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sábado, 15 de octubre de 2016

La herida narcisista de los literatos con Dylan


Cuando le dan el Nobel a un escritor ignoto que nadie leyó no se hace un debate interminable sobre si le correspondía o no. La mayoría tampoco se molesta en leerlo. Veo que los debates de estos días radican exclusivamente en el carácter de cantante de Dylan. Esa anomalía es vista como una ofensa a la literatura. Me pregunto cuántos de los ofendidos han estado en contacto con la obra de Dylan y no con su imagen mediática. La frivolidad, por ende, no me parece radicar en la decisión de premiar a un extraordinario escritor que CANTA sus textos, sino en buscar la mejor visión conspirativa, no molestarse en hurgar en lo que Dylan hizo, escandalizarse por una caduca distinción entre alta y baja cultura, fetichizar al libro como unico soporte de la poesía, despreciar a priori al artista popular solo por ser popular, sembrar de sospechas el reconocimiento de uno de los creadores más complejos, originales e influyentes de la contemporaneidad. Dylan no es ninguna síntesis entre la cultura y el consumo. Si investigaran algo sobre la obra de Dylan, sabrían apreciar sus gestos sostenidos de salirse de la horma del consumo pop. Y si tomaran sus discos e intentaran entender su trabajo con el lenguaje y la revolución que sgnificó para el formato canción, ahí mostrarían que les preocupa verdaderamente la literatura y no hablan desde una herida narcisista.


Cada paso que damos seguimos en camino
Tus días están contados, los míos también
El tiempo se apila, luchamos, vamos tirando
Estamos completamente atrapados, no hay donde escapar.

La ciudad no es más que una jungla, más juegos para jugar,
Atrapado en su corazón, estoy intentando fugarme.
Fui educado en el campo, estuve trabajando en la ciudad
Tuve problemas desde el momento en que puse mi maleta en el suelo.

No tengo nada para vos, ni tenía nada antes,
Ni siquiera me queda ya nada para mí.
Cielo lleno de fuego, dolor que cae a cántaros
No hay nada que me puedas vender, nos veremos por ahí.

Todo mi poder de expresión y mis pensamientos más sublimes
Nunca podrían hacerte justicia ni en razones ni en rimas,
Sólo hay una cosa en la que me equivoqué
Me quedé en Mississippi un día de más.

Bueno, el diablo está en el callejón, la mula en el establo,
Decí lo que quieras, ya lo he oído todo.
Pensaba en las cosas que contaba Rosie,
Soñaba con que dormía en la cama de Rosie.

Caminando por entre las hojas que caen de los árboles,
Sintiéndome como un extraño que nadie ve,
Tantas cosas que nunca vamos a deshacer
Sé que estás triste, yo también lo estoy.

Algunas personas te ofrecerán la mano, otras no lo harán,
Ayer a la noche te conocía, esta noche ya no.
Necesito algo para distraer mi mente,
Te voy a mirar hasta que mis ojos queden ciegos.

Bueno, llegué hasta aquí siguiendo la estrella del sur,
Crucé ese río sólo para estar con vos.
Sólo hay una cosa en la que me equivoqué,
Me quedé en Mississippi un día de más.

Bien, mi barco se ha quebrado en astillas y se hunde rápidamente.
Me ahogo en el veneno, no tengo futuro, no tengo pasado,
Pero mi corazón no está cansado, es liviano y es libre
Sólo tengo afecto para los que navegaron conmigo.

Todo el mundo se está moviendo, si es que aún no han llegado,
Todo el mundo tiene que moverse hacia algún sitio.
Quedate conmigo, mi amor, quedate de todos modos,
Las cosas deberían ponerse interesantes de un momento a otro.

Mi ropa está mojada, ceñida sobre mi piel,
Pero no tan ceñida como la esquina en la que me retraté.
Sé que la suerte espera el momento de mostrarse generosa,
Así que dame la mano y decime que serás mía.

En fin, el vacío es infinito, frío como la arcilla.
Siempre podés volver, pero no podés volver del todo.
Sólo hay una cosa en la que me equivoqué,
Me quedé en Mississippi un día de más.

Mississippi, Bob Dylan, 2001

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