por Oscar Cuervo
Hernán Roselli hace una película de los 90 en 2014. Su perspectiva de la verdad artística pasa por exacerbar la dureza de los vínculos, la falsificación como norma social, el envilecimiento general. Sequedad y dureza: sus personajes están duros y secos, el sentimiento, cuando aparece, viene acompañado por la traición. Esta ópera prima remite inmediatamente a las formas elípticas y secas del nuevo cine argentino noventista, una especie de neutralidad afectiva y moral ante la lumpenización de la existencia. Sur, el fin de la historia. Su circularidad y la ausencia de posibilidades de sus personajes podría asociarse con una forma del realismo o de la dura sinceridad. Si estuviéramos en 1994, Mauro intersectaría a aquel Martín Rejman con aquel Pablo Trapero. Ahora, con su cinismo oscuro y elegante, Mauro no deja de tener cierto aire retro. Las elipsis narrativas más bien funcionan para esquivar una dimensión vital y anímica. Sin alma, al servicio de la tesis de que la degradación es un proyecto social inevitable, en el fondo terriblemente conformista.
Mauro. Monito las pelotas.
Mauro. Monito las pelotas.
11 comentarios:
seguí participando Oscar, no entendiste nada. http://www.telam.com.ar/multimedia/video/4092-roselli-visita-el-amor-y-la-simulacion-con-mauro-en-el-bafici/
Aha. Y vos cree que Telam me lo va a explicar?
Voy a seguir intentando.
Escuchá lo que digo en la nota en video.
Tu opinión sobre la película no coincide con lo que yo encuentro en ella: un sistema herméticamente sellado para que el endurecimiento y la lumpenización sean ineludibles. El sistema de falsificación atraviesa todo, incluso lo amoroso y la amistad. Si la película muestra esa micropolítica del intercambio fraudulento, no hay ninguna lucha política, ninguna contradicción. Solo la actualización de un sistema preestablecido. Por eso Mauro, el de la película, está condenado a seguir en la lógica de la falsificación. No por la realidad social,sino por la perspectiva ideológica de la película. La sequedad y la dureza corresponden al mood del neocapitalismo. El personaje está duro, el sistema es duro, y más duro al final que al principio. Es un punto de vista cultural de los 90.
Es solo mi interpretaciòn.
Y es de panel de Duro de Domar. En fin, seguí entonces con tu revista de "la otra cultura alternativa y marginal" con cineastas como Benjamín Avila y Paula de Luque, socialmente blanditos, como te gusta a vos.
No te hagas problema por mi opinión, ganaste el premio especial del jurado, viste?
Un estímulo para que sigas por ahí.
Primero me sorprendió que un director salte a explicarle a un crítico por qué "no entendió nada", y qué es lo que tiene que "entender", me parecía una locura. Uno suelta su obra al mundo, y la obra da cuenta de lo que puede -y de lo que no puede- por sí misma. Chau, hiciste lo tuyo, lo exponés, y ya no tiene sentido ir a intentar torcer lo que al otro le suceda con tu producción.
Pero luego, con el encadenamiento de respuestas, entendí mejor: estos productos parecen más sostenidos por un atrincheramiento ideológico cerrado, que en una ambición artística abierta. La estética que genera es un producto tan endogámico de su trinchera política, que cualquier objeción es vista como error, o más aún, como una intención agraviante por parte del enemigo, esto es, del que no está en el círculo de los elegidos que adhieren a ese lenguaje. En esa gran bolsa, todo lo que queda fuera de la frontera es igualado: Duro de Domar, Paula de Luque o lo que aparezca. Es una construcción política y estética sumamente autoritaria, que por supuesto, en su autojustificación, va a señalar como autoritario al que la cuestiona (los seres despreciables que se niegan a pensar como se debe).
La verdad es que si no conociera la interna que le da contexto a tu Critica, Oscar, me callaría la boca, aunque me quedaria con un sabor amargo, porque fui a la sala un par de veces, por afecto la primera y por gusto, placer de sentarme a ver una historia hermosa y conmovedora,la segunda.
Yo podría hablar mucho de trama, de elipsis y de lo que quieras. tal vez lo hagamos en Patologías Culturales un día, sabés que te respeto y creo que vos a mi también, pero ¿es honesta, intelectualmente hablando, tu critica? ¿o guarda algo del rencor de aquel enfrentamiento entre Hernan y vos? hablo del tema ferrocarriles, ¿lo recordás?
No sé, fijate. Es notable que Willi el panadero haya visto una película primero y sin ir por segunda vez a la sala, haya visto otra en su recuerdo ¿habló con vos?
bueno, él es panadero, no sé si bueno o malo, pero vos sos crítico y supongo que amás el cine
En tu crítica eso no se nota Oscar, y lo lamento.
Usted, lector, vaya a ver la pelícua, es preciosa.
ah, soy Pablo Ramos. Me había olvidado de firmar el comentario anterior...
gracias
No hay interna, Pablo. Es lo que yo encuentro en la película y lo puedo sostener punto por punto. He visto películas de tipos que no me caían bien ante los que me saqué el sombrero, he visto películas de amigos que no me gustaron. Tengo bastante confianza en mi percepción cinematográfica y puedo deslindarla de mis simpatías y antipatías. Mi comentario no dice nada de la persona del realizador, en cambio él me responde con descalificaciones personales. Creo que Mauro es una película elegante en sus elipsis, pero esa es una apreciación técnica. El arte siempre es más que eso. Y yo tengo interés por buscar cómo se plasma la política en la mirada cinematográfica. Lo estuve viendo en cada película que vi en este BAFICI. Y estoy convencido de que Mauro es tal como escribí. Por supuesto, es mi mirada personal y la película no depende de mí, porque ha sido muy bien recibida y altamente recompensada. En cualquier caso no me molesta estar en disidencia con el resto del universo, así como no me molestaría estar de acuerdo.
Lo de Willy no lo respondo porque es cosa de él.
Y en cuanto a vos, te mando un abrazo, Pablo, con el cariño y la admiración de siempre.
Ok, Oscar, te entiendo y respeto tu opinión. Y es verdad que, por suerte, la película ha sido muy bien recibida. Te mando otro abrazo y nos vemos pronto
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