todos estamos igual

martes, 10 de junio de 2008

Candidatos

Por Oscar A. Cuervo

"Podría decirles, entonces, después a todos los argentinos, el Gobierno y el campo están en orden. Feliz día de la Bandera."

"¿Ese sería un gesto de estadista? -se preguntó la presidenta- Sería, tal vez, decirle a los sectores que más rentabilidad han tenido en los últimos tiempos, está bien, como durante 90 días cortaron caminos, hicieron lock-out patronal, no permitieron que otros argentinos trabajen, encarecieron productos, está bien, hay mucho lío, quédense con todo y vamos a ver qué hacemos el resto de los argentinos".

Entre los muchos defectos que muestran los peronistas no está el de abandonar el gobierno. Se están cumpliendo 90 días de un extenuante conflicto que se disparó con el pretexto de un aumento a los impuestos a las ganancias extraordinarias que se están llevando los sectores agrarios. El pretexto logró alinear políticamente a una serie de agentes que tienen diversos motivos para sentir rencor contra el kirchnerismo gobernante. Desahuciados políticos como Reutemann, Lopez Murphy y Vilma Ripoll, autorirarios místicos como Elisa Carrió y Menem, intelectuales como Tomás Abraham y Bernardo Neustadt, artistas como Susana Gimenez, Antonio Tarragó Ros y Mirtha Legrand, luchadores sociales como Llambías, Miguens y Buzzi, maoístas como De Angeli y trostkistas como Raúl Castells, monseñores como Bergoglio, más implacables defensores del derecho a la información como la viuda de Noble, los Mitre y los Fontevecchia, más literatos de fuste como Marcos Aguinis y Jorge Asís, filósofos como Santiago Kovadloff, capocómicos como Fernando Peña... Todos unidos en defensa de los pobres chacareros, unidos y orgánicos como nunca lo han estado en la historia de la Argentina Moderna, militando por un retiro anticipado del gobierno como jamás han militado por nada. Llambías ayer a la noche citaba al general Perón: le decía a los chachareros: “como dijo el general, la organización vence al tiempo”. Hace poco un intendente de la tierra sublevada también citaba al general: “si quieren venir, que vengan...”. Ah, no, era otro general.

Mientras no hizo frío los barrios norte, Olivos y Palermo salieron un par de noches a cacerolear. Se hicieron correr cadenas de mails hablando de un nuevo corralito, de una inminente devaluación y los militantes de la tierra en trance (de sojización) corrieron a comprar dólares, como lo hacen siempre que la Patria se halla en peligro. Ahora De Angelis ya luce un poco cansado; ayer, después del mensaje de la presidenta salió a balbucear algunas incoherencias anunciando nuevas desgracias y temibles hambrunas.

Hacía rato que el país no conocía una alianza política semejante, de sectores que no tienen nada en común salvo apostar a una salida anticipada de un gobierno elegido democráticamente hace sólo seis meses. Al segundo cacerolazo convocado por TN hace ya mucho, mucho tiempo, se creían en las vísperas de una destitución. Hace apenas diez días, después de que Abraham hablara de posibles estallidos de violencia y Carrió anunciara un baño de sangre, cuando 8 chacareros fueron llevados a la seccional durante algunas horas (después de varios meses de que la población argentina se viera sometida a continuos y prepotentes cortes de ruta y maniobras de desabastecimiento), el diario Perfil anunció con tonalidad wagneriana: “Comienza la represión”. Ayer cuando dos paisanos borrachos protagonizaron una trifulca y volaron los puntazos, los diarios decían: “el conflicto con el campo estuvo a punto de tener su primer muerto”; olvidando seguramente que los piquetes paquetes ya habían provocado un muerto hace varias semanas, cuando obstruyeron el paso de un vehículo que llevaba a un enfermo que murió atascado en el corte de rutas. El muerto murió: ¿quién conoce el nombre?

El conflicto del campo les devolvió las esperanzas a unos cuantos muertos de frío. Un ex-árbitro de fútbol devenido comentarista deportivo escribía en enero pasado: “Una melancolía (...) me asaltó a principios de la semana pasada cuando, de pronto, tuve la visión de que la Argentina kirchnerista me acompañaría por mucho tiempo, quizás hasta el final de mis días. Todo indica que nos encaminamos hacia un país con un solo partido político y un solo poder, que sucesivas elecciones consolidarán con el tiempo mientras una debilitada y caricaturesca oposición servirá apenas para convalidar los requisitos más exteriores de la democracia.” De pronto, la soja, las alícuotas y los gauchos tomando mate al borde de las rutas le devolvieron la esperanza y un par de semanas atrás, el ex-referí ya habla de destituir a la presidenta: “Si alguien propusiera la renuncia de la Presidenta estaría ejerciendo simplemente su derecho de peticionar. Si un grupo de ciudadanos tratara de impulsar un juicio político contra Cristina Kirchner por mal desempeño de sus funciones no serían más golpistas que quienes sugieren no votar a ella ni a su marido en las próximas elecciones.” Miguens y Llambías han adquirido una mística y una jerga insurreccional e instan a sus representados a mantener el estado de alerta y movilización. Buzzi dice que la gente de la Sociedad Rural no es tan reaccionaria después de todo. Qué lindo, volvió la militancia.

Pero gobiernan los peronistas, que tendrán muchos defectos pero no le tienen miedo a gobernar. Imaginen un conflicto semejante, con la dureza y la virulencia con la que los dueños de las tierras (de las tierras chicas, medianas y grandes) se movilizaron, cebados por las cámaras de los canales de noticias trasmitiendo 24 horas en real time, imaginen que semejante reto al gobierno le hubiese ocurrido a la presidenta Carrió o al presidente Binner. ¿Se los imaginan aún en funciones 90 días después? ¿Se imaginan cuánto hubieran tardado en ceder a semejante apriete del establishment?

Ante una dirigencia agraria algo fatigada, ante unos caceroleros algo amodorrados y unos diarios que vienen repitiendo el mismo editorial sobre el doble comando y los ataques a la prensa, 90 días después, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner sigue peleando políticamente. Y todo indica que, pese al entusiasmo renovado del ex-referí, la alianza Agro-Mediática tendrá que esperar hasta los comicios legislativos del 2009. ¿Presentarán lista única? ¿Reuteman/Carrió? ¿De Angeli/Binner? Veremos.

20 comentarios:

César dijo...

Cuervo: vos sabes que si un Carrió o un Binner fueran presidente, ante un movida similar a la que asistimos hoy, no duran ni 24 hs. justamente porque tienen a tu idealizado peronismo (mejor dicho pejotismo)en la vereda de enfrente. Los que le votaban todo en contra a Alfonsín y luego cuando Menem fue presidente le chuparon las medias y le dijeron que sí a todo eran los pejotistas; los que en 2001 movieron el tejido de la red de punteros que mandaron a saquear fueron los pejotistas. Creo que hay un problema en tu concepción política: entendes la realidad a través de la dicotomía peronismo vs. no peronismo como si esto fuera el 45. Despues de 60 años sabemos que hay tantos peronismos como edificios en una ciudad.

Anónimo dijo...

El problema de cuervo es q para el analisis politico no sirve. Lo suyo es el cine, y la TV.

Soren

Oscar Cuervo dijo...

César:

vos que sostenés la tesis acerca de que los "pejotistas" no dejarían gobernar a nadie, ¿no te preguntaste por qué los pejotistas lo lograrían? ¿maldad intrínseca? ¿pacto con el demonio? ¿sería una prueba de probidad republicana que los Binner y Carrio no puedan sostenerse en el poder ante un asedio semejante a este? ¿debemos preferir a gobernantes que no podrán gobernar?

Y si ahora esta formidable entente Agro-mediática no termina de lograr el vacío de poder que procura, ¿por qué no lo logra? Si exhiben una considerable capacidad destructiva, aunque no parecen capaces de producir un proyecto político diferente, ¿a qué se debe?

Vos, Cesar, que parece que atribuís al peronimo el Mal que impide al resto del país armar un proyecto alternativo, ¿lo hacés desde qué categorías de análisis? ¿marxismo?

Oscar Cuervo dijo...

Bueno, Soren, ilustrame con tu análisis político, sin duda mejor que el mío.

Anónimo dijo...

Al final no decís que tenemos que comprar ¿dolares o euros?
Juan

Oscar Cuervo dijo...

Calma, Juan, que dentro de unos meses llega Carrió y todo empezará a encaminarse.

Anónimo dijo...

Los que mas piden el orden son los que mas estan generando el caos.
Los que mas aumentan de precio son los que le piden al gobierno que controle la inflacion. Los que mas se indignan ante la soberbia presidencial son los que tienen el discurso mas intolerante.
Cinismo??

julieta eme dijo...

copio aquí un comentario que hice en el post de la carpa blanca y que pasó desapercibido. me parece un análisis interesante hecho por alguien a quien respeto mucho.

saludos.


Va un artículo que salió hoy en Página 12:

La respuesta constitucional

Por Roberto Gargarella *

Notablemente, el debate en torno de la tensión “gobierno-campo” ha ignorado de modo sistemático una parte esencial a dicho conflicto, relacionada con lo que el derecho, y nuestra Constitución en particular, tienen para decir sobre el tema. La omisión es notable porque, desde el punto de vista jurídico –según me interesará sostener– el conflicto encuentra respuestas muy claras. La Constitución es, en tal sentido, una guía necesaria a la hora de definir mucho de lo que el Gobierno puede hacer y debe dejar de hacer, al mismo tiempo que (aunque este punto, debo decirlo, es más polémico) ella muestra por qué ciertos reclamos “del campo” son inaceptables. Es decir, leyendo e interpretando el derecho uno puede ver por qué, desde ambos lados, se están haciendo reclamos jurídicamente inaceptables.

Empiezo por lo primero, relacionado con la decisión del Gobierno de establecer un aumento significativo en las retenciones, a través de una resolución ministerial. Al respecto, el texto de la Constitución es claro a los gritos: ningún gobierno puede tomar decisiones de carácter legislativo a través del Poder Ejecutivo, tal como ha sido la costumbre argentina en los últimos largos años. Para condenar las normas así decididas, la Constitución señala, ante todo, que tales disposiciones están prohibidas “bajo pena de nulidad absoluta e insanable” (art. 99, inc. 3). La afirmación no puede ser más rotunda. Por si hiciera falta, el texto constitucional dedica otro artículo a prohibir las delegaciones legislativas (salvo en materia de administración o de emergencia pública, situaciones fundamentalmente irrelevantes para el caso que nos ocupa, art. 76). Y más aún, ella limita estrictamente la posibilidad de dictar decretos de necesidad y urgencia. Y no termina allí: ella sostiene que tales decretos sólo pueden ser considerados aceptables cuando “circunstancias excepcionales” impidan que el propio Congreso sea quien decida (circunstancias excepcionales que, por supuesto, no son las que hoy existen en nuestro “normalizado” país, en donde obviamente el Congreso se encuentra en condiciones de sesionar y legislar). Y por si todavía le quedaran dudas a alguno, la Constitución señala que en absolutamente ningún caso –ni siquiera en aquellas limitadísimas circunstancias excepcionales antes mencionadas– el Poder Ejecutivo puede establecer regulaciones en materia tributaria. Y por si todavía nos quedara alguna duda, debe aclararse que el aumento en las retenciones del caso no fue realizado ni siquiera a través de decretos de necesidad y urgencia –lo cual hubiera estado prohibido, aunque hubiera sido una violación constitucional más habitual—, sino a través de una resolución ministerial. Es decir, por cuestiones procedimentales, las medidas decididas por el Gobierno en materia de retenciones resultan, simplemente, nulas de nulidad insanable.

Dicho esto, y por otro lado, quisiera ocuparme del aspecto sustantivo –y ya no procedimental– del problema constitucional en juego. En tal sentido, sostendría lo siguiente: la Constitución no merece ser interpretada como poniendo límites a la posibilidad de que un gobierno decida, por los canales apropiados, su política económica, más allá de que dicha política sea liberal, conservadora, socialista, o alguna combinación de todas estas alternativas. El Gobierno debe tener las manos fundamentalmente libres en este respecto, y el Poder Judicial no debe aceptar ninguna invitación a invalidar planes económicos por más o menos progresistas que ellos sean. El Poder Judicial no puede ni debe reemplazar al poder político: él debe respetar las decisiones democráticas de las mayorías, democráticamente adoptadas. Pero, por ello mismo, porque la democracia debe tener márgenes de acción muy amplios para decidir sobre políticas sustantivas, es que resulta crucial que aseguremos estrictamente que tales decisiones sean tomadas con absoluto respeto por los procedimientos fijados por la Constitución.

Mi último punto es más especulativo, y tiene que ver con una pregunta. La pregunta es la siguiente: por qué es que el Gobierno y “el campo” no reconocen lo indiscutible, es decir, que es obvio que la Constitución le prohíbe al Poder Ejecutivo decidir del modo en que lo ha hecho (y lo obliga a recurrir al Congreso), del mismo modo que es obvio que los representantes del “campo” no pueden exigir que el Gobierno cambie su política económica, como si tuvieran un derecho constitucional a obtener ganancias extraordinarias a fijar, ellos mismos, el nivel de las retenciones que corresponde (aunque, por supuesto, “el campo” debe ser protegido en su posibilidad de criticar al Gobierno en razón de las políticas que aquél decida aplicar). Según entiendo, el sorprendente resultado con el que convivimos se produce como resultado de una práctica que lleva años, por la cual el Poder Ejecutivo y el “campo” se han habituado a actuar y decidir de espaldas a las instancias de discusión democrática definidas por nuestra Constitución. Ese es, finalmente, uno de los centros del problema: el Ejecutivo está acostumbrado a ver al Congreso como un mero apéndice o una molestia, mientras que “el campo” tampoco quiere recurrir al Congreso porque está acostumbrado a lidiar con un Ejecutivo dócil o simplemente cómplice de sus demandas.

* Doctor en Derecho, profesor de Derecho Constitucional en la UBA y la UTDT.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/105464-33213-2008-06-05.html

Anónimo dijo...

A mí me entusiasma la idea del posibilidad del partido agrario (así lo llama TN). Dicho mejor me mata la ansiedad por leer la plataforma: el MST proponiendo la reforma agraria, la SRA - entonces será Biolcatti su justo presidente- pidiendo la libertad de mercado, Lilita aportando el contrato moral -otra cosa no se le ocurre-, lole proponiendo el monumento a Nicky Lauda, la UCR ofreciendo a Morales, que es lo único que tiene. Y De Angeli, con el diente definitivo arengando a las ¨bases¨.
El gobierno está muerto de miedo!

Anónimo dijo...

Interesante la nota del constitucionalista. Es un defecto más del peronismo a los que alude Cuervo sin especificarlos, en este caso el desprecio por el parlamentarismo, la concentración celosa del poder en pocas manos, ahora en el matrimonio de los cielos.
A esta altura del partido las cosas se han deteriorado mucho y CFK da un golpe efectivo y esperado anunciando el destino de las retenciones. Es digno de apoyo. Pero las contradicciones persisten. El tono progre-sensiblero sobre la oligarquía, el gorilaje, el egoísmo miserable clasemediero, las lealtades, no sirve para nada. Es el discurso de los K y de muchos intelectuales "orgánicos", y que aleja del análisis concreto de la lucha que se está dando, los intereses y los proyectos de país que están en juego, si es que los hay.
CFK sigue sin capacidad de crear base social. A pesar de la pertinencia de anunciar el destino de las retenciones, socialmente el kirchnerismo está desorbitado y si pretendiese seguir adelante con la lucha por la redistribución va a ser muy difícil lograrlo sólo con un par de tipos de bigotes.
No se pueden llenar las plazas con gente alquilada. Luce bien pero no funicona. Lo mismno con el Indec. Hay algo profundamente farsesco y patético en ese disfraz nacional y popular sin sustento.
Falta política, sobra por todas partes la verba inflamada anti-política y frustrada.

César dijo...

Oscar: yo no atribuyo al peronismo ningun "mal" que no permite gobernar a otro que no sea él. Lo que digo es que muchos de los que se sienten desestabilizados hoy fueron los desestabilizadores de ayer. Fueron artífices de una movida mucho mas efectiva que la que hoy sostienen los del campo. Se dice que el campo hoy jode "con el pan de los argentinos" y ayer fueron los pejotistas los que manipularon cínicamente las carencias de los pobres para alentar saqueos en pos derrocar a un gobierno democrático. Si forzamos estas comparaciones podemos decir que lo que la entente campo-mediática no pudo lograr en 90 días en casi todo el pais, una red de punteros lo hizo en 48 hs en 4 o 5 distritos del conourbano. Asi tiraron abajo a un gobierno.
El peronismo fue revolucionario en tanto produjo acontecimientos que cambiaron para siempre al país, en tanto interpretó una realidad histórica y actuó en consecuencia. Pero esa impronta transformadora de ayer quedó hoy vaciada de contenido porque no encausa y hace posible lo que proclama. Hoy -si hay peronismo-, ha quedado reducido a aparato, a dispositivo, a maquina de poder.
¿Cual es la alternativa? Bueno, el PRI parecía invencible en México y sin embargo sucumbió. Veremos como articulan sus fuerzas los opositores. Siguen siendo débiles, pero de aca a 2011 pueden crecer.

Oscar Cuervo dijo...

César:

Pero el problema de "los opositores" no es de debilidad entendida en términos cuantitativos, sino de la absoluta carencia de proyecto político fuera de la demonización del kirchnerismo, del peronismo y del "pejotismo" (la terminología varía según las variopintas tendencias del rejunte).

Como se puede leer en los mismos comments que me anteceden, al kirchnerismo se lo acusa de voltear a De La Rúa, de tener ministros con bigote, del desprecio al Parlamento (como si el parlamento argentino hubiese jugado algún papel relevante antes de que los Kirchner asumieran el gobierno), de ser un matrimonio patológico, de impedir a los opositores articular políticas.

Cuanto más incapaces son los opositores de definir su propio rumbo, más exasperados aparecen proyectando la causa de su incapacidad en la maldad peronista.

Vos por ejemplo, justificás el apriete Agro-mediático de los últimos 90 días atribuyéndole a ¿Kirchner? la caída de De La Rúa. Sin advertir que la Alianza se cayó en los largos meses de inarticulado gobierno y no en 48 horas de saqueo bonaerense: la Alianza se cayó porque la fórmula Da La Rúa Alvarez estaba pegada con moco, porque ganaron con los votos antimenemistas para terminar llamando a Cavallo a que les sacara las papas del fuego. ¿Cómo se puede hacer un análisis tan ligero para identificar la crisis política del 2001 como una conspiración de intendentes del conurbano? ¿Y la Banelco para sancionar la ley sindical? ¿Y la renuncia de Alvarez? ¿y el blindaje? ¿y el corralito? ¿y la incapacidad manifiesta de De La Rúa? ¿Todo eso fue obra "pejotista"?

La entente agro-mdiática que recorre el amplio abanico que va desde el maoismo chalchalero de De Angeli hasta el mesianismo tostado de Carrió, pasando por Grondona, La Nación y la Rural, no reacciona porque el kirchnerismo sea menos respetuoso del parlamento que los gobiernos anteriores desde el 83 hasta la fecha: reacciona porque no puede concederle al Estado que intervenga en los criterios de distribución de la riqueza extraordinaria generada por la tierra; reacciona porque no tolera que el estado esté manejado políticamente y no meramente subordinado al mercado. El pecado imperdonable de los Kirchner es ser populistas en un país donde la derecha había dado por finalizada las pujas políticas.

Lo que irrita al poder tradicional de la Argentina (y a intelectuales orgánicos que habían proclamado la desaparición de la Política en favor de la Gestión) es que la puja política haya vuelto.

Las cosas que se dicen de los Kirchner (identificándolos como los más corruptos, o los únicos corruptos, sin poder traducir esas sospechas en pruebas jurídicas; ridiculizando el tono de sus voces; atribuyéndole una violencia y un estado de censura que no puede ejemplificarse en hechos concretos; llegando a la bajeza de trazar perfiles psicológicos como "bipolar", "macho golpeador", recurso que por sí solo debería descalificar moralmente al que lo utiliza) es un revival del más rancio folklore antiperonista: basta revisar los documentos de los años 50 para advertir que los gorilas no cambiaron nada.

Los Kirchner no son Perón y Evita, pero sus adversarios son los mismos viejos gorilas de siempre.

César dijo...

Puede ser que la oposición no tenga proyecto, por eso estimo que deben crecer no sólo en las encuestas sino como programa, como opción de poder (tal vez se esta gestando algo interesante con el socialismo de Santa Fé y nosotros mucho no sabemos).
Yo digo pejotismo justamente de manera despectiva para caracterizar a la decisión de Kirchner de recostarse sobre el partido justicialista y sus aniquilosadas estructuras en lugar de formar uno nuevo que de forma a ese interesante proyecto que era la transversalidad allá por 2003 cuando lo voté.
No digo que Kirchner lo haya volteado a De la Rúa, y menos aún pienso en defender a este último: lo que afirmo es que el golpe de gracia se lo dió, no la espontaneidad de la masa descontenta, sino un trabajo perfecto de algunos punteros. No discutimos sobre la incapacidad o los errores de la Rua, sino que discutimos la efectividad de un movimiento desestabilizador y sus consecuencias.

Oscar Cuervo dijo...

César:
es posible que Binner (un tipo que se distingue de toda esa banda de oportunistas montados alrededor del campo) pueda estructurar un proyecto político alternativo con el correr del tiempo. Yo me refiero no especificamente a él sino a esa alianza de hecho que se ha formado con todo el cualunquismo argentino, más los sectores que tradicionalmente promovieron los golpes (oligarquía tradicional, La Nación, Grondona, Rural), más esa "nueva derecha" de la que habla el documento de acá arriba, tan carente de escrúpulos para emular el lenguaje de la movilización en función de un afianzamiento de los privilegios del poder y del dinero. Me refiero también a productos mediáticos inflados en pocas semanas como Blumberg o ahora De Angeli, y a intelectuales que creían que la política se había terminado y se entregaron alegremente a la despolitización de la existencia: todos ellos están escondidos dentro del caballo de Troya del campo, con la sola finalidad de desgastar al gobierno. Está visto que pueden desgastar, pero a la vez es evidente que no pueden articular una política alternativa. Entre todos ellos no hacen uno, no tienen diirgentes capaces de gobernar, no tienen intereses en común, no tienen ideología en común: Buzzi, Carrió, La nación, la Rural, De Angeli, Rodriguez Saa, Lopez Murphy... ¿vos creés que si les damos tiempo van a armar un proyecto político alternativo?

Anónimo dijo...

Acuerdo con Gabriel en algo que señala y me parece importante: la puja política de los últimos tres meses se jugó en relación con el par "campo-estado", pero el gobierno no tiene un proyecto político "redistribuyente". No sé cómo seguirá esto, pero dudo de que en materia de petróleo y minerales sólidos, por ejemplo, el estado haga algo que transfiera renta hacia los sectores populares. ¿Cedará un poco en materia salarial?. Eso sí, los ciceronianos opositores me dieron más miedo que los bigotes.

Adhiero también a estas palabras de Oscar, que saco deliberadamente de contexto: "...y a intelectuales que creían que la política se había terminado y se entregaron alegremente a la despolitización de la existencia..." La repolitización de estos meses es para mí una buena nueva, así como la vuelta de la discusión en torno del papel del estado en la economía.

Un saludo a todos

Anónimo dijo...

Cuervo: estoy de acuerdo en todo lo que decis. Ahora bien, me gustaria si vos me podes dar la respuesta.
¿Porque el gobierno tiene las arcas llenas de guita guardada?, para que, con que fin, ¿acaso estabilizar la economia?. No será que se sostiene el tipo de cambio, y la economia en determinado nivel para favorecer a los hijos de puta de el campo pooles de siembra que exportan, no será que interviene la economía para favorecer determinados grupos no???
De los k me gusta la politica de derechos humanos, lo que hacen con las madres, los juicios a los hijos de puta mas grandes de la historia, la defensa de las retenciones... pero se necesita imperiosamente que se le de de comer al pueblo que esta cagado de hambre, no se lo podemos pedir a los hijos de puta del campo que no les importa nada, se lo tenemos que pedir al gobierno, que este conflicto politico gorila del campo no nos obnubile los ojos y nos oculte, o mejor, no nos deje ver la verdad del asunto, aca en este pais, hay gente que no tiene para morfar, pibes que mueren en las provincias, escuelas que se caen a pedazos, el sistemas se cae a pedazos por todos lados, ya es hora de dejar de lado este conflictito del campo (como dijo cristina, es verdad, paran 90 dias porque han acumulado suficiente riqueza), y darle trabajo al pueblo, al obrero, al trabajador, a la educacion y todos los asuntos importantes que dijo que iba a resolver el mismisimo dia que asumio.
Yo no vote a los kirchner, no soy peronista, pero hay que hacer un proyecto que incluya a todos no solo a los productores y sus intereses.
A este gobierno le falta una vuelta de tuerca, y llevar al extremo esta politica redistributiva, pero es claro que no tienen por ahora esos intereses, mas que intervenir la economia para que los ricos se sigan llevando la torta mas grande.
orden programatico:
1-seguir con las retenciones.
2-abrir las arcas del estado y darle de comer a la gente.

Oscar Cuervo dijo...

Fede:

no creo que yo pueda sacarte dudas, porque yo también las tengo. Por lo general yo no creo en las buenas intenciones de ningún gobernante, ni tampoco en las buenas intenciones de ningún partido por minoritario ni izquierdista que se proponga ser. Si un proyecto político resulta ser modernizador, emancipador, o democratizador no es por sus buenas intenciones, sino por la manera como las fuerzas sociales se articulan o se oponen.

Eso es para mí la clave para entender el peronismo: ha sido el movimiento político que modernizó y democratizó la Argentina del siglo XX no porque Perón fuera moderno ni porque amara al pueblo. La astucia de la historia (para hablar un poco hegelianamente) lo puso al frente de un proceso que vino a discutirle el poder a la oligarquía tradicional, que se sentía y se sigue sintiendo dueña del país.

Ese aire modernizador aún lo portan los Kirchner, de ahí su política de derechos humanos: es sólo dejarse de joder con los subterfugios para hacer zafar a los genocidas y haber dejado que los tribunales actúen (cosa que no permitirían ninguno de los que hoy se alinean con el campo). La oposición es tan retrógrada, mezquina y mediocre que le pone "peros" a una voluntad que tendría que contar con el alineamiento incondicional de los demócratas: dejar que los asesinos sean juzgados y punto.

¿Serán más distribucionistas los K? ¿Extenderán las retenciones a la minería, el petróleo, los impuestos a las rentas financieras? No sé, pero si no lo hacen se empezarán a cavar su propia fosa y si se ponen al frente de este reclamo (aunque sea por oportunismo) quizá haya todavía peronismo por algunas décadas.

El dilema de la hora es que los que apuestan a echar a los K anticipadamente no es para modernizar el país, para distribuir más o para perfeccionar los derechos civiles, sino para volver sobre los pasos, para hacer retroceder al Estado al rol diseñado por el neoliberalismo durante la dictadura y el menemismo, para conciliarnos con la iglesia, los milicos y el campo. ¿O vos concebís que Carrió, La Nación, DE Angeli, Bergoglio y Reutemann van a militar para distribuir la renta y ampliar las libertades democráticas? ¿Vos viste a alguno de ellos practicando la distribución y la democratización en sus órbitas de influencias?

Todos estamos hartos del conflicto con el campo, pero los conflictos no terminan cuando uno quiere, sino cuando ya no tienen razón de ser.

saludos

Anónimo dijo...

Muy bueno tu comentario anterior, Oscar. Diferencia claramente entre las "intenciones" de los políticos y los hechos que esos políticos producen (a veces, incluso, más allá de sus propias "intenciones"). Muchos confunden esta diferencia en sus análisis políticos, lo cual los lleva a gruesos errores de apreciación de la coyuntura histórica.
Y es cierto, yo también creo que hay que apoyar al gobierno en este conflicto, pero veremos si son distribucionistas en otras áreas...
Es interesante escuchar al Grupo Moreno, y ciertas críticas respecto a la posición respecto a la minería y al petróleo que tiene este gobierno. Pero en este momento, prefiero seguir criticando a los Kirchner y no a otras propuestas que se avecinan por derecha...
Saludos

Anónimo dijo...

OC: Tal vez vos tengas mas años que yo y por eso puedas leer mejor la coyuntura como un proceso de fuerzas de lucha, izquierda y derecha. Y por otro lado yo no soy peronista porque cuando yo naci peron habia muerto hacia casi 10 años, tampoco vivi la dictadura, que fue la mayor expresion de la derecha. Pero la derecha se desliga hoy como bien dice el informe, de todos esos fantasmas (como en alemania cuando intentan ver el fenomeno del nazismo como una locura de unos pocos decerebrados), tenemos que hacernos cargo de cada cosa que paso es por algo, que los cadaveres estan aun entre nosotros, es cierto.
Por otro lado, ningun "pejotista" como lo definio uno ahi fue mejor que Peron, por eso Peron es tan grande, nadie llevo a cabo el modelo popular, y yo creo que mal que le pese a los productores y toda la cria, desde grondona a Martinez de hoz, hay que llevar a fondo el modelo peronista y abrir las arcas del estado para derle lo que necesita la gente, y en eso si me cago en el campo y todos los hijos de puta, no me importa nada, que se equilibre la economia no sirve para nada, si la inflacion que tenemos es tremenda.
Y aclaro por las dudas, que estoy convencido que una alianza de derecha nunca podria gobernar a este pais, porque solo ajustarían mas el bolsillo de la gente para mantener su status economico, lo demostraron sus economistas, como cavallo en su maxima expresion corporativa.
Lamentablemente el conflicto de los productores va a terminar cuando transen, pero no va a terminar el hambre en la Argentina.

Oscar Cuervo dijo...

Fede:
seguro que tengo más años que vos, pero eso no me asegura que pueda leer la coyuntura mejor que vos. Toda perspectiva tiene sus posibilidades e imposibilidades y las diferencias de años son una de las formas de perspectiva. La diferencia de clases, otra.
Con respecto a "ser peronista", eso da lugar a muchas preguntas. ¿Qué es ser peronista? Acá en el blog hace un tiempo iniciamos una serie que vas a encontrar si clickeas la categoría "Peronismo", y que muy probablemente continúe en los próximos días, porque el tema dista de haberse agotado.
Yo dije en un post "Soy peronista por tiempo indeterminado", eso quiere decir también que soy y no soy peronista, porque serlo es algo tanto o más contradictorio que ser cristiano, liberal o marxista.
Yo en cierto sentido lo soy, pero no termino de serlo. Pienso que este conflicto que estamos viviendo es tan complejo como para que no se deje reducir a una sola clave: por ejemplo, creo que es falso que se trate de una lucha entre una clase agraria de chacareros con la piel curtida por trabajar bajo el sol contra un matrimonio perverso que detenta el poder. Dicho así puede sonar burdo y lo es; pero hay unos cuantos peqeuñoburgueses semi ilustrado que te la cuentan de esta manera. Obvio. se puede ser peqeuño burgués, semi ilustrado y a la vez burdo.
Pero tampoco este conflicto se explica mediante una mera oposición peronismo vs antiperonismo. Tampoco mediante una reducción derecha vs. izquierda.

Creo que la actual crisis tiene algunos de todos estos componentes y cuanto más aspectos puedas incorporar al análisis más rico será el mismo. Por ejemplo, el intento de des-historizar el conflicto, de desligarlo de las pujas políticas históricas de la Argentina, de hacer aparecer a los chacareros con su imagen pastoril y folklórica como una nueva clase social, como una irrupción de lo nuevo, del "interior" frente a la capital, de contar esta historia sin ligarla a conflictos y luchas políticos y económicos anteriores, que se remontan bien lejos, esta des-historización de la política es una forma de ocultación.

El peronismo ya no es lo que era, el campo ya no es lo que era, pero en cierto sentido lo siguen siendo. Por eso yo sostengo que para comprender mejor este conflicto hay que añadir la cuestión del peronismo aunque no reducirlo todo a ello. No que Perón sea más grande o más chico: los que dicen que el peronismo fue revolucionario pero Kirchner no es peronista, te presentan una versión engañosa. Porque en la época de Perón vivo se decían de él y de Evita cosas similares o mucho peores que las que se dicen hoy de los Kirchner. A mí me impresiona la continuidad en ciertas descalificaciones. Perón era un gran politico, pero no un revolucionario, era un tipo contradictorio, probablemente también haya sido un hijo de puta, no lo sé. Pero este contradictorio y probable hijo de puta es una figura clave de la hsitoria argentina, tanto como que dio lugar a un movimiento político que aún sigue gravitando.

Y que irrita tanto a liberales como Abraham (quien hace poco dijo que el país sería mejor si en el 45 hubiera ganado la Unión democrática de Tamborini en lugar de Perón) porque sigue siendo un factor de perturbación política para cuestionar la disolución de política en gestión que tanto pregonan los liberales.

Yo creo que este conflicto no va a terminar todavía, que vamos a tener que aprender a convivir con el conflicto.Lo que puede haber son treguas.

saludos