lunes, 11 de marzo de 2019

Artesanos de San Telmo: ¿el macrismo porteño opta por asumir el carácter fascista de su base social?



¿Cuál es la lógica política a la que esta imagen responde?

La policía metropolitana conducida por Larreta ayer a la tarde irrumpe en la tradicional feria de artesanos de San Telmo, un paseo de la ciudad de tradición histórica, al cual concurren turistas tanto como habitantes de Buenos Aires. Es indudable que cuando este régimen de mierda se caiga, estas imágenes quedarán como emblemáticas del grado de oscurantismo y represión del que fue capaz la derecha que algunos interpretaron como moderna y democrática.

Pero cuesta entender la lógica por la que uno de estos desbordes represivos se produce, no contra militantes de izquierda, ni contra gremios u organizaciones sociales en protesta. No se trata de un piquete. Un domingo a la tarde en San Telmo no hay manera de interpretar que los artesanos interfieran el tránsito, que interrumpan el paso de los cualunquistas malhumorados. ¿A qué lógica responde entonces?

Uno podría pensar: es pura ideología, la derecha gorila odia a los artesanos, odia la existencia creativa y la socialidad en los espacios públicos, odia la libertad y la creatividad popular. El régimen está integrado por un grupo de burgueses ignorantes y prepotentes que tienen una formación de brokers, evasores, espías, esperan que sus padres se mueran para disputarse su herencia o incluso para despojarlos de sus bienes antes de que mueran. Es una brutalidad estructural.

Yo creo que el motivo, no contradictorio con el anterior, podría ser más banal: Larreta está bajando en su imagen de gobierno en un ritmo que acompaña al deterioro general del macrismo. Estas imágenes de brutalidad policial fidelizan a las hordas de gorilas que constituyen el núcleo duro de su base social que, a falta de alguna satisfacción positiva, quiere golpes y sangre catártica. Es un poco tortuoso: el facho que vota al macrismo se identifica mitad con el represor y mitad con la víctima (un pequeño burgués asustado tiende al fascismo, es víctima de estas políticas pero necesita ver que el castigo se descarga sobre otros). Larreta quiere consolidar a ese sector de los porteños. 

Pocas horas antes, en el cierre del carnaval de Avenida de Mayo, la murga de Boedo le mojó la oreja cuanto entró al corso lo más campante tocando la marcha peronista. Puede que lo de ayer sea la respuesta. Este desborde destinado a ser mostrado por los canales oficiales y atestiguado por los turistas es un mensaje para asegurarse que a la derecha no habrá ninguna fuerza política que le dispute la barbarie al macrismo.

Pregunta: ¿los porteños pueden asumir esa identidad cultural sin vergüenza?





2 comentarios:

Unknown dijo...

Que la impopularidad del gobierno de la ciudad sea creciente no quita que sea observable la disposición de crear en algunas muy puntuales comisarías, un polo de "Inteligencia", algo así como un servicio de respuesta rápida ante eventuales disturbios.
Es el caso de la ex Comisaría 43 de Floresta, involucrada en represiones desproporcionadas, en apariencia absurdas, y realizadas bastante más lejos de su jurisdicción, incluso.
Esta Comisaría, que no pasaba hace años de estar vinculada a todas las actividades de la Av. Avellaneda, desde la unificación de comisarias y rediseño de seguridad capitalino reciente claramente reviste, ahora, otras funciones.
Hace apenas unos meses movilizó en menos de 10 minutos 1 helicóptero y 26 autos a propósito de una salidera en Bahía Blanca al 100. Casualmente, Clarín y Cronica obtuvieron la noticia y la subieron a sus portales en curiosos 10 minutos (como si estuvieran esperando ese urgente material) y, también por casualidad, el Jefe de Seguridad de la Ciudad había dado una conferencia de prensa a escasa cuadras media hora antes.
Es la misma comisaría que intervino en el allanamiento de los jovenes musulmanes y la misma que fue a buscar a la boca del sube en Nazca al pobre turista turco, luego allí recluido.
Es la misma Comisaría que moviliza 4 camionetas, 5 autos oficiales, un camión celular y efectivos de infantería con escudos para detener a un vendedor ambulante en la esquina de Bogotá y Joaquín V. González ante la indignación de los vecinos que no pararon de reputear a tanto efectivo malgastando recursos en un acto desproporcionado y autoritario.
Es la misma comisaría que movilizó más de 8 autos entre civiles y sin patente y puso a cerca de 20 efectivos para "capturar" en la misma calle, un ladrón común. Hecha la detención, el supuesto ladrón quedo bajo custodia de sólo 3 oficiales
(señal de su escasa peligrosidad) mientras el resto regreso a su cubil. También es la repartición de donde salió esa oficial, primero de civil y luego informada, que tuvo triste desempeño en una de las últimas marchas populares.
¿que dice toda esta desproporción?
Que la ex 43 saca a todos sus efectivos de sorpresa y urgencia y cronometra en cuantos minutos despliegan todos sus recursos incluyendo un helicóptero. No importa la gravedad del hecho delictivo o si, incluso, no hay delito alguno. La ex 43 saca a todo su personal de golpe en lo que parecieran meros ejercicios de simulacros antimotines. Es un nuevo polo de Inteligencia zonal. Y de la misma manera deben haberse dispuesto otros similares.
Cambiemos sabe que deberá recurrir a represión creciente de una ciudadanía que se está agotando. Y la segunda finalidad de estas desproporciones en apariencia disparatadas, no es ni más ni menos que familiarizar a la ciudadanía con la infestacion de uniformados y naturalizar ese vivir en zozobra permanente.
Esto es un diseño de Inteligencia, no una desproporción. Esto es más que fidelizar termocefalos.
Enfoquemos al Larreta de la Fundación de la que emergió su pupila Vidal y tendremos idea de hacia donde van sus planes. Saludos.

Unknown dijo...

Y si mencioné a la ex 43 es porque también fue convocada, desde Floresta hasta San Telmo, para intervenir en la represión a los artesanos de Dorrego.
Cordialmente, Claudia.