Bluesky

Al actuar como jefa de La Cámpora en detrimento de los intereses populares @cristinafkirchner.bsky.social se arriesga a devaluar su legado. En Rosario se la vio aislada, simulando liderar a una totalidad que no está, ansiosa por revalidar una relevancia que ni siquera debería estar en discusión.

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— Oscar Cuervo (@oscaracuervo.bsky.social) 24 de noviembre de 2024, 3:45

sábado, 20 de marzo de 2010

Hija de genocida


por oac

La jueza María José Sarmiento se hizo conocida este verano cuando anuló el decreto que creaba el Fondo del Bicentenario para pagarles a los bonistas con reservas del Banco Central. Su padre, el coronel retirado Luis Alberto Sarmiento es un anciano de 85 años que anda en silla de ruedas y sufre un estadio avanzado del Mal de Parkinson.

El 29 de noviembre de 1972 el coronel Sarmiento no sufría Parkinson ni andaba en silla de ruedas. Era Jefe de Inteligencia del Comando del Cuerpo II del Ejército. De acuerdo al testimonio de dos policías rosarinos, ese día de 1972 el padre de la jueza torturó al estudiante Angel Enrique Brandazza, de 23 años, integrante de la agrupación universitaria peronista Unión Nacional de Estudiantes. El coronel comandaba al grupo militar que secuestró a Angel Brandaza y participó de la sesión de torturas que ocasionó la muerte del joven.

El secuestro, tortura y asesinato de Brandazza es notorio, porque figura primero en la lista de la CONADEP. Los policías rosarinos que señalan al padre de la jueza Sarmiento como director de la sesión de torturas que terminó con la muerte del estudiante no lo acusaron ahora, sino ante una Comisión Investigadora Bicameral en el año 1973, cuando los hechos eran recientes. El 1 de diciembre de 1973 el diario Clarín transcribió el testimonio de uno de esos policías, quien relató que el coronel Sarmiento y otro oficial entraban al calabozo de Brandazza “con una valijita, con un regulador de tensión para picana ‘como el que se ve en la película Estado de Sitio’”. El agente de policía Angel Jesús Farías relató al diario La Capital por aquellos mismos días que el padre de la jueza Sarmiento era considerado "el Mago de la Picana". La comisión investigadora del Congreso destituyó a Sarmiento a raíz de estas denuncias. Pero el hoy anciano padre de la jueza siguió su carrera como agente de la Secretaría de Inteligencia del Estado, por entonces al mando de las fuerzas armadas. Durante la dictadura, Sarmiento fue designado jefe de inteligencia en Posadas, Misiones. Debido a su eficaz desempeño como genocida en el área en la que se hallaba destinado, el hoy anciano Sarmiento fue ascendido a Ministro de Gobierno de la Provincia de Misiones.

En el año 2006 el juez federal de Posadas, Ramón Claudio Chávez, abrió una causa incriminando al padre de la jueza Sarmiento bajo la carátula "Franzen, María Graciela, s/denuncia privación ilegítima de la libertad y torturas”. La causa terminó abarcando a 43 víctimas torturadas y asesinadas en el centro clandestino de detención que funcionaba en el departamento de investigaciones de la policía a cargo del hoy anciano genocida. Otros represores también tienen pedidos de indagatoria.

La jueza Sarmiento, que vive con su anciano padre genocida, declaró que la orden contra su padre le parecía algo “muy raro, porque él tiene 85 años y no tuvo nunca una causa. Es muy llamativo que justamente ahora haya un allanamiento con detención sin saber su edad ni su estado de salud”. Pero la jueza miente, dado que sabía perfectamente que esta causa no se inició ahora, sino que su padre recibió el primer pedido de captura a fines de 2006. Probablemente su anciano padre le haya contado también acerca de las acusaciones que recibió ya en 1972, o quizá el genocida se lo haya ocultado a su hija. Quizá habría correspondido que, cuando la hija del torturador recibió el pedido de nulidad del DNU, se hubiera excusado por ser precisamente la hija de un genocida procesado por el estado argentino. La hija del torturador no se excusó y, en cambio, falló en contra del gobierno.

Es curiosa la reacción de algunos políticos opositores, quienes omiten toda referencia a los crímenes de lesa humanidad del represor Sarmiento y presentan el caso como "un ataque a los jueces independientes" Dice Elisa Carrió: "Este es un nuevo ataque a jueces independientes. Este acto de locura sólo imputable a la Presidenta de la Nación demuestra las dificultades con las que nos encontramos como Nación donde avanza este despropósito de venganza y de destrucción sin límites. Después de escuchar a Duhalde, está claro que la operación de venganza contra la jueza Sarmiento viene del corazón mismo del Gobierno. No tengo dudas de quiénes y entre quiénes ejecutaron la venganza pedida por Néstor Kirchner. La manipulación de las causas de derechos humanos es un horror y es terrible, propio de un gobierno fascista”. De acuerdo con la peculiar escala de valores que quiere imponer la derecha argentina, un DNU disponiendo el pago de vencimientos de la deuda externa con reservas del BCRA es una afrenta insoportable a las instituciones que pone a la república al borde de la disolución; en cambio, el secuestro seguido de torturas y muerte de numerosas personas bajo la responsabilidad de un genocida es tan sólo un detalle irrelevante.

Argentina se da el lujo de perseguir a sus genocidas y de proceder a la administración de justicia, después de muchos años de impunidad, en los que el estado protegió a los criminales de lesa humanidad. En Uruguay, el flamante presidente "Pepe" Mujica les asegura una y otra vez a los criminales del estado uruguayo que no tiene ninguna intención de promover la justicia, dado que "la Justicia tiene un hedor a venganza de la puta madre que lo parió”.

La derecha argentina, encabezada por Eduardo Duhalde, Carlos Menem, Elisa Carrió y Cecilia Pando, pone a "Pepe" Mujica como un ejemplo de estadista. Eso, afirman, es lo que sucede en los países serios. El cada vez más penoso ex-crítico de cine Quintín escribe hoy: "Mientras el presidente oriental, desde el recuerdo de su propio martirio, invoca consideraciones humanitarias para liberar a los presos, los militantes y las organizaciones de derechos humanos argentinos reclaman penas de prisión perpetua, no excarcelables y a cumplirse en cárceles comunes (cuyas condiciones son pavorosas) como garantía última de memoria, verdad y justicia".

La jueza María José Sarmiento no es una hija de puta. Ser hija de una puta no tiene nada de malo. Lo atroz es ser hija de un secuestrador, torturador y asesino de decenas de personas. Lo atroz es ser hija de un genocida.

16 comentarios:

Ariel dijo...

Un final a toda pompa Cuervo, excelente!

Liliana dijo...

Excelente, Oscar. Especialmente, esa reflexión final. Pero yo agregaría (ya que otra persona, en su caso, podría estar avergonzada de semejante progenitor), ser una hija que avala y venga a este padre inhumano. Y esa es una responsabilidad personal, más allá de cualquier filiación.

julieta eme dijo...

perdón, pero todo este post no es una tremenda falacia ad hominem?? retóricamente, estas falacias suenan muy bien. pero lógicamente, están mal.

Pepe Palermo dijo...

Es realmente lamentable que lo actual que es lo real, nos haga perder de vista lo que ocurrió. No tengo muy claro quienes deberían administrar “justicia”. Aunque no deje de ser una idea interesante, tal como lo aprendí en “Instrucción Cívica”, poco me creo el asunto de los “tres poderes”, ya que no los libros y si la vida me llevó a ver como el Poder (el de verdad) se ejerce desde las sombras, tratando de que no se note tanto que no somos “iguales ante la ley” y el “derecho” se aplica según sea la cantidad de poder del que uno disponga. La ley es inexorable con los “débiles” y contemplativa con los “poderosos”.
Recién acabo de leer que el miércoles 24 de marzo se jugaría al fútbol. En fin.

Pepe Palermo dijo...

Con respecto a Quintín, tenaz insultador, sigue mostrando la hilacha, en cuanta oportunidad se le presenta, en su maniquea visión de la vida lo cataloga a Víctor Hugo Morales de “oficialista”.
Por supuesto habla de la “prédica seudoprincipista de Víctor Hugo” y desliza en el título del comentario en su blog lo de “Deshonestidades”. Querrá demostrar que él es el único honesto y principista.

Oscar Cuervo dijo...

¿Cuál es la falacia, Julieta? Explica la invalidez lógica, cuáles son las premisas y cuál la conclusión. Si la exponés, no tengo ningún problema en admitirlo.

Juan dijo...

Exelente nota, Oscar.
Pero haría una salvedad, que ya hicieron arriba. Tal vez lo atroz de ser hija de un genocida se tramite como un dolor íntimo y terrible, el asunto es cómo se convive con eso, cómo se actúa en referencia a eso... y como vos bien señalás, esta mina es una miserable justamente por lo que hizo como funcionaria de la justicia, por mentir, por no rechazar la causa, y sospechamos que porque avala lo que hizo el padre...
Sobre la falacia, tal vez pueda mostrarse que sí lo es, pero al margen de eso, la práctica política no es una clase de lógica; por ejemplo, ¿qué legitimidad tienen un genocida para hablar sobre derechos humanos? ¿es una falacia ad-hominem?
Sí. ¿Y?

Excelente el escrito, che
Juan

Oscar Cuervo dijo...

Juan y Julieta:
en la nota los puntos están perfectamente separados:
1) Este hombre ha sido reiteradamente acusado y varias veces sancionado por cometer secuestros, torturas y muerte. Ahora la prensa canalla y la oposición no menos canalla esquivan la atrocidad de los crímenes por los que se lo está procesando para hablar de una persecusión a la "justicia independiente". La persecusión que se denuncia consiste en... ¡juzgar a un criminal de estado!
2) La jueza miente al decir que el procesamiento del terrorista de estado es “muy raro, porque él tiene 85 años y no tuvo nunca una causa. Es muy llamativo que justamente ahora haya un allanamiento con detención sin saber su edad ni su estado de salud”. El tipo ya había sido sancionado por una comisión bicameral en 1973 y procesado por decenas de asesinatos desde 2006. Esa mentira no es un acto de su vida privada, porque lo que se está debatiendo es un caso de adminstración de justicia por crímenes de estado. El hecho de que mienta públicamente de esa forma se ve agravado por su carácter de jueza.
3) Al mentir de manera ostensible sobre el criminal que tiene como padre y los procesos a los que se halla expuesto, la jueza muestra animadversión hacia la justicia. Quiere proteger la comisión de crímenes de lesa humanidad con la excusa de que ella tuvo un fallo contra el gobierno. En realidad debería haberse excusado en la causa de la remoción del presidente del BCRA por tener esa animadvesión contra la política de estado sobre DDHH. Hace lo contrario: usa la causa del BCRA para proteger a un criminal.
4) Que no es una hija de puta sino una hija de genocida no es ninguna falacia, sino una descripción objetiva. ¿Cuál es la invalidez lógica de esto?

Liliana dijo...

Al respecto, en dos casos de filiación, una diferencia de actitudes para señalar:

El otro día leía una nota sobre Verónica Falco, hija del represor y apropiador de Juan Cabandié, a quien considera su hermano. En este caso, Verónica hizo una presentación con Abuelas para poder declarar en contra su padre, en la causa sobre robo de niños.

La diferencia con la jueza Sarmiento, que representando a la Justicia, miente sobre el procesamiento de su padre y falla en contra del Gobierno sin excusarse(en una actitud que huele a venganza), es notoria.

nr dijo...

Cuando salió todo esto a la luz, también pensé que se trataba de una falacia argumental. el silogismo habría sido:
la jueza es hija de genocidas
el gobierno persigue genocidas
la jueza es´ta en contra del gobierno, por eso falló en contra /
la jueza está en contra del gobierno, por eso debería haberse apartado de la

causa.
y la falta de atinencia habría estado en deducir que por ser hija de genocidas y sin tener señal alguna de eso en su actuación como funcionaria pública -su trayectoria, su argumentación en el fallo- tuviera animadversión a la política de estado sobre ddhh y por ende fuera contraria al gobierno. por eso sí es una falacia lo que dice cristina: "Sería inhumano que alguien en esa posición no tuviera cierta

aversión hacia el gobierno: es casi una cuestión de sentido común" como si existiera comprobante alguno de una relación directa de lo ideológico y político entre padres e hijos -ahí tenemos el primer ejemplo de Liliana..-, o como si una suposición de ese tipo argumentara de forma suficiente la animadversión de un juez con el gobierno como para que éste deba apartarse de una causa o como para tildar un fallo de tendencioso.

Sin embargo, sus mentiras sí constituyen una actuación pública que afirman una cierta posición sobre la política de ddhh del estado: en contra, en virtud de que ella protege a al menos un genocida, con mentiras.

Oscar Cuervo dijo...

Nueva Roma:
1) Mi post, claramente, no se dirige a cuestionar el fallo de la jueza Sarmiento en el caso de los DNU. Sí se dirige a impugnar la victimización que lleva a cabo la jueza (acompañada por toda la prensa canalla y la derecha canalla). Doble victimización: victimiza a su padre por ser anciano y estar enfermo, cuando se lo está acusando desde 1973 por delitos de secuestros, torturas y asesinatos; se victimiza a sí misma, diciendo que la acusaciones a su padre (que provienen de 1972) están causadas por su fallo contra el Poder Ejecutivo. Está claro que una jueza debe ser capaz de separar las dos causas, si es idónea. Sarmiento no es idónea o se vale de sus privilegios de jueza para proteger a un delincuente -i.e.: su padre.
La figura de la excusación en el poder judicial existe precisamente para que un juez tenga la facultad de reconocerse parcial en una causa que cae en sus manos y se excuse de seguirla tramitando: porque no se puede ser juez y parte. La jueza no sólo que no ha sido capaz de reconocerse parcial, sino que se ampara en su condición de jueza para favorecer la situación de su padre.
Esto en cuanto a lo estrictamente jurídico. Creo que Julieta nos está debiendo un fundamento para atribuir a esta nota el caracter falaz.
Pero además, la cosa no se agota en lo jurídico: también podemos hacer una lectura política del caso; tomar nota, por ejemplo, de un cierto estado de cosas en el poder judicial. Tomar nota de una continuidad ideológica entre el mago de la picana y la maga de los recursos de amparo; es obvio que la jueza Sarmiento no es genocida porque su padre lo sea; pero es notable que ella defienda los mismos intereses económicos que su padre. Es notable que en el poder judicial haya gente que piensa, como la jueza Sarmiento, que a los genocidas no se los puede sancionar porque son ancianos; es notable que gente que piensa como ella tenga en sus manos la facultad de decidir, en su caracter de jueza, sobre la vida, la libertad, la honra y el patrimonio de los ciudadanos. Digo esto para empezar a despejar la niebla que rodea a la expresión "La Justicia". Con esto no pretendo condenar a la jueza por ningún delito, pero sí quiero politizar un debate que no debería quedar reducido a una cuestión jurídica. Estamos en un sistema político dividido en tres poderes presuntamente auntónomos el uno del otro, pero que no son económicamente independientes de las clases dominantes, ese otro poder, el Poder, del que las teorías representativas no saben decir nada. Y dentro del sistema representativo el poder judicial es justamente el que más conserva rasgos de la institución monárquica, el más difícil de ser sometido a juicio, el que goza de mayores privilegios, puesto que podemos votar a presidentes, y a legisladores pero no a los jueces.
Evidentemente hay aquí una anomalía que la política representativa no ha podido resolver.
Por otro lado, permitime cuestionar una de las premisas del silogismo que proponés:
"el gobierno persigue genocidas" no es verdad: el sistema judicial argentino persigue a genocidas, es decir: a criminales de lesa humanidad (afortunadamente no tenemos a un presidente tan lúcido como el "Pepe" que se pasó 30 años en un pozo para terminar perdonando él solo a los verdugos de miles de uruguayos). Este gobierno, a diferencia de los anteriores, ha cesado en la política de impedir que se sancione penalmente a criminales de lesa humanidad. Que haya cesado en esa política de impunidad no lo convierte en perseguidor de genocidas: lo que persigue a los genocidas (afortunadamente y mientras no nos llegue nuestro "Pepe") es la ley vigente.

Martha dijo...

hABÍA UNA SALIDA, LA DE EXCUSARSE. Eso Liliana

julieta eme dijo...

Disculpas, no pude responder antes.

Lo que cito está sacado del libro de Copi, "Introducción a la lógica".

Argumentum ad hominem. "Se la comete [a la falacia] cuando, en vez de tratar de refutar la verdad de lo que se afirma, se ataca al hombre que hace la afirmación. Así, por ejemplo, podría argüirse que la filosofía de Bacon es indigna de confianza porque éste fue desposeído de su cargo de canciller por deshonestidad. Este argumento es falaz, porque el carácter personal de un hombre carece de importancia lógica para determinar la verdad o falsedad de lo que dice o la corrección o incorrección de su razonamiento. Argüir que una proposición es mala o una afirmación [es] falsa porque es propuesta o afirmada por los comunistas [por ejemplo] es razonar falazmente y hacerse culpable de sostener un argumentum ad hominem [...].
La manera en que puede persuadir a veces este razonamiento falaz es a través del proceso psicológico de la transferencia. Si puede provocarse una actitud de desaprobación hacia una persona, ella [la actitud de desaprobación] puede desbordar el campo estrictamente emocional y convertirse en desacuerdo con lo que esa persona dice. Pero esta conexión es sólo psicológica, no lógica. Aún el más perverso de los hombres puede a veces decir la verdad o razonar correctamente". Página 84.

Cuando lo leí, me pareció que tu post hacía esto último: provocar una actitud de desaprobación hacia una persona (actitud que, por supuesto, puede estar totalmente justificada, como es el caso), para que esa desaprobación se convierta en desacuerdo con lo que esa persona hizo (aunque vos digas que tu post "no se dirige a cuestionar el fallo de la jueza"). Pero esa actitud de desaprobación no es relevante a los efectos de justificar nuestro desacuerdo. Ésta fue mi impresión al leer tu post. Puede ser que me haya equivocado.

Un beso.

julieta eme dijo...

De todos modos, entiendo que un texto de un blog no es un paper académico (ni comparte sus objetivos o motivaciones), así que tal vez mi comentario estuvo fuera de lugar.

Beso.

Oscar Cuervo dijo...

Julieta:
pero para que sea una falacia ad hominem yo debería tener la intención de desacreditar "¿la verdad de lo que se afirma". ¿La verdad de lo que afirma quién? ¿La jueza qué afirma? Si lo que afirma la jueza es que su padre nunca fue denunciado hasta ahora, eso es sencillamente falso sin que haga falta ningún razonamiento ni válido ni inválido, basta constatar que las denuncias vienen siendo publicadas desde 1973. El coronel Sarmiento no afirma nada, sólo está acusado de crímenes de lesa humanidad. Entonces ¿qué verdad afirmada por quién querría yo desacreditar mediante una falacia?

julieta eme dijo...

ok, la seguimos en vivo. un beso.