Bluesky

Al actuar como jefa de La Cámpora en detrimento de los intereses populares @cristinafkirchner.bsky.social se arriesga a devaluar su legado. En Rosario se la vio aislada, simulando liderar a una totalidad que no está, ansiosa por revalidar una relevancia que ni siquera debería estar en discusión.

[image or embed]

— Oscar Cuervo (@oscaracuervo.bsky.social) 24 de noviembre de 2024, 3:45

miércoles, 11 de junio de 2008

La nueva derecha


Fragmentos del la Carta abierta/3, presentada ayer en Librería Gandhi, con la participación de Nicolás Casullo, Ricardo Forster, Jaime Sorín y Horacio González, en representación del Espacio CARTA ABIERTA.

“Clima destituyente” hemos dicho para nombrar los embates generalizados contra formas legítimas de la política gubernamental y contra las investiduras de todo tipo. Una mezcla de irresponsabilidad y de milenarismo de ocasión sustituyó la confianza colectiva. “Nueva derecha” decimos ahora. Lo decimos para nombrar una serie de posiciones que se caracterizan por pensarse contra la política y contra sus derechos de ser otra cosa que gestión y administración de los poderes existentes. Una derecha que reclama eficiencia y no ideología, que alega más gestión que valores –y puede coquetear con todo valor–, que invoca la defensa de las jerarquías existentes, aunque se inviste miméticamente de formas y procedimientos asamblearios y voces sacadas de las napas prestigiosas de las militancias de ciclos anteriores. Esa derecha impugna la política como gasto superfluo y como enmascaramiento, pero es cierto que la impugna con más dureza cuando la política pretende intervenir sobre la trama social. Tiene distintas inflexiones: desde la ilusoria eficiencia empresarial del macrismo hasta el intercambio directo de dones y rentas imaginado en Gualeguaychú, sin Estado, ni partidos, sólo con golpes de transparencia contra lo que llaman obstáculos.

(...)

La nueva derecha es ahora un conjunto de procedimientos y de prácticas que se difunden peligrosamente en las más diversas alternativas políticas. La aceptación de que la escena la construyen los medios de comunicación lleva a un tipo de intervención pública tan respetuosa de ese poder como sumisa respecto de las palabras hegemónicas. Hace tiempo que los estilos comunicacionales habituales recurren al intercambio de denuncias como una cifra moral, que parece menos un proyecto compartible de refundar la política en la autoconciencia pública emancipada que en la circulación de un nuevo “dinero” basado en un control de la política por la vía de un moralismo del ciudadano atrincherado, temeroso, ausente de los grandes panoramas históricos. Moralismo de estrechez domiciliaria, pertrechada, víctima de miedos construidos y de oscuros deseos de resarcimiento.

(...)

Su frase predilecta, “no me metan la mano en el bolsillo”, hace de los actos legítimos de regulación de las rentas extraordinarias de la tierra una ignominiosa expropiación. Trata un bien nacional, como la productividad del suelo, como cosa meramente privada. Otras frases reiteran: “Está loca”, e incluso se ha escuchado en la televisión de la noche de los domingos: “Es satánico”. Se interpreta la intervención del Estado en el mercado en la clave de una psiquiatría obtusa de revista de peluquería, de chistoso de calesita o de pitonisa de boudoir. Menos se dice “hay que matarlos”, pero aparece en los añadidos que publican algunos periódicos cuando termina la redacción de sus propios artículos y comienza la carnicería opinativa en un anonimato electrónico sediento de desquite. ¿Ante quién?, ¿para qué? No le importan las respuestas a una nueva derecha que recobra el linaje de las más impiadosas que tuvo el país. Ha soltado la lengua, pero aprendió a decir primero “armonía” y diálogo”, mientras no ocultan la sonrisa sobradora cuando escuchan que se les dice: “¡Y pegue, y pegue!”.

(...)


Es cierto que, visiblemente, hoy no son muchos los que aceptan enarbolar blasones de derecha. Hay que buscarla en todos los lenguajes disponibles, en todos los partidos existentes, en todas las conductas públicas que puedan imaginarse. Los pendones que la conmueven pueden ser frases como éstas: “La nueva nación agraria como reserva moral de la nación”. Es el viejo tema de las nuevas derechas y la identificación, también antigua, de patria y propiedad, de nación y posesión de la tierra. Es el concepto de reserva moral como liturgia última que sanciona tanto el “fin del conflicto” como un tinglado modernizante que no vacila en expropiar los temas del progresismo, pero para desmantelar lugares y memorias. Es una gauchesca de bolsa de cereales como acorde poético junto al horizonte del nuevo empresariado político. Podrán leer a la ida el Martín Fierro y a la vuelta los consejos de Berlusconi.

(...)

Los nuevos hombres “laboriosos”, persignados fisiócratas, se indignan porque hay Estado y hay vida colectiva que se resiste a vulnerar la vieja atadura entre las palabras y las cosas. Pero esto ocurre porque la materia ideológica, con sus venerables arabescos y citas célebres, ha quedado deshilvanada, reutilizada en rápidos collages de las nuevas estancias conservadoras del lenguaje. ¿Cómo descubrirlas? Su localización es la ausencia de nervadura social, pues se trata de desplegar para la Argentina futura una nueva cultura social con un único territorio, el de las rentas extraordinarias que desea percibir una nueva clase, interpretando estrechamente las graves necesidades alimentarias del mundo. Parecen campesinos, parecen chacareros, parecen pequeños propietarios, parecen hombres de campo protagonizando una gesta. Pero no son ilusiones estas nuevas creaciones políticas de indesmentible base social nueva. Sin los tractores embanderados, brusca señalización del paisaje que atrae por la carencia de todo matiz, de todo signo mediador. La nueva clase teatraliza una rebelión campesina, pero traza un nuevo destino conservador para la Argentina.

(...)

Una república agroconservadora despliega entonces sus banderas de “nuevo movimiento social”. Tienen todo el derecho a expresarse, pero el examen democrático del gigantesco operativo que han emprendido debe ser también interpretado. Se trata de sustituir un pueblo que consideran inadecuado con otro vestido con galas de revolución conservadora. Hay suficientes ejemplos en la historia del país y en las memorias constructoras de justicia para decir que no lo lograrán.

La versión completa aquí. Para adherir y/o participar de este espacio escribir a cartaabiertaa@yahoo.com.ar

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Lei la nota entera y es muy buena, la ausencia de un proyecto, como nunca, la carencia de partidos politicos(es increible lo antipopulares q son, pese a ser el que nos toca un pais fascista). Todas estas cuestiones, hacen que la derecha tome otro ropaje, y se vista de cualquier cosa, si viste de tractor, y desfila en gualeguaychu, y es grave porque quieren armar un proyecto de pais, el suelo en que se basan es lo alarmante. El interes economico.

Anónimo dijo...

Termino de leer esta Carta Abierta en forma completa. Es muy interesante para desenmascarar el discurso de la "Nueva derecha". Ya envié mi adhesión.

Oscar Cuervo dijo...

La nueva derecha no sólo está en los tractores, también hay militantes muy entusiastas entre los animadores culturales, universitarios postestructuralistas, bloggers, y periodistas de pasado progre.

César dijo...

che fede, ¿conoces a algun sujeto que no se exprese políticamente-en última instancia- por intereses económicos?
¿Sos idealista?
Desde la toma de la bastilla hasta el tractorazo de gualeguaychú, lo que mueve a los sujetos es el "interés económico". No digamos pavadas, solo para quedar bien y ponernos del lado de los buenos.

julieta eme dijo...

La teoría del hombre económico es falsa. Es falso que los individuos siempre busquen maximizar sus intereses. A veces, buscarán otras cosas, como la justicia, por ejemplo.

Cito:

"En un experimento, a A se le dice que distribuya 20 dólares entre A y B en una de las dos formas: A recibe 18 y B recibe 2 o A recibe 10 y B recibe 10. A B se le da la oportunidad de aceptar o de rechazar la distribución. Si B acepta la distribución, ambas partes obtienen la cantidad distribuida. Si B rechaza la distribución, ambas partes no obtienen nada".

¿Qué harían si fueran A?
¿Qué harían si fueran B?

César dijo...

julieta: yo no hablaba del hombre maximizador de beneficios onda empresario, sino desde una concepción materialista de la vida humana.

Anónimo dijo...

El Arq. Jaime Sorin, como la mayoría de los autores de la carta, es un orgullo para la UBA.

julieta eme dijo...

El experimento que cité usualmente se hace con gente común y corriente. Es mentira que todo el tiempo actuemos guiados por la maximización de nuestros propios intereses. Sólo eso. Sólo decir que me parece importante no tomar como un hecho (que la gente se mueve siempre buscando su propio beneficio) algo que no lo es. Vale decir: las motivaciones de las personas (los sentimientos egoístas, por ejemplo, pero también los altruistas, por supuesto) no son hechos de la realidad, sino que pueden ser modificadas, modeladas, enseñadas, aprendidas, estimuladas, promovidas, desalentadas, etc.

Oscar Cuervo dijo...

César:
en virtud de los mismos intereses económicos es que el Estado puede intervenir políticamente cuando un sector obtiene ganancias extraordinarias, máxime cuando estas ganacias están producidas por la tierra y por el trabajo de peones, muchos de los cuales son empleados en negro con sueldos miserables.

La pampa gringa es el mito que ahora quieren mostrar los medios, como si fueran unos gauchos simpáticos que encarnan la fuerza de la pachamama. No creo que sea una boludez que Fede haya recordado que se mueven por la guita.

Anónimo dijo...

Por ahí hay una nueva derecha (o quizás es la misma de antes, lo triste es que no hay una nueva izquierda. Siempre llegando tarde. Tan consternada con las barbaridades de la derecha es incapaz de hacer política, o sea de adelantarse al contrincante y pegar primero. Pero un golpe bien puesto, no una cachetadita y salir corriendo.

Oscar Cuervo dijo...

Y vos Gabriel, qué sos tan duro con la izquierda y también con el kirchnerismo, cuál es tu posición política?

Anónimo dijo...

Me parece una típica reacción defensiva, pareciera que necesitas clasificar a todos para poder señalarlos, denunciarlos, poner en “etiquetas”, pero bueno… mi posición política es de lo que quiero creer una nueva izquierda. No me ilusiono con lo menos malo. Supongo que soy menos conformista que vos. Tampoco tengo programa. Pero como no creo en la dialéctica, ni marxista ni menos hegeliana, hay muchas cosas del determinismo izquierdita que no me cierran. Ni hablar del determinismo de derecha.
Si el horizonte del poder contemporáneo es un biopoder entonces la nueva izquierda debe crear nuevos modos de vida. La revolución puede hacerse con alegría, como diría el genial Foucault. En un contexto de precarización de la existencia en todas las clases sociales la izquierda tiene que intervenir como terapéutica y como incitación a la autoorganización. El estado no es la única forma de actuar políticamente y cada vez va quedando más vetusto. De hecho Marx, no sé si lo leíste, abogaba por la abolición del estado y la anticuada y muchas veces reaccionaria mirada de la izquierda hace del estado el único medio eficaz de hacer política. Crear redes, vínculos, hacer rizoma, crear asociaciones de ayuda, grupos de estudio, bibliotecas, auto emprendimientos, cooperativas, medios de comunicación alternativos, en fin, suscitar amor y pasión en tiempos de corazones rotos en mil pedazos, todo eso es lo que me interesa de la izquierda. De hecho, creo que las nuevas clases revolucionarias son las clases medias. Aunque falta mucho para que se tome conciencia de ello, como pasa en las últimas novelas de Ballard. El capitalismo actual es apropiación de cognición, de comunicación y de afecto, no tanto de trabajo físico (aunque siga existiendo, por supuesto), y las clases medias, acomodadas desde el punto de vista material y de consumo, son, somos, las clases explotadas. Esta vez a nivel de la inteligencia. De ahí la miseria psicológica en la aldea global. El proletariado, los marginales, los hambrientos, no necesitan de caridad, ni de compasión luterano progresista, sino de ayuda real, ayuda a salir adelante.
¿Y vos? ¿Cuál es tu posición política Cuervo? vos que te considerás tan seguro de cual es el enemigo pero después decís que no estás seguro de nada a la hora de preguntarse ¿qué hacer?, que intercambias amor y odio como si fuesen lo mismo.

Anónimo dijo...

Gabriel: Es buenísimo el giro retórico que haces para justificar la comodidad de la clase media "acomodada", y que justifica su propia inacción: sumergidas en el consumo. Esta ensalada de Marx, el genial Foucault, Macluhan y un poco de novela, te hace tener la postura mas laxa que vi en mi vida. Politicamente sos capaz de votar a lavagna. Quiero decir, estas sacando todas las cosas de contexto.

Creo que la clase media hoy en día esta tan sumergida en el consumo capitalista que esta "alienada", y por eso es incapaz de movilizarse, no es cierto que sea el motor de algun tipo de cambio, fijate cuando salieron con las cacerolas hace menos de dos meses, ¿para que?, para apoyar el loc out patronal, desde recoleta, porque cristina no les gustaba, desde alguna mesita de esos bares donde el viejo y querido Bernardo Neustadt solia tomarse una tasita de café y hablar de politica.

Con respecto a mi primer comentario sobre el tema del "intéres económico", cuando termine de escribir supe que podría ser mal interpretado. Porque todos nos manejamos con un interés económico en la vida, para poder sobrevivir, asi estan las cosas. Pero en el marco de un proyecto político, de una plataforma de gobierno, o lo que propongan es claro que estamos hablando de cosas distintas. El proyecto político que siempre quiso llevar adelante la Sociedad Rural es la de asegurar las ganáncias de los terratenientes, los productores tienen intéreses claros, y ese es el proyecto de pais que proponen para si mismos, y para todos.

César dijo...

Estoy de acuerdo en casi todo lo que dijo Gabriel y quizá tambien me identifico con esa posición política. Sumaría a tu discurso, la concepción de hegemonía gramsciana. En ese caso retrocederíamos un poco hacia el viejo esencialismo de clase trabajadora como sujeto de emancipación, no como Negri -por poner un ejemplo- que supone que la multitud misma es la "clase" que incuba las posibilidades de trabsformación.
En este sentido también confío en que algun día tengamos una "nueva izquierda". Personalmente fui entusiasta del primer kirchnerismo hasta que reculó con la idea de transversalidad. Por eso ahora, me parece que tendremos que buscar "nucleos de buen sentido" por otro lado. Obviamente, nostros descreemos de la lógica binaria y dicotómica de ponerse de un lado u otro en este conflicto gobierno vs. campo.
Y si, siempre en última instancia la discusión es económica, porque la vida misma parte de ahí. Ninguna persona con necesidades básicas insatisfechas va a venir a discutir con nosotros en este blog. Estamos enterrados en la arena económica, somos animales que comemos para despues pensar,somos -ante todo- carne. Despues viene el honor, la justicia, la gloria, el amor, el odio y la libertad.

Anónimo dijo...

Fede: ¿Y el kirchnerismo tiene proyecto de país?. Tenés la típica mentalidad denunciadora de clase media, sos carrió, así que no hablés de clase media como si no tuvieses nada que ver. ¿No leés lo que escribo? aclare que las clases medias, especialmente en Argentina, están aún muy lejos de tomar conciencia del cambio social que es necesario llevar adelante. Para eso hace falta justamente la política. Y el consumismo es algo contra lo que hay que luchar, está clarísimo en mi comentario. El descontextualizador acá sos vos.
Lo que pasa es que pensás como un fisiócrata. Me parece que te quedaste en la economía política del siglo XVIII.

César: Gracias. Me alegra saber que hay por ahí compañeros de ruta. Y sin duda el concepto de hegemonía sigue siendo valioso, así como la cuestión gramsciana de la adopción de la sociedad política por la sociedad civil.

Oscar Cuervo dijo...

Muro:

vos pregonás la alegría pero a mí me contestás con amargura. Si practicaras eso que sermoneás sobre una nueva izquierda tendrías que tener paciencia con mis vacilaciones, y también con mi curiosidad por comprender tu posición política. No quiero etiquetarte, aólo quiero escucharte decir algo de tu posición, porque hasta aquí habías hablado de politica como si vos no tuvieras posición ni ocuparas ningún lugar: ahora sé que considerás genial a Foucault y que la revolución puede hacerse con alegría; también que creés que las nuevas clases revolucionarias son las clases medias, aunque falta mucho para que se tome conciencia de ello. Es decir: no hablás desde afuera del mundo, ya veo que tenés una posición. Y también mi pregunta sirvió para conocer la posición desde la cual habla César, dado que resultaron ser compañeros de ruta de la revolución alegre de las clases medias.

¿Ves? Era sólo una curiosidad y ahora sé algo más.

Y me preguntás cuál es mi posición, me decís que me considero tan seguro de cual es el enemigo pero después digo que no estoy seguro de nada, que intercambio amor y odio como si fuesen lo mismo. Bueno: en parte esa es mi posición, aunque no exactamente. Hay cosas de las que no estoy seguro pero de otras sí.

Yo nunca dije que no estaba seguro a la hora de preguntarme qué hacer. A esa hora estoy seguro de que tengo que preguntarme qué hacer, y a veces, me lo respondo. No me siento en absoluto paralizado por la situación, ni tampoco al preguntarme qué hacer.

Si tenés suficiente perspicacia (no hace falta mucha) mi teoría y mi práctica políticas están expuestas aquí en este blog. Mi posición es esta que estás viendo: mirá.

Anónimo dijo...

Yo interprete el concepto de Cuervo, que afirma que hay que tomar una posicion en el momento de coyuntura politica, porque el estar en contra de Cristina, se transforma hoy en una postura gorila anti-peronista, es decir, mucha inocencia puede haber en el consumo de tn, y otros medios, y de todos los mensajeros de la derecha que estan conformando un nuevo bloque de poder, son cada vez mas organicos si queres, como lo pensaria Gramsci.
En ese sentido me quedo del lado politico del peronismo, porque es el que mas ecuanimemente hoy esta pensando. Mal que les pese, a mi y a otros, las retenciones son una forma de regular la economia segun ellos, y lo mas interesante para mi es la capacidad para plantarse ante esos grupos que exportan y se llevan las mayores rentas del pais, a costa de los trabajadores explotados del campo, y ensima vendiendo sus productos acá, a un precio desorbitado.

Lo que no estoy de acuerdo es el proceso por el cual se esta distribuyendo el dinero, no veo como se esta haciendo aquello que se prometio, o en otras palabras, considero que el Gobierno de Kirchner esta equilibrando la economia en beneficio de aquellos a los que le sirve el tipo de cambio. No veo una politica social coherente.
POr esos motivos y otros no veo un plan kirchnerista, soy conciente tambien que el pedirles un "proyecto de pais" hoy es ponerse en ese lugar gorila, hay que tener cuidado con los proyectos de pais, porque menem lo tenia y era el proyecto neoliberal. No se si este pais puede elaborar un verdadero proyecto de pais a lo Frondizi, la coyuntura politica mundial no se si lo permite. A este pais no le podes pedir que se industrialice, porque los paises industrializados lo ahogan para que no salga de la eterna crisis en la que se sume.

Para mi la prioridad hoy es tener una politica social que pueda garantizar canasta basica, salud y educacion. Y en esto coincidiría con gabriel, en el hecho de que no es posible eso, hacerlo todo desde el estado, algo de responsabilidad tenemos, pero no deberiamos ser tan idiotas como para confundir la paja con el trigo, y en una "posicion neutral" permitir el avance planificado de esta nueva derecha que denuncia el informe, deberiamos estar mas alertas de los mensajes y los mensajeros, ya que como dijen antes estan mutando las caras y los discursos, esa neutralidad que aducen es de la que se valen para posicionarse. Si a Grondona ya no le crees no necesitas hacerlo, puede haber otro que de la cara por los mismos intereses.
Saludos.

Anónimo dijo...

Fede, sos un pésimo propagandista del kirchnerismo. ¿Cómo que si no estoy con Cristina soy gorila? ¿qué es ese chantaje miserable? La movilización del campo me resulta tan despreciable como la pésima conducción política de los K.
El proyecto de país es esencial. Estás planteando que este país está condenado a ser dependiente y agroexportador, lo cuál es una clásica posición conservadora de derecha. Pero como no entendés nada de economía crees que basta con cobrarle más impuestos al campo y darle de comer a los que no tienen y se acabó el problema. Al menos el primer Peronismo fue un movimiento modernizador en lo económico, esa fue su originalidad histórica.
¿Te das cuenta cómo detrás de tu progresismo de entrecasa se hallan posiciones profundamente reaccionarias?

Anónimo dijo...

Fede, sos un pésimo propagandista del kirchnerismo. ¿Cómo que si no estoy con Cristina soy gorila? ¿qué es ese chantaje miserable? La movilización del campo me resulta tan despreciable como la pésima conducción política de los K.
El proyecto de país es esencial. Estás planteando que este país está condenado a ser dependiente y agroexportador, lo cuál es una clásica posición conservadora de derecha. Pero como no entendés nada de economía crees que basta con cobrarle más impuestos al campo y darle de comer a los que no tienen y se acabó el problema. Al menos el primer Peronismo fue un movimiento modernizador en lo económico, esa fue su originalidad histórica.
¿Te das cuenta cómo detrás de tu progresismo de entrecasa se hallan posiciones profundamente reaccionarias?