Fotografías: Willy Villalobos
Mucha gente ayer en la marcha hacia Plaza de Mayo convocada por las dos CTAs. No toda la que tenía que estar, claro. Desde la multitudinaria marcha del 29 de abril, que había sido convocada también por las dos CGTs y se convirtió en la protesta obrera más grande de la última década, hubo una ley sancionada por amplia mayoría en las dos cámaras del Congreso y vetada por macri. La ley había sido pedida por los secretarios generales de todas las centrales obreras, pero en uno de los arrugues más vergonzosos de la historia del movimiento obrero, las CGTs de Moyano y de Caló se desentendieron del asunto. Algunos leen estos arrugues como propios de un período de transición hacia la conducción de una CGT unificada. Mientras tanto, los patrones siguen despidiendo y suspendiendo trabajadores que difícilmente puedan esperar la fumata blanca de los gordos burócratas. Moyano en la misma tarde parecía contrariado no por el visible retroceso del poder adquisitivo del salario, sino porque en la AFA lo dejaron solo. Es todavía el compañero secretario general de una CGT que algunos peronistas paladar negro tratan con indulgencia.
Algunos peronistas paladar negro creen también que estos penosos zigzagueos de las conducciones sindicales reflejan un reacomodamiento de la interna del "Movimiento". No entienden lo que está pasando en el país. Cuando se les marca la repulsiva defección de los burócratas reaccionan como peronistas paladar negro: es decir, macarteando, tildando a los críticos de tilingos pequeñoburgueses, como si se sintieran solidarios de los negocios del negro Moyano y enemigos de la pequeño burguesía ajustada. La derecha está destruyendo empleos y salarios, empujando a una nueva generación de niños pobres hacia la desnutrición, mientras avanza el montaje de un estado represivo que le vuelve a dar autonomía a los milicos para que se manejen solos: es decir: para que se metan en asuntos de seguridad interna, o para decirlo más claro: para reprimir.
No, muchachos peronistas: no está en juego la interna pejotista. No se trata de quién va a ser candidato en 2017. Se trata de la gente que está pasando hambre hoy. Ayer el Movimiento Evita evitó mover. Están sumidos en la autocrítica. Otros peronistas de fuste están viendo si logran que Urtubey, Bossio y De La Sota participn de la interna panperonista. Ayer algunos gremios encuadrados en las CGTs desertoras sí movieron (La Bancaria, Aceiteros, Foetra, Sitraju, UOM de La Matanza, Sadop, Suterh, Suteba, entre otros): comprendieron que sus representados no pueden esperar la autocrítica del Evita, el resultado de la interna panperonista ni la sucesión de Moyano y Caló. Los que se están juntando en la calle son trabajadores y desocupados, padres y madres de familia, hay peronistas negros (no de paladar negro), kirchneristas, trosquistas, radicales, la Cámpora, trabajadores sin identidad política pero con intereses de clase, clase media golpeada por el ajuste que busca cualquier resquicio para manifestarse. Los que hurtaron el cuerpo a la movilización de ayer, con el pretexto de la transición o de la autocrítica o la consolidación de la identidad panperonista son canallas o boludos.
Aún así, ayer a la tarde, con la lluvia, con el desaliento que provocan los desertores, con un horario que no es propicio para que se acerquen otros que quisieran adherir pero sus sindicalistas no los respaldan, se juntó un montón de gente. La falta de coordinación política de la marcha hizo que, mientras en la Plaza los oradores del palco estaban terminando sus discursos, varias columnas del MST, la Cámpora, otras agrupaciones y gente suelta estuvieran empujando por llegar a la Plaza. Llenaban la Avenida de Mayo desde el Cabildo hasta la 9 de Julio. Pero lograron llegar cuando los discursos habían terminado. Quizás si los diversos convocantes hubieran vencido sus resquemores mutuos y se hubieran sentado a organizar, el acto habría resultado más compacto. Las fotos que ilustran este post son también fotos que muestran el estado de los sectores atacados por el gobierno clasista burgués, sectores que están a la espera de un liderazgo político. Mientras los muchachos peronistas paladar negro tratan de averiguar para qué lado sopla el viento.
2 comentarios:
Que -- bue-na -- cró-ni-ca !!!
muy
buena
Quizás estén pensando que, como en los '90, si hacen buena letra los dejen participar de los negocios: pero me parece que este gobierno es, en ese sentido, diferente al del innombrable.
Estos tipos la quieren toda para ellos y huelen que los jerarcas sindicales están débiles y aislados por propia decisión.
Ahora que parece que no lo van a dejar gobernar el futbol argentino Moyano intenta una crítica al brutal incremento de las tarifas de los servicios públicos (que con estos precios dejan de serlo) pero ya es demasiado evidente su estrategia elemental.
Si el movimiento obrero no se desembaraza rápido de estos capitostes todos la vamos a pasar muy mal.
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