todos estamos igual

domingo, 13 de febrero de 2011

Cosquín Rock



por Paul Von Sprecher

Antes de llegar al predio se veía la cantidad de remeras, comida y bebidas que se vendían. Los precios no eran muy distintos afuera y adentro (salvo el Fernet $20 afuera, $45 adentro) y, sobre todo, había hamburguesas y cerveza. Se veían muchas remeras de Los Redondos, varias del Indio, alguna de Skay. Después había algunas de Charly (a medida que avanzaba el día, fueron aumentando) y los clásicos de siempre: Rolling Stones, La Renga, Deep Purple, etc. No es un dato muy revelante, pero el uso de remeras de bandas es una de las cosas que diferencia a un recital de rock (y sobre todo un festival) al de otro género musical.

Cuando llegamos, en el escenario principal estaba por tocar Jauría, la nueva banda del ex Attaque 77 Ciro Pertusi y del ex El Otro Yo Ray Fajardo. Con un sonido no muy diferente al último Attaque 77 (un amigo me dijo que era mejor que el Attaque 77 de ahora y que el sonido era parecido al de Mondo Bizarro, un álbum de los Ramones). Canciones ideales para el pogo (“Religión, “La jauría”), canciones más políticas (“Tosco”,”El tiempo”) desfilaron entre casi todas las canciones del primer disco de esta banda que, como pasa con las bandas nuevas, poca gente se sabía las canciones y repartían un folleto con las letras y información sobre la banda. Pero como tiene a dos ex miembros de algunas de las bandas más emblemáticas de los 90’ tiene un lugar asegurado en la escena local.

Virus ofreció un show corto pero contundente. Un show repleto de hits clásicos (quizá el mas hitero de toda la noche) que empezó con “Mirada speed”, siguió con el primer clásico inoxidable del rock argentino de la noche, “Imágenes paganas”, y luego todos los demás clásicos de esta banda que tiene 30 años (y 22 sin el gran Federico Moura) “Pronta entrega””,”Luna de miel en la mano”,”Wadu-wadu”,”El probador”, “Amor descartable” y el cierre con “Agujero interior”. Otro aspecto a destacar fueron los invitados: Carca en la guitarra (“Imágenes paganas”), el excéntrico y talentoso uruguayo Dani Umpi (para “Luna de miel en la mano”, tenía puesto un extraño vestido) y la cantautora Ana Naón (para “Amor descartable”).

Después del primer clásico de la noche, se venía el flaco Spinetta (de quien Marcelo Moura, cantante de Virus, es admirador, y dijo que estaba muy orgulloso de tocar en el mismo escenario). La actuación de Spinetta es un tanto diferente a los recitales de festivales, es para estarse quieto y escuchar. Parece más adecuado para un teatro que para un festival, pero igual se disfruta mucho. Reacio a tocar clásicos, solo tocó “Durazno sangrando” de Invisible y “Ludmila” de Spinetta Jade. Entre las demás canciones se destacaron “Buenos Aires alma de piedra” (dijo: “cada vez es más literal esta canción”); además tocó “Te para Tres” de Soda Stereo y se la dedicó a Cerati (¡fuerza, Gustavo!). Estuvo de invitada su hija Vera, que canta bastante bien. La banda es impecable, todos grandes músicos.

Luego del muy buen recital de Spinetta (que tocaba sentado) vino otro show muy hitero, el de León Gieco. Empezó diciendo que el Cosquín Rock es hermano de los festivales de la Falda Rock y el Chateau Rock (justo Charly García, León Gieco, Spinetta y Virus son los que tocaron en los tres festivales) y que a la vez esos festivales eran hermanos del Buenos Aires Rock, y mostró un video de “Hombres de hierro” tocada por él en viejo y legendario BA Rock. Luego siguió con “Solo le pido a Dios”, dedicado a Mercedes Sosa, y varios clásicos (casi todos dedicados) como “Cinco siglos igual”, "La memoria”, "En el país de la libertad”, “Todos los caballos blancos”, y temas más nuevos, como “Bandidos rurales” y “El ángel de la bicicleta “ (no en su versión cumbia, sino en una versión mas rockera, junto a la potente banda D-Mente, que incluye al ex A.N.I.M.A.L. Andrés Jiménez como cantante, una banda que le sienta muy bien a Gieco). Cerró con el primer gran pogo de la noche: “Pensar en nada”.

Luego llegó el turno del cantante más rocanrollero de la noche: Skay Beilinson. Alternando canciones de sus cuatro discos (destacándose “¿Dónde estas?”, "El golem de la Paternal” y, sobretodo, “Oda a la sin nombre”), Skay dio un show potente, tocando tan bien la guitarra como siempre. Tocó tres clásicos de Los Redondos (por supuesto que cerca del escenario estaba lleno de chicos y chicas con remeras de Los Redondos): “El pibe de los astilleros”,”Todo un palo” y por supuesto uno de los más grandes clásicos del rock local, el pogo mas grande del mundo: “Ji-Ji-Ji”. A casi 10 años de su separación, Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota generan una mística que pocas o ninguna banda genera. Se despidió diciendo que ahora viene “la frutilla del postre”.

Mientras esperaba que toque Charly, fui a ver el resto del predio: el escenario Julio Anastasia (escenario de bandas cordobesas, en homenaje al cantante de los Navarros, una mítica banda cordobesa, que falleció hace poco). Hace rato había terminado (me hubiera gustado ver a Juan Terrenal, una buena banda que he visto en vivo en otra ocasión). Y en el Reggae (un género que se hizo increíblemente masivo en Argentina gracias a Los Pericos, Los Cafres, Fidel Nadal, Nonpalidece y Dread-Mar I, todos tocaban esa noche) todavía quedaba gente. A mí personalmente (salvo Bob Marley, no he escuchado mucho mas internacional) este género me aburre, sobre todo el reggae argentino.

Lo más interesante era el Bizarren Musik Party, que pasaba canciones de Chiquititas, El Club del Clan, Vilma Palma e Vampiros y demás bizarreadas, éxitos en su momento.

Un poquito después de la hora pautada (a las 0:15, me acuerdo que en el 2005 tardo 6 horas en salir a tocar) empezó a cantar y tocar la máxima estrella del rock argentino (solo comparable al Indio Solari). Algunos me dicen que lo preferían drogado, pero no vi demasiada diferencia (lo había visto dos veces una en el 2004 y otra a principios del 2005). Sobre todo por los chistes boludos (sobre travestis y demás). Empezó con “Cerca de la revolución”, siguió con “Rock and roll yo” (de los pocos temas de la década que acaba de terminar que tocó en la noche). La lista de canciones fue impresionante: “Estoy verde”, “Nos siguen pegando abajo”, “Demoliendo Hoteles” (con imágenes de hoteles siendo demolidos),”Funky”, "No toquen”, etc., etc. Con el agregado de haber tocado tres canciones de la mejor época (para mí) de Carlos Alberto García: Serú Girán.

Fueron “No llores por mí, Argentina”, “Seminare” y “Popopitos”, y dos de Sui Generis: “Canción para mi Muerte” y “Mr. Jones”. También invitó a León Gieco para “El fantasma de Canterville” (la segunda vez en la noche que la tocaba). Además de tres covers que hizo propios: “Me siento mucho mejor” (de The Birds) e “Influencia” (de Todd Rundgren, además de “Popopitos”).

Hizo 4 bises, y a veces habló demasiado. Preguntó si preferían la cerveza o el fernet, y ganó la cerveza por, suerte; dijo: “Nunca le den propina a una Hare Krishna”; etc.). Pero fue un show impresionante, que además incluyó el Himno Nacional Argentino y “Comfortably numb” de Pink Floyd. Otra vez la leyenda más grande del rock local dio un recital impecable y terminó con “El amor espera” (la tocó dos veces, porque le gusta mucho).

Luego del recital de Charly, muchos se volvían al camping o a sus casas, y otros nos íbamos al Bizarren Muzik Party, donde el inefable Machito Ponce cantó sus tres hits (“Short dick man”, "Póntelo” y “Samantha”). Este porteño que se hacía el puertorriqueño tenía mal sonido y aburrió. Solo apto para los que fueron adolescentes en la década del 90 (no es mi caso). Luego vino Pocho la Pantera, que ofreció un divertido set con canciones de Roberto Carlos (“Amigo”), Elvis Presley (“Una Cosita Llamada amor", o sea “Litlle Thing Called Love” en castellano) y Pappo (“Desconfío”, increíblemente cantaba bien blues); y por   supuesto no faltaron sus clásicos propios destacándose, “El Hijo de Cuca”. Luego siguió la fiesta en el Bizarren y nos tomamos una cerveza artesanal, al mismo precio que las otras, pero mucho más ricas. Y nos volvimos a casa satisfechos, con el Cosquín Rock y con el nuevo predio (que nada tiene que envidiarle al de la comuna San Roque).

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