todos estamos igual

domingo, 19 de octubre de 2008

Seniors y principiantes: un largo y sinuoso espiral



por Oscar A. Cuervo

«"Lo que me gusta de Paranoid son los pibes que hacían skate ahí. Construyeron el parque ahí mismo, de manera ilegal. Train-hoppers, guitarristas callejeros, skaters drogados, chicos abandonados. No importa lo mala que fuera tu vida familiar, la de ellos era mucho peor". Lo escribe en su cuaderno Alex, un chico de 15 de clase media de la anodina ciudad de Portland. Paranoid park es la manera como denominan a esa olla de cemento los chicos que se juntan allí a practicar skate. No es exactamente un mundo paralelo, sino un pliegue del mundo en que vivimos. Puede ser que sus códigos nos resulten impenetrables: los grafitis de difícil lectura, tan herméticos como las inscripciones en las remeras de los chicos, las abstractas coreografías que despliegan surfeando en el aire, los pantalones caídos, los buzos con capuchas, los diálogos lacónicos siempre esquivando signos cruciales, en una voluntad de hermetismo que se comunica todo el tiempo. En ese rango, entre lo abierto y lo cerrado del mundo adolescente contemporáneo, se cuela la mirada deseante de Gus Van Sant. Los chicos son tenazmente reacios a comunicar, no solo con los adultos sino aún entre ellos. Cultivan una extrema desconfianza por la palabra íntima, más aún, por cualquier signo verbal, y en cambio hacen signos de sus cuerpos. Es evidente en ellos una resistencia sorda que no llega a ser rebelión. Parecen dispuestos a fundar una utopía muda, de posiciones suspendidas en el aire, cuerpos arqueados, cabeza gacha, brazos extendidos. No hay nada que les produzca más deseo que mirarse y ser mirados por otros como ellos mismos.»



Así empieza una extensa nota que publiqué en el número 19 de La otra sobre Gus Van Sant, titulada "De Mala Noche a Paranoid Park".

Bueno, resulta que en un foro de discusión de esos que abundan en internet (http://foro.elaleph.com/viewtopic.php?t=35821&postdays=0&postorder=asc&start=50), a una lectora de La otra a quien no conozco se le ocurrió mandar mi nota. Estaban debatiendo justamente sobre Paranoid Park. Mi nota es larga, así que esta lectora, apodada Clío, la mandó en dos partes. Luego de algunos escarceos, los miembros del foro se largaron a opinar sobre mi nota y, a través de ella, sobre la película misma.

Como internet es, más que una red, una especia de parque Chas en el cualquier calle te lleva a parar a cualquier lado, de manera accidental llegué a esa discusión en la que se hablaba de mi nota y de esta película que tanto me gusta. A mí también me gusta mucho discutir, casi tanto como las películas de Van Sant, así que me afilié al club de los opinadores y dije: "buenas noches, mi nombre es...".

Aquí les reproduzco un tramo de estas conversaciones. La otra es un animal omnívoro que se alimenta de lo primero que encuentra. Así opinaban los foreros de El Aleph:

navegante, Miembro Senior
escribió:
Esperé a que Clio pusiera la segunda parte del comentario de Cuervo porque supuse que en esa segunda parte seguiría refiriéndose a Paranoid Park. Pero no; es una parte que Cuervo dedica por completo a declararle a Van Sant todo su amor. Por eso se hace difícil hacer una crítica de la crítica, porque lo que hace Cuervo es dejar bien sentado que él es un incondicional de Van Sant. Tal parece que cualquier cosa que filme en el futuro, le va a gustar a Cuervo. Y más allá de que no creo que una crítica merezca crítica, en este caso me interesa puntualizar mi desacuerdo porque Cuervo debe de haber visto otra Paranoid Park y no la que yo vi. Con un énfasis más digno de un psicoanalista que de un crítico cinematográfico, se mete cada renglón y medio con el deseo. El de Van Sant, el del protagonista Alex, el de los skaters de Paranoid Park; en lugar de no dejar títere sin cabeza, no deja títere sin deseo. Y no es que no esté de acuerdo con que el deseo es un motor fundamental para el bicho humano, todo lo contrario; sólo que me parece que en Cuervo, tanta alusión al deseo no hace más que disfrazar el suyo: el deseo de que Van Sant sea el genio inconmensurable que él (Cuervo) supone que es. De paso y para que su crítica parezca profundísima, se mete en un pantano del que me parece que no sale. Por ejemplo, él cree ver en los skaters la “intensión de fundar una utopía muda”. Tomá pa’vos, no sé si te avivaste de lo inteligente que suena eso. Pero utopía implica necesariamente futuro, y a los skaters el futuro les importa un soberano joraca. No digo que esto esté bien o mal ni me meto con los motivos que tienen los skaters para interesarse sólo por la tabla y las rueditas que tienen bajo los pies; digo que eso es lo que vio Cuervo y yo no vi. Por eso decía antes que, entre todos los deseos con los que se mete, Cuervo habla del suyo aunque sin nombrarlo. Cuervo “descubre” que Van Sant eligió no filmar un policial, sino otra cosa. Me parece que con esto se consagró como el inventor del agua caliente. Nuestro pichón de Freud cree que Van Sant filmó esta película tal vez para encontrar una respuesta a la pregunta ¿qué soy? Dudas existenciales aparte, termina la primera sección de la crítica (me refiero a las partes en que la dividió Clio) afirmando que “… el film, se ha ido acercando en espiral hacia un centro que falta” . Sin embargo, en un párrafo anterior había dicho que Van Sant “… se va acercando a la escena primaria en un movimiento espiralado hacia el centro”. Independientemente de que, por definición, una espiral se aleja del centro y no a la inversa, ponete de acuerdo con vos mismo, Cuervo: o el centro falta o la escena primaria –el homicidio- está en ese centro. Así justifica Cuervo ese final que, a mi parecer, es injustificable: la escena primaria está desplazada, el centro falta, no es un policial, etc. etc. etc. Y a él le parece que está bien que falte. Y no falta, pese a lo que quiera creer Cuervo, pero no es ese el final que yo le reclamo a Van Sant, porque para mí está perfecto que no sea un policial. El final que le reclamo es uno más coherente con la complejidad del personaje que nos vino mostrando durante una hora y media: tanto justificar el enquilombadísimo mundo de Alex y de todo lo que le pasa y por qué le pasa, y al final venimos a descubrir que la solución estaba en un exorcismo fácil, digno de un manual de autoayuda. Esto le pasa desapercibido a Cuervo. Reafirmo lo que dije más arriba: hay ciertos pantanos de los que no se sale.



Exidor, Miembro Senior,
escribió:
Bueno, ya que nuestro amigo Dante abandonó el barco cual rata cruel, paso a dar mi opinión. No tengo mucho que agregar a lo que dijo navegante ya que coincido plenamente. La crítica se cae cuando el autor no hace más que regodearse en la obra de su amado. Por otro lado no analiza la parte más importante de la trama que es ese final tan extraño donde por lo menos a mí no me quedó claro si al pibe le importó todo tres pepas y ya, o si van Sant buscaba dar algún otro tipo de "mensaje". No me asustan los finales abiertos, pero éste es demasiado ambíguo. Esperaba una crítica más objetiva. No está mal admirar pero siempre y cuando uno mantenga una objetividad que le permita darse cuenta cuando el maestro la pifió. Por otro lado, esa manera "Frankenstein" de analizar una obra nunca me gustó: eso de que van Sant tiene un poco de fulano, otro poco de mengano y una pizca de sultano... En fin, pobre don Cuervo, le hemos destripado su comentario bloguero y él sin poder decir ni pío. Habría que invitarlo a que comente.

Therese, Miembro Senior
escribió:
* Por curiosidad: ¿Quién es el Oscar Alberto Cuervo? A popósito, don nave, lo felicito por la crítica de la crítica.

Clio, Miembro Senior:
Hola.
Yo ahora estoy en un problema, porque estoy antojada (y no la consigo) de ver Mala noche, como para hacer un comentario global sobre el artículo, ya que las referencias a Paranoid Park y Mala noche, en la segunda parte del comentario son muchas.
Por allí, alguien pregunta quién es Cuervo. Bueno, lo conocí de casualidad cuando elegí una revista en un kiosco, mientras esperaba para hacer un aburrido trámite, dirige la revista La Otra, y aquí dejo el link del blog:
http://tallerlaotra.blogspot.com/
La nota no está en el blog. En cuanto a los comentarios, no sé, sí me parece un fanático de Van Sant, pero eso no quiere decir que, al menos para mí, no pueda retractarse cuando le encuentre a Van Sant algo que no le guste. Que en este comentario exagera (hablo solo por Paranoid Park), sí, de eso estoy segura; al menos por lo que a mí me transmitió la peli, me dejó con ganas, y no es que me asusten tampoco los finales abiertos, sino que tal como comentaron, el final es absolutamente abrupto y las preocupaciones del adolescente se resuelven en un instante, algo que por supuesto me dejó insatisfecha.
Lo voy a seguir a Cuervo en otros comentarios y sobre todo cuando se estrene la próxima película de Van Sant, allí creo que podré ser más contundente.
Besos.





oscar cuervo, Miembro Principiante
escribió:
Hola, soy, como habrán visto, el autor del comentario a Paranoid Park que citó Clio y que luego varios se dedicaron a sacar el cuero. Está bien, no pretendo que aprueben mi análisis, yo no lo escribí para ser aprobado por nadie, sino porque me gusta escribir, me gusta el cine y me gusta el cine que hace Gus Van Sant.
Decir esto último quizá resulte inconveniente para algunos de ustedes, es decir, uno no podría escribir de una película que le gusta mucho, pero a mí me parece que pensar de esta manera es propio de mentes estrechas. Lo de "incondicional" creo que es una forma fácil de sacarse de encima la necesidad de argumentar algo, se dice: "Fulano es incondicional de Van Sant"... a pesar de que apenas han leído ¡un solo! comentario mío, que se refiere a su primera película y a la última. Un tal "navegante" basa su crítica a mi crítica (a pesar de que dice que no le gusta hacer crítica de la crítica) en esa imputación de "incondicional", pero no se molesta en confrontar lo que yo digo de la película con la película. Parece que a él le molestó que el final sea abrupto y le parece que eso es incorrecto, él quiere que le sirvan las moralejas en bandeja, pero si conociera algo de la filmografía de Van Sant descubriría que ese final abrupto no es un accidente ni un defecto involuntario, sino una decisión estética que Van Sant viene practicando en muchas de sus películas. Después, hay una intención de hacerse los listos con una definición de "utopía" que es incorrecta, ya que "utopía" no significa necesariamente "futuro" sino "no lugar", o "lugar que no existe" y se usa para designar mundos ideales y no necesariamente futuros. Después aparece otro, o el mismo, no me acuerdo, que dice que el espiral se mueve de adentro hacia afuera, otra arbitrariedad, ya que una forma espiralada, como cualquier otra forma, puede recorrerse en una dirección o en la inversa. Así que "incondicional", "utopía" y "espiral" es muy poca cosa para hacerse los listos sin necesidad de argumentar algo sobre la película misma, y tan sólo quejarse, cual doña Rosa reclamando su entrada en la boletería, porque no "les gustó" o "no entiendieron" el final.
Muchachos, traten de ponerse las pilas y de elaborar alguna idea que pueda sostenerse durante al menos veinte segundos.

Saludos
Oscar

exidor Miembro Senior
escribió:
Hola don Cuervo, bienvenido. Reconozco que quizás nos entretuvimos demasiado con tu análisis pero no es para tomarlo a la tremenda. Si no entendimos tu análisis, creo que acusarnos de opiniones de doña Rosa tampoco es algo muy acertado o no leiste los comentarios. Pero bueno, hay que tomarlo con calma; alguien dijo una vez que las opiniones son como los culos porque todos tenemos una. Sabias palabras. Por supuesto que hay que tomarlo con calma, de hecho yo nunca leo críticas antes de ver una peli porque por lo general me la arruinan. Quizás debimos haberte invitado a opinar acá pero bueno, es lo que tiene la exposición pública. Cuando alguien tira una opinión se arriesga a que no se coincida. De todos modos escuchar voces distintas siempre es bueno. Saludos.

navegante, Miembro Senior,
escribió:
¡Sorpresa! Vuelvo del supermercado y me encuentro con que tenemos a Cuervo por aquí. Bienvenido, che, ojalá tengas ganas de quedarte.
Antes de referirme a otras cuestiones y ya que empezás por ahí, te pido que reveas –si querés, claro- eso de que no escribís para ser aprobado por nadie, sino porque te gusta escribir. Si sólo lo hicieras por el gusto de escribir bastaría con hacerlo y guardarlo en un cajón. Pero si hacés públicos tus comentarios y opiniones es ni más ni menos porque intentás establecer algún tipo de comunicación y está perfecto que sea así, por lo tanto no te ningunees. Tus comentarios y opiniones valen como los de cualquiera y seguramente son importantes para otros. Tal vez este foro, donde dedicamos algunos renglones a comentar tu crítica, sea la mejor prueba de ello.
Estoy totalmente de acuerdo con vos en que el hecho de que te guste mucho una película no invalida lo que puedas escribir acerca de ella. De lo contrario jamás una crítica hablaría bien de ninguna obra. Bien por decir que eso es de mentes estrechas.
Con lo que no estoy de acuerdo es con algunas apreciaciones y afirmaciones que parecen hechas por alguien que toca de oído. Te quedás en la definición etimológica, estrictamente literal, de utopía. Efectivamente, deriva del griego y significa “no existe tal lugar”, eso aparece en cualquier diccionario medianamente serio; Borges lo cita al comienzo de uno de sus cuentos. Y ahí parás, basta, utopía es eso. No, mi querido Cuervo, utopía no es eso hoy y ni siquiera era eso para los griegos (que de literales no tenían nada) hace miles de años. El sentido que ellos le daban era el de lugar que no existe pero al que sin embargo queremos ir. Y eso implica futuro, lo mires por donde lo mires. Se ha empezado a usar en los últimos años una palabrita que todavía no está reconocida por la RAE: distopía. Significa “un futuro peor” y se la usa para contraponerla a utopía. Así que, en materia de utopía, saber lo que dice el diccionario no alcanza.
Decís que afirmar que la espiral se mueve de adentro hacia fuera es una arbitrariedad y pretendés abonar tu opinión con el hecho de que una espiral (sí, “la” espiral, “una” espiral, es femenino, che) puede ser recorrida en cualquier sentido. Cómo pueda ser recorrida por alguien externo, ajeno a la espiral, a ésta le importa un corno. Vos podés situarte en la perspectiva que elijas y mirarla por donde quieras y en el sentido que quieras, pero la espiral se desarrolla desde el centro hacia fuera porque tiende al infinito y sólo hay una forma de conseguirlo. Entonces la espiral es una cosa y la mirada de quien la recorre es otra muy distinta. Planos yuxtapuestos del lenguaje, que le dicen.
Suponés que no conozco nada de la filmografía de Van Sant y me enseñás que, de conocerla, descubriría que ese final que vos suponés que me molesta por abrupto, no es un accidente sino una decisión estética, frecuente en su obra.
En primer lugar: el final no me molesta por abrupto, sino por inconsistente.
En segundo lugar: ya aprenderás, es de esperarse, que preguntar es mucho más sano que suponer.
Y en tercer lugar: lo que llamás una decisión estética de Van Sant a mí me parece un uso muy trivial e infundado del concepto de la estética. Yo creo que se trata más bien de una decisión puramente intelectual. Y el intelecto está tan lejos de la estética como el sentimiento; la estética cancela a ambos. Hay que profundizar un poco en la teoría estética para hablar de estética.
Cualquier pelagatos (y te aclaro que no lo digo por Van Sant, que no sólo no tiene nada de pelagatos sino que me parece un artista serio) escribe o filma cualquier sarta de incoherencias y se cree el fundador de una nueva estética. En cuanto a que no me molesto en confrontar lo que vos decís acerca de la película con la película misma, me parece que estuviste leyendo otro foro.
¿Así que te parece que me gusta que me sirvan las moralejas en bandeja? Seguís suponiendo y suponiendo mal, porque es exactamente al revés: creo que las moralejas están muy bien para el catecismo, pero no para el arte.
Lo de Doña Rosa no merece ni siquiera este renglón que le estoy dedicando.
_________________Que parezca un accidente





oscar cuervo, Miembro Principiante
escribió
Bien, voy contestando de a uno porque la respuesta requiere cierto tiempo y al día de hoy se le ha perdido una hora, llego a casa a las 5 pero ya son las 6.
Empiezo por exidor y en otro momento sigo con navegante.
exidor, no me lo tomo a la tremenda, la verdad es que me divirtió que gente que no conozco me estuviera sacando el cuero, llegué aquí de casualidad.
En este medio el límite entre la privacidad y la publicidad es bastante fluctuante, porque lo de ustedes se puede tomar como una charla informal entre conocidos (al menos entre conocidos de este foro), juzgando el escrito de alguien que no está presente y que no sabe que están hablando de él, a quien se dedican a desechar en un tono cancherito en un par de frases sobre Freud, el deseo, la utopía y el espiral, sin molestarse demasiado por analizar lo que dice, así como tampoco se parecen haber molestado por tratar de comprender por qué la película Paranoid es como es.
Simplemente "el final apresurado", "la resolución fácil" "el final abrupto", juzgando como fallido algo que en realidad no se detuvieron a pensar. Si se detuvieron a pensarlo, en los mensajes que mandaron a este foro no se nota, lo único que aparece es que lo desaprueban. Cuando alegan algo al respecto, la pifian fiero, dicen que Van Sant resolvió la culpa del protagonista de una manera sencilla. No se les ocurre pensar otras posibilidades, otras razones, creen tener claro cómo deben ser las películas con finales "bien resueltos", como si se tratara de maestras que corrigen las tareas de los niños y que después de marcarle con rojo los errores, les dicen "alumno Gus, debes esmerarte más". En realidad, la culpa del protagonista no es el eje sobre el cual Van Sant organiza Paranoid Park; tampoco el final "resuelve", ni la culpa ni nada.
No quiero ser injusto con todos los que opinaron, porque no todos hablaron de esa manera, este aire de perdonavidas sabihondo lo mostraron algunos, pero nadie en el foro lo cuestionó. Despues a alguien se le ocurrió mandar mi nota (cosa que yo no objeto para nada) y en seguida volvieron a salir los maestros ciruela subrayando las palabras incorrectas, lástima que el saber del maestro ciruela demostró no ser muy consistente y adjudicó a las palabras tachadas con rojo un significado que en realidad no tenían.
Creo que no se molestaron en analizar lo que yo escribí, les bastó con decir dos o tres giladas sobre "incondicional", "deseo", "empantanado", con aire canchero y pereza argumentativa. Quizá así sea la modalidad del foro, yo soy un recién llegado y no sé si ese es el código que manejan, el de cancherear con una cultura general aprendida rápido y mal.
Quizá eso está aquí bien visto, y desprecian con sorna a todo aquel que se siente a escribir un texto desarrollando un análisis. Puede que eso les parezca jocoso y les baste despachar este tipo de textos tratando de encontrar un posible error, para después pasar a otra cosa, a la que se despachará igualemente rápido. No lo sé.
Así que no tomo a la tremenda que me critiquen, como vos decís, yo publiqué mi opinión en una revista y estoy totalmente afín a que me critiquen, me divierte que me critiquen. Sólo que en este caso me gustó intervenir, decir lo mío y poder dirigirme en persona a los que estaban canchereando en mi ausencia.
Como vos decís, todos tenemos un culo y una opinión. Pero hay culos hermosos y otros que dan asco.
saludos!

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuervo: sos tan egocéntrico que publicas en tu blog los comentarios de un pibe que te pasa el trapo y radiografía las imposturas de tu texto... Este skater te pasó por arriba, Cuervo, con su nada muda utopía.

Oscar Cuervo dijo...

Para eso lo puse, anónimo, para que vos tengas ocasión de expresar tu odio recocido una vez más. Espero que ya te sientas mejor, al menos hasta que el domingo termine.

Anónimo dijo...

Oscar

hace un tiempo te veo que estas contestando con bastante agresion a gente que piensa distinto a vos, y los tratas de pelotudos y brutos.

Me parece que te quedo la mala onda de la pelea con los hijos de puta del campo, pero no todos los que no piensan como vos son boludos, algunos sí.

me parece que estos pibes te trataron con respeto.

por otro lado acuerdo con ellos en que a veces te pones en incondicional de algun autor, y te doy como ejemplo que dijiste que ibas a comentar en este foro la ultima de Won Kar Wai y no lo hiciste, supongo que porque no te gustó.

Será que no queres hablar mal de WKW ?

A mi me gusta mucho lo que escribis, pero me parece que tenes que bajar un cambio.

un saludo y espero que no me putees a mi tambien.

Mariano

Oscar Cuervo dijo...

Mariano:
de la última película de Wong Kar Wai hablé en la radio. No me interesó. Por esa misma razón no me dieron ganas de escribir. Vos sabrás comprender que sólo escribo de aquello de lo que tengo ganas, no hay ninguna obligación de mi parte de escribir a pedido.
Por otro lado, creo que tu lectura de mi intercambio con estos "pibes" (la verdad es que no sé sus edades, pero llamémoslos "pibes" como vos proponés) está bastante sesgada. Mis respuestas son bastante más respetuosas que el tono que ellos usaron. No sé a lo que llamás vos puteadas, pero si querés saber lo que es putear, fijate en los anónimos que dejan por aquí y vas a percibir claramente la diferencia entre putear y polemizar.
Te agradezco la intención, pero puedo encarar mis intervenciones sin recibir consejos
saludos

César dijo...

Que curioso: alguien que dice "los hijos de puta del campo" dando clases de cortesía con el que piensa distinto.

Anónimo dijo...

César:
alguien dijo que la primera piedra la tenía que tirar aquel que...

Anónimo dijo...

estan los que piensan distinto y los que solo hablan por sus intereses, eston son hijos de puta.

César dijo...

ah, ahora me quedo en claro la diferencia, anónimo! Para vos "el pensamiento" y los "intereses" corresponden a dos esferas diferentes. ¿No convendría decir que se defienden intereses distintos? ¿ Y que el pensamiento -en algun punto- es la expresión de un interés?

Anónimo dijo...

cesar

en este caso corresponden a dos esferas diferentes.

conozco alguna gente , que aunque tiene campo y le convenia la derogacion de la 125, la apoyaban.

es decir su pensamiento y sus intereses economicos iban por carriles distintos

Anónimo dijo...

"En realidad, la culpa del protagonista no es el eje sobre el cual Van Sant organiza Paranoid Park; tampoco el final "resuelve", ni la culpa ni nada".

a mí me gustaría saber cuál es el eje de la peli, según vos, oscar. yo vi la peli y siempre leo tus notas y me gustan mucho. pregunto en serio. no es para joderte.

Oscar Cuervo dijo...

Anónimo:
más bien que no es para joderme, estamos debatiendo sobre una película, todo bien. Más tarde escribo algo. En realidad en la revista me extiendo bastante sobre Paranoid y Mala noche. ¿lo leiste?
Pero después agrego algo.

Anónimo dijo...

es la primera pelicula de van sant que miro (lo hice por todos los comentarios que leo acà) no soy muy practico a la hora de hacer analisis, pero me parecio excelente la manera de encarar la pelicula, no tan directa para buscar al culpable y mostrar como es condenado, o como sufren los parientes del maquinista muerto con golpes bajos y lacrimogenos, es como que observamos desde afuera, pero no sin hacernos cargo, si no buscando algun gesto, algo en el rostro del pibe (supongo que es por eso que lo filma tan de cerca) bueh eso me parecio.

pero igual escribi como respuesta al que pide que bajes un cambio. aclaro que me gusta el estilo "pulenta" con que defendes tus puntos de vista, que es como se tienen que defender. para estilos correctos e inofensivos que se compren el diario

y para terminar de ser obsecuente, te mando un abrazo je!

Oscar Cuervo dijo...

Bueno, Miguel, después del bajón que me trasmitiste al anunciar la extinción de los blogs, ahora con este mensaje ya estoy mucho mejor.

¡Eso! ¡Que se jodan estos CULEADOS que no les gusta LA OTRA!