todos estamos igual

jueves, 2 de octubre de 2008

Operación Ceferino

Por Oscar A. Cuervo

A medida que fui avanzando en la lectura de Operación Traviata, el libro de Ceferino Reato sobre la muerte de José Rucci, mi entusiasmo inicial se fue disipando. Los hechos a los que se refiere me siguen pareciendo cruciales, repensar la época en que sucedieron es imprescindible y creo que este es el momento adecuado para hacerlo. Perón, Rucci, los Montoneros, Ezeiza, las 62 organizaciones, la guerrilla, la dictadura agazapada esperando para dar el zarpazo, la violencia como forma habitual de tramitar los conflictos políticos, configuran un nudo en el que convergen las líneas que se venían tensando desde que el peronismo hizo irrupción en los años 40, un sistema de fuerzas que iría a explotar pocos meses después, con la muerte de Perón, para dar lugar a la dictadura, es decir: para sentar las bases de la Argentina contemporánea. O sea: para comprender dónde estamos parados ahora, qué tipo de sociedad hemos fundado sobre esas bases sangrientas.

Es cierto que el modelo de denuncia de los crímenes del terrorismo de estado pierde su eficacia política precisamente en la medida en que el propio estado ha dejado de fomentar la impunidad. Ahora que los tribunales funcionan es en ellos donde deben dirimirse las responsabilidades penales. Es sobre ese supuesto de una justicia haciendo lo suyo que hace falta repensar el papel jugado por la sociedad civil en estos años. Ningún tema serio de los que nos acucian (desigualdades, marginalidad, violencia, inseguridad, condicionamientos externos, endeudamiento, depedencia, disolución de los lazos comunitarios) puede comprenderse sin pensar qué hicimos y qué dejamos de hacer en lo que va desde los 70 hasta la actualidad. No se trata de golpearse el pecho todos a la vez diciendo "mea culpa" en un alarde de histrionismo colectivo, sino de pensar en qué posibilidades nuestras (de cada uno) hemos consumado en el trayecto y qué posibilidades tenemos en el presente y de ahora en más.

Se trata no de una curiosidad revisionista sino de una interrogación por nuestro propio poder. El poder no está en alguna parte hacia donde haya que dirigirse, ni es una cosa de la que algún grupo se haya apoderado y a quienes haya que ir a reclamársela o quitársela. Cuando alguien habla del poder como de algo que padece y no ejerce, está queriendo escabullirse de su propio poder, está excusándose y nos está mintiendo. Tampoco uno se adueña del poder mediante la ostentación de fuerzas. Creo que esa es una de las enseñanzas que se pueden extraer de las luchas de la primera mitad de los años 70: que no basta con acumular fuerzas, ni con estar dispuesto a ejercer la violencia y a matar, ni con adoptar un lenguaje descarnado ni un obrar despiadado: nada, excepto el pensamiento, puede abrirnos el camino hacia nuestro propio poder.

El programa esbozado en el párrafo anterior es ambicioso y aparentemente inagotable. Cuando decidimos ponernos manos a la obra ya ha pasado demasiado tiempo; sin embargo, nunca es tarde para empezar.

Lo que no creo es que el libro de Ceferino Reato dé el puntapié inicial de este partido. A poco que se lo lea, comenzando por la tapa, a Ceferino se le ve la tanga. Parece tratarse de un producto, uno más, de la factoría Fontevecchia, ese estilo donde lo importante es tener una tapa vendedora y después vemos. En la portada del libro hay un párrafo de Joaquín Morales Solá que sienta las premisas sobre las que se va a desarrollar la operación Ceferino:

«Quizá sea impolítico ahora investigar el crimen de José Rucci en tiempos en que no se habla de los asesinatos de la organización Montoneros. Ceferino Reato, valiente y honesto, lo ha hecho. El resultado es un libro conmovedor como descripción de una época amarga, escrito con el estilo de una novela y con el ritmo del vértigo».

Una impostura cada cuatro palabras. No es verdad que sacar este libro ahora sea "impolítico", cualquiera que sea la acepción que le demos a esta curiosa palabra. No es verdad que ahora no "se hable" de los asesinatos de Montoneros. No es verdad que se trate de una época amarga. Lo que sí es cierto es que los editores del libro (no simplemente la editorial que lo publica, sino quienes ponen a funcionar su "im-política", empezando por el propio autor y el que escribe la frase de la tapa) pretenden imponer de entrada un sentido de su lectura.

Este deseo de dirigir la lectura del libro en un sentido muy determinado se refuerza en los párrafos de contratapa, que no llevan firma:

«Con este libro, Ceferino Reato logra ampliar el paradigma utilizado por la mayoría de periodistas e historiadores para abordar la década del 70 que, en su opinión, ha derivado muchas vecesen publicaciones maníqueas».

En las primeras páginas de su introducción, Reato se termina de presentar a sí mismo: no es que quiera simplemente "ampliar un paradigma", sino sencillamente dar por terminado un paradigma para iniciar uno nuevo:

«Ezeiza, el libro del periodista Horacio Verbitsky, es el paradigma compartido por casi todos los historiadores y periodistas que han estado escribiendo sobre la década del setenta. La primera edición es de junio de 1986 y Verbitsky aclara en la Introducción que comenzó la investigación "la noche misma del 20 de junio" de 1973, horas después de la masacre en las afueras del aeropuerto internacional de Ezeiza, donde una multitud esperaba a Perón en su regreso definitivo del exilio. Ezeiza nació con vocación de paradigma: ya en el primer párrafo de su Introducción, Verbitsky sostiene que esa matanza "cierra un ciclo de la historia argentina y prefigura los años por venir. Ezeiza contiene el germen del gobierno de Isabel y López Rega, la AAA, el genocidio ejercido a partir del nuevo golpe militar de 1976, el eje militar-sindical en que el gran capital confía para el control de la Argentina". Si no hubiera terminado el libro a mediados de los ochenta, habría tal vez incluido al menemismo, el delarruismo, el duhaldismo y el macrismo en ese eje del mal porque lo que está ofreciendo es una manera determinada, más bien maniquea, de recuperar la historia reciente».

Reato erige su propia posición en confrontación con Verbitsky, se auto-postula como aquel que viene a terminar el discurso hegemónico que abarca a "casi todos los historiadores y periodistas que han estado escribiendo sobre la década del setenta". Y se permite ser sarcástico respecto de lo que llama el "eje del mal": Isabel y López Rega, la AAA, el genocidio ejercido a partir del nuevo golpe militar de 1976, el eje militar-sindical en que el gran capital confía para el control de la Argentina. Este eje parece ser una clave impuesta por el "paradigma Verbitsky" (una curiosa aplicación de los conceptos epsitemológicos de Thomas Kuhn al imaginario de editorial Perfil) y acatado -no se sabe por qué- por "casi todos".

A través del párrafo, Reato se mueve sinuosamente entre Ezeiza (el episodio histórico de la segunda vuelta de Perón en junio del 23, que culmina en un enfrentamiento armado entre diversas facciones del movimiento peronista) y Ezeiza, el libro de Verbitsky. Lo que dice Verbitsky no es lo que quiere interpretar embrolladamente Reato. No es el libro Ezeiza lo que Verbitsky quiere imponer como modelo paradigmático de intepretación de la historia reciente (por otra parte: ¿qué autor podría lograr eso con su libro, el constituirse en un pardigma aceptado por "casi todos"? ¿Mediante qué recursos podría lograr un libro auto-engendrarse con vocación de paradigma?). Lo que Verbitsky dice en la frase citada es algo más sencillo -y tan discutible como cualquier otra hipótesis: que en el episodio de Ezeiza empieza a configurarse un proceso de alineamiento de fuerzas que se extenderá en los años siguientes de la dictadura.

A Reato no le interesa oponer otra hipótesis acerca del episodio Ezeiza a la propuesta por Verbitsky. El subtexto que quiere deslizar puede leerse en la frase de Morales Solá: "en tiempos en que no se habla de los asesinatos de la organización Montoneros...", es decir: Verbitsky -dicen Reato y Morales Solá- logra imponerse en estos tiempos kirchneristas, como intelectual orgánico "para que un grupo determinado logre la hegemonía que le permitirá conducir al resto".

Pero cada una de las palabras que Reato dirige a Verbitsky se le pueden aplicar a él mismo: a Reato le gustaría erigir con su libro un nuevo paradigma que reemplace al del autor de Ezeiza, y para ello traza un "eje del mal" que parte del asesinato de Rucci por obra de los montoneros y continúa en la propia escritura del libro Ezeiza, hasta llegar al "poder hegemónico" del kirchnerismo actual. Este eje se extiende a lo largo de 35 años y por momentos parece que el sujeto permanente de esta operación criminal/discursiva fuera el propio Verbitsky. Se trata claramente del maniqueismo del que Reato acusa a su oponente, en el que no importa tanto dilucidar lo que ocurrió con Rucci como instrumentar el sentido de este episodio histórico como clave del presente.

¿Cuál será la finalidad de esta operación? ¿Simplemente vender muchos libros? Eso ya se logró. ¿Perdurar con este libro en el tiempo, al menos tanto como perduró Ezeiza? Me parece difícil que Operación Traviata sobreviva a la actual coyuntura. ¿Reabrir la causa judicial de la muerte de Rucci? Para eso no hace falta vencer el presunto paradigma Verbitsky, sino lograr nuevas pruebas que reactiven la investigación. No se trata de paradigmas, de modelos persuasivos, ni de consensos periodísticos o historiográficos, sino de simples pruebas. ¿Quiere lograr un debate sobre la figura jurídica de los crímenes de lesa humanidad, para extenderlo a los delitos cometidos por las organizaciones armadas de los 70? Pero eso no se logra con anécdotas familiaristas sobre lo buen padre que era Rucci o lo leal que le era a Perón. La figura de lesa humanidad se delinea en un discurso jurídico que trasciende cualquier caso particular.

Sea como fuere, el movimiento político-mediático iniciciado a partir de la publicación del libro de Reato no parece agotarse en el libro mismo.

Este domingo en La otra.- radio trateremos de seguir pensando el asunto. Domingo a la medianoche en FM La Tribu, 88.7, http://www.fmlatribu.com/.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

No será un "paradigma" pero que la visión periodística de la historia de Verbitsky es dominante no se puede negar (es más, la de Verbisky es la historia oficial).

Oscar Cuervo dijo...

¿Cuál es la visión de la historia de Verbitsky? ¿la visión de la hisroria de Verbitsky respecto de qué? ¿del asesinato de Rucci? ¿de la dictadura? ¿qué dice Verbtsky del asesinato de Rucci? ¿Qué quiere decir que es dominante? ¿entre quiénes es dominante? ¿la de Verbitsky es la historia oficial de qué? ¿qué quiere decir historia oficial? ¿cuál es la historia oficial del asesinato de Rucci? ¿cuál es la historia oficial sbre la dictadura? ¿cuál es la historia no oficial de la dictadura?
Yo sí puedo negar tu afirmación, porque esconde tantos supuestos que está destinada a confundir todo. Este tipo de embrollo es el que promueve tanto el libro de Reato como la historia narrada por el cualunquismo periodístico que expresa Perfil, que está destinado a demonizar a Verbitsky sin explicar por qué.
Pero lo único que está en juego no es si la historia es dominante u oficial sino si es verdadera o falsa.

Anónimo dijo...

Esas repuestas son obvias para cualquiera que lee Página desde que se fundó en los 80 y que leyó los libros de "periodismo de investigación" que hacía Verbisky cuando había asumido el rol de gran develador de los chanchullos menemistas: el qualunquismo periodistico no es monopolio de Fontevecchia o Clarín.

Anónimo dijo...

Ahora si vos crees que hay "buenos" y "malos" en la industria periodistica es tu problema (la ingenuidad). Que Verbitsky te guste mas porque es funcional al Kirchnerismo no lo hace mejor periodista.

Anónimo dijo...

Un autor te puede gustar o no. Pero con el prólogo de Morales Solá, toda ganas que tenía de leer el libro se me fueron.
Reato en el libro ya tiene a un posible asesino de Rucci (con nombre y apellido), cuando todavía es tan confuso de donde provenían los disparos. Y eso, además de confundir, es funcional para todos aquellos que insisten en instalar la teoría de los dos demonios.

Oscar Cuervo dijo...

Anónimo:
vos no decís nada, yo no estoy hablando de lo que dice Págian 12 o de las cosas que a vos te parecen obvias. El obvio sos vos, que repetís frases huecas: ni siquiera sos capaz de entender los dos posts que yo subí sobre el tema. ¿Dónde hablé de buenos y malos?
Es tan pobre tu respuesta, tan tramposa y tan torcida, que sólo púede ser escrita desde la mala fe, porque creo que ni siquiera alguien muy limitado puede creerse ese versito. Hacés bien en mantener el anonimato, porque vos sos cualquiera.

Anónimo dijo...

Y vos sos un don nadie con nombre que ni siquiera se da cuenta de cuales son las ideas dominantes sobre la historia argetina. Andá a leerlo a Verbisky y a Piglia, ese es tu miserable nivel como tu revistucha barata y tu programita de radio.

Anónimo dijo...

bueno, parece que Anonimo sabe las ideas dominantes de la historia Argentina. teniendo en cuanta que las mil y una noches es de autor Anonimo, como tantas canciones y leyendas populares podria escribir un libro sobre esto tambien.
que grande que sos Anonimo!

el chiste del anonimo no es mio, pero no me acuerdo en que otro blog lo leí, asi que no soy nada original, lo mismo que el discursito del anonimo

Anónimo dijo...

anterior!

Anónimo dijo...

lo leyo en el blog d una silvina como vos, yo tambien lo lei

Oscar Cuervo dijo...

Bueno, con todas estas múltiples voces anónimas se hace difícil conversar, ya que ni siquiera es posible referirse a un interlocutor, y uno no sabe si está hablando con uno o con muchísimos. Si al menos pusieran un nick, se podria imaginar que hay una persona, aunque sea ficticia, detrás de lo que mandan.

Pero es interesante notar que estos anónimos encarnan una forma más tortuosa del anonimato: lo que dicen no está pensado por nadie, no está sostenido por nadie, es una voz cualquiera. Y curiosamente reproducen una ideología igualmente anónima. Dicen lo mismo que dicen los que dejan mesajes en la radio de la mañana, el mismo conformismo resentido, la misma mediocridad preservada de cualquier crítica posible, porque no responden por lo que dicen, no se hacen cargo de nada, no están en ninguna parte, no se comprometen con nada.

Son seres de mundos intermedios, almas en pena, ni siquiera la mano que escribe el mensaje les responde.

Anónimo dijo...

el que escribio el libro, tanto como el hijo de rucci, podrian haber sacado el tema en los gobiernos anteriores tambien, no se que lo que se los impedia, desde alfonsin hasta de la rua si es que quieren pasar por alto el proceso. no entiendo mucho de leyes como para asegurar que es o no de lesa humanidad, pero me parece una extension de esa fracesita que me cae tan mal "los derechos humanos son para los delincuentes nada mas".
es mas, hace poco me llego una de esas cadenas de correo pedorras donde la historia era de un tipo que tenia un chorro en la casa (el tipo estaba seguro en su casa cerrada y el chorro en el jardin) y llamaba a la policia, y le contestaban que no tenian moviles, entonces el tipo volvia a llamar a los 5 minutos diciendo que no hacia falta, porque lo habia matado al chorro con su escopeta, entonces inmediatamente tenia en su casa a 5 patrulleros, helicoptero, movileros de tv y de forma destacada "representantes de derechos humanos, hebe y schoklender". a mi me sorprendio que los compañeros de trabajo dijeran que es verdad, cuando a ninguno de ellos tuvieron esa experiencia, y cuando seguimos discutiendo lo trataban de fundamentar con lo que sale todos los dias en la tele y los diarios. de ahi a asociar derechos humanos con delincuencia ni noticias, pero bueh, lo que quiero decir es que parece como que dicen que los delitos de lesa humanidad son para montoneros nada mas, y asociar eso con lo de la delincuencia como que està ahi, a un pasito.
el libro no lo lei como para opinar del tema, solo digo esto porque tuvimos varias discuciones en el laburo por eete tema, justo tambien porque hace un mes maso vimos la pelicula "los traidores" de glayzer con un par de compañeros

saludos

uno de los anonimos era mio pero salio el nombre mas abajo, no se porquè

Oscar Cuervo dijo...

Sí, Miguel, creo que identificás bien el discurso de la inseguridad, de los que se quejan por los derechos humanos para los delincuentes, de los que hablan del "garantismo" con desprecio con los que hablan del "neomontonerismo" y de considerar que las acciones guerrilleras de los 70 son violaciones a los derechos humanos.

Se trata de un mismo discurso que demoniza a Verbitsky, a Hebe, al garantismo y a lo que llaman difusamente a la "historia oficial", en la que por supuesto no incluyen la historia que cuenta desde hace décadas el diario La Nación, ni la que cuentan los medios más grandes, que casualmente son los que siguieron narrando la realidad desde la dictadura hasta hoy. Son los sectores más retrógrados de la Argentina que se revuelven en sus criptas cada vez que hay un gobierno que no responde dócilmente a sus dictados.

En ese tipo de voz de ultratumba se inscriben los anónimos que nos deleitan con su presencia en este blog y que nunca se hacen cargo de lo que dicen.

saludos

Anónimo dijo...

que idiota sos cuervo, anda a babearte con tinelli, para mas no te da....

Anónimo dijo...

Oscar: Hoy leí con atención tu post. Me pareció muy interesante tu reflexión sobre el poder, relacionada con la responsabilidad en cada uno de nuestros actos.
No leí el libro, pero por los párrafos que citás, parece escrito "contra" Verbitsky principalmente, como si eso no tuviera un matiz político...
Va a estar bueno escuchar el programa hoy.

(Y me parece lamentable el nivel de discusión de ciertos anónimos...)

Saludos

Oscar Cuervo dijo...

Liliana:
lo más raro del libro es que esos párrafos están puestos en las primeras tres páginas del libro, en la tapa y en la contratapa, con lo cual todo lo que narra adentro está teñido por ese planteo.
El método Fontevecchia, del cual este libro creo que es un exponente, es construir una noticia desde la tapa y desde el título y copete. Después a leer el texto resulta que no demuestra eso que anuncia, pero una lectura distraída te lleva creer que se demostró lo que no se demostró.
Y lo de la anónima, quedate tranquila Liliana, no llega a ser discusión, sólo catarsis.

Anónimo dijo...

Cuantos anónimos, che.
Me puedo sumar?
Me dijeron que es gratis mandar comentarios, así que permiso.
No leí el libro, pero no creo que nadie quiera armar un "eje del mal" con: asesinos de rucci-libro ezeiza-kirchnerismo es un poco ridículo lo que planteas cuervo.
Lo que si es posible, es que el libro intente desmitificar un poco que los montoneros eran gente llena de sueños que peleaba por un mundo mejor, y ejemplos de vida que debemos rescatar para nuestros hijos y nietos.
Ahí si puede ser que haya un paradigma peligroso, fogoneado con oportunismo estos últimos años desde el poder ejecutivo.
Pero podrías (digo) tomarte el trabajo y analizar todo lo que esta pasando en el mundo ahora, aunque requiera un trabajo bastante mas exigente e incómodo para un "filosofo", en lugar de hablar con dante gullo de los soldados de peron y lo bien que le hicieron al pais sus aventuras revolucionarias.
A capusotto le puede llegar a quedar bien, pero tu peronismo retro aburre hasta al mas necesitado de revisionismo y epopeya.
Saludos
bruno diaz

Oscar Cuervo dijo...

bruno díaz.
en cambio tu mediocridad anómica nunca aburre. Extraordinario tu aporte desmitificador de los montoneros, inaudita tu ironía poniendo en duda que fueran gente llena de sueños que peleaba po un mundo mejor y un ejemplo a seguir. Lástima que emplees un talento desbordante en refutar tesis que aquí no se sostuvieron. Quizá deberías buscar algún blog que sostenga tales mitos y ahí te vas a lucir con tu Fontevecchia bien aprendido. En cambio, estás perdiendo el tiempo acá discutiendo mi interpretación de un libro que no leiste.

En cuanto a tus consejos sobre los temas a los que me debería dedicar te los agradezco, pero no escribo a pedido, sólo escribo de lo que se me canta. Si tenés un blog donde expliques tu visión del mundo dejame el link y un día cuando esté muy al pedo paso a aprender de un tipo sin nombre.

Anónimo dijo...

Pensé que cuando estabas al pedo hacias este blog.
Ahora veo que es "esto" es tu trabajo.
Suerte Campeón!

Oscar Cuervo dijo...

No, evidentemente el que está al pedo sos vos, dedicándole tiempo a algo que no te sirve.

Anónimo dijo...

hola oscar;
gracias a dios a mi edad y por estar jubilada, el banco me facilito una compu (casi gratis)
y puedo pasar mi tiempo frente a la pantalla.
no creeras que te presentare batalla, pues te admiro mucho, y estoy siempre de acuerdo con vos.
desde antes de la cuestion aquella de "la lectora" y tomas abraham.
los domingos a las 24 hs son sagrados, y con algun cigarrillo me dispongo a escucharte, no niego que tu voz tan clara es lo que mas hace que te escuche.
asi hables de musica, montos o filosofia... bueno si, sos un poco setentoso, pero en vos queda como adorno.
no te hagas tanto bardo con tus anonimos, es gente que necesita agitar desde ese lugar, para que otros se identifiquen y piensen...
ah si, yo contestaria asi, yo diria asi,
te quiero un monton y tu revista siempre me la compro.
una admiradora
cassandra

Anónimo dijo...

solo es necesario el aire blogspot

de cassandradixit

Oscar Cuervo dijo...

Bueno, Cassandra, gracias por tanta amabilidad.