Por Willy Villalobos
La Cocina sigue con el horno caliente.
“Che qué bueno que le hiciste unos cambios a la película, ahora me gusta”.
¿Qué cambios?
“Bueno no sé, quedó mucho mejor”.
Mirá, yo no le hice ningún cambio, me parece que el que cambió fuiste vos y me alegro.
Este diálogo se produjo hace un par de años cuando uno de los amigos del Príncipe, A.G., me pidió la película para volver a verla y como le mucho pensó que le habíamos cambiado algo.
El fue uno de los que coincidía con la Asociación de Autores del Uruguay cuando decidieron prohibir la película y retirarla del Festival de Atlántida porque ‘’en el momento de realizarse la filmación Gustavo Pena Casanova era un disminuido psicofísico’’.
El que piensa lo mismo que los que en su momento denunciaron la película en AGADU es un tal Rafael Alberte, amigo del Príncipe, que acaba de sacar un libro sobre La Fuente de la Juventud, un disco magistral de Gustavo, donde se dedica a analizar ese material.
En un capítulo titulado El Hijo del Cobani, el tema original del Príncipe se llama La jermu del cobani. Quiero aclarar que cobani en la jerga de las prisiones significa soplón, cobani viene a ser en lunfardo abanico, y también se usa para señalar a la yuta, este prestigioso escritor le otorga un lugar a la película que hicimos con el Príncipe.
Dice: ‘’El documental La Cocina basado en entrevistas realizadas durante los últimos meses de vida de Gustavo tiene una crudeza que parece por momentos impostada, lo cual lo vuelve un poco artificioso y hasta cursi por el lado de lo Trash. En el minuto 53, acostado en posición fetal en una habitación compartida del Hospital de Rocha, más flaco que nunca, con una vía conectada y probablemente sedado, Gustavo dice, en una interpretación que de ser actuada se habría repetido por excesiva y es por eso, precisamente que no puede ser otra cosa que sincera: "Me gustaba mucho mi mamá, creo que me gusta. Era un talento sabés, era bordadora…” y sigue reproduciendo algunas de las inolvidables palabras que nos dejó el Principe.
Quiero decirle a este escritor que según la editorial “nos educa y nos deslumbra” que la película no está basada en entrevistas sino en una convivencia que a pesar de todo disfrutamos durante cuatro meses en el 2004.
Quiero decirle también que la crudeza no está impostada ya que Gustavo había padecido dos comas diabéticos, uno porque no le colocaron insulina cuando fue trasladado de Castillos a Rocha y el otro cuando lo inyectaron y no había comido. En el segundo nos salvó un Bonobón, los que padecen esa enfermedad saben de qué hablo y decidimos irnos a Montevideo “porque me van a matar y van a decir que era un bardo y por eso la quedo”.
Casi lo matan.
Lo que dice de artificioso, cursi y trash, no merece más comentario que cualquiera de las noticias que aparecen en los medios escandalosos.
Un párrafo aparte merece el comentario “parece sedado” que inventa para victimizarlo. El “parece” es un diagnóstico que esta pluma ni siquiera se dedica a consultar porque le viene bien para su triste relato.
Fue amigo pero no lo conoce.
Al príncipe en el Hospital de Rocha no le dieron ni insulina, cuando llegamos con Gabriel Flain estaba todo cagado y meado lo que nos llevó a hacer un lindo kilombo con enfermeras y médicos y luego cambiarlo, asearlo y buscarle ropa de cama digna.
La devolución que nos dio fueron palabras
para nuestros oídos: “Estaba hecho carozo, si ustedes no venían la quedaba”.
Cuando volvimos a su casa el Príncipe, señor escritor, que era un guapo pese a la Diabetes y a la Guillen Barré, seguía componiendo como usted habrá visto en la película y esa noche se quedó despierto para darle ánimo a uno de los muchachos del Club de Tobi que tenía dudas sobre el disco que estaba realizando.
Y como si esto fuera poco amaneció componiendo un tema, "Retoño", que tuvimos la suerte de grabar.
Era un guapo, un valiente que obedecía a una Misión que le había sido dada, según sus palabras, y no había nada que lo detuviera.
Era muy difícil estar a su lado porque cualquiera se estaría quejando y él componía.
Pero ya, lo importante es que luego de 19 pirulos de su muerte estamos organizando el noveno homenaje en Buenos Aires que se realizará el 11 de Noviembre.
Y hoy 30 de mayo, proyectaremos La Cocina en El Instituto de Cine de la provincia de Santa Fe.
Los que quieran también la pueden ver en VIMEO y sacar sus propias conclusiones.
Y que los eunucos bufen.