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— Oscar Cuervo (@oscaracuervo.bsky.social) 24 de noviembre de 2024, 3:45

viernes, 27 de marzo de 2009

Bafici: día de ¿comedias?



por Oscar A. Cuervo

Para mí fue un día de comedias, si se puede decir así.

Blind pig who want to fly. Esta película de Indonesia dirigida por Edwin (Edwin a secas) empieza a cristalizar en género lo que en otros asiáticos como Apichatpong o Tsai era pura extrañeza. Digamos: un dentista que canta mientras le revisa la boca a su paciente remite indefectiblemente a Syndromes and a century. Acá el dentista canta I've just called to say I love you. Y, si bien no tiene la misteriosa delicadeza de la canción del dentista de Api, cada vez que aparece el tema de Wonder uno mismo empieza a cantarlo. La canción parece ser lo que ancla el sentido del film: una serie de personajes atraviesan diversas crisis: amorosas, religiosas, identitarias, sexuales, políticas. Pero el I've just called... los sostiene de alguna manera a todos y a la película misma. Se adivina un trasfondo de conflictos raciales y nacionales (hay chinos y árabes, o indios; hay cristianos y musulmanes, hay odio o recelo entre personas de distinto origen). Se vislumbra también un hecho traumático en la historia de Indonesia, no me pregunten a esta hora cuál. Hay una pareja de jóvenes que están editando un video con imágenes de violencia callejera y represión. Y claro, lo musicalizan con el tema de Wonder. Lo más interesante, en todo caso, es constatar que las canciones son vehículos de sentidos y modos de procesar dilemas existenciales. La película no está mal, tampoco está taannn bien.

Excursiones. ¿Comedia? Sí, comedia argentina de Ezequiel Acuña, tal vez lo mejor que ha hecho hasta la fecha. Hay películas que encantan desde su misma textura fotográfica, como esta. Un blanco y negro granuloso táctil, que infunde a las situaciones una melancolía amable. Se trata de Marcos y Martín, personajes que Acuña ya había mostrado en Rocío, un corto de hace diez años que no vi. Han sido amigos durante la primaria y la secundaria y después algo pasó que no se sabe bien y los separó por diez años. Ahora se juntan y tratan de ser adultos con proyectos, hombres con cosas que hacer, aunque se adivina también que sostener esa máscara les cuesta trabajo. Son porteños, post-adolescentes, neuróticos, pequeño-burgueses a full, es decir: personajes que otras veces hemos visto en el Nuevo Cine Argentino, pero acá son más creibles, más queribles y más oscuros que en otras ocasiones. A Acuña le sienta bien desplazarse delicadamente desde una cierta apatía melancólica de sus anteriores películas hacia algo más simpático. Quizá estira ciertas situaciones una vez que la escena ya dio lo mejor, de modo que esos segundos de más siempre restan. Dentro de ese énfasis innecesario, debería señalar los momentos musicales, que parece que al director le gustan mucho, pero a mí se me hace que ablandan la película, que sería más graciosa y más dramática si fuera más seca. Son como clips que remiten al universo no tan interesante del rock más previsible. Tiene muy buenos momentos, pero la comedia es cosa de saber cortar un segundo antes de que todo haya quedado demasiado claro.

La cara que mereces es, si se me permite decirlo así, una comedia musical. Pero estoy seguro de que voy a ser mal entendido. Es el primer largo de Miguel Gomes, el portugués del que todo el mundo está esperando ver Aquele querido mes de agosto. Si en Blind pig... se viene a hacer previsible una comedia alla Apichatpong y en la de Acuña se consolida la comedia porteña postadolescente, en el caso del primer largo de Gomes este encuadre resulta notoriamente impreciso: Gomes juega a desconcertar desde la pegadiza y colorida canción inicial en adelante y la experiencia más recurrente del film es que no sabemos en realidad lo que estamos viendo, porque su realizador no nos deja aferrarnos a ninguna noción aprendida. Todo se va volviendo más y más oscuro y extraño y Gomes parece estar intentando un cine que aún no ha sido hecho, que quizá descolle en ese bendito segundo largo que amenaza con arrasar el Bafici. Las referencias al Godard tardío que aparecen en el diario del festival, Sin Aliento, son notoriamente inútiles e inadecuadas. Dan ganas de seguir viendo los cortos de la retro-Gomes

Y para terminar la jornada comédica, qué otro que Charlie Chaplin. Mediometrajes: Easy Street, One A. M. y The Immigrant. Musicalizados en vivo por Juana Molina y el dúo de hermanos Isol/Zypce.  Qué agregar, puro encanto.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

bueno, obvio que tuve que buscar la canción en youtube y escucharla. nada mal para empezar la mañana.

un beso.

But what it is
Is something true
Made up of these three words that I must say to you

I just called to say I love you
I just called to say how much I care
I just called to say I love you
And I mean it from the bottom of my heart

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=5IHu8RSSCvE&feature

Anónimo dijo...

Puro encanto.
A los que estén yendo al Bafici les aviso que no tiren las entradas porque entran en un sorteo para ir- se supone que con todo pago- al Festival de Locarno, también Independiente.
martha

Anónimo dijo...

oscar: vos que sos la biblia en esto, cual pelicula romantica puedo ir a ver?
Chau!
Tamy