todos estamos igual

lunes, 9 de mayo de 2022

El cine bien es

 
No entiendo por qué A Little Love Package, la película en la que Solnicki empieza a mostrar síntomas de agotamiento estético (un bonus de Introduzione all'oscuro sin Hans Hurch, es decir, sin corazón) compitió en la selección argentina del BAFICI si de argentina no tiene nada. No tiene nada objetable añorar la elegancia vienesa. Solo que en Introduzzione... ya había quedado claro. Pero la inclusión en una competencia de películas argentinas no tiene explicación. Solnicki dice que hace películas europeas porque aquí no financian sus proyectos -lo cual atribuye a la gestión del INCAA-, pero esta película tampoco está concebida ni sentida desde aquí. Que la película no encuentre productores argentinos es consistente con que Solnicki despliegue su confort vienés, pero ¿haría películas argentinas si el INCAA funcionara bien? ¿Su melancolía tiene una raíz meramente financiera?

Sus dos primeras películas -Süden y Papirosen- eran mordaces retratos del enriquecimiento material y el empobrecimiento espiritual de la gran burguesía argentina, con sus exquisiteces y sus heces. Creo que no hay película que muestre a la alta burguesía argentina en su grotesca brutalidad como lo hizo Solnicki cuando retrató a su familia en Papirosen. Hortacio Verbitsky había publicado un notable informe sobre la riqueza de la familia Solnicki acá, un estilo de vida que Gastón retrató en su intimidad como nadie podría lograrlo.

En A Little Love Package solo quedan las nostalgias vienesas de Hurch sin Hurch pero en la competencia argentina. Una snobeada. 

A mí el cine vienés me gusta más cuando es bien vienés.

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