofo de calesita") que no se puede divorciar nuestras vidas de esos lugares comunes, al menos en lo que a mi respecta yo me hago cargo, esos lugares comunes están allí y me "atraviesan" ...

Martha dijo...

Y fue repremiada esta película cuando llegó la hora. Ya sé : eso a veces no es demasiado significativo, pero era una peli que salía un poco de lo trillado. También tuvo suerte - en lo que hace a premios- Francia. Aunque quién dijo que los premios ...ah, bueno, mejor me callo para siempre. Besos!!