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jueves, 5 de septiembre de 2013

Lucas Carrasco: el rol de la pequeño burguesia cansada en el golpismo argentino

La Nación reinstala la naturalizacion del golpe de estado como responsabilidad exclusiva de los gobiernos derrocados. Pero Lucas Carrasco chicanea con que el patrullaje ideológico de los diarios lo tiene "cansado". El cansancio de las pequeñoburguesías volátiles, regidas por su malestar existencial, su ausencia de compromiso con la democracia y su enamoramiento con su malestar privado: todos componentes necesarios del golpismo argentino. No importa que sea Peron, Illia, Isabel, Alfonsín o Cristina. Lo importante es que el pequeñoburgués se cansa fácil. Comprendámoslo: el pequeñoburgués básicamente vive inmerso en su malestar privado. 

12 comentarios:

ari_peruca dijo...

por unos viáticos, cfk paso de ser la mejor de la historia a chorra, máximo de genio a gordo puto. por viáticos.

jfc dijo...

Basta de Carrasco!

Oscar Cuervo dijo...

El centro del post no es Carrasco, sino la figura del pequeñoburgues hundido en su malestar existencial como componente indispensable del golpismo argentino. Carrasco es un ejemplar,pero hay numerosos, desde Asís, Lanata, Caparros, Schmidt y Carrasco. El mercado los engorda y al final se los comer, según sus diversos sabores. El asunto a pensar es que sin ese "cansancio" -"me tienen harto con la dictadura" y cosas asi- no se podría explicar del todo la eficacia del golpismo.

Juan Salinas dijo...

Asi es, Oscar. Lo más sorprendente desde mi perspectiva es lo de Caparrós, que tuvo actividad política, ha sido un verdadero privilegiado en todo sentido (empezando porque nunca pagó un alquiler) y hace gala de un resentimiento gorila ante la Presidenta que me deja estupefacto. Pero es así, los pequebús viven inmersos en sus malestares privados. Y son propensos al "piove, piove, governo ladro". Cualquier cosa antes que hacerse cargo. Les encanta decir "populista" inflandom los cachetes.

dante dijo...

Lucas derrapo mal,se comió el viaje con TNembaum ,cuando el mefisto dijo,que en la blogoosfera había un tipo de cuidado de una pluma ácida..El logi vio ahí una posibilidad de pegar un salto y ahí lo tenemos ,con ganas de pegar algo que salve su panqueque vida..La alabanzas de Ernestino Tenembaum fueron los sonidos mas dulces llegados a los oídos de Lucas...Saludos desde Misiones..GALLO ROJO

Carolina dijo...

Muy de acuerdo, creo que ha dado en el clavo exponiendo esta característica. Como si los temas cruciales desaparecieran porque a uno ya le cansó. Justo estos días pensaba que es como si cierto sector de la población se hubiera "cansado" del kirchnerismo y busca otras caras menos "remanidas". Como si la política y las cuestiones vitales del país y el mundo que afectan nuestras vidas cotidianas fueran una moda mediática más.

Anónimo dijo...

Adhiero a la teoría del hartazgo pequeñoburgués que predispone al golpismo. Sin embargo, no lo veo a Lucas en esa categoría. Creo que se siente más dolido y engañado que harto. Herido en su amor propio, ego o whatever. En parte por su propia responsabilidad de creer al peronismo capaz de solucionar de raíz la injusticia social. Eso nunca estuvo ni estará en el ADN del peronismo permanente. La otra cuota de responsabilidad la tiene el kirchnerismo contingente que impone un relato dramaturgo que envuelve la esperanza progre pero en realidad es capitalismo, hasta los últimos años, disfrazado. Ahora se sacó la careta y Lucas parece preferir un golpe de estado -que si se diera se arrepentiría- antes que quedar como un boludo que creyó en algo que no era. Hasta ese punto llega su egocentrismo y sí, también (mode Nelson Castro on) su proyección al kirchnerismo de su malestar existencial privado producto de una historia personal relativamente heavy.
Lucas es una fiera furibunda pero a la vez infantil que hay que contener. En cuanto alucina con estar preso en una cárcel de Marambio, la gobernabilidad corre tanto peligro como su propia vida. Y ojo porque si Lucas se ahorca, seremos responsables. (mode Nelson Castro off).

Carlos G. dijo...

Ayer en 6,7,8 Alejandro Horowicz hablaba sobre la despolitización como resultado proveniente de la negación del conflicto.
Conflicto que aterroriza por las diversas formas en que, en la historia argentina y mundial, ha sido zanjado: golpes de estado, gobiernos inconstitucionales, desaparición de personas, tortura, violación y muerte.
Mantener presente que, en tiempo de paz, el conflicto sigue vigente es menos fácil que acusar al gobierno de agresivo y crispado.
Supongo.

Martín (Latino) dijo...

Oscar, la descripción que hiciste es impresionante, sinceramente.
Lo describiste con una gran contundencia, en un texto muy corto y claro. Y por supuesto que trasciende a Lucas Carrasco, simplemente que en este caso el ejemplo, la personalización, es mas fuerte como imagen.

Anonimisimo: una cuestión, mas allá de que disentimos en unas cuantas cosas (es fácil tirarle la piedra al peronismo de no resolver los problemas de injusticia que nadie en el mundo resolvió, ni los trotskistas), me parece un poco injusto querer hacer cargar la culpa a los blogueros y lectores de blogs de las boludeces que hace Lucas. Y no es el único que tiene una vida difícil, que se deje de joder.

Unknown dijo...

Yo coincido! Aunque, lo admito, me gustaría ser el centro del post.

Anónimo dijo...

Como anti-K: es de miserables atacarlo a Lucas.

Es joven, se enamoro, se desilusiono y ahora recula.

¡Viva la vida!

Siempre te da otra oportunidad.

Y a todos ustedes también, piensen en el futuro, nada se termina, todo vuelve a empezar.

Saludos

Anónimo dijo...

Hay una bella palabrita en francés para esta clase de gente: "bobo" que es la conjunción de burgués y bohemio (boheme-bourgeois). Y nuestro nunca bien ponderado ex presidente los llamó "niños ricos con tristeza". Gente que con sus necesidades básicas satisfechas puede darse estos lujos, como el de compartir su malestar cultural y no ver en la reconstrucción más que los escombros del desastre pasado, o detalles menores que para ellos son el universo mismo. Siempre estarán descontentos, es su esencia, su razón de ser. Jamás arriesgarían salir de su pesimismo a por temor a perder inspiración.