viernes, 13 de diciembre de 2019

El tiempo que pasamos con Lou Reed

Última parte de La otra.-radio del domingo pasado, para escuchar clickeando acá 


Quizás debería irme a vivir en Amsterdam
en una calle cerca de un gran canal
pasar mis tardes en el Van Gogh Museum
qué sueño, el Van Gogh Museum.

Quizás sea hora de conocer Tanger
una vida diferente, diferentes miedos
quizás debería estar en Edimburgo
con una falda escocesa en Edimburgo.
bailando una danza moderna
bailando una danza moderna.

O quizás debería irme a una granja al sur de Francia
donde la brisa es tenue y los campesinos bailan
y vos y yo podríamos dormir bajo la luna
luna de junio, dormidos hasta el mediodía.

O quizás podríamos enamorarnos
recuperar el espíritu que una vez tuvimos
me dejarías abrazarte, tocarte
en la noche que brilla de miedo
bailando una danza moderna
bailando una danza moderna.

Mierda, quizás podría irme a Yucatán
donde las mujeres son mujeres y un hombre es un hombre
nadie se confunde ni extravía
su lugar en la raza humana.

Quizás no esté hecho para la ciudad
con olor a caños de escape
el olor de la trifulca
y quizás no quieras ser una esposa
no es vida la de una esposa
bailando una danza moderna
bailando una danza moderna.

Así que quizás debería ir a Tanganica
donde los ríos fluyen por montañas altas y escarpadas
o irme a la India a estudiar cánticos
y olvidarme del romance para bailar un mantra.

Necesito un gurú, necesito una ley
que me explique las cosas que vimos
y por qué siempre llegamos a este punto
todo empieza a caer después del primer beso.

Quizás tendría que mudarme a Rotterdam
me podría mudar a Irlanda
Italia, España o Afganistán
un lugar donde no llueva.

O quizás debería aprender una danza moderna
donde los roles cambian
no tocás a nadie ni sabés con quién bailás
esta semana, este mes, esta época.

Al bailar una danza moderna
no sabés con quién bailás
tendría que irme a Pakistán o a Afganistán
no sabés con quién bailás
y quizás no quieras ser una esposa
no es vida la de una esposa
bailando una danza moderna.

No tocás a nadie ni sabés con quién bailás
en la danza moderna
los roles cambian.



Finalmente el domingo pasado (¡cuando todavía el burro estaba en el gobierno!) llegamos al final del recorrido por la vida y obra de Lou Reed que este año hicimos bajo la guía de Maxi Diomedi. Este último capítulo estuvo dedicado a la etapa en la que Lou unió su vida a la de Laurie Anderson, la artista con quien estaría desde mediados de los 90 hasta que él murió en 2013. Fue un final sereno y probablemente feliz para un artista vagabundo y angustiado, que durante gran parte de su vida pareció no encontrar punto de reposo. En la obra de los dos quedaron huellas de su amor persistente. Lou hasta apareció de sorpresa en un show de Laurie en Buenos Aires en 2008, para dejar atónitos a los testigos de tremenda yunta escénica.

Lou cada vez que cantó al matrimonio no dejó de usar la ironía que encontró leyendo a Kierkegaard -de hecho, tanto ella como él citan a Kierkegaard en sus obras y parecen apoyarse en el escepticismo que el escritor danés manifiesta sobre la institución matrimonial como una salida posible para la desesperación. Hay un tramo de la canción que se remite directamente a La repetición, que Kierkegaard publicó bajo el pseudónimo de Constantin Constantius:

Necesito una ley
que me explique las cosas que vimos
y por qué siempre llegamos a este punto
todo empieza a caer después del primer beso.

Para Kierkegaard, el matrimonio no es ninguna salida para la desesperación sino solo una manera larvada de desesperarse de a par. En "Turning time around", la canción de Lou que Laurie cita al final de la película Heart of a dog, él trata de responder la pregunta por el amor:

Bueno, no lo llamo familia ni lo llamo lujuria
y, como sabemos, no hace falta el matrimonio
y supongo que a la larga es una cuestión de confianza
si tuviera que hacerlo, lo llamaría tiempo.

Ellos se casaron después de algunos años de haberse conocido, aunque nunca dejaron dicho que el matrimonio fuera esa salida de la desesperación. Igual parecería que su amor sí tuvo para ellos un efecto benefactor.

El último capítulo de este año con Lou lo pueden escuchar descargándolo acá.

1 comentario:

alejo dijo...

Excelente la saga de programas sobre Lou Reed!Muchas gracias por el laburo de ir a fondo con cada uno de los discos.
Una aclaración, Lou Reed se presentó por primera vez en nuestro país en el año 1996, en una gira de presentación del disco: Set The Twilight Reeling...luego vino a presentar Ecstasy en el año 2000.