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martes, 22 de enero de 2019

El M5S gobierna Italia, un acontecimiento político que no se quiere comprender


por Lidia Ferrari

Parece increíble que estos jóvenes movilizados por un “deseo delirante” del cómico Beppe Grillo estén gobernando Italia.

No voy a olvidar nunca el impacto que tuvo para mí el evento que me llevó a intentar conocer mejor de qué se trataba el movimiento M5S que estaba surgiendo. Desde que llegué a Italia sólo veía a los italianos en franca apatía e indiferencia hacia la política mientras su clase dirigente (Estado-Mafia) llevaba a cabo sus negocios y la devastación de un rico país. Además, en el Norte en el que vivo, había una franca adhesión a la derecha. La apatía estaba mezclada no sólo con una profunda resignación sino con la pacatería de no hablar en términos sinceros de la realidad, mucho menos de la política. En términos políticos no podía sentirme más extraña a mi amada Argentina, en la cual estábamos viviendo el apogeo de la politización de la vida para un proyecto emancipatorio. 

El evento que no olvidaré nunca fue en 2013, en la plaza de la ciudad en que vivo, una de las zonas más ricas de Italia. Como supongo le sucedió a la mayoría, no sé qué me llevó a ir a esa Plaza. Algo que estaba en el aire. Grillo no me gustaba como cómico, era muy estridente, decía malas palabras. Esa noche lo escuché con mucha atención. Y éramos miles los que lo escuchábamos en silencio casi reverencial. La plaza de la ciudad que creía la más apolítica y abúlica del mundo se llenó de miles de personas que, como yo, estaban ahí, sueltos, cada uno por su lado, pero siendo partes de un fenómeno que desconocíamos. Escuchamos al gigantesco orador que es Beppe Grillo. Un orador que decía con todas las letras la mierda en la que se vivía, lo que se estaba llevando a cabo como destrucción del país y del mundo, con su estilo revulsivo, desafiante. Grillo y el movimiento que se fue construyendo con la gente de a pie, la mayoría sin experiencia política, recorrieron Italia de Norte a Sur. Grillo hasta cruzó a nado el estrecho de Sicilia en 2012. No sólo mostraban el descontento de la gente, sino que la despertaban y la movían a participar. Quizá similar al despertar de los chalecos amarillos en Francia, pero con una dirección que se iba construyendo mientras planteaban un objetivo: hacer política y llegar al gobierno [1]. Llevar la ciudadanía rasa al Parlamento. Y lo lograron. En 2013 llevaron casi 163 grillinos -así se los llama despectivamente- al parlamento italiano. Y crecieron. En ese momento eran la mosca en la oreja de la casta política italiana. La historia del M5S es apasionante para ser narrada paso por paso y para ser estudiada con la teoría laclausiana del populismo en la mano. Alguien debe hacerlo.

Ahora son gobierno. Después de la “salida” del gobierno de Berlusconi en 2011, llegaron gobiernos “técnicos” (de derecha y de izquierda) que se dedicaron a implantar las recetas de austeridad neoliberales sin que hubiera ningún movimiento de resistencia. Fue el M5S el que encausó el malestar por la caída de la Europa del bienestar. Porque los gobiernos anteriores llevaron la edad jubilatoria a 67 años con un aporte de 42,5 años sin resistencia alguna. Llevaron adelante las políticas neoliberales que se implantan en todo el mundo, que tienen dinero para salvar bancos de la bancarrota, socavaron las leyes laborales y llevaron a deslocalizar la fuerte industria italiana a lugares de mano de obra casi esclavizada. En fin, la historia que todos conocemos.

El M5S llega al gobierno el 4 de marzo de 2018. No se trata de un gobierno de coalición. El M5S sacó el 33% de los votos, el partido más votado, pero por la ley electoral que habían hecho para neutralizarlos debía “juntarse” con algún sector político más para poder formar gobierno. El PD desestimó formar gobierno con el M5S, en otro paso más hacia su suicidio político. El único que restaba era la Lega (17% de los votos) y, con la condición de que tirara por la borda su sociedad con Berlusconi y otros partidos de derecha, firmaron un contrato de las medidas que se comprometían a realizar. Es decir, no hicieron ninguna alianza, porque son dos partidos que tienen ideas muy diferentes, pero se comprometieron a realizar ciertas acciones que están contenidas en un Contrato que les llevó bastante tiempo escribir y suscribir. Las medidas del M5S fueron las menos publicitadas, aunque las más resistidas. Pero finalmente algunas de ellas ya son leyes, como el Reddito di Cittadinanza (RC) y la reducción de los requisitos para la jubilación entre otras. El RC es una asignación universal dirigida a los más desposeídos y a los desocupados y se supone que aliviará a 5 millones de italianos. La reducción de los requisitos jubilatorios (Quota 100) adelantará la entrada al sistema previsional a un millón de italianos que serán reemplazados por jóvenes. La mayoría de los escépticos piensan que no va a funcionar. No está tan claro si creen que no va a funcionar o desean que no funcione.


Pasaron sólo 7 meses desde que son gobierno.

En la prensa nacional e internacional de lo único que se habla es de la cuestión inmigratoria y de Salvini. Con eso lo que lograron es hacer crecer a Salvini que, sin dudas, no puede hacer lo que quiere en este gobierno. Sin embargo, así es nuestro mundo. Se le da más prensa a Bolsonaro que a Haddad, más a Salvini que a Di Maio. Berlusconi fue un maestro de la escandalización y farandulización de la política y sabemos que más prensa de este tenor lleva más popularidad a quien la practica. Pero hay que tener claro que es la hegemonía mediática la que pone por delante a Salvini y el tema de la inmigración en todo el mundo, no porque le interesen los inmigrantes o les perturbe la ideología de derecha, sino para socavar al M5S que está cambiando -de modo relativo, claro- la política italiana. El enemigo es el M5S, pero le apuntan a Salvini. Y en esto hay una alianza clara entre el mainstream internacional con ciertas almas bellas de la ex sinistra italiana. En este momento el PD (ex izquierda) junto con Berlusconi y otros perdidos en el camino, están intentando llevar adelante un Referendum contra esta propuesta económica del Reddito di Cittadinanza. Es decir, el gobierno que debía llevar políticas para los más desposeídos pide un Referendum para abrogar una medida que intenta aliviar los problemas del pueblo italiano. Parecen no temer ni al juicio de la historia ni al ridículo.

Algunas iniciativas del M5S intentan poner algún freno a las políticas neoliberales o paliar sus efectos. Esto de alguna manera lo condena.

Mi entrenamiento en Argentina de cómo trabaja la prensa cuando hay un gobierno con propuestas “populares” me permite ver el mismo procedimiento en Italia. No hay medio que no hable mal, que no critique ferozmente a este gobierno. Y, como en Argentina, el medio pelo italiano, al que nunca escuché hablar de política ni interesado en ella, ahora se desgarra contra este gobierno. Son señales de que algo se está moviendo. En Italia, que algo se mueva es todo un acontecimiento. Los italianos siempre se sintieron identificados con Lampedusa y su astucia conservadora ante el cambio, cuando decía: “tutto cambia perché nulla cambi” (que las cosas cambien para que nada cambie). Esperemos que, en este caso y vista la resistencia feroz a los cambios de este novísimo gobierno, se trate de un cambio real que mejore la vida de los italianos.

NOTA
[1] Más allá de que siempre se los acusó de ser la “anti-política” o los “anti-sistema”, la realidad es que el proyecto que se fue creando a partir del descontento y la crítica a la clase política italiana se encaminó directamente al único lugar en el que estas cosas se podían cambiar: la política.