lunes, 23 de marzo de 2009

¿ Por qué quiero participar de la vida política en este momento?



por María Inés Grimoldi

Escribí un texto en estos días que quiero compartir con ustedes. Lo escribí porque mi hija me preguntó por qué iba a las reuniones de Carta Abierta, ya que yo nunca había participado tan directamente de la vida política. Y dice así:

Estamos en un momento de quiebre del sistema. ¿Forma parte del proceso, es una etapa del capitalismo o se trata de una caída y se abre paso un nuevo paradigma?
No sé. No creo que nadie pueda contestar esto con claridad y seguridad. Es un momento de caos y crisis. Todo tambalea y las estructuras que en otro tiempo eran seguras e inamovibles, ya no lo son. Las cosas que tienen que pasar suceden aunque no lo queramos y aún hasta si tratáramos de evitarlas. Poder vivir en este nuevo milenio, haber transcurrido la experiencia de vivir en dos siglos, es un privilegio que tenemos los pocos seres humanos que habitamos el planeta en este momento. Los cambios han sido vertiginosos en los últimos años. La tecnología es casi de ciencia ficción, las estructuras familiares tradicionales se han modificado dando lugar a otras conformaciones; los descubrimientos en genética, para nombrar sólo un ejemplo, nos asombran día a día, pero también nos obligan a reubicarnos en nuestro medio, abrir nuestra conciencia y nuestra mente a estos cambios. Si no, podríamos quebrarnos o quedar aislados, con el dolor que eso significa.

La crisis económica está explotando en todo el planeta, comenzando por su centro, por el imperio: acumulación de poder, dinero, decisiones de generar o finalizar guerras, con todo el horror y la muerte que eso produce, con el dinero necesario para sostenerlas, extraído de países en vías de desarrollo, que obedecieron a rajatabla los consejos de estos enormes emporios (llámense FMI o de otro modo, no importa) y que terminaron más endeudados, vendidos, sin dignidad, o con crisis como la que vivió la Argentina en el 2001.

Evidentemente estamos ante la caída del Imperio (también cayeron el imperio romano y el español, eso forma parte de los ciclos vitales) y de un sistema sustentado con sangre y dolor de muchos para beneficio de muy pocos. Si no es la caída, será un fuerte porrazo que hay que aprovechar.

Creo que nuestro país no está en el peor momento, ni atraviesa la peor situación, justamente porque este gobierno no obedeció sumisamente a todo lo que se le proponía desde estos centros de poder. Se pagó parte de la deuda, no se contrajeron nuevas deudas. Estamos un poco más despegados del modelo neoliberal salvaje que sufrimos en la década del 90, con el presidente innombrable. Y más cerca de otros países latinoamericanos. Con salud, educación y jubilación privatizadas, ningún país puede salir adelante ni tener un mínimo de justicia social. ¿A quién se le puede ocurrir que un trabajador de salario medio puede pagar la salud privada de su familia, la educación privada de sus hijos y su propia jubilación privada, además de otros gastos que todas las familias tienen? La desesperación también es una de las causas de la delincuencia y de la inseguridad, del uso y abuso de drogas en los jóvenes que no tienen proyecto posible. No lo olvidemos. Este sistema genera delincuentes de distinta categoría.

Digo todo esto, porque creo que lo que propone la oposición a este gobierno (con todas las falencias, errores, desprolijidades y críticas que se le pueden hacer a los K) es volver al desastre que nos llevó a la crisis del 2001 y volver a ese modelo que se está cayendo a pedazos. Pueden hundirnos en una situación ya definitivamente irremediable. Nos quieren volver a llevar a un modelo en vías de extinción.

Nuestro país tiene alimentos y agua potable y esto es el petróleo del futuro. Por eso son importantes las retenciones. Todo alimento que se exporte debe pagar los derechos de exportación que correspondan para que el alimento que consumimos diariamente no siga aumentando. Es así en casi todos los países desarrollados del mundo. Sin alimento, aire puro y agua, nada es posible. Y los desastres ecológicos generados justamente por este viejo modelo están causando estragos en la armonía y belleza de este planeta. También por este lado algo puede cambiar y no para bien. La forma de explotación de las riquezas naturales del modelo capitalista también está más cerca de la muerte que de la vida.

Ya se empezó a producir el cambio, acompáñemoslo. Los seres humanos tenemos miedo a salir de nuestros esquemas archiconocidos. Aunque nos resistamos, los cambios llegan y nos atraviesan y va a ser mejor para nosotros que nos encuentren con la conciencia despierta y con ganas de participar. Es un momento histórico. Formemos parte de él sin miedos.

3 comentarios:

F. dijo...

Muy buen texto, ayuda a pensar este momento. Momento histórico ya que parece querer definirse cómo será el país en los próximo años.

Aparece el concepto de historia y junto él, el de tiempo. Aparece lo definitorio, ligado a la decisión, que implica angustia. Pero en el principio está el deseo. Por qué quiero...

Anónimo dijo...

Este post pone blanco sobre negro todas las variables que se juegan en este momento histórico. Reconoce errores, desprolijidades, pero no elude la responsabilidad de participar, de acuerdo al proyecto de país que queremos.

Anónimo dijo...

momento histórico?, le llaman momento historico a que seamos rehenes de un par de sátrapas en el gobierno?... andáaaa!