Otra paradoja se vincula a la tensión que logra establecer entre tradición e innovación: a pesar de que el motivo manifiesto parece conducir a la busca de un tiempo perdido (Corsini, el gaucho, el ombú), creo que finalmente los planos finales de sus películas (la chica en silencio al final del primer Corsini, el chico y el perro al final de Clorindo Testa, las figuras icónicas de Dacal y el propio Llinás recortados en el cielo pampeano) señalan no hacia el pasado argentino sino hacia nuestra contemporaneidad. Por eso no me parecen en ningún caso películas nostálgicas sino promisorias de las nuevas posibilidades de filmar la cuestión argentina.
Popular tradicion de esta tierra entona una lírica del paisaje pampeano como cifra del extravío argentino, justo en el mismo año en que @andres_di_tella da a conocer su Mixtape La Pampa. En un caso Ignacio Corsini, el italiano que canta canciones pamperas,en el otro Guillermo Enrique Hudson, el gaucho argentino que termina siendo un escritor inglés, dos enigmas para interrogar la identidad argentina. Nunca antes el cine de Di Tella y de Llinas estuvieron más cerca.
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