todos estamos igual

martes, 4 de noviembre de 2008

Los mimos de Louis Garrel

Por Eduardo D. Benitez

Lo que sucedió el miércoles pasado en la Sala Lugones merece ser contado. Incluso es digno de ser contado en voz alta y desde el foro, con el habitual gesto pecho-inflado de los que salen de la sala con una sensación de enamoramiento por lo que acaban de ver. Un enrarecimiento en la pantalla se aloja a los 25 minutos de comenzada la función de Las canciones de amor de Christophe Honoré. Un anómalo musical, tal vez algo feroz. Pero indiscutiblemente placentero.

Lo cierto es que la película en sus primeros minutos nos tiene reservada una agraciada oscilación entre Los paraguas de Cherburgo y La mamá y la puta. Con un trío amoroso que expresa sus titubeos, sus inseguridades, sus afectos a puro canto: Ismael (Louis Garrel), Julie (Ludivine Sagnier) y Alice (Clothilde Hesme). De repente un vuelco en la historia… alguien muere en el interior de un boliche bailable ubicado en un sótano, la joven Julie sufre un paro respiratorio. Un paro para el espectador. Ludivine Sagnier expatriada del film a los veinte minutos… Christophe Honoré se da ese lujo. ¿Qué hacer ahora que el guión parece naufragar? Asistir a una actuación. Cuando la sensación inicial parecer ser la de una película que ha perdido el rumbo, Louis Garrel -atlas sosteniendo el firmamento- se pone a sus espaldas el film y nos saca a pasear con él a pasos de gigante. A partir de la muerte de su novia, Ismael pasará por un primer período de duelo de una profunda tristeza y luego buscará, hará un peregrinaje de cama en cama. Una búsqueda que tiene más que ver con una validación de sí imposible de efectuar en soledad, que con descubrir cierta imagen de su novia muerta en los otros. El deseo de Ismael por los otros recrudece, porque en sus relaciones esos otros le confirman que él todavía no está muerto.

Entre el vasto campo de significaciones que abre la palabra mimo, el diccionario propone algunas que, por lo menos de refilón, describen el trabajo de Louis Garrel en esta película: Mimo1) “Entre griegos y romanos, farsa, representación teatral ligera, festiva y generalmente obscena”. Mimo2) “Cariño, halago o demostración de ternura”.

Imposible no quedar prendado ante la actuación de Louis Garrel, ante sus saltos, sus sobresaltos, sus cantos, sus bailes, sus angustias, sus excitaciones. Es que en los gestos de Louis Garrel parece resumirse toda una historia de las pasiones cinematográficas (algunas muy francesas): la búsqueda del amor justo ahí donde no se lo va a encontrar, el menage à trois imposible de consumar, dulce y doloroso a la vez.

En Las canciones de amor, la figura de Garrel (su angustia) pide ser comprendida y amada plano a plano.

Louis Garrel es el eterno efebo francés, el amante regular de nuestro siglo XXI, por cuyo cuerpo desfilan Eustache, Leaud, Garrel padre, el musical francés, el mayo francés…

Louis Garrel: simplemente un actor francés.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto con el crítico q firma esta nota, la desazón q me provoco la muerte del personaje de Ludivine Sagnier cuando asistí a la proyección de “Les chansons d’ amour” en la Lugones. No tanto por la desaparición fílmica de la bella Julie, más bien, por la ausencia de norte q creí incurriría la película a partir de ese momento, ausencia q la haría naufragar sin remedio. Me acerque a la sala con ideas muy marcadas de los q se suponía q iba a ver, (canciones, un menage a trois, Paris) y ese giro lo cambio por completo, dejándome “culo para arriba” como eventualmente quedaría el “petit” Erwan después de su noche de amor. Sin embargo, y gracias al amigo Louis Garrel, q no solo sostiene la película como titánica figura de la antigüedad, sino q jalona al espectador a su mundo, con esa sonrisa compradora, esos ojitos tristes, para q lo sigamos en los devenires de este Ismael, al q sin dudas, les sienta viene el luto.
Película etérea, liviana si se prefiere, estas canciones de amor mas q para pensarlas son para sentirlas, como ese último beso bajo el reflector, en donde salvo dos pares de labios, nadie tiene nada q hacer.

Juan Javier Sanchez Junquera dijo...

La pelicula en verdad goza de un exquisito lirismo y gran pasion.Lo considero el primer filme mas atrevido que he visto.Logra si duda alguna al expectador(hombre o mujer),en general, "chupandose los dedos", tenga los gustos sexuales que se tengan.

selene dijo...

estimado Eduardo D. Benitez

soy una estudiante de filosofia y un apasionado del cine.le envio saludos desde lima-peru. estoy haciendo un trabajo de investigacion acerca del trabajo actoral louis garrel. no encuentro libros ni mucha informacion en la web acerca de un analisis de su estilo actoral, o sus expresiones corporeas, el significado de sus desnudos, etc. usted podria ayudarme con material o un analisis acerca de su estilo actoral? muchas gracias por su ayuda.

luxdivinis@hotmail.com

SELENE