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jueves, 24 de marzo de 2016

No es "endedudamiento o ajuste", sino "endeudamiento y ajuste"

¿Qué le salió bien y qué le salió mal al programa económico macrista? La otra.-radio, para escuchar clickeando acá



Recuerdo la entrevista que le hizo Carlos Pagni a Alfonso Prat Gay en octubre pasado, cuando el ahora ministro de hacienda canchereó con la analogía de una carambola de billar para asegurar que una devaluación del dólar oficial no tendría efectos inflacionarios.



"Los problemas que tenemos son complejos pero no se comparan con ninguna otra experiencia traumática de la historia -canchereaba Prat, contradiciendo el actual discurso oficial sobre la pesada herencia-. (...) Desarmar el cepo es un juego de niños. (...) El próximo gobierno se va a tener que anotar puntos de credibilidad pronto". La unificación cambiaria no tendría, según él anticipaba, efectos inflacionarios, porque todos los precios ya estaban alineados con el blue. Pero las devaluaciones que sufrió el peso en 100 días de macrismo se tradujeron en una escalada inflacionaria de más de 4% por mes, lo que no muestra indicios de amainar.

A partir de ese recuerdo, el domingo pasado en La otra.-radio le propuse a Federico Kucher, periodista especializado en economía, pensar desde el punto de vista de las intenciones económicas del macrismo: ¿qué es lo que, según la lógica macrista, les salió bien y qué les salió mal en estos 100 días de gobierno?

- Metidos en la cabeza del gobierno, lo que le salió bien es el cambio redistributivo. Se cambió la forma de generar riqueza en Argentina. Hay una transferencia de riquezas muy grande hacia los bancos y hacia los exportadores. Lo que les salió bien es la redistribución [regresiva] del ingreso. La riqueza se transfirió desde los asalariados, los jubilados y los otros sectores más vulnerables de la población hacia el sector financiero y el agroexportador. Estos grupos consiguieron apropiarse de una renta extraordinaria gracias a las medidas económicas que se tomaron: la devaluación, la suba de las tasas de interés, la apertura irreestricta para que los capitales ingresen y salgan de la economía argentina, la quita de retenciones. Hay documentos que se publicaron en las últimas semanas [Impacto Asimétrico de la Aceleración Inflacionaria en la Argentina, Centro de Innovación de los Trabajadores (Citra-Umet), ver acá] que cuantifican el grado de esta redistribución: el 10 por ciento más pobre perdió un 25% de su capacidad adquisitiva. Esa pérdida no desaparece de la economía argentina, porque lo que el sector más pobre perdió pasó al 10 % más rico. Los mecanismos de esta redistribución son la devaluación -que hace subir el precio de alimentos- y la suba de las tasas de interés, que aumenta el costo del crédito para el consumo y también les genera problemas de financiamiento a las pymes -que son las que generan más empleo.

- Lo que les salió mal: en los planes de Cambiemos estaba tener en el primer trimestre del año un dólar a $ 13 y reservas por 50 mil millones de dólares. Cuando uno ve las variables de hoy, encontramos que hubo un par de corridas cambiarias y las reservas están en los niveles más bajos de los últimos años. En el plano macroeconómico no se puede decir que el programa financiero y económico de Prat Gay haya salido bien. Ellos decían que el impacto de la devaluación no se iba a trasladar a los precios de alimentos, indumentaria y algunos servicios de la economía, como salud o educación. Con las dos devaluaciones que se dieron en diciembre y febrero, lo que se observa es una aceleración notable del proceso inflacionario. La tasa de inflación mensual, que hasta octubre se ubicaba alrededor del 1,5% -medida por las propias consultoras privadas-, hoy saltó a más del 4% mensual, y ese parece ser el piso de inflación para los próximos meses. Porque esto no se acaba ahora: probablemente venga una segunda ronda de aumentos de servicios privados [luz, gas, prepagas, telefonía celular] pero también servicios públicos [transporte], que van a volver a impactar sobre la inflación. Prat Gay dice que la tasa de inflación va a cerrar el año a un 25 %, pero probablemente cierre casi al doble, un 50%, con salarios que probablemente suban alrededor de un 30%. Ellos dicen "queremos una inflación más baja -que no se va a dar-, pero los salarios no los podemos aumentar". La pérdida del poder adquisitivo de los más pobres es parte de la esencia de su programa, pero no así el aumento de la inflación. 

- ¿La baja del poder adquisitivo es parte del plan pero la inflación no?

- El argumento que dio Prat Gay hace pocos días es que estaba claro que la quita de retenciones y la devaluación iba a generar el incremento de algunos precios, pero eso no sería un problema en el proceso inflacionario, sino un reacomodamiento de los precios relativos. ¿Qué quiere decir? Que están aumentando las tarifas, algunos productos que en los últimos años estuvieron regulados, pero el resto de los precios, que -en su teoría- ya se habían acomodado, no están aumentando de la misma manera. Según él, hoy se están "sincerando" algunos precios. Esto no es verdad: cuando uno analiza las mediciones de las propias consultoras o el índice de precios porteño se ve que lo que más sube son los alimentos, precisamente los precios que más afectan a los sectores pobres.

Otra cosa que les salió mal: Según Cambiemos, al unificar el tipo de cambio se iban a contar con 10 mil o 15 mil millones de dólares que ingresarían las cerealeras, los bancos, inversores extranjeros y algunos argentinos que los tenían en el exterior. Esos dólares anunciados, que iban a servir de respaldo para los controles cambiarios, iban a entrar en menos de un mes. La realidad es que ninguno de los sectores que se había comprometido a una entrada masiva de divisas cumplió con su palabra. Las cerealeras, que habían prometido entrar 400 millones de dólares diarios, entraron mucho menos de la mitad. Los bancos sólo colocaron un préstamo de 5 mil millones de dólares, que en realidad no es un préstamo común, sino un pase en el que los bancos exigen que el BCRA les dé una garantía de 10 mil millones. Argentina recibe 5 mil pero pone a disposición de los bancos 10 mil. La corrida cambiaria de febrero obligó al gobierno a hacer una suba de las tasas de interés hasta el 40% -una medida extraordinariamente recesiva-.Y en cuanto a la inversión extranjera o a las inversores nacionales de los que tienen dólares afuera, no entró absolutamente nada. De ahí la necesidad del gobierno de cerrar la negociación con los buitres a cualquier precio, para poder entrar rápidamente en un proceso de endeudamiento. No es, como dice Macri, que no hay plan B. El plan original que tenían, el que anunció Prat Gay en su conferencia de prensa de diciembre, no se cumplió. En función de esto el gobierno tuvo que reacomodarse y salir lo antes posible del conflicto judicial con los fondos buitres para volver a endeudarse. Y esa vuelta al mercado de capitales va a venir con condiciones impuestas, primero por los propios bancos, y en una segunda instancia con planes de ajuste tradicionales, flexibilización laboral, más recorte del gasto público, etc. Prat Gay dice "vamos a salir a endeudarnos para evitar el ajuste", pero en realidad un endeudamiento de estas características exige más ajuste. No es "endedudamiento o ajuste", sino "endeudamiento y ajuste".

Todo este espiral suena tan conocido, pienso..Clickeando acá se escucha la entrevista completa a Federico Kucher. Todavía queda un tramo del porgrama por subir en las próximas horas.

1 comentario:

Norberto dijo...

Solo un comentario insignificante sobre el título, en mi opinión está alterado el orden, no es que nos vamos a endeudar para hacer el ajuste, es que para poder endeudarnos, según los parámetros que aplican a todo país que lo necesite, deberemos hacer el ajuste, aún en nuestro caso donde solo con la contabilidad creativa de los CEOs las variables no están dentro de los límites de una economía sana.
Cómo síntesis, sería ajuste y endeudamiento, como inicio del ciclo más ajuste para nuevo endeudamiento.
Nunca menos y abrazos